Queridas, queridas malas hierbas.
No me puedo creer que este día haya llegado. Ha pasado tantísimo tiempo desde que lo planeamos. Qué vueltas da la vida, cielos.
Me estoy sintiendo vieja. Así que vamos a dejar el tema y, sin más dilación, procedamos con las Jornadas Rowling (ejem, sin más dilación: esta entrada tenía que haberse publicado el 14 de febrero, pero a Ortiga le surgió un tema urgente, así que ¡feliz San Valentín con retraso!).
Inauguramos estas jornadas con ¿el primer libro? Pfff por quién me tomas, soy hasta incapaz de empezar los cuadernos por la primera página Harry Potter y el prisionero de Azkaban, que sería el segundo libro de la saga que me leí (el primero fue el cuarto, ya os he hablado de mi problema con empezar las cosas por su sitio), y que comparado con El cáliz de fuego me pareció un soplo de aire fresco. ¡A Harry le pasan cosas malas! ¡No es el protagonista L'Oréal al paso del cual se van abriendo las aguas. Por supuesto al final de la novela, a pesar de que vuelve con sus tíos maltratadores, todo es divino, tiene la mejor escoba del mundo, un padrino peligroso pero que le quiere y le protegerá, ha ganado todo lo que se puede ganar en el colegio (Mira, Malfoy, ¡Dumbledore dice que mi christmas es mas guay que el tuyo! ¡Chincha! Esto solo demuestra que sois los malos), ha salvado a un bicho poniendo en peligro la vida de ni se sabe cuántas personas (hey, y también salva a Buckbeak :D), ha fastidiado la vida a Snape, ha conocido a un amigo de su padre, el lugarteniente que ha enviado a Voldemort no puede ser más manco (lol, ¿lo pilláis? Ya está, ya me callo), Dumbledore le ha dado permiso crípticamente para hacer cosas prohibidas, ha comido chocolate en cantidades ingentes, ha conseguido hacer un hechizo que pocos magos pueden hacer porque él lo vale y gasp! ¡Sorpresa! Plot twist! ¡Qué me cuentas! Su patronus adopta la forma animal de su padre, que, como todo el mundo sabe y le repite continuamente, era superdotado y molaba muy fuerte y Harry se le parece en todo (excepto los ojos, que son de la madre. Es lo único que se comenta de ella, a pesar de que parezca que tenga más dedos de frente que el padre, pero para qué vamos a hablar de eso. No. Harry tiene sus ojos. Sus preciosos ojos).
Hagamos una cosa. Primero os voy a hablar de los aspectos más técnicos de la novela, que en realidad son un poco lo mismo que para la mayoría de novelas juveniles que criticamos en el Jardín (salvo, por supuesto, las de la sección de Los olvidados). Y luego ya nos reímos.
La prosa es EXPLICATIVA. Explicativa es poco, de hecho. Soy consciente de que es un libro para críos, pero dioses, qué manera de destripar todo lo que sucede en cada escena. Y no olvidemos que los protagonistas tienen trece años: si el libro va dirigido a lectores de esa edad, me parece que ya son bastante mayorzotes como para andar aclarándoles que cuando Harry le grita a un profesor en mayúsculas es porque está enfadado.
La selección de elementos no es nada del otro mundo, pero la mayor parte del tiempo no es ofensiva. Muy normalita, a veces abusa de adjetivos demasiado cercanos a la conciencia (bonito, guapa, impresionante… ya sabéis).
El narrador está en tercera persona y va pegado a la nuca de Harry. En teoría solo utiliza lenguaje de la conciencia en lo que respecta a él porque sólo sabe lo que piensa y siente el protagonista, pero a veces se despista y habla de los demás personajes.
La autoridad narrativa, por cierto, brilla por su ausencia. A nivel emocional, plantea situaciones con una carga dramática bastante importante de forma intrascendente, e incluso cómica. Se banalizan el maltrato, el bullying, la seguridad física y emocional de los menores, la responsabilidad de los adultos y un largo y preocupante etcétera. En fin. En general resulta inverosímil que lo que describe sean los sentimientos de un crío de trece años maltratado durante toda su vida. No cuela.
A nivel racional lo hace algo mejor, pero no nos hagamos ilusiones. En ocasiones compara las maravillas que descubre Harry en el mundo mágico con aspectos de la vida muggle. No obstante, a Harry le falta curiosidad, y a la prosa, desfamiliarizaciones, para que sea una autoridad racional decente. Además, hay ocasiones en las que personajes como Lee Jordan o Draco Malfoy hacen referencia a objetos muggles (un paracaídas…), así como otras incoherencias a nivel de worldbuilding. Y… en fin. Adiós, autoridad racional, fue un placer verte de lejos.
Por cierto, por si os lo estabais preguntando, no, no hay núcleo. A ver qué os pensabais.
Sí hay algo de subtext en los diálogos (Rowling a continuación nos los destripa amablemente en las acotaciones), y gracias a la obsesión de la autora con los misterios y los plot twist, también hay algún que otro silencio (la coherencia a veces sale volando por la ventana. Luego os hablo de eso, cuando comentemos los personajes), pero bueno. Lo he visto peor. Aparte de eso, las voces no están demasiado construidas. Si acaso las de personajes tan caricaturizados que es imposible no reconocerlos, pero poco más.
Los personajes son planos (por todos los cielos, los gemelos hasta comparten una única personalidad. Rowling en general me resulta francamente ofensiva cuando hace estas cosas). Recuerdo que sí me gusto del libro cuando lo leí de cría que por ejemplo introduce el personaje de Cho sin especificar que es asiática y sin hacer comentarios. Es una chica y a Harry le parece guapa y ya está (ahí está la otra cara de la moneda que no supe ver de niña: es chica y es guapa, ¿es necesario saber algo más de ella?). Ahora lo leo y me estresa profundamente cuando se usan estos token characters.
Volviendo al tema de los personajes. Planos. Y maniqueístas. Harry es un dechado de virtudes, como todos los Gryffindor (ojo, no digo que me parezcan perfectos, digo que a Rowling se lo parecen y los presenta así, lo cual me parece ridículamente tóxico teniendo en cuenta que estamos hablando de un libros para críos tan moralista) y los Slytherin son muy malos. Habrá quien me diga que no es Rowling, es el narrador pegado a la nuca de Harry, hablando de la visión del mundo de Harry. Y yo seguiré diciendo que es Rowling. Es como cuando Harry fangirlea sobre lo guapérrimo que es Sirius. Puedes oír a Rowling detrás de las palabras del narrador, no al protagonista. En el caso de Sirius es mondante (notice me, asesino que quiere matarme, digooo padrino veinte años mayor que yo senpai). En este, no tanto.
Además, no tienen objetivos contradictorios ni subjetivos. Bah, miento, algún objetivo contradictorio tiene Harry, cuando desea enfrentarse a los dementores para volver a oír a su madre, pero está inmediatamente explicitado (por cierto, me gustaría que supierais que solo retenemos recuerdos de a partir de los tres años, así que las voces que oye Harry son un delirio suyo, no un recuerdo real). En cualquier caso, sus objetivos son ridículos en extremo para un chaval de trece años. Ajam, verás, voy a ir a matar a un tipo que he oído que traicionó a mis padres y se cargó a trece personas de golpe y me está buscando por el castillo con un cuchillo. Porque yo lo valgo, y no es como si trece años de maltrato y vejaciones me hayan dejado una autoestima frágil y unas secuelas importantes (lo veis? Trece personas y trece años. Es una señal, soy el Elegido O.O) . Mirad, ya que sacamos el tema, le pega más a Neville ser el producto de la crianza de los Dursley que a Harry. Pero no, la abuela de Neville es mucho más dañina en términos de autoestima, dónde va a parar.
Harry tampoco experimenta ningún cambio, por cierto (y quien dice Harry dice cualquiera de los personajes). Todos acaban el libro más o menos como empezaron, sin ninguna evolución psicológica notable.
Hablando de incoherencias, los personajes están plagaditos de ellas. Antes he mencionado a Malfoy y su conocimiento profundo de los paracaídas y otros artefactos muggles, pero también podría mencionar el examen de Hermione. Sí, mira, esto es una examen/carrera de obstáculos en el que nos enfrentamos a criaturas que hemos estudiado durante el año y que quieren matarnos, pero dentro de un tronco hueco me encuentro a mi tutora que me dice que he suspendido y yo, que supuestamente soy la bruja más inteligente de mi edad y sé que este es un miedo mío y que en el temario hay un bicho que se transforma en mi mayor temor, ¿qué es lo que hago? Creerme que mi tutora me está esperando de verdad en mitad de un examen dentro de un árbol hueco y salir llorando destrozada. Por supuesto. ¿Os he dicho ya que soy superdotada?*. Dios, habría sido tan fantástico que hubiera mentido y que en realidad hubiera visto otra cosa, por ejemplo algo que mostrara un poco de coherencia con el personaje, quizás algo que tuviera que ver con los eventos traumáticos que han vivido estos críos, como enfrentarse a un hombre lobo, a un loco no-asesino y a un loco asesino en una misma noche. Por ejemplo.
Pues así con todo. ¿Coherencia? Lol, qué es eso. [Esa es mi imagen mental de Rowling mientras escribía los libros].
*O eso, o McGonagall tiene una faceta muy espontánea y aventurera que desconocemos. O estaba metida ahí dentro en forma de gato. O ambas. ¿De qué tamaño de tronco estamos hablando exactamente? Me están viniendo unos vibes muy chungos de El laberinto del fauno. Ahí tenéis la prueba de que Lupin es una mente enferma.
Por cierto. Antes he dicho que este libro no tenía núcleo. Digamos que no es porque Rowling no tuviera una lejana intención al respecto. En esta novela parece que está intentando hablar del miedo (el Grim, los dementores, los boggarts, la decisión de Lupin de callarse lo de los pasadizos con tal de no decepcionar a Dumbledore, la traición de Pettigrew…). Pero no lo consigue. Este tipo de cosas apoyarían el núcleo en el texto, pero no constituyen en sí el núcleo: este se construye a través del personaje y los objetivos, y Harry, me temo, es prácticamente impermeable al miedo. Es un milagro de la naturaleza que siga vivo a estas alturas (y en fin, ya hemos visto que mérito suyo no es).
Y ahora vamos a la parte en la que me río. Y como me está quedando una entrada larga, voy a dividirla en dos, así que el miércoles de la semana que viene pasaos por el Jardín para terminar de destripar al prisionero de Azkaban. Ejem. El libro. Por supuesto que me refiero al libro.
Malfoy, esa maravillosa y contradictoria criatura.
No sé si lo sabéis, pero Rowling admitió en una entrevista que encontraba muy extraño que los fans escribieran historias shippeando a Malfoy (y que en general les pareciera atractivo), sobre todo en comparación con el sex appeal de otros personajes de su saga, como por ejemplo… Tom Riddle. No lo digo yo, lo dijo ella (o eso me aseguró Ortiga). Por lo visto es mucho más lógico encontrar atractivo a un genocida viejo pellejo con un futuro nada halagüeño de calvicie y rinoplastias fuera de control (y el pequeño detalle de que tiene su alma repartida en muchos tuppers para llevar) que a un cretinillo malcriado y racista de la edad de los lectores.
Como veis, la autora no parece tener muy claro qué tipo de personaje ha creado, y esto se refleja a lo largo de todo el libro.
Ya lo he mencionado antes, pero no me canso de pensarlo: ¡Malfoy sabe lo que es un paracaídas! Cuando Harry se va fardar con su Saeta de Fuego al comedor, Malfoy comenta lo siguiente:
—Muchas características especiales, ¿verdad? —dijo Malfoy, con un brillo de malicia en los ojos—. Es una pena que no incluya paracaídas, por si aparece algún dementor.
Ahí donde le veis, este crío supremacista lleva una vida secreta como friki de los artilugios muggles y lo sabe todo sobre ellos. Es fan en la clandestinidad del señor Weasley, qué os apostáis.
Además, aunque se trata de un Slytherin odiado por las demás casas (bueno, como todos los Slytherin, qué os voy a contar), todo el mundo se dedica a reírle las gracias. ¿No os lo creéis? Malfoy tiene un futuro prometedor como imitador en el club de la comedia. Después del viaje en tren a Hogwarts, se dedica a fingir desmayos cada vez que Harry pasa cerca y todo el mundo se desternilla. Es TAN gracioso ver a un crío haciendo la misma pantomima dos mil veces. Y Malfoy es TAN popular y carismático que cómo no iba a arrastrar a todo el mundo al jolgorio.
Aparte de todo esto… No sé, será humor inglés, pero fíjate que a mí la gente que se desmaya por ver a un bicho tope siniestro como lo es un dementor (que encima tiene el superpoder de sorberte la alegría y el alma y está cubierto de pústulas, para más inri) pues como que no me hace demasiada gracia. Soy una excéntrica.
En realidad, yo visualizo a otro personaje de esta saga burlándose de un compañero y arrastrando a todos los demás al chiste. ¿Queréis saber a quién? Redoble de tambores… ¡James Potter! Ese sí es un bravucón carismático con dotes de líder y poder sobre las masas. No me digáis que no es mucho más verosímil.
Dios, cómo aborrezco a James Potter.
Otro momento fantástico de mundo al revés es cuando Malfoy le dice a Harry lo siguiente:
—Tal vez prefieres no arriesgar el cuello —dijo—. Se lo quieres dejar a los dementores, ¿verdad? Pero en tu caso, yo buscaría venganza. Lo cazaría yo mismo.
Ehhhhhm. Ya. Y cuela. Y a Harry no se le ocurre decirle algo en la línea de, no sé:
—Tío. Qué yo estoy en la casa de los valientes. Y tú en la de los cobardes. Vamos, que no. Que ni lo intentes. Que no cuela, flipaíllo.
Nop.
Incoherencias a nivele docente e instalaciones.
Los profesores de Hogwarts no solo son mala gente, son perniciosos, entre ellos y, más preocupantemente, hacia los menores a su cargo.
Snape, siendo el profesor odiado por excelencia (¡Slytherin! Plot twist!), no podía faltar en este apartado. Y mi pregunta es ¿cómo es que nadie lo denuncia? Oh, bueno, ya que parece ser que en el mundo de Rowling el maltrato da igual (no, no en el mundo de los magos. En el de Rowling. En una de las primeras escenas del libro hay una escena cómica sobre cómo una tía de los Dursley piensa que a Harry no le pegan lo suficiente en el colegio al que asiste. Hilarious), ¿por qué nadie abandona su clase, como hace Hermione con adivinación?
Por cierto. En otra escena los gemelos se ríen al recordar que su madre les pegó con una escoba. Castigos físicos. Me parto.
En fin, lo que hace Snape con Neville califica perfectamente como maltrato. Hay una escena en este libro en la que de hecho le suministra una poción hecha por Neville al sapo de este bajo la suposición de que es muy probable que el bicho muera envenenado. Yo no sé vosotros, pero yo me largaría de allí. Y si no pudiera, me bebería también la poción. ¿Tú matas a mi mascota? Ok. Igual nadie te pide explicaciones por un animal muerto porque aquí todo el mundo está loco, pero a ver cómo explicas lo de un alumno muerto en tu clase.
Nadie toca a mi gata. Nadie.
En realidad la mayoría de la gente en Hogwarts odia a Snape porque favorece a los Slytherin. Quiero decir, no como el resto del profesorado y el director, que favorecen a Gryffindor. Porque son los buenos. Francamente, no sé en qué está pensando Snape.
Hagrid, por otro lado, nunca especifica ante los estudiantes que los hipogrifos entienden el lenguaje humano y que se pueden ofender si les llamas idiotas. Honestamente, vas a tener que ser más específico si quieres que tus estudiantes salgan con vida de un encuentro con criaturas mágicas y enormes (y súper, súper chetadas, como todas las criaturas que se inventa Rowling, con la sola salvedad de los gusarajos, que al mismo son chetados en su insustancialidad). Total, que creo que la denuncia de Malfoy es merecida, pero tendrían que haber despedido a Hagrid (y al resto de profesores, que para algo son un peligro para todo el mundo) y haber dejado en paz a Buckbeak.
En una escena más adelante, Hagrid recibe a nuestro trío maravilla borracho. Y les grita. ¡Yay! ¡Viva la docencia sana!
Luego tenemos a McGongall.
Qué tirria le tengo a McGonagall.
No solamente es muy hipócrita (pone a parir a Trelawney, para a continuación añadir algo tipo “si no fuera porque nunca hablo mal de mis colegas…” Ehhhhm, hace como tres segundos escasos que lo has hecho. Pero nada, tú sigue nadando, Dory), sino que además es una irresponsable. Y, francamente, cruel.
Cuando llega toda la clase traumatizada porque Trelawney ha predicho la muerte de Harry, McGonagall se pica porque nadie le aplaude al transformarse en gato, banaliza la preocupación de sus alumnos y pone a parir a su compañera de trabajo. Todo en una escena.
En otro momento, cuando está hablando sobre Black con el Ministro comenta que siempre fue muy dura con Pettigrew por no ser tan listo como James y Sirius y que se siente fatal porque está muerto.
Vamos, ya hay que ser mezquina. Tratar mal a un estudiante por no ser tan listo como los más listos de su clase WTF, y encima solo sentirte mal por ello cuando dicho estudiante muere.
Claro, que la respuesta del Ministro no tiene desperdicio. Le dice algo en la línea de “quita, quita, mujer, si murió como un héroe”.
Sí, hombre, sí. Seguro que eso le consoló en sus últimos momentos. Estoy aquí muriendo desintegrado, pero ¡eh! ¡Como un héroe! Eso me quita un poco la espinita de que mi tutora fuera una puñetera borde conmigo :_D
Para más inri, la mujer parece estar determinada a repetir sus errores con Neville. Cuando este pierde las contraseñas (resulta que al final el pobre no tiene nada que ver, se las roba el gato de Hermione), esta mujer se dedica a hacerle la vida imposible al pobre chaval. Claro que sí, mujer. Él es el único responsable de que el asesino que tenéis suelto por el castillo desde hace semanas haya atacado, no los docentes a cargo de todos estos menores. Estos docentes que por cierto son incapaces de llamar a los aurores (ya sabéis, si no dejáis a los dementores entrar y el loco está dentro… ¿qué tal si llamáis a gente que pueda resolveros el problema? Como el equivalente a la policía en el mundo mágico. O mejor, ya que estáis ¿qué tal si evacuáis el castillo? Ideas, ideas).
Vamos, esta señora es la responsable de la casa de Gryffindor y culpa a un crío de trece años desmemoriado de haberse comportado como un crío de trece años desmemoriado. De diez, señora. Chapeau.
Hablando de adultos que se quitan responsabilidad como quien no quiere la cosa y se dedican a colgarle el muerto a críos. ¿Qué tal si hablamos de Lupin? Hay una escena en que pilla a Harry con el mapa del merodeador, cuando acaba de regresar a hurtadillas de Hogsmeade. Le dice lo siguiente:
—Nos hemos visto —dijo Lupin lacónicamente. Miraba a Harry más serio que nunca—. No esperes que te vuelva a encubrir; Harry. No puedo conseguir que te tomes en serio a Sirius Black, pero creía que los gritos que oyes cuando se te aproximan los dementores te habían hecho algún efecto. Tus padres dieron su vida para que tú siguieras vivo, Harry Y tú les correspondes muy mal... cambiando su sacrificio por una bolsa de artículos de broma.
Hola, Lupin, querido. Precioso guilt trip el que le acabas de meter a un crío inconsciente, pero ¿por qué mejor no hablamos de cómo has correspondido tú al sacrificio de tu mejor amigo para salvar la vida de su hijo? Por ejemplo, encubriendo al que crees que es su asesino (y el de Pettigrew) con tal de no quedar mal con Dumbledore por algo que hiciste con quince años. Por ejemplo.
Lo dicho, cómo osan los críos actuar como críos y no como adultos responsables. Mientras tanto, los adultos responsables de verdad van tan pichis por la vida. Qué felicidad.
Pero hablemos de más momentos estelares de Lupin. Como el momento del boggart. No voy a poder hacerle justicia, pero esa escena en concreto es oro puro. Hay tantas cosas que podría decir en general de los libros de Harry Potter que creo que tendría que rellenar uno de garabatos. En fin, la escena del boggart la comentaré en profundidad en la segunda entrada que voy a dedicar a este libro, pero sí quiero hablar de la icónica imagen del mayor miedo de Neville.
El mayor miedo de Neville es Snape, cosa comprensible teniendo en cuenta las burradas que este profesor le hace. ¿Solución de Lupin? Vamos a reírnos del miedo. Y para ello vas a imaginarte a Snape vestido de mujer. De mujer anciana, para más señas. Porque ya sabéis, muchachos, no hay nada más gracioso que un hombre vestido de mujer, sobre todo si la mujer no es JOVEN (Dios nos libre, cómo osa).
Personalmente, yo siento una admiración profunda por esa señora, y nada ni nadie podrán nunca hacerme cambiar de opinión. O sea. Lleva un sombrero con un BUITRE DISECADO. En LA CABEZA. Esta mujer sobreviviría a la Revolución Francesa
En serio, visualizad esta situación en un instituto. Un profesor os trata muy mal, y el profe guay pinta a su colega vestido de mujer y os insta a reíros “para vencer vuestro miedo”. Muy encantador y profesional todo, no me digáis que no, sobre todo teniendo en cuenta el pasado de víctima de bullying de Snape a manos de los merodeadores.
Lo peor de todo es que Lupin sabe perfectamente que la gracia del boggart la va a pagar Neville y aun así la lleva a cabo. Muy lamentable.
Además, y esto me estresa en grado sumo, le tiene un enchufe a Gryffindor ridículo. Les da como mil puntos después de la clase del boggart, porque hey, yo no soy como Snape, chicos, yo solo os beneficio absurdamente cuando no hay alumnos de otras casas cerca para juzgarme.
Podríamos hablar también del examen que se le ocurre a esta mente enferma, por qué no (¡carrera de obstáculos de bichos que intentan activamente mataros! ¡Buena suerte! LOL ¡Espero que seáis Gryffindors, como yo!).
Agh. Estaría toda la vida poniendo a parir a Lupin. No sé qué hace fuera de Hufflepuff, honestamente (no que esto sea algo malo, pero este hombre no es Gryffindor ni en sus sueños).
Agh 2.0. Me estoy eternizando.
Para ir acabando la entrada de hoy, voy a mencionar también a Dumbledore. De Dumbledore también se pueden escribir ríos de tinta, pero me voy a quedar con una cosa. La primera vez que Sirius ataca, a este buen hombre se le ocurre la brillantísima idea (otro de los personajes de Rowling que se nos presenta como un genio) de meter a todos los alumnos en el comedor para dormir y de dejar a los prefectos de quince años haciendo guardias mientras todos los adultos (que son cuatro gatos) SE PIRAN a buscar a Black por todo el castillo.
Ole.
Francamente, me pregunto si su plan secreto no era precisamente usar a los alumnos como cebo. Yo ahí lo dejo caer.
En fin, tantas, tantas cosas. Me estoy dejando varias de este apartado, pero es tardísimo y llevo ocho páginas en Word, y me quedan ni se sabe.
De esta sección también quiero comentar por encima lo ridículo que es Hogwarts en general. Dejando de lado las escaleras que se mueven aleatoriamente, para llegar a cada aula tienes que cruzarte un castillo entero (¿clase de pociones y luego clase de adivinación? Espero que hayas hecho el camino de Santiago). No sé si es que a los profesores no les importa que los estudiantes lleguen tarde o a Rowling no le importa que lo sepamos, quién sabe, pero los trayectos entre clase y clase tienen que ser eternos. Por suerte, imagino que Malfoy los irá amenizando.
En fin, queridas malas hierbas, ¡hasta la próxima! Nos vemos el miércoles que viene con garabatos by Zarza, fotos, memes y mucho odio hacia Rowling.
No os quiere,
Z.
P.S: ¿Que quién es Lupio? Ya querríais saberlo.
P.S: ¿Que quién es Lupio? Ya querríais saberlo.
¡POR FIN! y para mejor ¡INICIAN CON MI LIBRO FAVORITO DE LA SAGA! la verdad es que estos libros los he leído una sola vez (conozco gente que se los ha ha leído unas 7 veces) y de tirón los 17 luego de verme todas la películas, por alguna razón que no sabría explicar siempre me habían agradado los merodeadores, es raro, porque individualmente no aguanto a ninguno y en especial a James, pero por alguna razón Los Merodeadores... no sé, como que sonaba bonito XD
ResponderEliminarHe notado en esta entrada un montón de cosas que son muy ciertas y que no habá notado antes en la lectura, con todo, Dumbledore, Snape y Malfoy siguen siendo mis personajes favoritos, básicamente porque me los creo mas que a los otros personajes, al menos les veo alguna zona gris que ni por asomo a los otros, todos son super buenos o super malos y ya. Al menos estos tienen motivos para hacer lo que hacen, motivos que me parecen mas creíbles que darcelas de héroes o villanos.
Otra cosa que me enoja mucho es el tema de las casas, Rowling podrá crear todo el Pottermore que quiera para defender las casas pero durante la saga no hace mas que santificar a los Gryffindor como si fueran héroes y satanizar a los Slytherin cuando en general me parece que las características que tienen son casi las mismas, pinta como a los Salytherin como cobardes cuando se supone que son astutos, a los Ravenclaw los pone como los inteligentes y poco más, para terminar a los Haffulpuff como los inútiles, cuando se supone que son leales, nada mas Cedric hacía cosas que merecian reconocimiento pero va y se lo carga >:(
No sabe hacer una caracterización decente esta señora, se nota, pero sigo prefiriendo la casa de Slytherin.
Como punto final hay algo que me enoja muchísimo de esta saga en concreto, bueno, varias cosas, pero lo principal es que no hay ninguna diversidad, el único personaje que no es haterosexual es Dumbledore y los lectores solo lo llegamos a confirmar por un comunicado de la autora, tal vez es solo mi apreciación personal, pero me aprece que incluso este hecho se castiga, el hombre se enamora una sola vez y va y se enamora de un psicótico que ni lo valora y que no solo le acaba con la familia sino que ademas casi acaba con el mundo.
Esto ya me quedó insufriblemente largo ^-^
P.D: lo lamento por mi pésima ortografía, de aquí en adelante me comprometo a escribir los comentarios en un word y corregirlos antes de ponerlos en la caja de comentarios U.U
ResponderEliminarPensé que no viviría para ver el día en que llegarían las Jornadas Rowling. T_T
ResponderEliminarVa comentario con impresiones tan aleatorias y desordenadas como le gusta a Zarza:
- ¡Por fin alguien más nota lo de Lupin! Siempre lo presentan como el mejor profesor por ser un enrollado y se la pela la seguridad de su alumnado, prefiere su puesto. Que sabía lo de la casa de los gritos, y que Black era un animago que conocía todos los pasadizos, información vital, y se la calla. Además de ser un irresponsable que se olvida/pasa de tomarse la poción contra la licantropía a menos que se la lleven expresamente y se lo estén recordando, sabiendo que vive rodeado de alumnado y podría hacer una matanza y contagiar a mucha gente de olvidarse.
- Hagrid es un personaje que defienden a través de Rowling cuando da asco como profesor, además de estar ahí por enchufe y sin estudios. El profesorado no es muy bueno, pero él es lo peor de lo peor. Que lo hubieran dejado en su puesto de guardabosques, que fíjate si será malo que no le gusta a nadie como profesor pese a la competencia que tiene.
- A Lucios lo imaginaba como el único que se implicaba en el consejo escolar y, por mucho que lo quieran dejar como el malo rastrero porque querer que sacrifiquen a Buckbear, tiene razón. Me pongo en situación y pienso en un hijo con una grave herida por un profesor incompetente que ni sabía como reaccionar y no paro hasta que lo echen. Porque coge a Malfoy y corre con él a la enfermería, o sea que si hubiera sido una herida más grave ahí que se muere que él no sabía que hacer. Al menos Snape tenía antídotos preparados y McGonagall sabía deshacer hechizos que salían mal. #TeamMalfoy
- Ojalá Harry hubiera sido un Voldemort 2.0 que odiara a muggles por el maltrato y hubiera empezado a usar sus poderes contra la familia Dursley. Así el personaje tendría una personalidad más coherente y molaría más porque sería más complejo. Y sería repugnante, pero, ñeh, al menos se reconocería que lo es.
- Por eso tanta gente apoya a Slytherin, como los machacan por hacer lo mismo que el trío maravilla y la gente de las otras casas dan penita y te pones de su parte. Al menos van con la verdad por delante sobre cómo son.
- Dumblerore el genio, que habla de integración y luego ponen a toda la descendencia de nazis en Slytherin y la discriminan activamente desde que tienen 11 añitos. Luego, ante lo anterior, confirman sus prejuicios y se hacen nazis en lugar de integrarse y él va de bueno porque “da segundas oportunidades”. Si hubieras dado la primera no habría hecho falta la segunda, tu lo que quieres es que te laman la botas.
- Espero impaciente que pongas a parir a Ron. A los gemelos también, pero no trago que Ron sea el ejemplo de amigo leal. Luego cada que le tocan su complejo de inferioridad te deja en la estacada o se coge un cabreo, pero el muy genio se junta con el famoso y la más lista, para asegurarse de que nunca va a destacar. Este tampoco es Gryffindor ni de broma, está ahí por descarte, creo yo. Hufflepuff no podía ser porque son leales, Ravenclaw no que son gente inteligente y Slytherin tampoco que al menos son gente con ambición e ingenioso, así que para Gryffindor convalidando el valor por ser idiota y tirarse de cabeza a las situaciones de peligro.
- Cuando hables más de las casas también espero que comentes el curioso hecho de que la gente que las fundó tenía nombres y apellidos que empezaban con la misma letra. Esto siempre me hizo preguntarme cómo se llamaba la gente que fundó los colegios mágicos de otros países. ¿Serían del estilo: Sancha Sánchez, Ruy Rufián, Urraca Ulloa y Felipe Fernández en España?
**Se abren los cielos y un coro de ángeles entona el aleluya**
ResponderEliminarGracias, chicas, las malas hierbas nos sentíamos tan solas llevándonos las manos a la cabeza ante las movidas que hacía Rowling...
Marcelita, lo de esta mujer y la homosexualidad de Dumbledore es para echarle de comer aparte. Que odio a Dumbledore, no nos confundamos, pero qué rabia me da. "Ah, sí, es gay, y no sale en la novela, pero hey, soy muy progre e inclusiva".
Por cierto, me parece razonable que Lucius denuncie a Hagrid por explicar mal el tema de los hipogrifos, pero el bicho no tiene culpa de nada. Lo que no me parece ni medio normal es que denuncien lo del hipogrifo y no lo de los doscientos bichos que Lupin les enseña en Defensa y que buscan activamente matar a los estudiantes, o las normas del quidditch o, no sé, el basilisco, el asesino que anda suelto, la maltratadora de Umbridge, los mortífagos, los dementores... Cada año hay una muy buena razón para sacar a tu hijo de ese colegio.
ODIO A RON.
Siguiente.
Sí, lo de Dumbledore y el efecto Pigmalión es una cosa muy chunga que ya habíamos notado [CÓMO NO NOTARLO] y no hace más que acrecentar mi odio por este personaje.
Y, por último, Selenita, los nombres que has escogido para los posibles fundadores de Hogwarts en España son la leche (Ruy Rufián y Urraca Ulloa LOL). Iba a comentarlo en el segundo libro, si no se me ha adelantado Ortiga con el primero (es como seh, solo os falta Lois Lane, no te fastidia).
Hablando de cómo sería Hogwarts en España... **Las malas hierbas se frotan las manos**
-Marcelita se infarta porque es fan de Zarza y le respondió... cinco minutos después deja tanta pendejada y se digna a responder porque el tema le interesa-
ResponderEliminarNo se, a mi me parece que si le diera una leída de nuevo acabaría odiando a casi todos (menos los Malfoy, desde niña que me molan los villanos, mi madre piensa que estoy loca por esa razón :D). Recuerdo haberlos leído al tiro hace como 5 años y saliendo de un bajón de depresión y problemas de comprensión lectora, así que no fui muy objetiva con la lectura, me valía cualquier cosa que me hiciera reír y que pudiera entender XD
Dejando la anécdota de lado, Selenita también ha mencionado varios puntos interesantes que no había notado, como el tema de las casas, nunca me quedó claro con qué criterio hacia las selecciones ese condenado sombrero, me recuerda algo a las facciones de divergente:
"Mira, se supone que para que nuestra sociedad funcione (en Harry Potter: Hogwarts), debemos asignarte alguna función dentro del sistema, lo que pasa es que se nos olvidó que lo que vamos a agrupar así son humanos, ya sabes: complejos, contradictorios, que cambian de opinión y toda la cosa; entonces simplemente asumimos que estas programadito como un robot y nos tomamos el trabajo de decirte cuál es tu función aquí, pero no te preocupes, que de todas formas tu puedes elegir qué quieres hacer, al final resulta que tú eres el que decide" y yo es que no entiendo nada, porque una persona puede perfectamente ser valiente, ambiciosa, leal e inteligente. Tal vez no todo el tiempo, pero el punto es que no son características mutuamente excluyentes ¿entonces para donde lo mandan? y de todas formas perece que importa un cuerno que habilidades o características tengas, porque a fin de cuentas vas y le ruegas al sombrero medio segundo y te manda donde te da la real gana de ir.
Yo no culparía de todo a Dumbledore (pero no es libre de culpa), porque él no es el que asigna las casas, igual me pregunto cómo hacen para los dormitorios, parece que nunca tienen sobrecupo, convenientemente siempre son suficientes y tampoco he visto que sobren camas ¿alguna vez les habrá pasado que llegaran los nuevos estudiantes un año y ninguno fuera asignado a una casa? (como que en un año no hubieran estidiantes seleccionados para Griffindor) ¿cuál sería la solución de la liga de la inutilidad, aka Orden del Fénix, aka profesores de Hogwarts?
... Continuará
... Continuó
ResponderEliminarPero claro, Gryffindor son invariablemente los héroes, a fin de cuentas, el director viene de esa casa ¿Por qué iba a tomarse el trabajo de director en serio pidiéndole a los estudiantes que se respeten? No, si es mucho mejor dejarlos que se odien a muerte, y encima promovámoslo con una competición anual que de justa no tiene nada, porque los maestros igual y les dan puntos exagerados a sus casas y no hay ninguna normativa, que se va a esperar si hasta el director va y humilla públicamente a la casa de Slytherin (que se supone que es la que hace mas bullyng, pero igual y todo el mundo los odia, estudiantes y maestros) entera para darles premios a los de Gryffindor por romper las reglas, siendo que iban de último lugar.
Ha habido un montón de cosas que me parecen sumamente injustas en esta saga, las casas es solo una de ellas, pero mi vena ambientalista quema con el asunto de Buckbeack, pensándolo bien hay un montón de razones por las que denunciar al colegio, pero me da la impresión de que Rowling quería reforzar una imagen desagradable de los Malfoy, me aterra un poco que se valiera de un recurso que en el mundo real es lógico, vanalizando la seguridad y haciendo ver un tema tan serio como si fuera la rabieta de un niño pequeño, va Lucius y pide que maten al pobre bicho que no tiene ninguna culpa puesto que el responsable de la clase era Hagrid solo para que todos odiemos a los Malfoy por desquitarse con un pobre inocente y además utilizando a Draco como escudo de Hagrid, que como es de los “buenos” (y Griffindor, para más inri) pues tiene corona y no se le puede decir nada, así que mejor le ponemos delante a un Slytherin para que cargue con eso ante los lectores >:(
P.D: Lo que Rowling quiere hacernos pensar que es el sistema de casas:
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/35/Hogwarts1.jpg
Lo que realmente es:
https://i.ytimg.com/vi/23WhUhGkFoQ/hqdefault.jpg
Jajajaja, lo que me he reído. Me alegro que al fin hagáis las jornadas.
ResponderEliminarComentar que yo empecé la saga por este libro, pero qué va, no me enteraba de anda y lo dejé. Años más tarde lo empecé en el orden normal y mira, no sé cómo pudiste leerlos desordenados xD
Una última cosa, he leído por los comentarios que vais a comentar los nombres de los fundadores. Comento (por si no lo sabéis) que hay varios artículos sobre el vocabulario de Rowling y que son así a propósito para hacer rimas y juegos de palabra. En castellano estos juegos de palabras no se traducen, pero en catalán por ejemplo sí, y los nombres de objetos y personajes cambian completamente.
Un saludo,
Laura.