Sí, queridos hierbajos y hierbajas: acabo de leerme las primeras páginas de Un beso en París, libro publicado por la editorial Plataforma Neo. Como comprenderéis, entre que espero a que me enviéis cosas jugosas, tengo que entretenerme con algo (y todos sabemos que Allende no va a poder ayudarme más).
Inauguro de esta manera el evento «Neo, que te veo», que se alargará hasta que la editorial tenga a bien comunicar (de una vez por todas) el ganador de su tan esperado premio literario.
Aprovecho además para recordaros que durante este evento me voy a dedicar a destripar fragmentos más o menos descontextualizados de novelas publicadas por Neo. No voy a escribir críticas, sólo a reírme un rato. Esto significa que este evento sigue la filosofía de mi querida Dana, de Reasoning With Vampires: when I’m not fair it’s because I’m busy being funny.
Espero que lo disfrutéis.
Un beso en París, de Stephanie Perkins
Sinopsis:
«La torre Eiffel, Amélie y un montón de reyes que se llaman Luis. Esto es todo lo que Anna conoce de Francia. Por eso, cuando sus padres le anuncian que pasará un año en un internado de París, la idea no acaba de convencerla [Ortiga: pues yo la he visto muy convencida. Muy convencida de que no quiere, vamos. Cambiará de idea en cuanto aparezca El Chico, faltaría más].
Pero, en la Ciudad del Amor, conoce al chico ideal: Étienne St. Clair [Ortiga: claro. Cómo no. Zarza: tiene nombre de estación de metro, no es por nada]. Es listo, encantador y muy guapo. El único problema es que también tiene novia [Ortiga: ¡nch! Zarza: ¿tiene otras cosas, además de novia? Ortiga: ¿o es que Anna también tiene novia?]. ¿Conseguirá Anna el ansiado beso de su príncipe azul? [Ortiga: da fuq?]
El humor y la tensión [Ortiga: sexual] que se respiran [Ortiga: esnifar este tipo de cosas no puede ser muy bueno] página a página en el debut literario de Stephanie Perkins te atraparán y te llegarán al corazón [Zarza: o al cerebro].
“Agudiza bien tus sentidos [Ortiga: los tuyos y los de tus compañeros, pero los tuyos primero] y prepárate para el mejor viaje de tu vida: París, la Ciudad de la Luz, te abre sus puertas para que puedas ser testigo de la maravillosa historia de amor entre Anna y St. Clair [Ortiga: no tengo nada mejor que hacer en París, no te fastidia]. Sencilla, refrescante, inteligente, Un beso en París te conquistará desde la primera línea [Ortiga: o hará que se te caigan los ojos, a base de puntos mal puestos]. Oh, la, lá [Ortiga: ¿y ese acento? Zarza: ¿y esas comas?].” Beleth, administradora de Book Eater
"Divertida, dulce y sorprendente. Perkins nos seduce con una historia de amor que nos podría pasar mañana [Ortiga: quién no piensa entrar a un internado en París mañana mismo, ¿eh? Vamos, por algo estoy yo en París, no es por nada. Aquí os espero], acompañada de un sinfín de sonrisas, bananas y elefantes [Ortiga: y de Abú]." Daniel Ojeda, responsable de literatura juvenil en fantasymundo.com»
Las primeras páginas:
«Esto es todo lo que conozco de Francia: Madeline y Amélie y Moulin Rouge. El Arc de Triomphe y la torre Eiffel, aunque no tengo ni idea de cuál es su función. Napoleón, María Antonieta y muchos reyes que se llamaban Luis. Tampoco sé exactamente lo que hicieron, aunque creo que tiene algo que ver con la Revolución francesa, que a su vez tiene algo que ver con la Fiesta Nacional de Francia. El museo de arte se llama Louvre y tiene forma de pirámide, y la Mona Lisa vive ahí junto a esa estatua de la mujer sin brazos. Y hay un café o bistro o como se llame en cada esquina. Y mimos. Y se supone que la comida es buena y que la gente bebe mucho vino y fuma sin parar.
También me han dicho que no les gustan los norteamericanos ni las deportivas blancas.»
Esto es el mismísimo comienzo de la novela. La puntuación me saca los ojos, y ni siquiera pienso meterme a hablar de las cursivas. Por si no fuera suficiente con dividir la enumeración de la manera más aleatoria y fragmentaria posible, aislando fragmentos no oracionales entre puntos, la buena mujer se dedica a ir haciendo saltos de categoría entre los elementos de la enumeración, intercalando explicaciones sobre dichos elementos como oraciones independientes para a continuación retomar la enumeración, y hasta tenemos un salto de línea. Por el amor de una madre, ¡basta! [Zarza: una vez comentado esto, me gustaría recalcar que esta niña tiene tres años. Oh, y una pregunta más: ¿quién diablos es Madeline?]
«Desde entonces, he gritado, rogado, suplicado y llorado…», porque rogar y suplicar son dos cosas muy otras, «… así que ahora tengo un pasaporte y un visado de estudiante nuevos. Ambos documentos declaran que soy Anna Oliphant, ciudadana de Estados Unidos de América.» Un Olifante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que no se caía, fue a llamar a un par de pandas… En todo caso, es sin duda un alivio que ambos documentos se hayan puesto de acuerdo sobre tu identidad. Lo contrario podría haber dado lugar a situaciones algo problemáticas [Zarza: es una suerte que coincidan, sí, aunque el hecho de que se hayan puesto de acuerdo en afirmar que eres un Olifante puede que te traiga problemas de todas formas si un día Légolas decide pasarse a visitar. Ortiga: bueno, eso será si los de AENA la dejan subir al avión :D].
«No es que sea una desagradecida. Al fin y al cabo, es París. ¡La Ciudad de la Luz! ¡La ciudad más romántica del mundo! Soy consciente de ello. Es sólo que todo este rollo del internado internacional es más algo para él que para mí.»
¡Un él salvaje apareció! En serio, esto es comienzo de párrafo. El último referente masculino singular (que, de hecho, es el correcto: el padre de Anna) apareció en la página anterior, hace dos párrafos bien hermosos. A mí me ha descolocado entera cuando estaba leyendo.
«[V]endió su alma por dinero (el padre de Anna) y empezó a escribir libros patéticos, que se han convertido en películas todavía más patéticas…», «… empezó a escribir novelas que transcurren en cualquier pueblucho de Georgia y hablan sobre personas con buenos valores americanos, que se enamoran y luego mueren a causa de enfermedades terminales.» Anna es hija de John Green. De tal palo, tal astilla.
«La única palabra que sé en francés es oui, que significa “sí” y que hasta hace poco no sabía que se escribe o-u-i y no g-ü-í.» Así lo escribiría un americano, no me cabe duda. Que no falte la diéresis.
«Es como Hogwarts, pero sin magos guapos ni caramelos mágicos ni clases de vuelo.» ¿Pero sí… sociópatas que se hacen pasar por héroes?
«Quiero convertirme en la primera mujer crítica de cine influyente de Estados Unidos.» ¿? Pues en estas cinco páginas a mí no me da la impresión de que esta niña tenga ni pajolera de cine. Primera mención que se hace al respecto de una motivación de este calibre.
«Es tarde, pero al otro lado de la calle una mujer canta a grito pelado algo que parece ópera.» Todo el mundo sabe que resulta fisiológicamente improbable cantar ópera a partir de determinada hora de la tarde. De ahí la contraposición de ideas. [Zarza: pero ¿seguro que esta tía está en París? El grado de surrealismo de esta frase me deja patidifusa. Con la cultura de esta niña, lo mismo ha terminado en Andalucía y está escuchando unas sevillanas (que en su cabeza se parecen mucho a una ópera).]
«Papá da un abrazo de oso a mi cuerpo paralizado.» A mi cuerpo, pero a mí no, porque a mí no me quiere [Zarza: ella está tenendo una experiencia extracorporal].
«Me muerdo el labio para que me deje de temblar». Morderse ayuda. Ya sabes, la próxima vez que te tiemblen las manos antes de un examen… ¡muérdetelas! [Zarza: pues como algún día le tiemblen los párpados porque tenga un tic en el ojo...]
«Mamá me abraza otra vez y me coloca mi mechón teñido detrás de la oreja.» El mío, claro, si colocase su mechón detrás de mi oreja, tendríamos un problema.
«—Te quiero —vuelve a decirme.
Y en ese momento mi madre hace algo que, incluso después de todo el papeleo, los billetes de avión y las presentaciones, no había previsto. Algo que no tendría que haber pasado hasta dentro de un año, cuando me fuera de casa para empezar la universidad; algo para lo que no estoy preparada, aunque lo haya esperado durante días y meses y años.
Mi madre se va. Y yo estoy sola.»
Pero, en la Ciudad del Amor, conoce al chico ideal: Étienne St. Clair [Ortiga: claro. Cómo no. Zarza: tiene nombre de estación de metro, no es por nada]. Es listo, encantador y muy guapo. El único problema es que también tiene novia [Ortiga: ¡nch! Zarza: ¿tiene otras cosas, además de novia? Ortiga: ¿o es que Anna también tiene novia?]. ¿Conseguirá Anna el ansiado beso de su príncipe azul? [Ortiga: da fuq?]
El humor y la tensión [Ortiga: sexual] que se respiran [Ortiga: esnifar este tipo de cosas no puede ser muy bueno] página a página en el debut literario de Stephanie Perkins te atraparán y te llegarán al corazón [Zarza: o al cerebro].
“Agudiza bien tus sentidos [Ortiga: los tuyos y los de tus compañeros, pero los tuyos primero] y prepárate para el mejor viaje de tu vida: París, la Ciudad de la Luz, te abre sus puertas para que puedas ser testigo de la maravillosa historia de amor entre Anna y St. Clair [Ortiga: no tengo nada mejor que hacer en París, no te fastidia]. Sencilla, refrescante, inteligente, Un beso en París te conquistará desde la primera línea [Ortiga: o hará que se te caigan los ojos, a base de puntos mal puestos]. Oh, la, lá [Ortiga: ¿y ese acento? Zarza: ¿y esas comas?].” Beleth, administradora de Book Eater
"Divertida, dulce y sorprendente. Perkins nos seduce con una historia de amor que nos podría pasar mañana [Ortiga: quién no piensa entrar a un internado en París mañana mismo, ¿eh? Vamos, por algo estoy yo en París, no es por nada. Aquí os espero], acompañada de un sinfín de sonrisas, bananas y elefantes [Ortiga: y de Abú]." Daniel Ojeda, responsable de literatura juvenil en fantasymundo.com»
Las primeras páginas:
«Esto es todo lo que conozco de Francia: Madeline y Amélie y Moulin Rouge. El Arc de Triomphe y la torre Eiffel, aunque no tengo ni idea de cuál es su función. Napoleón, María Antonieta y muchos reyes que se llamaban Luis. Tampoco sé exactamente lo que hicieron, aunque creo que tiene algo que ver con la Revolución francesa, que a su vez tiene algo que ver con la Fiesta Nacional de Francia. El museo de arte se llama Louvre y tiene forma de pirámide, y la Mona Lisa vive ahí junto a esa estatua de la mujer sin brazos. Y hay un café o bistro o como se llame en cada esquina. Y mimos. Y se supone que la comida es buena y que la gente bebe mucho vino y fuma sin parar.
También me han dicho que no les gustan los norteamericanos ni las deportivas blancas.»
Esto es el mismísimo comienzo de la novela. La puntuación me saca los ojos, y ni siquiera pienso meterme a hablar de las cursivas. Por si no fuera suficiente con dividir la enumeración de la manera más aleatoria y fragmentaria posible, aislando fragmentos no oracionales entre puntos, la buena mujer se dedica a ir haciendo saltos de categoría entre los elementos de la enumeración, intercalando explicaciones sobre dichos elementos como oraciones independientes para a continuación retomar la enumeración, y hasta tenemos un salto de línea. Por el amor de una madre, ¡basta! [Zarza: una vez comentado esto, me gustaría recalcar que esta niña tiene tres años. Oh, y una pregunta más: ¿quién diablos es Madeline?]
¿Un olifante? ¡¿Dónde?! |
«No es que sea una desagradecida. Al fin y al cabo, es París. ¡La Ciudad de la Luz! ¡La ciudad más romántica del mundo! Soy consciente de ello. Es sólo que todo este rollo del internado internacional es más algo para él que para mí.»
¡Un él salvaje apareció! En serio, esto es comienzo de párrafo. El último referente masculino singular (que, de hecho, es el correcto: el padre de Anna) apareció en la página anterior, hace dos párrafos bien hermosos. A mí me ha descolocado entera cuando estaba leyendo.
«[V]endió su alma por dinero (el padre de Anna) y empezó a escribir libros patéticos, que se han convertido en películas todavía más patéticas…», «… empezó a escribir novelas que transcurren en cualquier pueblucho de Georgia y hablan sobre personas con buenos valores americanos, que se enamoran y luego mueren a causa de enfermedades terminales.» Anna es hija de John Green. De tal palo, tal astilla.
«La única palabra que sé en francés es oui, que significa “sí” y que hasta hace poco no sabía que se escribe o-u-i y no g-ü-í.» Así lo escribiría un americano, no me cabe duda. Que no falte la diéresis.
«Es como Hogwarts, pero sin magos guapos ni caramelos mágicos ni clases de vuelo.» ¿Pero sí… sociópatas que se hacen pasar por héroes?
«Quiero convertirme en la primera mujer crítica de cine influyente de Estados Unidos.» ¿? Pues en estas cinco páginas a mí no me da la impresión de que esta niña tenga ni pajolera de cine. Primera mención que se hace al respecto de una motivación de este calibre.
«Es tarde, pero al otro lado de la calle una mujer canta a grito pelado algo que parece ópera.» Todo el mundo sabe que resulta fisiológicamente improbable cantar ópera a partir de determinada hora de la tarde. De ahí la contraposición de ideas. [Zarza: pero ¿seguro que esta tía está en París? El grado de surrealismo de esta frase me deja patidifusa. Con la cultura de esta niña, lo mismo ha terminado en Andalucía y está escuchando unas sevillanas (que en su cabeza se parecen mucho a una ópera).]
«Papá da un abrazo de oso a mi cuerpo paralizado.» A mi cuerpo, pero a mí no, porque a mí no me quiere [Zarza: ella está tenendo una experiencia extracorporal].
«Me muerdo el labio para que me deje de temblar». Morderse ayuda. Ya sabes, la próxima vez que te tiemblen las manos antes de un examen… ¡muérdetelas! [Zarza: pues como algún día le tiemblen los párpados porque tenga un tic en el ojo...]
«Mamá me abraza otra vez y me coloca mi mechón teñido detrás de la oreja.» El mío, claro, si colocase su mechón detrás de mi oreja, tendríamos un problema.
«—Te quiero —vuelve a decirme.
Y en ese momento mi madre hace algo que, incluso después de todo el papeleo, los billetes de avión y las presentaciones, no había previsto. Algo que no tendría que haber pasado hasta dentro de un año, cuando me fuera de casa para empezar la universidad; algo para lo que no estoy preparada, aunque lo haya esperado durante días y meses y años.
Mi madre se va. Y yo estoy sola.»
Y Ortiga se queda un rato preguntándose qué es lo que la madre hizo antes de irse que la pobre niña quedó lo bastante traumatizada como para no poder siquiera contárselo al lector.
FIN :D
FIN :D
He muerto con lo de Anna es hija de John Green, bueno y con el final XDD
ResponderEliminarEn serio este texto me ha parecido tan plano y soso que me cuesta creer que de verdad lo haya publicado alguien y hasta ahora lo único que había escuchado de esta autora y sus libros es quera era muy original O:o
No espera, pero lo que hizo la madre fue simplemente irse, no?? o estoy demasiado dormida como para entenderlo? XD
ResponderEliminarLo de ser hija de John Green me ha matado porque es verdd, simple y llanamente. ¿Se habrá leido el aludido el libro? XD
Lo que me sorprende es que queriendo ser crítica de cine no sepa nada de parís ni de otras películas (antiguas principalmente) rodadas en parís. Yo creo que hay más cosas. Aunque sea las baguetes y los croissants. Y no sé, la gente hace intensivos de francés antes de irse a estudiar a París. No me digas tu por qué.
Me parece tan malo que jo, me apetece leerlo xD Os odio muchísimo por ello.
Espero que leais otro fragmento de libro horrible pronto jajaja
¡Un besín!
jajaja, me ha encantado xD
ResponderEliminarCasi me caigo de la silla con lo de parar el temblor a bocaos. Enorme.
ResponderEliminarCuando he visto lo de ¿Madeline? he pensado en los miserables, cuando Jan Valjan es el alcade. Pero luego me ha picado la curiosidad y creo qu. Se refiere a la iglesia.
En cualquier caso está mal escrito.
Ok. También hay una peli de dibujos que se llama así, igual con eso pretende dar a entender que sabe de cine
ResponderEliminar¿Puedo especular sobre lo que creo que va a pasar, o alguna de vosotras tiene pensado leerse el libro?
ResponderEliminarPor la web de la editorial vi un libro que pintaba interesante para analizar, pero no recuerdo cuál era >_<. Me he vuelto a meter y la verdad es que el primero, El mar de la tranquilidad http://www.plataformaneo.com/ficha/261/0/4122/el-mar-de-la-tranquilidad.html, parece muy típico, y Llévame a cualquier lugar http://www.plataformaneo.com/ficha/261/0/4110/llevame-a-cualquier-lugar.html, ya ni hablamos, porque parece más típico aún.
En serio, lo de bananas, elefantes y no sé qué más dicen me ha dejado algo muerta.
En cuanto a Madeline... Recuerdo ver hace años una película ambientada en París sobre una niña con ese nombre en un orfanato. Solo me acuerdo de cuando la ingresaban para operarla de apendicitis y de que estando ingresada conoce a una anciana que estudió en su internado.
Atte, E.
Yo creo que esa muchacha se vino a Sevilla por Semana Santa y lo que escuchó fue una saeta cantada en el balcón. Ahí está el problema. Pobre.
ResponderEliminarA mi también me ha matado eso de que es hija de John Green y además por la descripción encaja XD También los olifantes LOL
ResponderEliminarUn momento... ¿qué tienen que ver las sonrisas con las bananas y los elefantes? ¿Un elefante va caerse por culpa de una cáscara de banana y todos se ríen?
ResponderEliminar@Antille, por el momento esa es la hipótesis más probable propuesta :D Bueno, tampoco es que fuera muy difícil: sólo competías contra la mía (Abú me parecía un buen punto de unión entre tres cosas tan peregrinas...).
ResponderEliminarEn el apellido de la protagonista. Ahí están los elefante. Digooo... Olifantes. Ejem. Pobre Tolkien. Los de las bananas y las sonrisas estoy casi convencida de que es porque se trata de un libro de amor. Y a la gente es extraña y sonríe cuando está enamorada. Y porque, qué puedo decir, todo el mundo ha oído esta canción:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=pNxzHZ_754E
La autora (en verdad) no se refiere a Jhon Green si no a Nicholas Sparks, el pobre ha sido desbancado por JG, ya ni nos acordamos de Sparks, pero antes era el rey de los dramas. (Un paseo para recordar, El diario/cuaderno de Noah...)
ResponderEliminarA mí este libro sí me llama, lo ha leído gente que sé que tiene criterio y me han hablado más o menos bien (dentro del género, OJO), así que, le daré una oportunidad. De hecho, no le habeis destripado TANTO como otras novelas (claro que el fragmento era muuy corto). Saludos :)
Diablos O.O Mis ojos han leído John Green, y mi cerebro ha dicho "ah, ok, Nicholas Sparks". Ahora me siento muy desconcertada.
ResponderEliminarYo me leí este libro y la verdad es que me gustó mucho. De hecho fue mi mejor lectura del año pasado, me pareció que estaba muy bien trabajado y desarrollado (aunque quizás no redactado, todo hay que admitirlo xD).
ResponderEliminarTambién pensé en lo de John Green cuando la prota explica lo que suele escribir su padre xD Lo de las bananas y los elefantes va por una especie de coña que la prota tiene con su amiga Bridget, que como ella (la prota) se llama Anna Oliphant, la amiga le regala cosas con forma de banana (por el nombre) y elefante (por el apellido), y a cambio Anna le regala a Bridget cosas con forma de puente y otra cosa más que no recuerdo, porque no me acuerdo del apellido de la amiga. Por eso lo de las bananas y los elefantes, aunque sin duda yo también prefiero los olifantes xD
Lo de Madeline, como han dicho, es una peli sobre una niña que está en un internado, a mí me la pusieron en el colegio cuando era pequeña pero apenas me acuerdo. Y lo del final, lo que hace la madre es irse y dejar a Anna sola, que por eso ella se queja de que es algo que debería pasarle un año más tarde, cuando vaya a la universidad, y no ahora. Pero es que esta chica en ningún momento quiso irse a París, por eso está así y ni siquiera ha estudiado un poquito de francés básico. Respecto a lo de la ópera, opino como Laura Tejada: igual Anna se ha confundido y ha acabado en algún rincón de Andalucía en plena semana santa escuchando saetas, que no sólo las cantan en Sevilla :P
A la sinopsis de este libro le hace falta un buen lavado de cara, porque volviéndola a leer veo que la última frase apenas tiene relación con lo anterior y que ese "también" no encaja ahí ni con calzador. Aunque no es el primer caso de sinopsis desastrosa, ni tampoco el primer libro de esta editorial que tiene una sinopsis cogida con pinzas. Por decirlo así xD
Me encanta que hayáis mencionado mi tweet :D A ver si me animo a buscaros fragmentos, que tengo varios libros de esta editorial por casa.
¡Nos leemos!
Yo leí po rahí que la autora reconoció que el padre estaba basado en Nicholas Sparks JAJAJAJAJ. A mí el libro me gustó, como me puede gustar una telenovela colombiana: para entretenerme un fin de semana aburrido. La segunda parte me parece más floja :3
ResponderEliminar