Donde la literatura y la maldad se toman un té

domingo, 24 de abril de 2016

Zootrópolis, feminismo y racismo

Queridas Malas Hierbas, hoy vengo a hablaros de Disney. Concretamente de su última película. 

Puedo estar más o menos decepcionada con Frozen y Rompe-Ralph (y más o menos desesperada porque estas son el tipo de películas que mi protegida quiere que vaya a ver al cine con ella), pero es cierto que apuntan en una clara dirección que me gusta, a pesar de todo: la aceptación de personas discriminadas.

He visto muchas teorías locas sobre Elsa y Anna siendo pareja y no quiero hablar del tema. También he visto teorías sobre que los poderes de Elsa son en realidad un símbolo para referirse a la homosexualidad. No estoy de acuerdo, aunque me parece que habría sido interesante. Para empezar, estamos hablando de Disney, y además me parece un salto de fe importante comparar una orientación sexual con superpoderes. Para continuar, la forma en que los demás personajes tratan a Elsa por su magia tiene más que ver con el miedo que con el desprecio, que es, al menos según mi experiencia, como se suele tratar negativamente la homosexualidad. Es cierto que los padres le dicen a Elsa que esconda sus sentimientos, y creo que de ahí vienen principalmente las teorías, pero creo que ese detalle en concreto tiene más que ver con una posible moraleja que con la simbología en sí: la solución no es el miedo, sino el amor.

lunes, 18 de abril de 2016

Las honrosas excepciones (7)

Ay, hierbajos, Ortiga es tan feliz. Me comería un regaliz. Si me gustasen. Como no es el caso, voy a empapuzarme a chocolate, que es más sano satisfactorio.

Ha llegado una preciosa nueva excepción al Jardín [ya es excepción en El Corte Inglés :D].

La gente no deja de sorprenderme, la verdad. Este era otro de esos libros que, al leer la sinopsis, me había sonado a cliché pasteloso promedio y pensé que me podría reír salvajemente. No que me queje, por supuesto.

El caso es que no tengo nada con lo que rellenar este preludio así que… me voy a dejar de paja y voy a pasar directamente al libro. ¿Os parece?


jueves, 7 de abril de 2016

Todas las hadas del reino, de Laura Gallego

Título: Tengo Ladillas Hasta Donde Recuerdo Todas las hadas del reino
Autora: Laura Gallego
«Camelia es un hada madrina que lleva trescientos años ayudando con gran eficacia a jóvenes doncellas y aspirantes a héroe para que alcancen sus propios finales felices. Su magia y su ingenio nunca le han fallado, pero todo empieza a complicarse cuando le encomiendan a Simón, un mozo de cuadra que necesita su ayuda desesperadamente. Camelia ha solucionado casos más difíciles; pero, por algún motivo, con Simón las cosas comienzan a torcerse de forma inexplicable… [Ortiga: es explicable, de verdad.]»

Y... toma puntos suspensivos tope dramáticos.

Nada más que añadir, hierbajos.

¿Por qué me he leído este libro pese a que en su día ya hice una evaluación de las primeras páginas? Tenía la espinita clavada, para qué lo vamos a negar.

El libro va de lo que nos cuenta la sinopsis solo hasta cierto punto. Algo después de la mitad del libro, la historia da un giro radical y termina convirtiéndose en otra cosa. Pero sí: al principio tenemos un hada madrina muy laboriosa y estresada con su montaña de ahijados a las espaldas (no literalmente) y, pese a estar de verdad muy estresada con el trabajo que ya tiene, no se le ocurre mejor idea que coger un ahijado más, porque es así de avispada. Entre eso y que además el chico (el desquerido de otro hada que se lo prefiere sacar de encima) muy avispado como que tampoco es, pues… la cosa acaba como acaba.

Añádele a todo esto unas cuatrocientas páginas y tendrás Todas las hadas del reino.

Núcleo…: ¿cuidado, niños, el estrés es mu' malo y puede hacer que [ATENCIÓN SPOILER] te dé un ictus y te vuelvas sicótica [FIN DEL SPOILER]? Nusé. Esto no está apoyado a nivel del texto, pero sin duda la trama te lo dice por activa y por pasiva.

La autoridad de la voz podría ser peor. Y creo que eso es lo más favorable que tengo que decir al respecto. Tenemos un narrador externo en tercera que se centra en el personaje de Camelia casi todo el tiempo (con algunos momentos esporádicos out of the blue en los que se va por ahí de picos pardos con otro personaje, cosa que se convierte en la regla a partir del cambio de rumbo de la trama) y… bueno, no es que haya habido nada que me haya hecho arrugar los ojos, pero no ha habido nada que me haya parecido digno de mención en una nota más positiva tampoco. Me ha parecido una narración perfectamente anodina en ese sentido. Recurre mucho al imaginario popular y referencias a cuentos infantiles, lo cual apoya la autoridad racional, pero esto sucede principalmente a un nivel muy superficial, en la primera capa de significado, así que el aporte a la autoridad no es tan grande como cabría haber esperado.


domingo, 3 de abril de 2016

Hablemos de sexo, o... mejor ahorrémonoslo (5)



Buenas, buenas, queridos hierbajos.

Hoy… no vengo a hablaros de sexo. Vengo a hablar de dos temas que tienen tendencia recurrente a salir a colación cuando te mueves en ambientes LGBT y otras minorías relacionadas con orientación sexual e identidad de género. Y además son temas que, como muchos otros, despiertan pasiones y sacarlos en determinados ambientes puede llegar a suponer un auténtico riesgo para tu integridad (sobre todo si eres como yo [no me refiero a si eres asexual, sino a si compartes mis opiniones]).

Hoy, hierbajillos, vengo a hablar de educación en temas de identidad de género y el discurso de género.


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