¡Hola, hierbucas!
Se supone que esta sección la tenía que estrenar Cicuta, pero no se decide y yo necesito escribir algo para despejarme (seh, por algún motivo).
Pero sé que no me estáis prestando atención y seguís atentos al gordo de la portada. Lo sé, a mí también me parece una imagen terrible para un libro, aunque en cierto sentido es muy apropiada, ya veréis a qué me refiero.
En fin. Sinopsis:
Escritos durante la década de 1990, los ensayos y artículos de Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer constituyen una de las radiografías más irreverentes e hilarantes de la cultura americana de fin de milenio. En esta obra el autor consigue dar una vuelta de tuerca inédita en la literatura norteamericana.
O lo que viene siendo no contar nada en absoluto. A ver.
El gran hermano os vigila desde su crucero de lujo por el Caribe. |
He encontrado esta otra sinopsis (estaba escondida en la contraportada de mi libro, la muy maldita). Me parece que arroja algo más de luz sobre la trama (por llamarla de alguna manera):
Foster Wallace elabora en Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer una postal gigantesca basada en su experiencia en un crucero de lujo por el Caribe. Lo que a primera vista parece ser un simple viaje "para relajarse", en manos de un humor delirante y un cinismo corrosivo acabará convirtiéndose en el horror más absoluto. Este artículo es una de las radiografías más agudas e irreverentes de la cultura americana de fin de siglo, en la que se entremezclan la familiaridad, el asombro y una mordacidad descabellada.
Así pues, se supone que el autor se fue una semanita de crucero, le pareció terrible y escribió un artículo para desahogarse. El artículo me parece absolutamente genial, por cierto, ahora iremos a ello. Ahora bien, me enfrento a un problema: me han enseñado a criticar literatura, narrativa. Pero supuestamente esta es una obra de no ficción (o al menos en ello insiste John Glassie, de Time Out New York, en mi contraportada). Así que, ¿cómo voy a hacerlo? Pues ni idea. Como salga. Partiendo de la base de que, aunque esto esté basado en una experiencia personal del autor, se trata de una experiencia narrada, yo en realidad sí que lo consideraría ficción. Quiero decir que Foster Wallace nos está contando sus recuerdos, evidentemente bajo su punto de vista. Me parece un relato lo suficientemente artificioso y construido como para considerarlo ficción (y no tiene nada de malo, seguro que las anécdotas que cuenta de este crucero pasaron (o no, qué más da), pero las cosas no siempre sucedieron como las recordamos, ni nosotros acabamos contándolas así).
Parte de una base sencilla, básicamente lo que os he contado antes: el autor se va de vacaciones y tiene todo tipo de pensamientos mordaces y existenciales acerca del crucero, lo que este significa, la gente que le rodea y lo que hay detrás de todo ello. Empieza a ver una voluntad de muerte, que diría Nietzsche, encubierta en los comportamientos que se dan a su alrededor. En este sentido las reflexiones que incluye (a veces en extensísimos y geniales pies de página) me parecen certeras y mondantes, y diría que en cierto sentido al final empieza a dejarse acunar por el horror somnífero del crucero y la política del servicio de cuidar al cliente (si alguien ha estudiado alguna vez Marketing de servicios sabrá lo horrorosamente real que es esa política. Sin ir más lejos hace una semana tuve que preparar un documento sobre el tema. En fin).
A mí lo que me dan miedo son cierto tipo de bovinos, también conocidos como metáforas ternero. |
El narrador es mondante. Si realmente Foster Wallace era así, me da una pena horrible que se suicidara tan joven. Me hubiera gustado conocer antes a esta autor (y en concreto este libro) para, como dijo el otro día mi buena Cicuta, haberlo amado en vida. Si lo consideramos como un personaje más, está estupendamente caracterizado: es contradictorio, complejo, muy humano. Esto ya es mi opinión, pero yo diría que se hace querer. Sus reflexiones, su manera de expresarse. Se trata de una voz bien construida (es lo que tiene la "no ficción", supongo XD), la autoridad está bien establecida, en materia de cruceros, sobre todo (resulta verosímil la ignorancia del principio y el conocimiento exhaustivo que se alcanza después, en especial teniendo en cuenta la curiosidad de periodista semiagorafóbico del autor).
Voy a seguir considerando la voz narrativa como personaje. Está bien construida: tiene conflictos, objetivos y, creo recordar, cambio (aunque se trata de un cambio aparentemente no duradero). Los demás personajes no tienen demasiado peso y en general no evolucionan (a algunos apenas se los menciona de pasada), pero quedan estupendamente caracterizados con un par de pinceladas (de hecho, en muchos casos, caricaturizados más que caracterizados).
No subestiméis los pies de página de DFW. |
En general he disfrutado mucho con el libro, y recomiendo fervientemente a este autor. Es un tipo fantástico.
Era.
Aggh. **sollozos**
Ese delirio medio esquizoide que he tenido al principio de la entrada viene de que, si nos paramos a pensarlo, realmente esta historia tiene los elementos de una distopía (err... Sed abiertos de mente): un "gobierno" aparentemente perfecto que lo controla todo, lo vigila todo y no te deja tomar apenas decisiones, y que esconde detrás un régimen de terror, gente aborregada, bovina, a la que todo le parece estupendo y que no se detiene a analizar la situación en la que vive, un protagonista que es más consciente e intenta rebelarse, pero que acaba dándose cuenta de la imposibilidad de echar abajo el sistema... Sin olvidarnos de que el libro que tiene como finalidad la crítica social. ¿Veis? No estoy loca. No del todo.
Hablando de la crítica. Echadle un ojo al biopoder, porque DFW también critica mucho esto (y es todo fantástico. Sé que no os lo había comentado antes). En fin, muy posmoderno todo :D
Añadiría una sección con las anécdotas que más me han hecho reír, pero me da que disfrutaréis más si leéis el libro directamente, porque la gracia muchas veces está construida sobre la base de anécdotas previas (creo recordar que no utiliza exactamente coros, pero casi). De verdad, animaos con este libro: es muy corto y se lee en nada. Y merece la pena.
¿Qué creéis que padecéis: bovifobia, boviscopofobia? ¿Ambas, ninguna?
Mmm... ¿cómo llamarías al miedo a tu pollo? u.u
ResponderEliminarYo tengo de eso. Cada día un poquirrín más.
¿... Pollofobia?
ResponderEliminarJolín, pobre pollo O.ó Cómo os pasáis.
No sabía nada de él, y por el título fue como: aquí vamos de nuevo, la destrucción de un nuevo libro, y aunque amo los destrozos me alegra saber que hay algo que mueve el corazón de zarza.
ResponderEliminaru//u
ResponderEliminarTambién me emociono cuando leo a Richard Ford. Y cuando bebo té del Wowble, y cuando veo vídeos de gatitos en youtube. A veces pasa.
¡Chicas! Tenéis un premio en mi blog. ¡Besos!
ResponderEliminarhttp://laviejamorla.blogspot.com.es/2014/02/premio-liebster.html
Los temidos Liebster Awards o.o
ResponderEliminarOíd, malas hierbas u.u yo me encargué del anterior. Este os toca a vosotras.
Uggggh. ¡Pero yo no tengo nada de gracia!
ResponderEliminarOrtiga. Te ooooooodio ¬¬
Convence a Cicuta de que haga su aparición estelar, entonces e.e Ella tiene mucha más gracia que tú y yo juntas. Y lo sabes.
ResponderEliminarEsa, querida Ortiga, es una idea tan malvada, tan malvada, tan malvada... Que me da rabia que no se me haya ocurrido a mí O.ó
ResponderEliminarDFW es para mí De Fucking Wonder (toma juego de palabras penoso (demasiado café))
ResponderEliminarAhora en serio. Creo que fue mi hermano mayor quien, allá por 2007 o 2008 me regaló lo primero que leí de Wallace: "Hablemos de langostas", un libro desternillante (aunque el ensayo sobre el diccionario que había de prologar era un tanto coñazo) en el que, entre otras perlas, se puede leer un primer artículo sobre la feria de los AVA (Adult Video Awards), oseáse, los pelis guarrindongas y el porno más cutre y divertido. Yo, como buen amante del género y asiduo pajillero de los de pijama lleno de lamparones, me lo pasé pipa riéndome de los actores porno y de las actrices (más leña, joder, más leña (cuando leáis el ensayo, lo entenderéis))
Le siguieron esta misma obra que reseñáis, y continué con sus libros de relatos "La chica del pelo raro" y "Extinción". Eso fue en 2008, si mal no recuerdo. Sí, fue entonces, porque ese fue el único año que conseguí culminar con éxito un buen propósito de año nuevo: leer más de un libro por semana (leí 54 libros (ya os he dicho que, por aquel entonces, yo era un pajillero, ¿no? Pues ya sabéis qué hacía entre manola y manola))
Después de aquel atracón literario-manipulativo-genital, estuve tentado de comprarme "La broma infinita", única novela acabada de míster Wallace. Pero un amigo mío me lo desaconsejó. Me dijo que era demasiado infinita.
Al cabo de unos años leí que el muy cabrón de míster Wallace se había pegado un tiro con la escopeta. ¡Joder! ¡Puto cabrón yanqui! ¡Puta Asociación Americana del Rifle y puto Charlton Heston! ¡Puto DFW! ¿No te la podías haber meneado un rato, como hacemos los escritorcillos celtibéricos? En serio, míster Wallace, donde quieras que estés, ¿por qué motivos no te follaste a una cabra o la metiste en el agujero de la escopeta, en vez de suicidarte?
En fin, un saludo, malas hierbas (y a ver si la puta crítica de "El verano de los náufragos" aparece ya, o me sé de alguien que os disparará un buen trabucazo con algo peor que una escopeta)
Con tu novela estoy, estimada víctima. Aunque la experiencia me ha enseñado que los disparos suelen llegar después, no antes.
ResponderEliminarEn todo caso, yo siempre aviso antes de la matanza, así que recibirás un email de aviso cuando finalmente vaya a publicar tu entrada. Hasta entonces...
e.e