Me siento agotada.
Veamos, vengo una vez más con recomendaciones de usuarios del jardín. Se trata de dos libros escritos por adolescentes (bueno, o eso espero [el primero está confirmado, del otro autor no tengo información, ni internet, así que… prefiero aferrarme a la esperanza (soy vaga, ahora que tengo internet ya no me da la gana de buscarlo, ¿algún problema?)]). Aparte de eso, no tienen básicamente nada en común: donde el primero tiene la calidad literaria de una patata gigante, el segundo es leíble; donde el primero hace gala de infantilismo emocional, el segundo demuestra una perversión de la moralidad de las que dan ganas de empezar a hacer purga en la piscina genética; uno es un libro de brujos adolescentes y el otro es una historia “realista” [nótense las comillas].
Afortunadamente, han sido dos libros bastante cortitos, todo un alivio después de haberme metido entre pecho y espalda La catedral del mar. Dos lecturas ligeritas para echarse unas risas (o las manos a la cabeza [o al cuello —a uno ajeno]) en un día de lluvia.
No os doy más la murga. Aquí los tenéis. Todos vuestros [en serio, todos, enteritos. Que se os atraganten].
Atención spoilers.
Lágrimas de cristal, de Natalia Martín
Veamos. ¿Por dónde empiezo?
Esta recomendación vino de la mano de un usuario anónimo [Zarza: no me extraña que no quisiera dar su nombre]. Y si hay algo positivo que puedo decir de la obra es, como ya he dicho por ahí arriba, que gracias al cielo era corta.
Esta novela es la demostración gráfica de por qué no se les deberían publicar libros a niñas de doce años. Es decir, yo también tuve 12 años, y si viese en manos de otra persona (previo pago) las cosas que tengo guardadas de esa época… no creo que me fuese posible encontrar un agujero lo bastante grande como para que cupiésemos toda mi vergüenza y yo. Al menos, no me ha sido posible encontrarlo en esta ocasión, y os aseguro que la vergüenza que he sentido leyendo este libro era GRANDE (que, todo el mundo lo sabe, es un eufemismo para GORDA).
Esta ha sido una de esas ocasiones en las que, leído el primer párrafo (¡el primer párrafo!), me he planteado muy seriamente si no debería encender la webcam y grabarme leyendo, como esto que hacen los booktubers de «reacción al tráiler de…». A veces me siento muy tentada. Luego recuerdo que las Malas Hierbas aún estamos en modo «bolsa de papel en la cabeza», y me contengo.
Pero bueno, si sigo por aquí me voy a terminar desviando del tema, me temo [tema y temo, ¡qué bonito! :D]. Así que vuelvo.
La cuestión es que, una vez terminado de leer Lágrimas de cristal, al final del ebook, hay un apartado de «sobre el autor». Resulta que Natalia Martín no tenía 12 años cuando escribió esta historia, tenía 15 a 16 (y la publicó con 17). Y sus influencias son nada más y nada menos que Laura Gallego y Crepúsculo. Y, claro… ¿tengo que continuar?
Vale, intro sinopsis:
«Luna, una joven adolescente [Ortiga: ¿podría ser acaso una vieja adolescente?], pasa por unos acontecimientos [Ortiga: pasa por unos acontecimientos… ¿seguro que la lengua materna de la persona que ha escrito esto es el español? ¿Me lo juras?] que harán que su vida dé un giro,[Ortiga: mira que le tengo tirria a los dos puntos en las narraciones, pero esto realmente serían dos puntos, no una coma] la muerte de su padre y la ruptura entre ella y su novio [Ortiga: toda esta importantísima información para la trama queda resuelta (literalmente) en el primer párrafo del libro]. Por ello, su madre decide enviarla con sus tíos [Zarza: Los tíos de la madre o los de ella?] a vivir una temporada, ya que no puede cuidar de ella por motivos de trabajo [Ortiga: y porque tiene novio nuevo, o eso dice su hija, porque lo cierto es que al novio ya no se le vuelve a mencionar tampoco después de la primera página o así]. Cuando llega al pueblo [Ortiga: ¿quién?] no sabe qué hacer pero [Ortiga: antes de «pero», siempre COMA. ¡No te COMAS la COMA! O.O] un día se encuentra una vieja librería [Ortiga: no lo juraría, pero creo que es el primer día (o el segundo), así que eso de «un día»…], en la cual conoce a un chico un poco extraño [Ortiga: muy eufemístico todo, pero llamemos a las cosas por su nombre: de extraño no tiene nada, es un instant-love]. Éste le cuenta una historia que la deja aturdida [Ortiga: no se la cuenta ese día (espera al día siguiente, me parece), como buen instant], ella intentará averiguar que [Zarza: tilde] secreto oculta el chico misterioso [Ortiga: podría llamarle muchas cosas. «Misterioso» no es una de ellas. Y teniendo en cuenta que ya se lo ha contado todo, tampoco lo llamaría «secreto»] y sus amigos; tras varios días descubre que tiene un don [Ortiga: ¡sorpresa! Ale, ya no hace falta que os leáis el libro. Deberíais estar muy agradecidos al sinopsista], igual que ellos y que eso tiene que ver con su padre, pero una fuerza superior les acecha [Ortiga: dun dun duuuuun].
¡No te COMAS la COMA! |
Bueno, creo que con eso ya no hay mucho más que decir sobre la sinopsis, ¿no? Como podéis comprobar, no hace falta que os leáis el libro: ahí tenéis ya toda la información que necesitáis para adivinar el desenlace.
En fin, ahora os voy a decir yo de qué va el libro, ¿va? Pues es una historieta sobre (pre)adolescentes [la protagonista dice estar a punto de cumplir 17 años. Yo le echo 10, 12 si estoy optimista, dependiendo de la escena] con poderes mágicos en el mundo actual, en un lugar indeterminado del mundo actual, por cierto [casi todos los personajes tienen nombres de constelaciones, planetas y otros satélites, en español (Luna, Leo, Neptuno, Virgo…); pero los apellidos están en inglés. Y luego tenemos por ahí un personaje llamado Rex, que fue mi nombre favorito de toda la historia hasta que llegó… ¡PUKE! (va.en.serio)]. La prota (que es una chica original y con carácter, y le gusta leer [importante]) se muda a un sitio nuevo y de pronto descubre que es bruja y puede controlar los elementos, y se echa amigüitos brujos y un instant-love, y todos junticos se van de acampada y luchan contra el chungo de Chungolandia de la profecía [E(s)corpio, nombre también chungo, como podéis apreciar]. Y el libro está casi exclusivamente compuesto por diálogos, sin apenas acotaciones y 100% explicativo (para suplir la falta de narración, pero aun así intentar que el lector se entere de lo que pasa).
Bueno. Como ya ha quedado dicho en otras ocasiones, no me siento demasiado cómoda destripando libros que parecen haber sido escritos por niñas de doce años. Me resulta una situación terriblemente violenta. Así que, con vuestro permiso, voy a abreviar.
Abras por donde abras este libro, te garantizo que te alegrará el día [o… te lo arruinará, quién sabe. Todo depende de cuán desarrollado esté tu sentido del ridículo ajeno]. Os dejo algunas muestras que he recopilado.
«Mi vida comenzó a cambiar bruscamente, primero mi novio y yo dejamos nuestra relación por una equivocación, seguidamente mis mejores amigos me dejaron por otras personas y mis padres habían tenido un accidente de coche en el cual mi padre falleció al instante.» Este es el primer párrafo. Y espero que comprendáis por qué en ese momento me retiré de la mesa para tener espacio para reírme maníacamente a gusto.
«estaba leyendo en mi habitación comida por mi mente». Me siento como si estuviera de vuelta en mis clases de inglés de la universidad, donde el profesor nos ponía una frase y nos pedía que hallásemos todos los posibles significados cambiando la categoría gramatical o sintáctica de una palabra/sintagma. ¿La habitación había sido devorada por su mente? ¿Ella misma había sido la víctima de su hambrienta psique? ¿Estaba leyendo comida, como quien lee posos de té, porque su mente así se lo había ordenado…? [Zarza: esta es una frase buenísima para un relato de terror sobre al esquizofrenia.]
«recordando momentos que el libro aquel me hacía recordar». No sé vosotros, pero yo me hubiera sentido mucho más impresionada si recordase momentos que el libro le hacía olvidar.
«Las horas pasaban y yo seguía sumisa en mis libros». Esta debe ser la nueva versión del BDSM: wannabe BDSM.
«JJJanette era la criada de mis tíos». VVVale.
Además, cuando digo que casi todo el libro son diálogos, no estoy exagerando. En lugar de narrar, la autora hasta pone a la prota a monologar en voz alta consigo misma, verbalizando sus pensamientos en favor del lector, para que este sepa cómo se siente en cada momento y lo que va a hacer a continuación (y por qué, y cómo, y dónde, y con quién… y con quien no). Pero no solo eso, este libro aboga por la igualdad de acceso a las intervenciones de diálogos, concediéndoles la palabra a colectivos minoritarios como… ¡las onomatopeyas!: «—Toc, toc.», «—¡Crash!»; los despertadores: «—¡Pi pi pi pi!»; y ¡los gatos!: «—¡Miau!» [Zarza: esto parece la granja de Pin y Pon].
En esta historia, los ricos son muy malos y horribles (por supuesto). Cuando a la niña la está acosando Rex, el rico repug, la salva su instant-love. Por supuesto, Luna y
¿Qué pasa? Los cómics de Batman son una mina de onomatopeyas :D |
«—La flor de cristal sólo la pueden encontrar los magos como nosotros, la gente humana no puede apreciarla, es una flor con los pétalos alargados, como hojas afiladas, tiene el color blanquecino como el hielo, es brillante como el cristal y luce como la luz.» Fudge?
Cuando Leo muere, los amigos se reparten las tareas para avisar a gente y preparar el funeral [todo muy exprés, en realidad, porque acaba de palmar: no han levantado siquiera el campamento, literalmente. Zarza: ¿se las reparten todas las veces? ¿Las rotan? «Tíos, por favor, que la última vez me tocó a mí avisar a su madre. No me dejéis otra vez el mal trago, que la mujer me lo va a tomar a coña»]. En fin, que cada cual se autoadjudica una tarea y parte: yo haré esto, yo iré a hacer esto otro… Y contesta el último: «—Vale, hasta luego, chicas.» ¡Okis, colegui! ¡Enga, que nos vemos luego, y no te ralles! :D [el muerto, por cierto, creo que se queda ahí tirado. No es coña. Zarza: «bueno, y el muerto nos cuida el campamento».]
Al otro lado del océano, de Francisco García
Este libro, recomendación de Liliputiense, es un manifiesto del 15M. Creo que esa es la mejor sinopsis que se le puede hacer a la historia. La trama da lo mismo, lo importante son todas las profundísimas reflexiones que el protagonista lleva a cabo durante la novela, ¿vale? Porque es un niño muy inteligente y observador y tiene una gran sensibilidad. Y como es así de majete, se ha venido desde Senegal y ha aprendido nuestro idioma para poder compartir con nosotros toda su sabiduría ancestral de persona venida de tierras foráneas y exóticas, donde todo el mundo es muy perceptivo, porque viven de la Madre Tierra y la respetan, hermanos. Esta novela es un canto a lo hipócrita y jodida que está España, ¡vayámonos todos a vivir a Senegal!
Intro sinopsis:
«La verdadera angustia está al otro lado del océano, en la terrible jungla de rascacielos [Ortiga: received text].
Moussa [Zarza: mousse y moussa, two of a kind], un joven senegalés, llegó a España siguiendo la pista de Jawara [Zarza: Jaguar. Me da igual que ponga Jawara. Ortiga: Jaguar y Jaguara, two of a kind :D], su hermano [Ortiga: una pista tan débil, por cierto, que no sirve como justificación del viaje. El niño va porque le da por ahí, básicamente. (No, en serio, es algo así como que el amigo/pariente de un vecino/pariente lejano dice que piensa, que cree, que le pareció verle, así como de lejos, quizá, quién sabe, en una calle de Madrid. What.The.Fuck.)]. Pero ahora, siete meses después, se ha metido en serios problemas [Ortiga: lo de cruzar el Atlántico en patera en realidad fue un juego de niños] y lo han encerrado en un centro de menores, donde no puede ver a Amelia, su única amiga en España [Ortiga: le encierran en un reformatorio y lo que le preocupa es no poder ver a la novia. ¿Qué os dice eso del personaje?].
Antes pensaba que lo peor en la vida que había elegido, la de inmigrante, era el viaje; adentrarse en el Atlántico en esas horribles embarcaciones. Pero la realidad es bien distinta. Resulta que el Dorado no brillaba tanto al fin y al cabo, sino más bien lo contrario [Ortiga: no sé qué me mosquea más en estas tres frases: la falta de coherencia o la reiteración de ideas]. Los peores momentos de su vida los pasará en Madrid, aunque puede que también los mejores, junto a Amelia [Ortiga: qué hastío me da la humanidad a veces, macho. Parece que lo único que importa en esta vida es (tener posibilidades de) follar].
Todo es muy confuso para Moussa, pero hay algo que tiene claro: el mundo se está volviendo loco, loco de verdad, y nadie parece darse cuenta [Ortiga: el mundo ya estaba loco. Lo que pasa es que como él está tan confuso, pues no se había dado cuenta hasta ahora].»
Bueno, como ya he dicho un poco más arriba, en realidad el resumen perfecto de este libro es que es un manifiesto del 15M, y lo mejor sería dejarlo ahí: el autor no deja escapar ocasión de darnos la chapa con sus convicciones morales y políticas, todas muy elaboradas y originales.
Tenemos a un protagonista adolescente mediocre con complejo de negro. Y cuando digo complejo de negro me refiero a que se cree negro, dice que es negro, y no para de hablar de lo malo que es el racismo, pero no engaña a nadie: ese niño es tan senegalés como yo inuit. Independientemente de que haya o no una psicología propia de las personas de color que pueda ser establecida como tal (y sin duda lo que sí puede establecerse es una autoridad racional propia de un adolescente senegalés), eso no se consigue refiriéndose de vez en cuando a otras personas como «blancos».
¿Francisco García quiere hablar de racismo? [Zarza: que se lea la novela de Ortiga, Corazón negro. Ortiga: cállate, furcia harapienta. Tenía 16 años. Todos cometemos errores] Perfecto. Hablemos de racismo: Al otro lado del océano es una obra increíblemente racista. ¿Qué es toda esta mierda de «los blancos son todos malos malísimos y tratan muy mal a los negros, lo contrario es solo la excepción»? No sé qué me parece más ofensivo: el racismo en sí que demuestra semejante idea, o el hecho de que se esté utilizando ya no solo el racismo, sino también el gravísimo problema de inmigración que tenemos en este país de una forma tan repugnante y simploide. Si me paro a analizar este libro desde un punto de vista social y moral, dejando de lado consideraciones literarias, me da auténtico asco.
Jajajajaja... |
No. |
Voy a dejarlo, que se supone que aquí tengo que hablar del libro, no debatir sobre política y filosofía.
[ATENCIÓN: apunte muy interesante por parte de un usuario anónimo sobre inmigrantes ilegales vs. inmigrantes irregulares. Para leer el comentario, pincha AQUÍ.]
Bien, libro... [céntrate, Ortiga]
Todo el texto (explicativo hasta la saciedad) es una concatenación de tópicos y clichés destinados a mostrarnos lo malas malísimas que son todas aquellas personas que tienen un trabajo remotamente relacionado con inmigración: policía, centros de inmigración, sistema judicial prejuicioso, correccionales… Y lo malos malísimos que somos el resto de españoles, también: el que no suda del tema, bien cómodo en su sillón calentito, es porque es un skinhead, lo cual no deja de ofrecer una imagen enternecedora del barrio de Vallecas, en el que tiene lugar casi toda la acción [Ortiga: que es mi barrio, por cierto. Zarza: me pregunto si alguna vez este hombre ha estado alguna vez en Vallecas].
Como Colón, buscando las Indias ya ves tú dónde acabó. |
Os dejo algunas citas y reflexiones:
¡Dios, no llores! |
«no pude reprimir una lágrima que resbaló hasta el suelo e hizo un ruido seco». Era una lágrima de plomo [Zarza: mira qué bonito, el anterior libro, Lágrimas de cristal, y este debería llamarse Lágrimas de plomo. Es precioso].
En el reformatorio [por cierto, si no te lees la sinopsis primero, no sabes que le han metido en un reformatorio y no en la cárcel hasta pasada la mitad del libro] las celdas tienen cadenas y candados para cerrar las puertas [Zarza: déjame adivinar, ¿y una bola de metal agarrada a un grillete?], y hay un grupo de presos que tiene las llaves [Ortiga: wtf??]. Pero, sin duda, el momento en que la situación en el reformatorio alcanza niveles de absurdez tóxicos es cuando la pandilla de matones que apalizó al prota y a su compi de celda la primera noche se autopresentan con motes sacados de El libro de la selva [Ortiga: their words, not mine], y deciden que quieren incluir a los dos elementos en su selecto grupo. Bueno, pues esta pandilla de energúmenos decide organizar una fuga del correccional. Con walkitalkies [Zarza: La Gran Evasión]. Terminan prendiendo fuego al edificio. Y el compi de celda del prota se suicida de una sobredosis de tranquilizantes. En mitad de la fuga. Sé lo que estáis pensando: no sabéis de qué hablo, os falta contexto. Bueno, os diré algo: a mí también. Así mismo me quedé yo leyendo.
El prota conoce a una niña de doce años en la patera (aunque se comporta y habla como si tuviera siete u ocho) que le dice que «no ha podido hacer pipí desde que salieron», y van ya el sexto día. «—¿Me voy a morir?», «—Pues claro que no». Ah… no es por ser pesimista, pero yo diría que sí [Zarza: pues yo diría que no. Ya está muerta. No se puede pasar más de un día sin hacer pis. Es médicamente imposible. Ortiga: en ocasiones...].
Al prota le llega una nota de estrangis mientras está en el centro de inmigración en Canarias [Zarza: eso es antes de que vaya a Madrid, ¿no? Porque de todos modos no sabe dónde está Jaguara, lo único que sabe es que no está en casa. Y de ahí, pues a buscar por el mundo]. «Cogí la nota y la desdoblé. Apenas contenía unas líneas escritas con una caligrafía retorcida y apresurada.» Pues esas pocas líneas son como una página entera.
Descripción de la chica cuando el prota la ve por primera vez (ella pasa junto a él haciendo footing en el parque): «Era un ángel de pelo negro que flotaba sobre la tierra y se movía con la elegancia y la delicadeza de una pantera.» Co-lega. [Zarza: bueno, a todo esto, hablando de ángeles, este hombre, ¿de qué religión es? ¿Eso no afecta a su manera de ver el mundo? Si es musulmán, en el correccional no podrá comer cerdo, por ejemplo. Ortiga: querida Zarza, no te pongas a tirar de la manta, que le dejas en pelotas. Si nos ponemos a indagar, ¿de dónde saca el niño el dineral que cuesta subirse a una patera? Porque tal y como te lo pintan, es como que llega un día el crío y dice: «Mamá, ¡me voy en patera!», se hace un hatillo y sale por la puerta. Zarza: Y... ¿tú has visto alguna pantera haciendo footing? Ortiga: no me ignores, furcia.]
El niño le da un puñetazo a un petardo del correccional que se está metiendo con él: «Noto su carne en mis nudillos. Y luego su hueso.» Sí, y luego la pared, porque le has hecho un agujero, no te jode.
El niño es apalizado por una pandilla de skinheads (el líder de los cuales resulta ser el exnovio de la chica. [Zarza: por supuesto, siempre son los exnovios]), se queda tirado por ahí moribundo y nadie le ayuda hasta que llega el grupo de la chica, y ella (que es un ángel) hasta se ofrece a llevárselo a su casa (como si fuera un perro vagabundo, o algo). Ocasión perfecta para sacar a pasear el complejo de negro: «Está claro que no toda la gente de España pertenece al mismo grupo. Son minoría, pero aún quedan personas que saben idiomas, que no les importa relacionarse con negros y que, además, se preocupan por los demás.» Porque, como todo el mundo sabe, si no hablas idiomas eres un inculto xenófobo y mala persona en general. ¿De dónde sale exactamente esta gilipollez, si se me permite preguntar? Hay gente que tiene que conformarse con el inglés del colegio (que desgraciadamente muchas veces no da más de sí), porque no les queda otra. Esto me parece una falta de respeto inmensa.
En todo caso, poco después tiene lugar la escena que os presento a continuación. Resulta que el niño ha acabado en Madrid (en Vallecas) metido en negocios turbios de venta de droga (él recoge el dinero y se lo da al mandamás [Zarza: ¿eh...? No es que yo sea una experta en drogas, pero esto a mí me suena a inversión perdida. No creo yo que esto funcione así]). Pues en una ocasión, uno de los que le dan la pasta va con retraso, así que el jefe llama a sus matones para ir a por el moroso [Zarza: este niño habrá leído mucho a Charles Dickens, pero de Vallecas no parece que sepa mucho]. Moussa (el prota) les sigue (porque le da por ahí) y ve cómo se llevan al crío (tiene quince años) a un callejón, le dan una paliza y lo dejan ahí tirado casi muerto. Justo en ese momento, mientras está mirando al chaval agonizante desde una distancia prudencial, le llega un mensaje de texto de Amelia. Automáticamente, Moussa se olvida de la suerte del otro chico y se va a su casa sumido en sus ensoñaciones amorosas. Se diría que nuestro intrépido protagonista tampoco pertenece a esa selecta minoría de la que él mismo hablaba antes.
Reflexiones profundas... |
«—¿Por qué están siempre vacíos? —pregunté de golpe [Ortiga: y conste que vosotros contáis aproximadamente con el mismo contexto que yo. Y que la chica. Porque el niño coñazo se dedica a hacer estas cosas: de pronto abre la boca y empieza a hablar de un tema aleatorio sin previo aviso].
—¿El qué?
—Los jardines. Nunca hay niños jugando en ellos [Zarza: este niño no ha estado nunca en Vallecas. ¿No sería un lunes por la mañana?].
—Pues no sé. Estarán comiendo en sus casas, supongo.
—Si hubiese un lugar como este en mi país, todos los niños pasarían las horas en él. Los niños de aquí son muy raros. Nunca los veo por la calle.
Amelia me miró con gesto de estar pensando [Ortiga: ya llevo un buen rato pensando…].
—La verdad es que la juventud de ahora siempre está rodeada de máquinas. Los niños tienen de todo hoy en día. Hace un par de semanas vi a un crío en un carricoche que llevaba un iPad. ¡Un iPad! Y yo todavía con este ladrillo de móvil —se rio.
—Es triste… [Zarza: tu ladrillo. Es triste]
—Sí, es bastante triste. Pero yo nunca me doy cuenta de este tipo de cosas. Haces reflexiones muy interesantes, que lo sepas [Ortiga: ah, ¿sí? ¿Dónde? Porque en este caso la “reflexión” la has hecho tú, en realidad. Zarza: no, en realidad lo han hecho todos los periódicos, todos los abuelos, todos los educadores y todas las redacciones de colegio. Ni que hubieran descubierto América].»
Zarza: sólo una pregunta... ¿tú qué tal llevas lo de la contención urinaria? |
«Contuve un buen puñado de lágrimas». No me extraña, si son tan pesadas como la de la otra vez, lo mismo te cargas el suelo. O peor, imagínate que eso te cae en un pie. En otro orden de cosas, aquí el amigo llora a puñados.
Yo creo que cuando Amelia piensa en viajes, se imagina esto. |
Bueno, pues se dan su primer beso y él se queda a dormir en casa de ella, en su cama. Por la mañana, follan:
«A la luz del amanecer, su pijama de seda desvelaba el contorno de su cuerpo y la curvatura de sus senos desnudos.» No sé qué me sorprende más, que el pijama sea de seda, o que la niña lo lleve puesto de manera que le quede el pecho desnudo [claro, que estamos viviendo en un Vallecas muy raro, en el que los edificios tienen paredes insonorizadas. Y de veras que me gustaría saber dónde puedo encontrar uno de esos, porque las paredes de mi casa son de papel; que puedo oír cagar al vecino del sexto].
«Entre su ropa vi el bello [Ortiga: ¡qué BELLO!] finamente recortado que reposaba sobre su piel de caramelo a la altura del pubis.» ¿Se ha puesto… pelos cortados encima del pubis? ¿Es una nueva moda, o algo?
Los dos tumbados en la cama. Ella empieza a desvestirle: «Aquella era mi primera vez y me tuve que agarrar al colchón para no desfallecer.» Toma. Que te desvistan es agotador. [Zarza: ay, pero si parece una dama victoriana. Qué criatura tan encantadora.]
«Aquella mañana bebimos uno de otro y nos declaramos amor eterno.» Espero que lo de beber no sea literal [esa imagen mental es cortesía de la casa. De nada e.e].
La última, de regalo: «Alguien dijo alguna vez que el rayo que fulmina a un hombre cae tan rápido que este ni siquiera llega a sufrir. Pues bien, Amelia es un rayo que me ha fulminado y yo no tengo más opción que rendirme a sus pies y dejar que su tormenta arrastre mis cenizas. Cenizas de amor, claro [Zarza: por supuesto. ¿Qué te ha hecho el pobre Quevedo para que metas una referencia así, a traición, en esta tortura de libro].» Que alguien se apiade de mí y lo mate. Os lo ruego.
[Por cierto, por cierto. Quiero agregar una cosa a mi opinión de este último libro antes de cerrar, y es que Amazon me está trolleando y no me deja publicar una valoración del libro en su web. Ya que he pagado por él, pensé que al menos tendría derecho a una opinión, pero algo en mis formas parece ser que me impide pasar la censura (y mira que he probado a rebajarlo de todas las maneras que se me han ocurrido... pero no hay forma, oye).]
Somos dos chicas aficionadas a la lectura y en nuestro blog podéis encontrar reseñas de todo tipo y otras secciones interesantes como debates o nuestra Cadena de libros. Estamos encantadas de ser patrocinadoras de estas Malas Hierbas para que desarrollen el macabro plan que se traen entre manos y nos hagan la vida un poquito más feliz a todos.
"Estaba leyendo en mi habitación comida por mi mente". Cuando he leído esta frase he sufrido un pequeño derrame, mayormente porque la he leído tres veces seguidas y las tres veces he entendido cosas distintas. Luego he visto lo que apuntaba Zarza de la esquizofrenia y... joder, lleva razón.
ResponderEliminar"Tenemos a un protagonista adolescente mediocre con complejo de negro". Esto ha sido como un latigazo xD Complejo de negro... ha sido como what??? Empieza así una novela y enganchas al lector fijo xD
«Entre su ropa vi el bello finamente recortado que reposaba sobre su piel de caramelo a la altura del pubis.» De nuevo, otro derrame, esta vez porque me he imaginado a la chica en bolas en la cama, con el chico a un lado y un peluquero cortándole el BELLO "finamente" al otro, estilo Eduardo Manostijeras. Después me han entrado ganas de comer helado de chocolate y caramelo.
Después de leer la entrada he vuelto arriba porque me había parecido leer que el autor era español, pero luego he pensado que seguramente sería extranjero, pero no, parece español (al menos por el nombre). Los españoles tenemos esa virtud, la de odiarnos mejor y con más ganas que cualquier extranjero. Qué cosas... En fin. v__v
No se comen ni las comas ni a los que estén en coma, que también es muy importante.
ResponderEliminarQué deciros que no sepáis ya de mis tan predecibles opiniones? Al menos la muchacha del primer libro era una criajilla a la hora de escribir eso, aceptamos pulpo como animal de compañía, que no era una señorota de 30 con supuestos estudios en Literatura. Brrr, que escalofrío.
Lo segundo.... no sé, yo soy muy de no escribir de lo que no sé, porque obviamente las consecuencias pueden ser catastróficas. No sería capaz de escribir sobre el racismo porque solo lo he visto, nunca lo he padecido, ergo es un campo que prefiero no tocar porque no tengo experiencia en ello (y espero no tenerla nunca).
Pero bueno, no sería la primera vez que alguien escribe/hace algo alzando la bandera a favor de un ideal y luego seguramente no haga nada. Incluida yo, que estoy en trámites de compra de una parcelita en el Infierno. Con vistas a Sodoma.
En fin.... esa al menos es mi (quizás no tan predecible al final) opinión. Humilde no. Yo no soy de eso.
«—La flor de cristal sólo la pueden encontrar los magos como nosotros, la gente humana no puede apreciarla, es una flor con los pétalos alargados, como hojas afiladas, tiene el color blanquecino como el hielo...
ResponderEliminar¿Qué clase de misterio es ese? O a la autora le encantan las margaritas o eso fue lo más original que se le ocurrió.
"Son minoría, pero aún quedan personas que saben idiomas, que no les importa relacionarse con negros y que, además, se preocupan por los demás."
Un momento. En casi todo el mundo la gente tiene que quedarse con el idioma que sabe o le enseñan en el colegio. Es bueno saber varios idiomas, pero el autor este no tiene porqué recriminar a alguien que no sabe porque no tiene interés o porque no puede. Aparte, puede darse la situación en la que una persona habla bien su idioma materno y cuando practica otro no le sale lo suficientemente bien como para considerarlo aceptable (oralmente hablando)
Antille O.O No eres una persona humana. ¡¡Puedes ver margaritas!!
ResponderEliminarRespecto a lo de los idiomas... es pa' empezar a repartir leches y no parar.
Amaranto, el muchacho es español, doy fe.
Alex Xela, yo me como a quien me da la gana O.O! Me da igual si están en coma. ¡Que se espabilen, si no! Ahora, las comas que no me las toque nadie...
Dios mío... Lágrimas de cristal. Dios, yo ya me había olvidado de ese libro... Me has hecho acordarme de lo muchísimo que me tiré de los pelos mientras lo leía, no sólo por la manera en que está escrito, sino por la historia y los personajes. Realmente parece que la autora tenga doce añitos, ¿verdad? O incluso sólo cinco, porque, madre mía, es que esa forma de escribir, normal no es.
ResponderEliminarAl final, yo también me lo acabé tomando todo a risa mientras leía, como has hecho tú, porque la otra opción era sacarme los ojos o pegarme un tiro para olvidarme de ese libro xD Es que, en serio, cuántos fallos al escribir, qué nulo el desarrollo de los personajes, qué historia tan llena de tópicos y absurdeces... Lo del tío Puke es que era para morirse, especialmente por el nombrecito xDDDD Y lo de JJJanette, yo al principio pensaba que sería un error de edición, pero es que seguía saliendo el nombre escrito así en el resto del libro. No lo entiendo xDDD
Por cierto, ¿dónde me dejas lo de que esté la historia siendo narrada en primera persona por la prota y luego, de repente, sin avisar ni ná, se pase a tercera persona? Y un poquito después, de nuevo sin avisar, se vuelve a la primera. ¿Hola? xD
En fin, la verdad es que, para todas las perlitas que tiene este libro, se me ha hecho hasta corta tu crítica, pero igualmente me he reído bastante al ir recordándolo todo. Y lo mejor es que a la chica le han seguido publicando libros después de éste... Así está el panorama.
Sobre Al otro lado del océano, lo cierto es que no sabía mucho de él, pero si había alguna mínima posibilidad de que me interesara, has terminado con ella xD No me apetece leer un libro donde se intentan denunciar ciertos temas a través de críticas sin fundamento. Porque, a ver, gente mala hay en todos sitios, sin importar que sea de Madrid, de Senegal o de la Conchinchina, y sin importar que sea blanco, negro, amarillo o azul como los pitufos. Eso de querer poner de malos a unos sin pararse a pensar en que los que critican también tienen algo de malo me parece muy hipócrita, y además, nunca me han gustado las generalizaciones. Como si todos los blancos fuesen racistas sólo por no tener la piel oscura o como si todo el que no sepa idiomas (sea porque no quiere o porque no puede) fuese automáticamente una mala persona. En serio, qué estupidez. Qué leches tendrá que ver una cosa con la otra.
Yo de verdad que no paro de preguntarme qué clase de libros se publican últimamente. En fin.
Igualmente no paro de reírme cada vez que hacéis una de vuestras críticas, especialmente si se trata de innombrables, así que espero que continuéis haciéndolas :D
Con lo del tío Puke se me ha venido a la cabeza lo de "puke rainbows" (vomitar arcoíris). No mucha gente está capacitada para escribir, y menos aún que le publiquen, a la edad de 16-17 años, y menos si escribe como una niña preadolescente. Por lo visto, ahí no hay una excepción a la norma.
EliminarHombre, como que los negros también pueden ser racistas, ¿no te jode? Y los discapacitados pueden ser unos hijos de puta con orejas. Qué son personas como cualquier otra, coño: los hay gordos, flacos, introvertidos, juerguistas y gilipollas, ¿por qué no? Pues como todo hijo de vecino.
ResponderEliminarA mí es que este tipo de simpleza mental y de generalizaciones de conveniencia me ponen de todos los colores, ya lo he dicho. Este libro es, ni más ni menos, como esas películas facilonas sobre la Segunda Guerra Mundial en las que todos los nazis (y casi todos los alemanes) son poco más que unos monstruos psicópatas sin ningún tipo de psicología remotamente humanoide desarrollada: están todos locos, y su existencia se basa única y exclusivamente en regodearse en la destrucción y el sufrimiento ajenos.
Ah... las virtudes de la doblemoral. Qué bien deben de dormir algunos por las noches.
Jajajajaja. Nunca me había reído tanto con una entrada, sobre todo por el segundo cacho. Me ha hecho recordar las semanas que pasé este verano viviendo en Vallecas. Joder, tan cerca del infierno y sin saberlo. Bueno, tuve la mala suerte de que todos los días tenía que esquivar a unos niños que jugaban a la pelota en la plaza. Podrían haberse ido a los parques desiertos para no tocar las narices, Probé un pedacito del horror xD
ResponderEliminarDespués de leer esta entrada, me alegra escribir con seudónimo porque creo que a veces cometo errores que señaláis y cuando pienso en ello me dan ganas de esconderme de la vergüenza ajena. Además, así también huyo de Ortiga. Jajajaja, Vas a la caza de todos los malos libros que te rodean.
Excelente reseña como siempre.
Yo también conocía el libro este de las lágrimas y he tenido mi ración de risas con él. El segundo no, pero no creo que lo haga nunca ni para reírme porque desde luego leer descripciones superficiales del racismo para dar lecciones morales pone de mal humor a cualquiera, es un tema serio y si quieres escribir sobre ello te hace falta una perspectiva amplia y comprender que es algo que va más allá de tratar mal a los negros. Hay que tener en cuenta el entramado de prejuicios que nos meten desde pequeños y la complejidad de las personas. Y también es importante analizar los efectos que el racismo tiene sobre la persona que lo sufre a la hora de crear a un personaje de estas características, además de investigar a fondo sus raíces que muchas veces desde nuestro etnocentrismo europeo tendemos a creer que todos los países de África son iguales.
ResponderEliminarUn saludo :D
Llorad: http://www.plataformaneo.com/item/262/0/4114/francisco-garcia-jimenez.html
ResponderEliminarEres cruel, ¿por qué quieres hacernos llorar? TT-TT
ResponderEliminarA ver...¿que tengo que decir? Estoy muy de acuerdo con vosotras.
ResponderEliminarEn lo del primer libro entiendo que no esa una gran novela (teniendo en cuenta que yo tengo 13 años), aunque supongo que la chica no lo hizo con mala intención podría haberla revisado un poco.
Sobre la segunda, estoy completamente de acuerdo con vosotras, y no voy a decir nada más porque me empezaré a poner de mala baba, así que así lo dejo.
Un abrazo y que sepáis que con estas entradas uno se parte la caja xDD
No conocía los dos libros reseñados y me alegro. Lo que me he podido reír leyendo esta entrada... Me parte especialmente lo de la dama victoriana. Por favor, seguid haciendo lo que hacéis.
ResponderEliminarA) Yo lo que no sé es cómo podéis terminarlos.
ResponderEliminarB) Origa... ¿Cómo que eres de mi mismo barrio? (ese donde los niños no juegan).
Pues ya ves, Belladona. Es que mala hierba crece junta. Cardo y Zarza son también de ahí. Cicuta, no. Por eso todas la buleamos :D
ResponderEliminarMaldigo a Blogger por jugar con mi tiempo libre y obligarme a repetir el comentario que había hecho.
ResponderEliminarLa verdad es que sólo leyendo las sinopsis no creo que leyera ninguno de los libros, especialmente el primero porque ya me cuentan toda la historia en ella.
Y luego con lo que contáis ya sé que no me va a gustar, seguro.
Por cierto, Ecorpio no vale ni como nombre andaluz porque aquí lo pronunciaríamos "Ehcorpio" (Bueno, en zonas de Andalucía oriental puede que dijeran Ecorpio, pero eso ya es otro tema)
¿Y qué decir de las lágrimas de plomo? No sé como el pobre chico no hundió la patera, porque seguro que alguna lágrima le cayó en ese horrible viaje.
El autor ya me cae mal, sólo por el personaje que ha creado porque se ha inventado que es negro para poder criticar a España, es para mandarlo a él a emigrar. Además, eso de que aquí la gente no sabe idiomas...sabrá el que haya podido aprender, a ver si ahora tenemos que aprender 40 idiomas porque pueden venir inmigrantes de no sé cuántos países.
Por cierto, la idea de grabaros comentando los libros me parece genial. Si no queréis enseñar las caras estaría bien que grabaráis aunque sea el audio. Si ya me río leyendo no me quiero imaginar lo bien que lo pasaría escuchando los comentarios en directo.
¡Saludos!
¡Pero si es que la criatura tiene 19 añicos! Me refiero al zagal que ha escrito la del lado del océano. En fin, que no me llama nada con lo que decís.
ResponderEliminarRespecto a que las críticas sean habladas, ¡me entusiasma la idea! Si no queréis posar para que luego no os persigan los autores vilipendiados, podíais hacer un video con las imágenes y los gifs tan tronchantes que ponéis aquí.
Sólo un matiz y no de las reseñas. Como estudiante de Derecho debo aclarar que los inmigrantes NO son ILEGALES. Son IRREGULARES. No hay ninguna ley en el Código Penal que impida la entrada a España, sino una sanción administrativa (como una multa de tráfico...) pero está muy extendido decir ilegal. (En Europa sólo se considera ilegales a los extranjeros en Italia, otra cosa es que esa persona haya sido condenada penalmente en España y su pena privativa de libertad [carcel] haya sido sustituida por la expulsión del país y la consiguiente prohibición de entrada; que nada tiene que ver con la entrada de inmigrantes irregulares).
ResponderEliminarLo de ilegales se dice mucho en los medios de comunicación, creo que para criminalizar un poco más la situación. También parecemos olvidar que existen el derecho de asilo y refugiado, que mucha gente huye de los paises por guerras y otras malas situaciones. Y que en la declaración de los derechos humanos se recoge expresamente el derecho a SALIR del país, que por desgracia no está relacionado con el de DEJAR ENTRAR.
Entiendo tu posición en la reseña, Ortíga, yo me leí el primer capítulo y también aprecié ese racismo marcado pero a la inversa, la gran crítica a todo lo español, como si fueramos malísimos, y eso tampoco es así. Creo que el autor al intentar criticar el racismo y la actitud de los españoles ante la inmigración, ha caído en un sentimiento muy similar. No he leído la novela entera, sólo lo que está colgado en la web de Neo, pero creía que esto más adelante cambiaría, que se daría cuenta de que los españoles son buenos y demás blablabla made in disney. A mí también me pareció poco realista el perfil, claro que tampoco conozco a nadie de ese país pero me parecía un poco ¿cani?, sí, cani.
En fin, que como me cansa ver lo de ilegales, me dedico a gritarlo (o escribirlo) por toda la red :), un saludo y a seguir siendo malas hierbas.
Oh, eso es un dato muy interesante. ¡Gracias! A partir de ahora lo tendré en cuenta [de hecho, voy a añadir tu matización a la reseña, con tu permiso].
ResponderEliminarSiempre lo digo: mi tendencia habitual es evitar opinar (demasiado) sobre temas que no domino, pero es que esta obra me sacó tanto de mis casillas que tenía que decir algo. Así que te agradezco que me corrijas en mi ignorancia =) Lo que dices no afecta a mi opinión del libro, pero necesitaré pensar en ello con calma para ver cómo afecta a mi percepción (personal) del "problema" de la inmigración.
O.
No deseaba cambiar tu opinión sobre la novela x), por eso he dicho que el matiz no era sobre las reseñas, ya que también considero al protagonista racista aunque sólo me leí esas primeras páginas (el comentario de los idiomas me pareció O_o). Y lo de "blancos" E_e. Eso sí, más no puedo opinar porque no lo he leído entero (y creo que ni lo intentaré).
ResponderEliminarMi profesora de Derecho Internacional Privado dice que el error de ilegal/irregular se comete incluso por profesionales del Derecho porque su uso coloquial por desgracia está muy extendido.
Y nada x) yo aprendo mucho de gramática/ortografía/literatura gracias a vosotras, así que me ayuda aportar un pequeño y minúsculo granito :)
Saludos.
Qué forma tan horrorosa de escribir reseñas. Antes de criticar un libro, deberías dejar de usar esas apestosas letras pequeñas que desentonan y no tienen ningún sentido.
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