Donde la literatura y la maldad se toman un té

martes, 8 de abril de 2014

Partials, La conexión, de Dan Wells

Título: Partials, La conexión
Autor: Dan Wells
«En 2076, en un mundo devastado por la guerra, los seres humanos están al borde de la extinción y la clave de la supervivencia está en manos de una chica de 16 años.
La Humanidad está a punto de desaparecer tras haber perdido la guerra con los Parciales (seres creados con tecnología genética, idénticos a nosotros). Los humanos sobrevivientes fueron reducidos a unos pocos miles por el RM, un virus letal utilizado como arma biológica, al cual solo parte de la población es inmune. Los habitantes se concentraron en Long Island y, aunque los Parciales se han retirado misteriosamente, su amenaza persiste. Pero lo peor es que en once años no ha habido un solo bebé que haya sobrevivido al RM. Kira Walter, una estudiante de medicina de dieciséis años, se encuentra en la línea de fuego en esta batalla. Es testigo de los estragos que causa el RM y también de las leyes de embarazo obligatorio, que han llevado a la ciudad a las puertas de una guerra civil. En la desesperada búsqueda por salvar la continuidad de su raza, Kira descubrirá que la supervivencia de humanos y Parciales dependerá de sus esfuerzos por comprender la conexión entre ambos, algo que el mundo ha olvidado... o quizás nunca supo que existía. En el camino desvelará varios misterios y un secreto que va más allá de las luchas por el poder, el control y la conservación. ¿Rebeldía u obediencia? ¿Autoritarismo o revolución? La respuesta parece ser una sola: libertad. Pero, ¿a qué precio? »

Pedazo de sinopsis, ¿no? Hacía algo de tiempo que no me topaba con una tan larga. Al menos por una vez la sinopsis es fiel al libro, y no la invención de alguna mente iluminada. Sin embargo, en mi opinión es quizá un pelín demasiado fiel al libro: como que en 15 líneas ya te han destripado el único “misterio” de la historia (no que no se viese venir una vez que empiezas a leer, pero que te lo destripen incluso antes de empezar ya me parece excesivo).

Habría que haberla cortado. Así e.e
Si alguien me hubiera preguntado, les hubiera dicho que la sinopsis habría que haberla cortado más o menos con la frase sobre las leyes de embarazo obligatorio y la guerra civil. Lo que viene a continuación es algo que a lo que el lector llega pasada ya la mitad del libro y, como ya he dicho, es básicamente lo único que podría crear algo de intriga. Pero, en fin, los editores son muy libres de sabotearse a sí mismos. ¿Quién soy yo para aguarles la fiesta?

Ahora que… la humanidad está a punto de extinguirse y su única esperanza es una niña de 16 años. Apañados vamos.

Bueno, nada más que decir de la trama: mundo post-apocalíptico, raza humana al borde de la extinción (cortesía de un virus chungo, chungo de Chungolandia, y de los temibles parciales) y una chavalina de 16 añitos que juega a ser una médica portentosa y descubrir la vacuna contra el cáncer (en su lugar descubrirá la conexión secreta entre humanos y parciales de la que dependerá la supervivencia de ambos, ¿qué será, será…?). El caso, muchas andanzas y aventuras, muchas decisiones arriesgadas y mucho complejo adolescente de «soy más lista que los adultos».


Núcleo… Estoy intentando buscar algo. No, en serio. Uhm…

(3 minutos después)

Bueno, me rindo (me canso). Pues no hay, ¿qué le vamos a hacer? No es como si fuera una sorpresa. Se trata de una novela de aventuras, más o menos entretenida (dependiendo de los gustos), pero no parece que tenga nada especialmente interesante que decirnos. Es decir, pasa así, como de puntillas, sobre algunos temas que podrían haber sido bastante interesantes. Una pena que el autor no quisiera (o supiera) desarrollarlos convenientemente. Vamos, que lo de los embarazos obligatorios, por ejemplo, era una Putada, con P mayúscula, y el espacio de reflexión que se le dedica al tema (todo ello en boca de adolescentes bastante despreocupados, en mi opinión) es como para echarse a temblar.

Gente que maneja, y eso.
¿Os imagináis a esta buena mujer escribiendo
un libro sobre superordenadores?
La autoridad de la voz narrativa, veamos. Tenemos aquí, una vez más, a una narradora adolescente a la que le apetecía contarnos su vida en primera persona. Y lo cierto es que, si bien Kira tiene conocimiento de muchos conceptos y palabras que no deberían estar en su haber, dado que ella tenía como menos de 5 años cuando se acabó el mundo, tampoco me puedo quejar demasiado: a Dan Well le ha quedado una chica bastante creíble, muy adolescente, ella (y muy coñaza, y muy contradictoria consigo misma de esa manera tan irritante que sólo ciertas mujeres son capaces de lograr —aunque esto en sí mismo es un tanto prototípico, pero en fin, se da mucho en la vida real, tristemente). Diré más: hay otra cosa que le puedo conceder al autor (aunque no sé hasta qué punto esto le parecería algo positivo a él, la verdad), y es que yo a ratos tenía la sensación de estar leyendo un libro verdaderamente escrito por una tía (otras veces no: había cosas que, de haberlas escrito una mujer, y más estando destinado a chicas adolescentes, las hubieran hecho de una manera muy distinta). Y, bueno, todo eso al menos le daba un poco de credibilidad a la narración, que falta le hacía, porque lo que es en cuestiones técnicas de medicina (la niña es… “médica”), nanay de la China. No sé a qué se dedicará Dan Wells cuando no esté escribiendo novelas adolescentes, pero espero (por el bien del resto de la humanidad) que no sea médico, porque no parece que tenga ni pelotera idea de lo que hace. Eso sí (y no sé si esto lo hizo a posta, o le salió de pura chiripa): lo disimula con bastante gracia al menos parte del tiempo, porque la propia niña, dentro de su mundo, no es que tenga mucha idea tampoco, y te lo dice (con la casi extinción de la humanidad, los pocos supervivientes han quedado con un montón de maquinaria tecnológicamente avanzada que no saben cómo funciona, la usan como buenamente pueden). En fin.

Por ejemplo, sacándonos los ojos
(y no precisamente con un cuchillo).
Los personajes. Kira, muy adolescente, ya lo he dicho (y además es una niña inteligentísima, primera de su promoción, precoz, un portento, vamos); y con una evolución básica, manida y aburrida (de la ignorancia y la obediencia al conocimiento y la toma de las riendas de su vida). El novio, accesorio: ni pincha ni corta. La amiga, más accesoria todavía. El hermano de la amiga, se sale de la escala de accesoriedad. Ahora bien, el marido de la amiga… ese sí que era un personaje chulo: un psicópata con todas las letras, pero no se le dedica la más mínima atención, así que carece de relevancia. Y en cuanto al (previsible) tercero en discordia que aparece por ahí, ni siquiera te lo presentan con un mínimo de habilidad.

La prosa. No voy a meterme mucho con el estilo en sí, ni con el uso de la lengua, porque no tengo muy claro si la versión que me he leído es la oficial o no. En todo caso, tampoco es que fuera ofensiva: tenía los típicos fallos que suele encontrarse una en cualquier libro que abra hoy en día en una librería en la sección de juvenil. Párrafos un tanto explicativos (aunque no tanto como otras historias), pobre selección de elementos, construcción de escenas no demasiado trabajada… Es un poco pesado si pretendes leerlo todo, pero haciendo un poco de lectura diagonal no resulta demasiado ofensivo.

Y… a reírse tocan (atención spoilers):

[Aviso: no estoy segura al 100% de que esto no sea una traducción fan, así que no os toméis las citas completamente al pie de la letra. Pero bueno, tendré que trabajar con lo que tengo.]

-Así describe el autor «el recelo» de nuestra protagonista, mientras grita enfervorizada a coro con el resto de borregos: «no pudo evitar una súbita sensación de miedo, como unos dedos helados en el fondo de su mente». Dedos helados en el fondo de su mente… Seh, claro. Yo los terneros los prefiero en el campo, pero hay a quien le gusta sacarlos a pasear.

-Kira tiene un estetoscopio mágico que le permite oír latir el corazón de una persona a través de varias paredes de piedra tras el derrumbamiento de un edificio. Luego resulta que el hombre está muerto y hecho cachitos (literalmente: desmembrado; lo cual hace que me pregunte, ¿realmente murió aplastado o es que fue él el kamikaze de la bomba?), lo que Kira escucha con su portentoso estetoscopio (era el primero de su promoción) es en realidad el reloj de muñeca del tipo. Francamente, no sé si eso lo hace más creíble o más increíble, aún no lo he decidido.

Shhh.
-Y… otro libro más en el que los personajes se dedican a compartir pseudo-secretos con cualquiera que se lo pida amablemente (o que simplemente pase por allí cuando se sentían en vena, como diría Holden Caulfield). En esta ocasión tenemos al militar en jefe de toda la isla de refugiados humanos encerrándose en una especie de sala de interrogatorios con la adolescentilla esta y contándole con detalle todas sus teorías conspiratorias y las medidas que está tomando al respecto. Porque, ya sabéis, no es como si a ella la tuvieran allí para interrogarla y averiguar si es o no del otro bando, así que el hecho de que una civil cualquiera conozca los movimientos que el cuerpo militar planea realizar carece por completo de relevancia para con la seguridad.

-El razonamiento de Kira: «Voy a intentar encontrar la cura al RM (el virus chungo, chungo de chungolandia; tan chungo es el virus, que ni lo mentamos, como a Voldemort, así que al final de la historia el lector sigue sin saber de qué son las siglas). Para eso voy a tener que pedirle sangre a mi novio, para estudiar cómo reacciona un organismo inmune ante el ataque del virus. Sí, se lo pediré a mi novio, porque, ya sabéis, no es como si yo fuera inmune, también.» Señalo este comportamiento en concreto para que os deis cuenta de una cosa, todos aquellos que escribís (en caso de que nunca os hubierais parado a pensarlo con detenimiento): es precisamente cuando los personajes llevan a cabo este tipo de acciones injustificadas, cuando canta mucho que el autor está guardándose una sorpresa en la manga: Kira, evidentemente, es parcial. Así que, si queréis escribir bien (o, al menos, si queréis sorprender a alguien), procurad pensar un poco con lógica y evitad las lagunas de este tipo.
Más o menos, así de sutil.

-Ojalá Dan Well no sea médico, y para muestra un botón: para el análisis de sangre, Kira pincha al novio nada menos que en un dedo, y te dice que el tubo de vidrio que le coloca debajo «se llena rápidamente», así que pone otro más. Así se hacen los análisis de sangre, claro que sí. De toda la vida de Dios.

^^
-«—Podríamos salir por la ventana —sugirió Yoon—, quizá atacarlos por detrás.
—Nos expondríamos demasiado —respondió Jayden—. Además, estamos en un quinto piso.» ¡Además!, dice, el lumbreras. Pues si alguien va a salir por la ventana, que vayan ellos delante, no te digo.

-Cuando han salido de expedición a cazar parciales, terminan derrumbando un edificio. Con ellos dentro (ellos y los parciales). Sí, señor. ¿Lo cachondo? Aparte del escombro de rigor, el autor te describe cómo se les caen muebles concretos encima. Kira se asombra de que el parcial con el que se las tiene que ver se reponga a todo ello sin un rasguño, pero, claro, es un supersoldado creado por ingeniería genética: era de esperar. Y yo me pregunto… eso ¿en dónde deja a todos los demás personajes? Porque a Kira y sus amigos se les cae todo encima también, y salen todos indemnes. Citaré a Kira, para que veáis que no me lo invento: «si no hubiera visto a dos de ellos sobrevivir a una explosión, jamás me habría dado cuenta de que no eran humanos». Los parciales eran cuatro: uno la diña en la explosión misma y a otro se lo cargan de un cuchillazo. Kira y sus amigos eran cuatro, también. Todos salen indemnes. El asombro selectivo es para mí una fuente de asombro en sí mismo.

-La niña es tonta: «Mira, parcial, vamos a pasar cinco días encerrados tú y yo en este laboratorio [antes de que te maten]; así que si quieres pasarlos peleándote, pues tú mismo, pero no ganas nada». Lo que no le dice es que tampoco lo pierde, porque le van a matar igual. Pero el parcial es más tonto que ella todavía, porque tras esa frase inspiradora, se decide a colaborar. Son tal para cual.

-Sobre el parcial mismo: este personaje no está explicado ni justificado de ninguna manera. No se sabe si es un robot, un ser vivo manipulado genéticamente, una mezcla de ambos, un caracol hiperdesarrollado… No nos dicen que coma, ni que cague, ni que respire, ni si tiene los órganos internos puestos donde los tendría cualquier ser humano normal (dado que la niña le hace montones de pruebas en su laboratorio, podría haberse mojado y darnos algún dato). Pero, eso sí, al parcial lo tienen tres días atado a una mesa de laboratorio, que ni pa’ ir a cagar, vaya, y tampoco te dice que le den de comer, ni de beber, así que… eso reduce mucho las opciones, francamente (caracol, sin duda).

Arwen.
Dios no permita que Tolkien levante la cabeza.
-Hubo un tiempo… en el que pensé que ningún personaje de un libro podría ponerle a su bebé un nombre peor que Renesme. Me equivoqué. Ahora lo sé. Arwen.

-La niña se pasa todo el libro salvando el pellejo y recibiendo todo tipo de tratos favoritistas por parte de los demás personajes sin ninguna justificación creíble. El colmo de los colmos es cuando llegan los conspiracionistas del gobierno, se cargan en sus narices a una especie de soldado raso que «sabe demasiado», a ella le cuentan los porqués de todo con pelos y señales y sus planes malvados, y la dejan ahí tan tranquila a seguir con su vida. Ya, claro.



-La historia está plagada de salidas Deux ex machina, pero os contaré aquí sólo la más flagrante de todas: cuando los parciales han capturado a Kira y la tienen en su laboratorio experimentando con ella, sus tres amigos humanos y desarmados consiguen colarse sin ser vistos en el hospital de los parciales, aprovechando un muy oportuno ataque de otra facción parcial para pasar desapercibidos. Encuentran la sala en la que tienen a Kira (podría estar en cualquier parte, pero la encuentran sin problemas), se han agenciado armas y retienen a todos los médicos y enfermeros parciales presentes a punta de pistola. Y todos los parciales, que un momento después demuestran ser perfectamente capaces de esquivar balas (son muy ágiles, como monos), se quedan amablemente quietos y permiten que los adolescentes puedan desatar y adecentar a su amiga (porque la tenían desnuda); los parciales tienen la decencia de reaccionar y atacarles solo cuando los humanos ya están listos para irse. No sé por qué todos odian tanto a los parciales, si son un amor de… caracoles. Muy considerados ellos.

-La prodigiosa cura: ni sintetizar proteínas, ni complicados procesos de preparación de compuestos. No. La solución al RM: inyectarle a los bebés sangre de un parcial. Así, a las bravas. Mano de santo. Grupo sanguíneo… ¿qué es eso? (Aunque creo que lo más cachondo del caso es que consiguen robar un única jeringa con sangre de parcial en el laboratorio, y luego al volver a casa la dividen en Dios sabe cuántas porciones para inyectar a varios críos: ¿cuánta sangre cabe en una jodida jeringuilla, macho?)

-Por cierto, la prota tiene una madre adoptiva a la que nadie quiere. Porque la pobre señora desaparece como hacia la mitad del libro (literalmente, desaparece, se va de casa y nunca vuelve). Y, si bien de vez en cuando a alguien le da por acordarse de ella y preguntarse ¿dónde estará y por qué no habrá vuelto?, no os creáis que les quita el sueño. Para nada. Que le den, a la vieja (uuuh, ¿nadie más se huele aparición estelar en la segunda parte?).

Bueno, este libro no es ni de lejos tan divertido como cualquiera de los de Laura Gallego, pero aun así me dio para apuntar una cantidad de cosas alucinante, así que me dejo mucho, mucho en el tintero. Os invito a leerlo si queréis ver todas las cosas absurdas que suceden, siempre es útil saber de estas cosas para luego no escribirlas tú.

Y… sólo me queda por decir, que este libro no supera el test de Bechdel (a menos que dos tías hablando entre ellas de las piernas de una y la ropa de la otra cuente —¡espero que no!). Aquí aporto las pruebas:
«Evaluó la decisión, comparando los jeans con otros más largos, y finalmente optó por los shorts. Combinaban mejor con la camisa y le sentaban mejor.
Necesitaba sentirse bien. Valía la pena arriesgarse a tener frío en las piernas con tal de volver a sentirse una persona normal.»
Y… sí, este es el tipo de enseñanza moral, personal, emocional y social que podemos esperar recibir de la literatura a día de hoy. Sólo se puede hacer una cosa:

Chichómetro: no, padre.

Potabilidad: agua de pilón, y ha criado alga.

Carcajadas: 6/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Solo déjate llevar, Nanny books, Destellos nocturnos.

7 comentarios :

  1. Muchas gracias !!!!
    Beso!
    PD: muy buena reseña XD

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  2. Recuerdo lo de Renéesme. Es lo peor que le ha pasado a la literatura mundial... Casi quemo el libro cuando leí semejante barbaridad.

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  3. Confieso que me he reido con tu crónica-comentario. Otra cosa es que, si leyera el libro, estuviera de acuerdo contigo jajaja.
    La sinopsis me ha parecido espectacular como temática a desarrollar en una buena novela. Pero por lo que dices, el autor no lo desarrolla mucho. Y los ejemplos que pones de inverosimilitud, pues a mí también me subirían por las paredes si los leyera en una novela.
    Me gustaría que me explicaras a qué te refieres cuando hablas de la "autoridad de la voz narrativa", pues nunca antes había leído este parámetro a la hora de comentar una novela.
    Por cierto, ni en mil años hubiera adivinado si no lo hubiera leido en alguna entrada del blog que, lo que hay para subir es un pollo jajaja Ahora que lo sé, a ratos ya me lo parece.

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  4. Creo que, estrictamente hablando, es un petirrojo (un polluelo de, imagino, de ahí lo de pollo xD).

    A ver: autoridad de la voz narrativa (acabo de ver que no está en el glosario, tendré que incluirlo). Decir que la voz narrativa (quien nos cuenta la historia) tiene autoridad quiere decir que está capacitada para contar la historia que pretende contarnos. Es decir, por ejemplo en este caso, en el que la protagonista (y quien narra la historia) es teóricamente médico, debería demostrarle al lector que tiene unos conocimientos sobre medicina que encajen con lo que no está diciendo de sí misma (que es médico): nosotros tenemos que creernos ya no que no está contando la verdad, sino que sabe de lo que habla.

    (Hay otras maneras de establecer la autoridad, pero toma este ejemplo sencillo:) Imagina que tenemos un libro narrado por un personaje que es mecánico y resulta que en la primera página te está contando cómo desmonta un motor y llama a todas las piezas "cachivache" y "pieza de metal". Y ahora figúrate a ese mismo personaje describiendo la misma escena, pero utilizando palabras como "tubo de succión", "eje de balancines", "árbol de levas"... De un mecánico que no parece saber cómo se llaman las partes de un motor difícilmente me voy a creer que esté capacitado para contarme nada.

    Hay, además, dos tipos de autoridad narrativa: la racional y la emocional. La racional tiene más que ver con los conocimientos que se supone que maneja el personaje o el narrador; mientras que la emocional está relacionada con los sentimientos y la madurez emocional (obviamente). Por ejemplo, muchas veces es difícil que una persona muy joven escriba de manera creíble sobre personajes mucho mayores que ella misma, porque no cuenta con la experiencia vital ni la madurez emocional como para "sonar adulto".

    Espero estarme explicando xD

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  5. Gracias Ortiga.
    O sea es una faceta más de la coherencia del personaje. Pero no sabía que se llamaba así.

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  6. Bueno, es una faceta más si consideras a la voz narrativa como personaje (aunque luego no sea un personaje "de verdad" dentro de la novela). Si no es el caso, a pesar de todo el narrador debería tener una autoridad bien establecida :)

    En otro orden de cosas...
    ¡Diantres, que no os metáis con el pollo! ARRGGGHH!!

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  7. hace un par de horas lo termine de leer y pues me eh tirado un par de carcajadas con tu critica xD jajajaja este libro es verdaderamente ilógico ¡¿quien necesita ver hora de aventura?! aquí tiene cosas ilógicas hasta para regalar.

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