De cómo a Ortiga le da tanta pena las pobres excusas de novela que se escriben para el género fantástico que a veces se siente culpable por reírse de él.
Veréis, queridos hierbajos, esto es cierto. Me da pena.
Pobre, pobre literatura fantástica: no se merece que se le escriban cosas así. Quiero decir, ¿es que no quedan escritores decentes que quieran darle algo de amor a este arte? ¿Sólo los coñazos con incontinencia verbal se meten a escribir fantasía? Pobre, pobre literatura fantástica.
Me he leído un libro que alguien mencionó en Twitter cuando pedí recomendaciones de escritores españoles hace unos meses.
El libro en cuestión se titula La elegida de la muerte, de la madrileña Virginia Pérez de la Fuente Muerte Puente [Zarza: Y tiro porque me lleva la corriente]. Y… en fin, no se trata de un
Innombrable, gracias al cielo, pero es un franco despropósito: carece de autoridad o de tensión narrativa de ningún tipo, es terriblemente explicativo, está plagado de momentos informativos para el lector y
received text, la puntuación es MUY mejorable (mucho, de verdad), hay más personajes de los que puedan importarle al lector (y que además no aportan nada a la trama
[no hablemos del núcleo, que no lo veo asomarse]), el tono es invariablemente coloquial y desenfadado se meta el narrador en la cabeza de quien se meta (nos da lo mismo la malhablada mercenaria-personaje principal que el reyezuelo de algún país), etcétera, etcétera.
Diría que «hay tantos fallos que no sé ni por dónde empezar» de no ser porque ya he empezado. Creo que se entiende la idea, ¿no?