Donde la literatura y la maldad se toman un té

jueves, 9 de julio de 2015

Vigilante nocturno, de Melisa S. Ramonda

Título: Vigilante nocturno
Autora: Melisa S. Ramonda
«Hoy Willhemina Bancroft cumplió veinticinco años. Hoy, se enteró de que su padre, su único familiar viviente, murió. En este mismo día, Mina se convirtió en la heredera de un título nobiliario que nunca supo que su familia tuviera y una enorme mansión de la que jamás había oído hablar.
Está a punto de heredar, también, una responsabilidad que nadie quiere.
El Castillo Bancroft no es una mansión ordinaria. Por cientos de años, la familia de su padre ha custodiado un secreto infernal capaz de llevar a sus ocupantes a la locura. Encerrada en las gruesas paredes de piedra habita una fuerza sobrenatural más allá de la comprensión del Hombre, que una organización en particular codicia y desea destruir (o tal vez, controlar).
Hasta el regreso de su heredera, sólo una cosa se interpone entre los dos mundos: Leyra, el Vigilante. Uno de los muchos demonios y horrores que habitan la mansión, un ser tan poderoso como enigmático que podría convertirse en el mayor aliado de Mina o en su peor enemigo. A partir de ahora, todo dependerá de ella y de su astucia para descubrir qué es la Llave Maestra, cómo controlarla y cómo protegerla de los enemigos que desean arrebatársela.
Y debe lograrlo antes de que la mansión consuma a Leyra por completo.
El Castillo debe permanecer en pie, o todo lo demás caerá.»

Es mirar a las imágenes que aparecen bajo el lema "día internacional de la
mujer" en google y me pongo otra vez de mal humor: rosa, rosas, pintalabios,
vestiditos ajustados... Cualquier día de estos tendré que declararme ameba.
Pues… llevo como una semana ya posponiendo escribir esta crítica, porque andaba vaga y depre y no me apetecía. Y resulta que, hoy que finalmente me pongo a ello, es el Día Internacional de la Mujer [como podéis comprobar, hace mucho que tengo escrita esta crítica]. Y de pronto mis instintos homicidas se han disparado. Lo cual es una pena (y un desperdicio), porque esta novela de la que vengo a hablaros tampoco es que se merezca un destripe especialmente sangriento. Pero en fin, voy a ver cómo lo gestiono.

En todo caso, ya os aviso de que esto va a ser tirando a corto. No me parece que haya gran cosa que resaltar de esta obra, ni para bien ni para mal.

Bien, pues esta fue una recomendación de un anónimo que quiere ser identificado bajo el pseudónimo de Hamlet. Podéis ir a quejaros a él (¿a ella? [¿ello?]), si es que se deja encontrar, claro.

No mucho que decir de la sinopsis, en realidad. A excepción de las dos últimas frases, que son mentira, la sinopsis es fiel a la trama, tiene algunos fallitos, pero no está excesivamente mal redactada, y más o menos se las ingenia para crear una expectación de carácter moderado. Oye, pues ¿por qué no?

El concepto de Betty la fea os juro que me desquicia.
¿La trama? Pues lo ya dicho por la sinopsis: chica joven que, de la noche a la mañana, se convierte en heredera de una gran fortuna y descubre que tiene un castillo y un título nobiliario. En su favor diré que no es un Princesa por Sorpresa, en el sentido de que nos ahorramos toda la ñoñería esa de aprender modales y cosas para estar a la altura del título. A ella le dan un castillo y mazo de pasta y, por lo demás, la niña sigue con su vida y su trabajo (salve las responsabilidades especiales que vienen ligadas al secreto familiar relacionado con el castillo). Personalmente, me ha parecido una lectura amena. Hay malos e intrigas de por medio y demonios y peleas y esas cosas que dan como emoción y la sal a la vida.


Núcleo no hay. Partiendo de esa base… Como ya he dicho, en tanto que abuelo Simpson, pues no está tan mal. Se deja leer y te tiene entretenida una tarde, si te van estas cosas de magia y demonios. Además, no es un culebrón de demonios potentorros estampando a la protagonista contra las paredes para que ella pueda fingir que no le mola el asunto. A Dios gracias.

Respecto a la autoridad de la voz narrativa. No es que la novela gaste demasiada. La protagonista es una chica normal que hace cosas de persona normal, tiene un trabajo normal… Vamos, que habla normal y, como no necesita aparentar de nada, pues la cosa va tirando. Si acaso, lo que sí puedo señalar, como punto negativo, es que parece que la autora ha querido pintárnosla como una genia genial de su trabajo (creo que es diseñadora, o algo así), pero esa genialidad no se muestra por ninguna parte [en fin, tampoco es que en el libro nos hable de su trabajo en ningún momento, así que no es como si hubiese muchas excusas para ponerlo, en el fondo; sólo digo que dejarlo caer por ahí y no elaborarlo es un poco absurdo e innecesario, pero bueno].

Tendrán que valer.
Los personajes. No son nada del otro mundo, pero supongo que tienen un pase. Ella es una chica trabajadora y responsable con una amiga exuberante, el demonio misterioso es así como reservado y taciturno, el otro tipo que aparece es como muy formalito, incluso los tres demonios secundarios que salen por ahí de fondo son más o menos diferenciables. No me parece un mal trabajo en absoluto. Como digo, no es que sea la octava maravilla en construcción de personajes, tampoco es que digas «oh, madre mía, qué presentación tan cojonuda hace de ellos», pero se dejan leer; cuando menos, no son los clichés habituales en estos casos, con los dos pipiolos alzándose en armas por el amor de la chica y dedicándose a acosarla por las esquinas con declaraciones manidas y/o intento de violación encubiertos. Lo dicho: les doy un pase.

En general, los objetivos de todos personajes son bastante simples y explicitados, y el cambio que opera en ellos va de ligero a inexistente. Nada de interés en este sentido.

Ahora bien: la prosa. Esta novela necesita una corrección de estilo con extrema urgencia. La clase de urgencia de que tu jefe te diga: ¿ves este documento?, lo necesitamos para el mes pasado. Cantidad ingente de resumen narrativo y received text, explicaciones por todos los rincones, descripciones planas e interminables. Yo me lo iba saltando todo al leer y me detenía sobre todo en los diálogos, para no dormirme por el camino.

Un narrador muy risueño.
¿Qué más?... El narrador va haciendo saltos aleatorios e injustificados a la conciencia de los diferentes personajes, incluso reproduciendo frases que los personajes piensan. Además, el texto está plagadito de spoilers; en serio: como un campo de minas.

En fin, no es que haya demasiado de lo que reírme en esta ocasión, pero os dejo algunas cosillas concretas que me han llamado la atención (cuidado: spoilers [aunque no más de los que ya se hace la propia autora]):

El narrador, aparte de spoilearte continuamente, se dedica también a aclarar peligros ocultos que la prota no ha podido notar, como una insinuación sobre que las setas de la cena tenían «algo». Pero es que, macho, hasta los títulos de capítulo son spoilers:
«26. As de Espadas (Invertido)
(la carta que vaticina una conquista desastrosa, una gran pérdida)». Gracias.

Algunas citas:
«Debo estar soñando». Es imperativo.
«perpetuar la pelea en una nueva locación». Para la posteridad.
«la sonrisa de sus labios era prueba viviente». ¡Está viiiiiiiva!
Se le clava a la prota un cristal enorme en la planta del pie: «con la punta de los dedos intentó removerlo». Remover hasta que esté bien mezclado :D [esto es un anglicismo obeso, pero es posible que sea una peculiaridad de diferencias de uso en el español de diferentes países; lo pongo porque es que a mí me ha hecho mucha gracia.]
«Su pie golpeó sin querer con la puerta del coche, y el sonido de algo metálico le hizo recordar a Mina que debajo de los levanta cristales automáticos había un pequeño hueco que servía para echar cosas. […] Sin mirar, metió la mano en el compartimento y enterró los dedos entre los envoltorios vacíos de caramelos hasta que tocó algo cuadrado de plástico.» Pero entonces, ¿metal o plástico?

Todos los demonios de esta historia en realidad son mazo de majos: te dan mil y una oportunidades, antes durante y después del «combate a muerte» para que tú te retires amistosamente y que no tengan que matarte. Además, el malo malísimo del asunto es uno de estos a los que les encanta marcarse monólogos malvados y darles tiempo y ventaja a los buenos de todas las maneras posibles e imposibles para que puedan vencerle.

Hay algunas cosas que carecen de lógica, por ejemplo: se supone que el castillo custodia una puerta al infierno. La última que queda activa. Si se abre la puerta, se desata el apocalipsis, el alter ego malvado del Diablo sale del infierno y se carga a TODO quisqui (incluido el Diablo). Hay como chopocientos «evadidos» (demonios rebeldes) por ahí por el mundo planeando liberar a la Serpiente (el alter ego malo del Diablo), y por lo visto queda la friolera de siete «pacificadores» (demonios chupi-buenos fieles al Diablo) en la Tierra. El Diablo le dice a Leyra que se quede a vigilar la puerta, que se lo encarga en misión a él y solo a él, y que no piensa enviar a nadie más. No sé vosotros, pero yo no le veo demasiado preocupado para estar gestándose su propio fin, la verdad.

Otra cosa graciosa. Resulta que el castillo tiene la capacidad chupi guay de regenerarse automáticamente a sí mismo cada mañana: tú puedes derruirlo, destruirlo hasta los cimientos, que cuando amanezca el castillo estará otra vez como recién salidito del horno. Pero lo más guay es que dentro de este pack maravilloso de reparaciones gratuitas también está incluida la opción «deshacerse de cadáveres»: tú matas a un montón de peña durante el proceso de destruir la casa, y dejas sus retos sobre la moqueta (y sus entrañas coloreando artísticamente las paredes), y cuando amanece… ¡puff! Todo limpito como los chorros del oro.

Os dejo también el final del libro, un gigantesco spoiler:
«Lo que Leyra no le dijo y quizá no le diría nunca, era que en esa guerra estaban destinados a perecer. Los de un bando y los del otro por igual, porque si todos los demonios libres del mundo iban a unirse para dar la última batalla, sólo uno de todos podría ganar. El sobreviviente bien podría ser el que volviera al Infierno a rendirle honores a su Príncipe, o aquel que se quedaría en el mundo de los Hombres y desataría un Apocalipsis.» Con dos cojones. Pues ya nos sabemos el final de la historia: todos muertos, hasta el apuntador.


Chichómetro: no, padre.

Potabilidad: se puede beber.

Carcajadas: 4/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Lamentos de invierno, Entre libros y tintas, Las bestias literarias.

4 comentarios :

  1. Hola, gracias por citar mi reseña en tu entrada.
    La verdad es que cuando la autora me mando la novela me avisó que era uno de sus primeros intentos de escritura y que tenía pensado pulirla y puede que re-escribirla más adelante.
    Tiene otras novelas escritas donde ves como ha ido solventando alguno de los problemas que indicas.
    A mi fue un libro que me gusto, no para tirar cohetes, pero me pareció muy entretenido de leer, al menos se salía de las temáticas de siempre.
    Me quedaré por aquí ojeando el blog... tenéis un puntazo escribiendo jajja
    Besos.

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  2. yo lo he leido y me ha gustado, vale, es entretenido y nada más.

    no entiendo eso mania de los autores que apenas abres el libro te encuentras con que te dicen que no es su mejor obra y que tiene muchos errores. si los tiene arreglalos y luego publica el libro. y con la falsa modestia a otra parte, de paso.

    lo mismo y quiero decir que si lo comparamos con el resto de literatura juvenil, es bastante pasable el libro a pesar de ser autopublicado, al menos y no tiene a la prota calenturrienta con las hormonas que bailan con pompones.

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  3. Ah, cada vez que encuentro una reseña de este libro me acuerdo que lo tengo pendiente de lectura todavía y ni miras de leerlo xD Sí soy fan de otra saga que tiene la autora. Siempre vengo a leer tus críticas con ganas de reírme, sin embargo me alegra que no haya habido muchas carcajadas en este caso. Igual me quedan las ganas, me voy a ver la de Esplendor, que no tiene desperdicio. Permisito xD

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  4. GENIASSSSS las Hierbas SA-BEN!

    Esperando ansiosamente el día que podamos trabajar juntas (juntando moneditas, más bien). Sus posts sobre puntuación en los diálogos me han servido muchísimo, una guía súper completa. Me doy un facepalm atrás del otro leyendo los apuntes que le hiciste a Vigilante, Ortiga, no se puede negar que tenés criterio y sabés de lo que estás hablando. Me alegro de que a pesar de todo haya resultado una lectura entretenida, esta historia tiene pendiente una re-escritura completa para acomodarse al resto de las historias que vendrán a completar la serie, por supuesto que me guardo este post para no pasar nada por alto cuando llegue el momento. Entonces seguro que hablaremos de números y nos pondremos al día. Por lo pronto, seguí tan fabulosa como siempre, la gente no le da a este blog el crédito que se merece.

    Me voy con una sonrisa, literalmente SOÑABA con el día en que fuera a salir en este blog (una chica puede soñar :P).

    Besos y abrazos para todas!
    Mel.

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