Donde la literatura y la maldad se toman un té

miércoles, 26 de febrero de 2014

Los días que nos separan, de Laia Soler

Y yo me pregunto ¿qué tendrá
que ver la portada con la historia?
Título: Los días que nos separan
Autora: Laia Soler
«Abril está obsesionada con sus sueños. Desde que se cruzó con ese desconocido en la biblioteca, él se le aparece cada vez que se queda dormida. En su mundo onírico, el chico es Víctor, un burgués de la Barcelona de 1914, y ella... Ella ni siquiera es ella misma, sino Marina, una obrera que vive en el mismo edificio que Víctor.
Mientras la historia de los dos jóvenes del pasado avanza noche tras noche, Abril lucha por mantenerse al margen de las emociones de Marina e intenta descubrir qué significan esos sueños.»


Antes de comenzar, tengo que decir que en un principio yo no quería ni siquiera tener que leer la historia. Sabía que, si la leía, iba a tener que hacer esta crítica, y la temía. Sin embargo, el libro pasó demasiado cerca por debajo de mi nariz, y no pude resistir la tentación de echarle una ojeada. Y aquí estoy. Mierda.

Dicho lo dicho, comencemos.

La trama: si alguien os dice que esta «no es la típica historia de amor», no os lo creáis; de hecho, haced memoria de todo lo que os haya contado esta persona hasta la fecha y comenzad a ponerlo en tela de juicio. Esta historia ES la típica historia de amor, peor, es un fanfic, concretamente, un Dramione.
También es un dramón, pero eso es otra historia u.u

Oh, wonder (woman)
Marina, chica humilde (pero rebelde e inconformista, por supuestísimo) de la clase baja en la Barcelona de 1914, conoce a Víctor, señorito adinerado (borde, pero de buen corazón, en el fondo), y se enamoran. Useasé, historia de amor con diferencia de estratos sociales de por medio. Oh, wonder.

¿Qué tiene de peculiar esta historia? Que se va alternando con una narración situada en la Barcelona del año 2014, en la que Abril conoce a un misterioso chico en la biblioteca y, a partir de esa noche, comienza a soñar con la telenovela de hace cien años, donde Víctor tiene la cara de su misterioso chico desconocido. Me pregunto dónde más habré leído sobre historias de amor con sueños de por medio… Oh, wonder.



El núcleo: ay, el núcleo. Evidentemente, el de la historia de 1914 parte de la tesis «el amor puede superar todas las barreras»; original, sin duda. Por desgracia, el argumento no está bien desarrollado, y hace aguas por todas partes (especialmente durante la narración paralela en 2014, porque la historia de Abril no soporta apenas la idea).

Llama la atención un dato de la voz narrativa: el narrador omnisciente, centrado en el personaje de Marina, cuenta la historia en presente durante la narración de 1914, y en pasado en la narración de 2014. Supongo que la autora ha querido jugar con los tiempos de esta manera para poner el peso en la narración del pasado. El peso, ahí está; aunque a mí, francamente, este baile sólo me ha producido una cierta confusión.

La muy cultivada obrera Marina
Respecto a la autoridad narrativa, qué decir; yo no la he visto asomarse. Tal vez Laia Soler se haya documentado muy bien acerca de los días de la semana en los que caía cada día del mes, pero su conocimiento de la situación social de comienzos del siglo XX resulta cómico hasta para mí, que soy prácticamente una analfabeta histórica. Marina, para empezar, a la que todo el mundo se empeña en llamar «obrera» por un motivo misterioso, es en realidad una sirvienta. Una sirvienta muy bien hablada (ya que nos ponemos a ello), porque hay que ver cómo se expresa la niña; más aun teniendo en cuenta que «sólo fue al colegio hasta los 7 u 8 años», edad, por otra parte, a la que no terminaban, sino que empezaban el colegio las niñas afortunadas de aquella época. ¿Cómo lo hizo Marina? Misterio.

Los personajes son prototípicos, los habituales para este tipo de historias, vaya: chica fuerte y apasionada, sin pelos en la lengua, que al principio no quiere admitir que se ha enamorado, y tampoco se cree que el otro la quiera; chico altivo y borde que se va ablandando poco a poco; los amigos gays, exuberantes y, por supuesto, Celestinos; la prometida celosa, superficial y vengativa… La Virgen.

Una cosa que me ha llamado mucho la atención del personaje de Marina (aparte del hecho de que es una Mary Sue y una Wannabe Lizzy Bennet, ¡todo al mismo tiempo!), es la clara venganza contra el ingenio de la escalera (l’esprit de l’escalier) que la autora lleva a cabo a través de ella. Marina no es simplemente ingeniosa, no, es un auténtico genio, no fastidies: si alguna vez tenéis que ir a pelearos verbalmente con alguien, lleváosla, en serio; la chica tiene la respuesta perfecta para absolutamente todas las pullas que puedan lanzaros. Es el típico personaje con el que casi todos tenemos algo escrito: yo tengo un par de cuando tenía 16 o así.

En cuanto a la calidad del texto, escasa, la verdad. Párrafos mal divididos, fallos de referente y de puntuación, empleo inadecuado de vocabulario… Y a esto hay que sumarle la inexistente selección de elementos, los párrafos kilométricos y explicativos, las conversaciones vacías, las escenas innecesarias. En fin, una verdadera joya. Teniendo en cuenta la cantidad de received text de esta novela, sólo hay dos palabras que le hagan justicia: im-presionante.

Como soy una mala hierba, antes de terminar con esta crítica, quiero reírme de unas pocas cosas (lo siento, pero es que me lo he pasado tan bien leyendo este libro, que tengo que compartirlo con alguien). Las dividiré en varios grupos (atención spoilers):

-Los fallos de selección de elementos:

Me encanta cuando Víctor hace cosas como ponerse de puntillas para apoyarse en los reposabrazos de un sofá. Coño, qué altos debían de ser los sofás en 1914. Ya no fabrican muebles como antaño.

¿Tú no le reconocerías?
Adoro esto: «Junto a ella estaba el chico que tan fielmente habían descrito Héctor y Mario. Alto, moreno y con una sonrisa de extremo a extremo de la cara.» Sin duda, una de las descripciones más meticulosas que he escuchado nunca. ¿Quién no reconocería a ese chico en el acto si se lo cruzase por la calle? Es un retrato robot.

Primera frase del Capítulo veintiuno: «Mi ropa aún huele a él.» Y ahora, a casarse, antes de que se empiece a notar el bombo, ¿ok?

-Los problemas de Víctor con los idiomas:

Tenemos a Víctor y a Marina en una de las primeras escenas paletas de la historia: los dos solitos en una habitación y Víctor en proceso de acaramelarse. Marina como que se hace de rogar, así que el chico le dice: «Dime que quieres que me vaya y me iré.» (Frase rompedora, nadie la había dicho antes.) A lo que ella responde: «Vete.» Y él repite: «Dime que quieres que me vaya.» Coña, ¿estás sordo? Que te han dicho que te pires, puto pesao. No te hagas tanto de rogar.

Después está el hecho de que el nivel de inglés de Víctor es «muy básico»; pero, oye, el tío es capaz de leer, entender ¡y traducir! un libro editado en lengua inglesa, Peter pan, ni más ni menos. Di que sí, con dos cojones. Los traductores están sobrevalorados, malditos sacacuartos.

«Cada vez que me dices que no me quieres, un hada muere.» Definitivamente, este chico tiene un problema, con el idioma o con las voces, pero un problema al fin y al cabo. Yo no he leído un solo «no te quiero» en toda la historia, pese a que lo esperaba con ansia, pero vamos, cada loco con su tema.

-Y por último, mi favorita, ganadora indiscutible por empleo inapropiado de vocabulario:

Por lo visto, los hermanos de Víctor son «incombustibles». Gracias a dios. Una preocupación menos para sus padres. Ahora bien, la pregunta es: ¿cómo lo descubrieron?
(Posible situación, sugerida por Zarza:
Z= O.Ó ¡¡Prendedle!!
O=Pues no, ¿eh? No prende, no. A ver, trae gasolina…
Z=*Susurro* Pepe, el niño no aprende.
O=Mejor, cariño, una preocupación menos…
Z y O= :D)


Chichómetro: din-din-din, ¡paleta!

Potabilidad: se puede potar.

Carcajadas: 8/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Palabras solitarias, Entre mil mundos, Alas de Papel.

Y la Neo Party 2013.

13 comentarios :

  1. Según la página de Neo:
    "La autora ha sorprendido al jurado por la lograda caracterización de los personajes, el dominio de la técnica narrativa y la excelente labor documental. Según Francesc Miralles, «Los días que nos separan es un sorprendente debut, tanto debido a la juventud de la autora como a la elaborada magia que emana de la novela»."

    Ortiga, ¿de verdad no has podido apreciar la... maravillosa caracterización de los personajes?, ¿ni...la magia que emana de la novela ungida con la juventud de la autora? xDD

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  2. Hola Ortiga, lo primero de todo gracias por enlazar mi blog. Aunque veo que tenemos opiniones totalmente contrarias (los que decidan contrastar opiniones tienen trabajo), me ha gustado mucho tu reseña. ¿Te has quedado agustito no?. Puede decirse que no has dejado títere con cabeza. Pero vamos que para gustos los colores... Y para dar disgustos ya estas tú y tus compañeras las otras hiervas ¿no?. Aunque me da algo de miedo creo que me quedo por aquí. =D

    Un saludo y hasta la próxima.

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  3. No, Monti, si yo la aprecio =) Es muy bonita.

    Noepola, el que se quede con la intriga de "qué pensar", después de ver tan diversas valoraciones, siempre puede recurrir a leerse personalmente la novela =P ¡Espero que no te asustes demasiado quedándote por aquí!

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  4. Tenía ganas de leerel libro pero después de tu crítica ¡me da hasta miedo!.
    Creo que tu reseña es la primera mala que veo sobre este libro y eso me fastidia porque hace que quiera leerlo aún más para comprobar si es tan malo como dices.

    ¡Un saludo!

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  5. Monti, me mondo con tu comentario XDD

    Por cierto, Sargow, yo lo leería. Si te gusta, bien. Y si no, siempre te puedes echar unas risas. No tienes nada que perder :P

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  6. Menuda embustera, Zarza u.u tú no lo leerías.

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  7. XDDDDDD

    Lo he pensado según lo escribía. Qué se le va a hacer, la paciencia no es mi fuerte.

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  8. No creo que me anime a leerlo, pero me alegro que te gustase.
    Besos.

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  9. A la portada yo es que directamente no le encuentro ningún sentido, si os soy sincera o.o

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  10. Cómo aborrecí este libro. No soporté a los personajes, no me creí el romance y el final me pareció de lo más absurdo y estúpido que he leído jamás. Quizás el principal problema fue que yo iba con expectativas altas, pues no había leído una sola crítica negativa de este libro cuando se publicó. Y claro, con aquello de que era la novedad y que todo el mundo lo ponía por las nubes, se me antojó pillarlo... y sinceramente, pienso que tiré el dinero.

    No tragué a Marina. Cierto es que tiene valor al decir siempre lo que piensa, incluso a expensas de perder su trabajo, pero prácticamente se pasaba el libro discutiendo con la gente, y en especial con Víctor. Él me resultó insoportable también, con esos aires de señorito que se daba. Y luego, de la noche a la mañana, pasan de tratarse con el típico respeto sirvienta-señorito, con algunos rifirrafes de por medio y con el manifiesto desprecio de ella hacia él, a amarse locamente y a querer fugarse juntos. Venga ya, hombre... ¿Soy la única que no se creyó ese enamoramiento repentino?

    Por otro lado, muy original el tema, como comentas. Un romance entre personas de diferentes clases sociales... Jamás había leído nada así (nótese el sarcasmo). En cuanto a Abril, la tragué todavía menos que a Marina. SPOILER: Qué estúpido me parecía que no se atreviera a acercarse a Leo y hablar con él. ¿¿¿¿En serio???? ¿En serio te vas a comunicar con él a través de notitas y te vas a quedar mirándolo de lejos en lugar de acercarte y presentarte como haría una persona NORMAL? Es que, en serio, en toda la novela (al menos que yo recuerde), Abril y Leo no hablan en persona. Creo que solamente al principio, pero eso fue antes de que ella empezara a soñar con Marina y Víctor. Y es que me pareció tan absurda y estúpida esa actitud... que me daban ganas de tirar el libro por la ventana. FIN SPOILER.

    A mí la calidad de la escritura no me pareció TAN mala, de hecho creo que es lo único que salvaría de todo el libro, porque si de los personajes y la trama dependiera... Sin embargo, veo que tienes toda la razón al señalar esos detalles, como por ejemplo la descripción que Héctor y Mario hacen de Leo (imposible no reconocerle por la calle, oye) y el tema del nivel de inglés de Víctor. Y en la conversación esa de "Dime que quieres que me vaya", yo pensé también que o era sordo, o muy pesado xD

    El final sin duda era muy predecible, pero aun así, cuando llegué a él, sentí que tanto la autora como la editorial me habían estafado. SPOILER: Es decir, era OBVIO que Abril y Leo son las reencarnaciones de Marina y Víctor, pero yo luego pensé... ¿Y tanta novela, tantas páginas, tantos sueños, tantas notitas estúpidas... para esto? Me sentí estafada, lo juro. De hecho, ahora casi diría que fui demasiado blanda cuando escribí la reseña... FIN SPOILER.

    Y como siempre, me enrollo como una persiana xD He hecho lo mismo en el resto de comentarios, lo siento pero es que me encanta escribir y me encanta ver que no soy la única que les pilla los fallos a los libros que todo el mundo (en general) adora. Es genial el encontrarte con gente que piensa como tú, de verdad.
    Gracias una vez más por vuestras reseñas :)

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  11. ¿Qué tal, Ortiga?
    Ya anteriormente me había pasado por su blog pero no llegué a comentar porque la entrada que visité hablaba sobre un libro que no había leído y no tenía nada que añadir, y si, lo confieso, llegué a esa entrada por morbo y por un show que se creó alrededor de ella, raro ¿no? je. Como sea, a lo que importa.
    Como recién viste en mi reseña, a mí me gustó el libro, en mi opinión, para merecerse un 3.5 sobre cinco estrellas. Pues bien, estoy de acuerdo en varias cosas que mencionas, pero otras más me parece simples berrinches de la mala hierba que eres, conste, no lo estoy diciendo de mala manera, que a mi me encanta lo que hacen, lo digo solo para remarcar que si bien no es la novela del año, no tiene una narración extraordinaria digna de Emily Brontë y todo lo que mencionas, es más tu búsqueda de la perfección que otra cosa. Digo, es mejorable, por supuesto que lo es, pero eso no quiere decir que ya sea mala, refiriéndome a la "pobre ejecución" que mencionas en tu comentario. Digo, si fuera pobre creo que cualquiera la pudiera haber escrito, pero no, si no ¿cómo de infestados estaríamos de novelas? si de por si... Como sea, lo que más me gustó es la velocidad con la que se lee y una calidez que le sentí a la historia (¿estaré loco?), porque tampoco buscaba una novela que me pusiera a pensar con cada oración, y además, en lo personal la historia cliché me gustó, si, ¿romántico? ¿aburrido? ¿estancado? me pueden llamar como quieran, pero hasta el momento no me he cansado de varias historias cliché que salen y vuelven a salir, ¿por qué? porque hay autores que aún tomando ideas usadas saben entretener con su planteamiento, a mi me entretuvo y a muchos que he visto también, curiosa la cosa que venga Ortiga a casi decir que no sabemos de lo que hablamos. No estoy defendiendo nada en concreto de lo que mencionas en tu reseña, si te das cuenta, pero es que es novela juvenil, no le busques seis patas al gato si ya sabes que tiene cuatro.
    Pues nada, gracias por tu comentario, siempre que quieras eres bien recibida, me encantan ver opiniones diferentes a la mía, como es el caso de esta ocasión. Por aquí me quedo.
    Saludos.

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  12. Bueno, Alexis, tienes que tener en cuenta que la diferencia fundamental entre tu reseña y mi crítica es que tú estás valorando lo mucho/poco que te ha gustado (3.5 estrellas sobre 5), lo cual me parece fantástico; de hecho, más o menos es lo que me habrá gustado a mí. No obstante, en mi crítica yo valoro la calidad literaria: viaje del héroe, construcción de personajes, argumento, ortotipografía... (y ninguna de estas cosas las puntúo, en todo caso). Bien, en base a esos parámetros, puedo afirmar que se trata una historia muy floja; no es vergonzosa, entiéndeme (he leído cosas muchísimo peores), pero es foja y bastante anodina: amena y ligera de leer, pero con una historia de amor cliché y unos personajes sencillamente planos y gastados.

    Respecto a lo que comentas de que "si la ejecución fuera pobre, cualquiera podría haberla escrito, y entonces estaríamos infestados de novelas". Ah... ya lo estamos, me temo ^^' Y sí, casi cualquier persona podría haber escrito una novela muy parecida a Los días que nos separan (no idéntica, porque ya tiene que ser casualidad o intención, pero sí por el estilo). De hecho, ya hay muchas novelas que son básicamente iguales: misma historia, mismos personajes, semejante dominio del idioma. Y ahí voy, precisamente, no sólo es una historia cliché, es que ni siquiera el propio texto es especialmente bueno, es sencillamente del montón. Así que... ¿qué interés tiene, en el fondo?

    El reciclaje de historias cliché, por otro lado, me temo que tiene menos que ver con la habilidad de los autores para entretener (que tu comentas), como con que simple y llanamente hay gente que no se cansa de leer una y otra vez la misma historia con diferentes personajes. Por eso triunfan tanto todos los imitadores que surgen con los booms literarios (Crepúsculo, Los juegos del hambre, 50 sombras de Grey...).

    Y ya por último (y con esto acabo). Mencionas mi búsqueda de la perfección, diciendo que hay fallos que menciono sencillamente por este afán perfeccionista. Sí y no. Sí, persigo el ideal de perfección; y no, los fallos que señalo en esta obra en concreto ni siquiera son de perfeccionista, ni mucho menos (para poder meternos a pulirle detalles a esta novela primero tendríamos que haber corregido el trillón de fallos generales que la pueblan, de los cuales sólo he señalado de refilón unos pocos). En todo caso, permíteme que te lance una pregunta: partiendo de la base de que la perfección es inalcanzable, ¿es entonces aceptable que nos contentemos con cualquier grado de imperfección que nos ofrezcan? Porque yo soy de la opinión de que uno siempre debe aspirar a seguir mejorándose a sí mismo, aprender a identificar nuestros errores, y aprender de ellos.

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