Donde la literatura y la maldad se toman un té

martes, 27 de enero de 2015

Pautas para la petición de correcciones del evento «Yo también quiero ser una mala hierba»

Pues sí, hierbajos y hierbajas, el evento ha terminado, yo he acabado con Claudín (en varios sentidos), el libro ya ha sido sorteado (¡enhorabuena de nuevo, Menxudis!), le he encasquetado el envío de todos los premios a Zarza (porque ella se creerá un parásito, pero yo soy una mala hierba)… y personalmente no podría ser más feliz.

Sólo queda un pequeño detalle por resolver: las correcciones. Y voy a ser yo quien se encargue de destriparos (de nada), porque soy la más rápida y la que más tiempo tiene.

Así pues, y como lo prometido es deuda, las siguientes usuarias y valientes participantes de este larguísimo evento que (por fin, ¡por fin!) ha terminado tienen derecho a reclamarme el siguiente número de páginas de corrección:

Laura Tejada: 2 páginas.

Blupwa/Taxus baccata: 6 páginas.

Menxudis/La elección de Lili: 17 páginas.

Alex Xela: 5 páginas.



Atentas, chicas, porque a continuación os cuento el procedimiento y las pautas.

sábado, 24 de enero de 2015

Premios del evento «Yo también quiero ser una mala hierba».

¡Bu!

¿Sabéis? Mi lista de cosas que hacer es inmensa y no deja de crecer, y cada vez que la miro siento un odio recalcitrante hacia todo el mundo (incluidos vosotros). Pero, aparte de eso, ¡hoy estoy muy contenta!

Lo cual no tiene relación alguna con esta entrada, pero me apetecía compartirlo con el mundo.

En fin, vamos a lo que vamos. El recuento final de puntos del evento «Yo también quiero ser una mala hierba» y el sorteo del libro de Claudín repleto de anotaciones de Ortiga. La idea, de hecho, era que yo fuera a visitar a Ortiga antes de que sorteáramos el libro y lo llenara también de garabatos. Pero no contamos con tiempo ni, por lo visto, espacio (Ortiga se ha esmerado en saturar todos los márgenes con sus bolígrafos de colores, qué se le va a hacer).

martes, 20 de enero de 2015

Corrección de las primeras páginas de Hollow Pike

Bueno, pues de este libro, recomendación de La chica del abrigo rojo, no he podido conseguir un ejemplar a un precio que me pareciera razonable.

Lo que sí he encontrado son las primeras páginas colgadas en internet, así que he decidido (tras haberle echado un vistazo extra rápido por encima) que quizá es una idea interesante hacer una corrección para compartir aquí con vosotros. Permitid que me explique: por lo que he podido ver (y ya digo que sólo le he echado un vistazo muy por encima), no parece que este texto sea una aberración absoluta e irredimible; muy probablemente se trate de una historia de las del montón, nada especialmente ofensivo, nada particularmente meritorio. Así pues, me parece una idea interesante ofreceros una corrección de un texto de los de «podría salvarse», para que veáis errores habituales que con toda probabilidad más de uno y más de dos de entre vosotros cometéis de manera recurrente.

A vuestro disfrute queda:

Índice de correcciones

Seh, seh, soy consciente de que por el momento sólo hay dos correcciones en el blog, así que no es como si esto fuese necesario, pero (¡eh!) soy una mala hierba previsora, y algo me dice que quizá en el futuro esta entrada sea de utilidad [y si no opináis como yo... ¡nadie os ha preguntado!].

Por cierto (por si hace falta aclararlo), están en orden alfabético por título.

Índice

Clausura del evento «Yo también quiero ser una mala hierba».


Queridos hierbajos y hierbajas, se acabó el tiempo.

Sí, con pesar en nuestros corazones y mucho veneno aún por repartir, las Malas Hierbas decimos adiós al evento «Yo también quiero ser una mala hierba».

A partir de este mismo instante, queda clausurado de manera oficial el evento y ya no se aceptarán más retos.

sábado, 17 de enero de 2015

Anuncio sobre el buzón de sugerencias II

We rule! :D
Así que obedeced nuestras rules O.O
Querida malas hierbas,

Como bien sabéis, el buzón vuelve a estar abierto desde enero, pero vamos a incluir una serie de normas para no colapsarnos (o más bien, para que no colapse Ortiga. Pero yo sigo siendo una mala hierba muy aprovechada y me beneficio de esto).

Sólo podrán proponerse tres novelas al mes, empezando el día uno de dicho mes. Sólo una novela por usuario al mes. De momento nada de literatura erótica, que tenéis a la pobre Ortiga traumatizada y a mí, hasta las raíces.

Este mes ya hay una novela propuesta, cortesía de uno de nuestros anónimos. Así que si queréis recomendar algo, os recomiendo que os deis prisa. Por cierto, aprovecho para mencionar que Bea, de Biblioteca sin espacio, está haciendo una encuesta sobre qué libro queréis que se lea para reseñarlo capítulo a capítulo (encantadora manera de celebrar el aniversario de su blog, si queréis mi opinión).

En fin, eso es todo, criaturas. Si no respetáis las normas sufriréis mi ira.

No os quiere,

Z.

jueves, 15 de enero de 2015

Los Innombrables (11)

¡Undécima!

Me siento agotada.

Veamos, vengo una vez más con recomendaciones de usuarios del jardín. Se trata de dos libros escritos por adolescentes (bueno, o eso espero [el primero está confirmado, del otro autor no tengo información, ni internet, así que… prefiero aferrarme a la esperanza (soy vaga, ahora que tengo internet ya no me da la gana de buscarlo, ¿algún problema?)]). Aparte de eso, no tienen básicamente nada en común: donde el primero tiene la calidad literaria de una patata gigante, el segundo es leíble; donde el primero hace gala de infantilismo emocional, el segundo demuestra una perversión de la moralidad de las que dan ganas de empezar a hacer purga en la piscina genética; uno es un libro de brujos adolescentes y el otro es una historia “realista” [nótense las comillas].

Afortunadamente, han sido dos libros bastante cortitos, todo un alivio después de haberme metido entre pecho y espalda La catedral del mar. Dos lecturas ligeritas para echarse unas risas (o las manos a la cabeza [o al cuello —a uno ajeno]) en un día de lluvia.

No os doy más la murga. Aquí los tenéis. Todos vuestros [en serio, todos, enteritos. Que se os atraganten].

Atención spoilers.

martes, 13 de enero de 2015

Sorteo de cumpleaños y 200 seguidores


¡Bu!

Para los que no lo sepáis, dejadme deciros que la iniciativa “Apadrina un troll” marcha viento en popa. De momento nos han visitado dos trolls (además uno de ellos es osado y ha vuelto) y la gente ha estado alimentándolos amorosamente. Lo reconozco, no son los trolls más listos que han pasado por el jardín y no es que hayan promovido mucho debate, pero uno de ellos habla pársel y ya con eso me doy por satisfecha.


En fin. Tal y como os prometí, vengo a traeros un sorteo para celebrar que llevamos un año en la blogosfera, que tenemos más de 200 seguidores y, no sé, que es invierno, Navidad, año nuevo, whatever.

El sorteo empieza hoy a las 12 y termina el 31 de enero a las 12.

Pero vamos a lo que importa. ¿Cuál es el premio? Pues, queridas malas hierbas, trolls de todas las edades, el premio es lo que en mi cabeza llamo un “pack lector”.

Lo único que no hago es quemarlos.
Aunque con alguno ganas no me han faltado.
No sé si os pasa a vosotros, pero yo soy una maltratadora de libros. Alguna vez lo he comentado: los sacudo, los doblo, los huelo, los toco a lo bestia, pinto en ellos, los mancho de té, escribo en los márgenes… De vez en cuando ocurre que me prestan un libro, o lo saco de la biblioteca, o llega a mis manos uno que por lo que sea quiero atesorar desesperadamente. No ocurre muy a menudo, porque opino que los libros son para vivirlos, para hacerlos tuyos. Para ver años después una página doblada y buscarte en ella, y preguntarte qué vieron tus ojos entonces que pensaste que querrías recordar siempre. Por ejemplo, había un libro en inglés que leyeron mis hermanos antes que yo, y me conocía todas las historias detrás de cada anotación, detrás de cada página rota, de cada garabato y cada mancha. Una de las páginas tenía un test de Rorschach inmenso en todo el medio de una vez que mi hermano y una de mis hermanas se pelearon y él empezó a sangrar por la nariz como un aspersor. También había varias páginas con un monigote jugando al fútbol en la esquina inferior derecha (esto fue cosa de mi hermano). Si cogías las hojas por esa esquina y las dejabas pasar rápidamente, el monigote empezaba a moverse y marcaba un gol. La primera vez que leí el libro fue como encontrar un mensaje en una botella o como recibir una carta del pasado, de lo que habían sido mis hermanos entonces. Ese libro era, en el fondo, todo lo que fuimos mis hermanos y yo.

La cuestión es que a veces no puedo destrozar los libros como a mí me gustaría, y en esas ocasiones me busco una libreta y apunto cosas. Es un poco como llevar un diario de tu relación con alguien. Lo cual es un pensamiento muy wannabe de mi parte, pero dejadme a mi ritmo. Los libros y yo nos queremos en el fondo.

En fin, sé que hay gente que me debe de estar mirando muy mal por esto del maltrato de libros. De verdad, sé que la mayoría de las personas que disfrutan leyendo son muy respetuosas con lo que leen, y apuntan aparte citas y demás en vez de destrozar las páginas. Con eso en mente he intentado diseñar un paquete book friendly con todo lo necesario para poder pasar un buen rato de lectura.

sábado, 10 de enero de 2015

Apadrina un troll



Creo que ya hemos dejado caer alguna vez cuánto nos gustan los trolls en el jardín. No sé, creo que su presencia es muy necesaria: ¿os imagináis un jardín sin trolls? Sería un jardín definitivamente triste y no queremos que eso pase. Lamentablemente, parece ser que las malas hierbas estamos un poco creciditas y los espantamos con nuestras amenazadoras marañas de espinas, nuestros comentarios urticantes y nuestra lengua venenosa. Los trolls que se asoman por aquí parecen concluir que no se trata de un hábitat adecuado para ellos. Evidentemente, esto nos parte el corazón. Los trolls son divertidos, los trolls abren el debate. Pon un troll en tu vida, a eso deberíamos aspirar todos.
 
Así que este es un llamamiento para todos vosotros. Sabéis que de vez en cuando avisamos por Twitter de que se nos ha colado un troll en el jardín. Bien, pues nos gustaría que de vez en cuando le echarais un cacahuete o un trozo de pan al troll. Alimentad al troll. Que se sienta a gusto y querido.

Hemos decidido hacer de nuestra tendencia habitual a discutir con los trolls una iniciativa declarada, y os invitamos a uniros. ¡Apoyemos todos el acercamiento diplomático al colectivo troll! Así pues, criaturas, ya sabéis:


     Apadrina un troll :3


Oh, por cierto. Si eres un troll y estas leyendo esto, eres bienvenido a quedarte en nuestro acogedor jardín. Intentaremos alimentarte regularmente y no intimidarte demasiado.

miércoles, 7 de enero de 2015

La catedral del mar, de Ildefonso Falcones

Título: La catedral del mar
Autor: Ildefonso Falcones
«Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se encuentra en su momento de mayor prosperidad; ha crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los pescadores, cuyos habitantes deciden construir, con el dinero de unos y el esfuerzo de otros, el mayor templo mariano jamás conocido: Santa María de la Mar. Una construcción que es paralela a la azarosa historia de Arnau, un siervo de la tierra que huye de los abusos de su señor feudal y se refugia en Barcelona, donde se convierte en ciudadano y, con ello, en hombre libre. El joven Arnau trabaja como palafrenero, estibador, soldado y cambista. Una vida extenuante, siempre al amparo de la catedral de la Mar, que le iba a llevar de la miseria del fugitivo a la nobleza y la riqueza. Pero con esta posición privilegiada también le llega la envidia de sus pares, que urden una sórdida conjura que pone su vida en manos de la Inquisición...
La catedral del mar es una trama en la que se entrecruzan lealtad y venganza, traición y amor, guerra y peste, en un mundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición material y la segregación social. Todo ello convierte a esta obra no solo en una novela absorbente, sino también en la más fascinante y ambiciosa recreación de las luces y sombras de la época feudal.»

Bueno, pues este libro no es un Innombrable, pero lo cierto es que no hay mucho que decir de él, así que esta crítica creo que va a ser bastante corta.

Esta lectura ha sido petición de Esmeralda y, tal y como ella lo había pintado, yo comencé la novela con la idea de que me iba a encontrar sólo Dios sabía qué tipo de atrocidades literarias. No ha sido el caso.

Esta novela es un abuelo Simpson de lo más anodino, si queréis mi opinión. Pero bueno, enseguida llegaré a eso. Voy a empezar por el principio, como siempre.

Nada que decir de la sinopsis, en realidad. Eso de que «Arnau […] huye de los abusos de su señor feudal» es un poco mentirijilla: cuando ese episodio tiene lugar, Arnau es un bebé casi recién nacido, el que huye (con él) es su padre. Aparte de eso, la sinopsis nos vale como resumen de la trama, porque realmente no hay mucho más que contar: escarceos amorosos de por medio, fornicaciones diversas [no me miréis así: palabras del libro], amistades prohibidas con judíos y otros «infieles»… En fin, peripecias varias, y nada más.

Para que nos entendamos: esto es Los pilares de la Tierra, versión española.

Por favor, son nobles.
El núcleo del libro, como Zarza lo expresó muy bien en una conversación que mantuvimos, es «los nobles son muy malos». ¿Qué digo, malos? Son malísimos. ¡Son el diablo! No se salva ni uno.

lunes, 5 de enero de 2015

Reto final «Yo también quiero ser una mala hierba»


En fin, aquí vuelvo yo a terminar de dar la tabarra con este evento que tanto se nos ha alargado. La idea era en un principio, como supongo que ya sabéis, que la cosa terminase a mediados del pasado mes de diciembre. Como bien podéis observar, esto no ha sucedido. Una serie de circunstancias se han aliado en mi contra y a mi favor [sí, todo al mismo tiempo, ¿qué pasa?] para que lleguemos a este día sin que la cosa haya terminado. No era mi intención poner esta entrada tan tarde [maldito internet], pero mentiría si dijera que no me ha caído como agua de mayo, porque llevaba de culo la corrección de nuestro amigo Claudín [admitiré que, cuando me ofrecí a destripar su libro, desconocía las proporciones de la catástrofe; esta es la corrección que más tiempo me ha llevado hasta la fecha. Menudo infierno inacabable].

Pero bueno, tampoco quiero aburriros con mis lloriqueos. Las cuestión es, en todo caso, que el libro está casi listo para ser despachado, y que aquí estoy yo para proponeros el que será el último reto del evento «Yo también quiero ser una mala hierba».

Sí, queridos hierbajos y hierbajas: se acabó.

Os recuerdo las reglas, por si aca:
  1. Los retos se compartirán a través de Twitter o YouTube bajo el Hashtag #porquelasmalashierbasnuncamueren[Si no tienes cuenta en ninguna de esas plataformas y quieres participar, ponte en contacto con nosotras.]
  2. Pon el link a tu reto en un comentario dentro de la entrada correspondiente de ese bloque de retos. [Si no nos facilitas este link no se te adjudicarán los puntos.]
  3. Ponte tu foto de mala hierba cada vez que publiques un reto. Recuerda, 24h. [El unicornio rosa te vigila. Y lo sabes.]

Y el último reto consiste en...


jueves, 1 de enero de 2015

¡Qué inocente fui!

O: Pues sí, ¡qué inocente fui! Esta es una de esas frases con la que difícilmente puedes no sentirte identificado. Todos tenemos un yo nuestro pasado, un momento concreto en nuestra memoria, al que podríamos gritarle eso.

Z: Todos menos yo. Ortiga, acuérdate del miedo que le dan a Cardo las fotos de cuando yo tenía seis años. Dice que parezco la niña de The ring, o una de esas crías serias que salen en las películas de fantasmas y aparecen de improviso en rincones oscuros e insospechados. Oh, y acuérdate del miedo que me tenía mi madre cuando era un bebé. La pobre mujer dice que la miraba como pensando "eres muy tonta" cuando me hacía monerías en la cuna.

Zarza a los 6 años.

O: Pues tú porque eras un monstruo, pero yo, si mañana me viniese el espíritu de la Navidad y me ofreciese un paseo a través de mi vida hasta el momento presente, me haría imprimir post-its con la frase de la cabecera y me los iría pegando en la frente a guantazos a lo largo de toda la visita.

Z: ¿De qué estás hablando? He visto fotos tuyas de cuando llevabas pañales, y estabas fulminando a la cámara con tu cara de hambre. Querida Ortiga, no nos engañemos. Tú y yo no hemos sido nunca inocentes. Como mucho hemos sido adolescentes, ergo tontas de remate. Es triste, pero cierto.

Ortiga cuando aún llevaba pañales.

O: Mmm... bueno, puede que tengas razón. Yo no es que haya sigo inocente toda mi vida, es que he sido tonta de capirote.

Z: I rest my case.
O: El caso, deja de desviarme, niña. Este mini evento es una mezcla entre día de los Santos Inocentes y nostalgia de Año Nuevo. A Zarza y a mí nos ha dado por echar la vista atrás, y atrás, y atrás... hasta remontarnos a nuestros años mozos, en los que empezamos a escribir nuestras primeras (respectivas) novelas y proyectos “serios” (en mi caso, aquellos tiernos 14 años), y hemos decidido (inspiradas por una sugerencia que alguien hizo en el jardín) que, ya que pasamos tanto tiempo riéndonos del trabajo ajeno, bien podríamos devolverme al mundo parte del favor. Así pues, hemos rescatado un par de viejos fragmentos para ponerlos aquí, para jolgorio y regocijo general.

Z: Repámpanos. Qué nostalgia. Yo escribí mi primera novela entre los doce y los catorce años, creo. De hecho, no sé si llamarla mi primera novela porque tenía 300 y pico páginas (ya sabéis, una de esas trilogías de fantasía épica que todos empezamos de adolescentes y que acaba en un epic fail) y entre que la escribía terminé otra. Así que la cronología me tiene algo confusa. Digamos que es la primera que empecé, pero no la primera que acabé.

O: A nadie le importa. Procedo a ignorarte :D

Z: Muérete, furcia harapienta :D Pero antes explica de qué va la entrada. Sé útil.

O: Tenemos dos retos que proponerle a todo aquel valiente que se atreva. Nosotras vamos a colgar en esta misma entrada dos escritos nuestros y vosotros podéis:
A) coger un fragmento (de la longitud que gustéis, sea de Zarza o sea mío) y destriparlo en vuestro blog a la manera de las Malas Hierbas, para que todos los demás podamos reírnos también; o
B) animaros a colgar en vuestro blog/twitter/donde os dé la gana un fragmento vuestro, de vuestros años de infancia, bajo el título ¡Qué inocente fui!, y así compartir el buen humor con el resto del mundo.

Z: Y quien dice buen humor dice horror existencial.

O: En cualquiera de los casos, ¡avisadnos! Sabéis que somos de buen reír. Nos encantará tener noticias vuestras. Y no os olvidéis de incluir las dos modalidades de participación en el reto, por si vuestros seguidores quieren animarse también.
Por cierto, yo es que no soy mucho de estos convencionalismos navideños, pero... Feliz Año Nuevo, y eso, supongo. Las Malas Hierbas os deseamos un nuevo año lleno de maldad y buena literatura (o, en su defecto, de carcajadas).


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