jueves, 2 de enero de 2014
El Círculo, de Mats Strandberg y Sara B. Elfgren
Título: El círculo
Autores: Mats Strandberg y Sara B. Elfgren
«Una noche de luna llena color rojo sangre, seis chicas se ven arrastradas por una fuerza misteriosa hasta un teatro al aire libre abandonado. Días antes, un compañero apareció muerto en el instituto. Todo el mundo piensa que ha sido un suicidio. Todo el mundo… excepto ellas.
En ese misterioso lugar en ruinas, les es revelada una antigua profecía. Son las Elegidas, un grupo de brujas unidas por un poder que puede destruirlas a todas. Pronto descubren que, a pesar de sus diferencias, se necesitan las unas a las otras para dominar sus nuevos poderes y cumplir la misión que les espera. El tiempo corre en su contra. Si no descubren qué las persigue, morirán.»
Me mondo, en serio. Creo que la sinopsis es probablemente la parte más divertida de todo el libro. Olvidemos por un momento los dos sintagmas nominales absolutamente kilométricos que encabezan el texto, en la primera frase (eso suena muy natural en español, sin duda…). Olvidemos también por un momento la presencia de una (ya no tan) misteriosa «fuerza misteriosa» y del «misterioso lugar en ruinas» (¡Uuh! Es misterioso, ¿entendéis? Nos lo están diciendo. ¿Sentís ya el misterio? ¿Todavía no?).
Si, como digo, nos olvidamos de estos nimios detalles y nos centramos en el resto de la sinopsis, tras haber leído el libro cualquiera debería ser capaz de darse cuenta de que es mentira. Están hablando claramente de otro libro.
En el libro que yo me he leído, solo una de las Elegidas cree que el chico no se ha suicidado: las demás empiezan a creérselo conforme va avanzando la historia, y porque no les queda otra. Y ¿eso de que en el «misterioso lugar en ruinas» les cuentan la profecía? Otra mentira. Pero ¡si nadie sabe lo que dice la profecía! ¿Qué demonios les van a contar? De hecho, se acaba el libro, y el lector aún sigue sin saber en qué consiste la (esta sí) tan misteriosa profecía. También me gustaría saber de dónde sale eso de que tienen «un poder que puede destruirlas a todas». Eso no venía en mi libro, y me siento muy decepcionada, por cierto: a lo mejor la perspectiva de sangre me hubiera motivado un poco más.
En fin, creo que no hay mucho más que decir de la trama. Novela de aventuras mágicas para adolescentes. Profecía de Apocalipsis mundial de por medio (aunque nadie tenga muy claro en qué consiste, ni la profecía ni el Apocalipsis, vaya), adolescentes hormonadas de diecisiete años con sus típicos problemas de instituto (clases, chicos, encaprichamientos con profesores, drogas y alcohol, trastornos alimentarios, popularidad…). Nada excesivamente elaborado, ni tampoco especialmente original (además, como no se detienen en ninguno de los temas para analizarlo con un mínimo de profundidad, se quedan en contenido puramente anecdótico).
Núcleo no hay. Y es una pena, la verdad, porque el libro tenía una buena cantidad de los ingredientes necesarios para haber tratado, al menos, el trabajo en equipo y la cooperación a pesar de las diferencias individuales. Pero no, claro. Lo único «interesante» acerca de esta novela, si acaso (y esto ya irá en gustos), es la aventura en sí misma, porque no hay más. ¿Te entretiene leer sobre adolescentes con poderes mágicos en un ambiente de instituto? Entonces sí, supongo este es tu libro (personalmente, yo ya me he visto muchas pelis de esto).
Ah, aprovecharé para hacer un paréntesis con un apunte extra. Me fascina la gente que se dedica a alabar a los autores que «tienen el valor necesario para matar a sus personajes». Vamos a ver, a ver si puedo decir esto de manera que quede meridianamente claro: matar personajes sólo requiere «valor» si eres un mal escritor. Los buenos escritores saben cuándo tienen que matar o no a sus personajes, dependiendo de lo que sea necesario para apoyar el argumento de la historia. En el caso de esta novela, como ya de entrada no hay núcleo, la muerte de tal o cual personaje carece por completo de relevancia en términos narrativos. Es decir, es rigurosamente accesoria: hubiera dado lo mismo dejarlos vivos que muertos. Y eso, en términos de calidad de la obra, dice mucho en su contra. Olvidaos de esa gilimemez del «valor».
Regreso.
La voz narrativa es… difícil de identificar. Técnicamente, hay seis personajes principales (las seis chicas), y el punto de vista va saltando de una a otra sin previo aviso. Es de lo más confuso, la verdad, porque no hay ningún tipo de diferenciación de la voz narrativa de una a otra: se turnan todas el mismo narrador en tercera persona, que las sigue y las persigue por todo el pueblo. Y los autores ni siquiera tienen la decencia, al menos, de poner un titulillo con el nombre de la protagonista temporal encabezando cada fragmento, porque no os creáis tampoco que esto lo van a haciendo por capítulos salteados. No, señor. Estos, a las bravas. Dentro de cada capítulo el punto de vista puede cambiar tranquilamente tres o cuatro veces, sin previo aviso, sin venir a cuento y, por descontado, sin identificarse debidamente. Muy, muy confuso.
Autoridad racional no gasta, realmente, porque te lo cuenta todo desde el cómo ven las cosas las seis chicas, que no tienen ni idea de cómo funciona esto de la magia: parten de la ignorancia absoluta. Pero supongo que la autoridad emocional, al menos, puedo concedérsela: son todas bastante adolescentes, aunque da la sensación de que la visión que tienen los autores de la adolescencia está un tanto estereotipada.
Los personajes: prototípicos y más bien planos. Te las presentan como adolescentes de manual: la chica sobresaliente, la buena amiga, la rebelde alternativa, la popular malvada, la marginada fea y la chica con familia desestructurada. Poco más que decir de ellas, no tienen lo que se dice un conflicto interno al que aferrarse para darles algo de profundidad como personajes. Luego, la directora y el conserje desempeñan muy bien su papel de bulto. Los novios, familia, amigos y demás de las protas son personajes terciarios no construidos, y Max (profesor de… algo) es un WHAT THE FUCK, con todas las mayúsculas.
Como el misterio está mal llevado, no basta para mantener la historia en pie, y como tampoco hay argumento definido, pues eso. Así que la historia va tirando gracias exclusivamente a los objetivos conscientes inmediatos de los personajes, porque no hay más de donde rascar. Se aprecia muy claramente el tensar y relajar de la cuerda en cuanto a tensión narrativa se refiere: según van pasando de mini-objetivo a mini-objetivo; y cómo decae el interés cuando están entre medias de uno y otro.
Y ahora, la prosa. ¿Por dónde empiezo? Traducción forzada, fallos de puntuación, mala división de párrafos (con los consecuentes fallos de referente). En fin, una joya. La división de capítulos es más bien tirando a aleatoria, al igual que las cuatro (¿son cuatro?) partes en las que los autores dividen internamente el libro. La narración satura el concepto de explicativo: prácticamente no he sido capaz de encontrar una sola frase que no fuera una explicación de algo. La voz narrativa se dedica ininterrumpidamente a analizar los pensamientos, sentimientos y motivaciones de los
personajes. Literalmente, no deja nada a la interpretación: Fulanita se sintió herida por lo que había dicho Menganita; Menganita pensó que no quería volver a estar sola; Adolfa le dijo esto a su madre porque pensaba que su madre estaba siendo injusta con ella… Blah, blah, blah. Corta el royo, maja, qué tostón.
Y… ya. Ahora me voy a reír (atención, spoilers):
-Ojo al dato: «—El círculo lo forman siete —dice Ida [Ida es la médium del grupo. Aquí está poseída.]—. Falta uno de vosotros. —Una única lágrima le corre por la mejilla—. Cuando se complete, habrá empezado a la lucha.» O sea… la lucha no va a empezar nunca, porque el que falta no es que se haya quedado dormido y llegue tarde, es que ya la ha diñado. Nada de lo que preocuparse, entonces, ¿no? :D
-Esta conversación es genial: tenemos a Ida poseída por el espíritu ese aún, explicándoles cosas a las Elegidas.
«—¿Quién eres tú? —pregunta Minoo [Esta es la chica diez del instituto.].
—Yo soy vosotras. Vosotras sois yo. El Círculo es la respuesta.
—¿Cuál es el mal contra el que debemos luchar?»
¿No has oído, niña? Esta era igual la tercera vez que te lo repetía: El Círculo es la respuesta. Como el 42, pero en brujo.
-El ternero: en este libro comparan la «sensación de electricidad» con la «sensación de que alguien te pasara un rallador por todo el cuerpo». Eh… Sin comentarios.
-Ojo al dato (de nuevo): la protección mágica no es lo bastante potente como para proteger a todas las Elegidas a la vez, así que siempre hay alguien que se queda fuera. A la protección esta se la suda el número de peña que haya viva. ¿Éramos seis y se cargan a la que estaba fuera? Pues ahora la protección se nos ha vuelto a quedar pequeña para las cinco que quedamos y otra nueva se ha quedado fuera. Esto es como los jerséis de lana, ¿no?, que se encogen cada vez que los lavas.
-De por qué el libro se carga sin ayuda su propia tesis: si la tesis es «tenemos que superar nuestras diferencias y trabajar unidas», ¿por qué todas estas niñas son tontas y se dedican sistemáticamente a guardarse secretos las unas a otras y hacer estupideces arriesgadas por cuenta propia? Lo raro es que todavía quede alguna con vida, vaya. Aunque lo cachondo, también, es que unas veces el tiro les sale por la culata, pero otras veces les va a las mil maravillas, así que no sirve a ningún fin.
-Y, por último, la que se lleva la palma: Minoo [Recordemos: la chica diez.]. La niña se monta una película que lo flipas que concluye con que Max (el profesor del que está platónicamente enamorada) es el malo malísimo que está intentando cargárselas a todas. Que sí, que Max era el malo, pero atentos al razonamiento esquizoide que lleva a la niña a tal revelación. Os copio el fragmento:
«”Reencarnación.” La misma palabra que utilizó Max.
Te quiero, Minoo. Te quiero desde el día en que te vi.
Aquella no fue la primera vez que la vio.
Minoo se parece a la mujer del cuadro. La mujer del cuadro se parece a Alice. Su gran amor. Por eso no pudo matar a Minoo. Sería como ver morir a Alice otra vez.
No pienso hacerlo. No pienso obedecer.
Max es el culpable. Él mató a Elías. Él mató a Rebecka. Él intentó matar a Minoo y Anna-Karin.
Es terrible lo bien que encaja todo y, aun así, no puede creerlo.»
En serio, ¿what the fuck es lo que supuestamente encaja tan bien? A ver, analizando: o sea, Max ha intentado matar a Minoo porque se parece a un cuadro, pero no ha podido matarla porque el cuadro se parece a Alice… Eh, sí, claro, todo tiene sentido. Anda guapa, tú échate un rato mientras yo hago una llamadita por teléfono, ¿ok? Los señores amables de la camisa blanca llegarán en seguida :D
Oh, y permitidme que aproveche esta oportunidad única para hablaros de la división de párrafos y el problema con los referentes. Fijaos en la parte de «Minoo se parece a la mujer del cuadro. La mujer del cuadro se parece a Alice. Su gran amor. Por eso no pudo matar a Minoo. Sería como ver morir a Alice otra vez.» ¿Cuál es el referente de «su», y el sujeto de «no pudo matar»? «¡Max!», me diréis, muy indignados. Pues… no. Gramaticalmente hablando, toda frase recupera el sujeto de la frase que la antecede, a menos que se especifique lo contrario. Y todo párrafo recupera el primer sujeto del párrafo anterior, una vez más, a menos que se especifique lo contrario. Así pues, el referente de «su» sería «La mujer del cuadro» (obviamente esto no tiene ningún sentido), y lo mismo pasaría con el sujeto de «no pudo matar». ¿Empezáis ahora a imaginar lo difícil que se hace a veces leer este tipo de libros? Hay momentos en los que estas cosas me terminan volviendo loca.
Chichómetro: más suerte la próxima vez.
Potabilidad: se puede potar.
Carcajadas: 6/10
Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Perdida en un mundo de libros, Divagando entre líneas, El templo de las mil puertas.
7 comentarios :
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No me lo he leído, me encanta el blog y me quedo por aquí, ya te sigo.
ResponderEliminarPasate por mi nuevo blog porfa y si te gusta, no dudes en seguirme :)
memoriesonthesky.blogspot.com
Muchas gracias!! ^^
No he leído el libro pero me llamaba la atencion, ¡con tu reseña ni cerca de él quiero estar! Jajajaja. Al menos has sido sincera...
ResponderEliminarMe quedo por aquí en tu blog :)
Un beso!
*-* Personas humanas *-* (porque... sois humanas, ¿verdad? o.o??)
ResponderEliminarEste libro no ha sido lo más divertido que he leído, pero a mí me gustó bastante =P Buscadlo en una biblioteca o algo si estáis muy aburridas *-*
De todos es sabido que la protección mágica es como el juego de la silla.
ResponderEliminarOrtiga, no tienes infancia u.u
¡lo amé!, amé tu blog y amé la reseña, la mayoría de las que circulan en blogspot tienen un aire más anecdótico y menos crítico; se limitan a decir: "no, no me gustó el final" "sí, sí me gustó, es el mejor libro que he leído" así que esta entrada ha resultado para mí como una bocanada de aire fresco, un verdadero análisis de una novela mediocre, que no he leído (y después de esto) no leeré. Muchas gracias por haber pasado por mi blog, ya te sigo y todo. Un beso
ResponderEliminarUn placer :D Las novelas mediocres son tan, pero tan divertidas. Nunca he podido resistirme.
ResponderEliminarJajajajja eres la monda, en serio. Lo tengo pendiente pero no sé cuándo me lo leeré. No es que me espere mucho, pero bueno, con eso de que soy escritora nunca sé de dónde puede surgir una idea para alguna historia :-)
ResponderEliminarBesos!