Título: Eleanor & Park
Autora: Rainbow Rowell
«Una historia de amor entre dos outsiders lo bastante inteligentes como para saber que el primer amor nunca es para siempre, pero lo suficientemente valientes y desesperados como para intentarlo.
«—Bono conoció a la que sería su mujer en el instituto —dijo Park.
—Sí, y también Jerry Lee Lewis —contestó Eleanor.
—No estoy bromeando.
—Pues deberías. Tenemos 16 años —dijo Eleanor.
—¿Y qué pasa con Romeo y Julieta?
—Superficiales, confundidos y, posteriormente, muertos.
—Te quiero, y no estoy bromeando —le dijo Park.
—Pues deberías».»
Ostris, Pedrín. No había visto la contraportada hasta ahora.
No sé a quién se le ocurrió que eso de poner un fragmento de la obra a modo de sinopsis era una buena idea. Supongo que a uno de esos curiosos personajillos que, cuando les preguntas que «de qué va un libro», te responden que «es que no se puede resumir, porque entonces te lo están destripando». Eso pinta mal. Muy mal, de hecho. Eso quiere decir que en esa historia no hay contenido ni para tomarse una mísera sopa de ajo. Que ya es triste.
En fin.
Lo bueno de Eleanor y Park es que (sorprendentemente) sí que tiene contenido bastante para hacerse una sopa de ajo. Y para algo más. En serio, aún no salgo de mi asombro. No es que sea la octava maravilla, evidentemente; pero, en cuanto a calidad literaria se refiere, este es sin lugar a dudas el mejor libro de este género que he leído en… bueno, probablemente toda mi vida. Mis felicitaciones a Rainbow Rowell, a pesar de su nombre (¿seudónimo? Decidme que es un seudónimo, por Dios).
Ahora bien, debo decir una cosa: estoy hasta la narices de leer reseñas de peña diciendo que «qué bonito», que «qué historia tan entrañable» y que «qué bonito es el primer amor». Por el amor de Dios, compraos un chupachups de fresa y largaos a donde no tenga de seguir oyendo tonterías.
Que este libro sea bueno no tiene nada que ver con la historia en sí (de hecho, me atreveré a decir que es bueno a pesar de la historia en sí). Así que, chicos y chicas, prestad atención, porque aquí vais a tener el ejemplo viviente de que, ¡sí!, aún hay esperanzas para el mundo de la literatura juvenil.
Bueno, empezaré, como siempre, por
la trama. Nada del otro mundo, la verdad.
Chico adolescente conoce a chica adolescente y se enamoran. Nada rompedor al respecto precisamente. Además resulta que son un par de marginadillos, pues vale, sigue sin ser tampoco nada especialmente original, dado los tiempos que corren (aunque se agradece mucho que al menos se evite el tópico de chico popular con chica marginada. Gracias, en serio). Además, resulta que la chica tiene una vida familiar turbulenta… tal vez un poco demasiado dramático para mi gusto, pero bueno, se lo pasaré porque es el género.
El argumento, y en las reseñas que he leído en general han sabido decirlo muy bien (lo cual no es sino otra prueba de que el libro está bastante bien escrito),
trata el dilema de ser un adolescente enamorado: el primer amor, el deseo de encajar, el superar las dificultades en el camino, y el aprender a aceptarse a uno mismo.
Los elementos de la historia están en general bastante bien escogidos para apoyar la tesis y reforzarla: el contraste entre la familia de ella y la familia de él, la historia de amor de los padres de Park, el por qué cada uno de los protagonistas es como es y se comporta como se comporta. Muy
nice, de verdad. Nada revelador, es una historia sencilla y cuyas premisas ya han sido muy trabajadas a lo largo de la historia de la narrativa, pero está bien.