Donde la literatura y la maldad se toman un té

sábado, 11 de enero de 2014

Eleanor & Park, de Rainbow Rowell


Título: Eleanor & Park
Autora: Rainbow Rowell
«Una historia de amor entre dos outsiders lo bastante inteligentes como para saber que el primer amor nunca es para siempre, pero lo suficientemente valientes y desesperados como para intentarlo.
«—Bono conoció a la que sería su mujer en el instituto —dijo Park.
—Sí, y también Jerry Lee Lewis —contestó Eleanor.
—No estoy bromeando.
—Pues deberías. Tenemos 16 años —dijo Eleanor.
—¿Y qué pasa con Romeo y Julieta?
—Superficiales, confundidos y, posteriormente, muertos.
—Te quiero, y no estoy bromeando —le dijo Park.
—Pues deberías».»


Ostris, Pedrín. No había visto la contraportada hasta ahora. No sé a quién se le ocurrió que eso de poner un fragmento de la obra a modo de sinopsis era una buena idea. Supongo que a uno de esos curiosos personajillos que, cuando les preguntas que «de qué va un libro», te responden que «es que no se puede resumir, porque entonces te lo están destripando». Eso pinta mal. Muy mal, de hecho. Eso quiere decir que en esa historia no hay contenido ni para tomarse una mísera sopa de ajo. Que ya es triste.

En fin. Lo bueno de Eleanor y Park es que (sorprendentemente) sí que tiene contenido bastante para hacerse una sopa de ajo. Y para algo más. En serio, aún no salgo de mi asombro. No es que sea la octava maravilla, evidentemente; pero, en cuanto a calidad literaria se refiere, este es sin lugar a dudas el mejor libro de este género que he leído en… bueno, probablemente toda mi vida. Mis felicitaciones a Rainbow Rowell, a pesar de su nombre (¿seudónimo? Decidme que es un seudónimo, por Dios).

Ahora bien, debo decir una cosa: estoy hasta la narices de leer reseñas de peña diciendo que «qué bonito», que «qué historia tan entrañable» y que «qué bonito es el primer amor». Por el amor de Dios, compraos un chupachups de fresa y largaos a donde no tenga de seguir oyendo tonterías. Que este libro sea bueno no tiene nada que ver con la historia en sí (de hecho, me atreveré a decir que es bueno a pesar de la historia en sí). Así que, chicos y chicas, prestad atención, porque aquí vais a tener el ejemplo viviente de que, ¡sí!, aún hay esperanzas para el mundo de la literatura juvenil.

Bueno, empezaré, como siempre, por la trama. Nada del otro mundo, la verdad. Chico adolescente conoce a chica adolescente y se enamoran. Nada rompedor al respecto precisamente. Además resulta que son un par de marginadillos, pues vale, sigue sin ser tampoco nada especialmente original, dado los tiempos que corren (aunque se agradece mucho que al menos se evite el tópico de chico popular con chica marginada. Gracias, en serio). Además, resulta que la chica tiene una vida familiar turbulenta… tal vez un poco demasiado dramático para mi gusto, pero bueno, se lo pasaré porque es el género.

El argumento, y en las reseñas que he leído en general han sabido decirlo muy bien (lo cual no es sino otra prueba de que el libro está bastante bien escrito), trata el dilema de ser un adolescente enamorado: el primer amor, el deseo de encajar, el superar las dificultades en el camino, y el aprender a aceptarse a uno mismo. Los elementos de la historia están en general bastante bien escogidos para apoyar la tesis y reforzarla: el contraste entre la familia de ella y la familia de él, la historia de amor de los padres de Park, el por qué cada uno de los protagonistas es como es y se comporta como se comporta. Muy nice, de verdad. Nada revelador, es una historia sencilla y cuyas premisas ya han sido muy trabajadas a lo largo de la historia de la narrativa, pero está bien.




La voz narrativa tampoco está mal, aunque no está tampoco demasiado trabajada, así que no se puede decir gran cosa al respecto. En realidad, probablemente parte del motivo por el que la voz narrativa es aceptable sea precisamente porque Rowell no se ha metido en camisa de once varas y lo ha mantenido sencillo. En la narración de la historia, se va alternando el punto de vista de Eleanor con el de Park, pero la voz narrativa no cambia para ajustarse a uno o a otro: es una voz en off que narra la historia pegándole la cámara a la cabeza a él o a ella de manera alternativa, y salpicando los párrafos con pensamientos de los personajes, lo cual contribuye a hacer lo bastante reconocible el punto de vista, porque las voces de ellos dos sí están más o menos trabajadas y suelen ser distinguibles. Bien, vaya, muy aceptable.


No mucho que decir tampoco con respecto al establecimiento de la autoridad. Aceptable, también. Muy adolescentes ambos. De nuevo, Rowell no se ha complicado la vida metiéndose en temas que no dominaba para intentar «hacer la historia más creíble» y ha optado por mantenerlo simple: buena elección. Los únicos temas de «especialidad» mencionados son los cómics y la música: yo no domino el segundo, pero me defiendo con el primero, y las referencias a él no me han parecido llamativas en cuanto inadecuadas. Además, precisamente todas esas referencias son lo que contribuye a darle un toque más personal y original a la historia, haciendo que el texto también deje de ser tan plano y dándoles algo de volumen a ambos personajes (más en el caso de Park, sobre todo).

Podría ser peor :D
Los personajes. Me voy a mojar y a decir que tanto el personaje de Eleanor como el personaje de Park están bastante bien construidos (Park es un poco tía, por cierto, pero nada que ver con Eleanor y sus recurrentes tergiversaciones tan femeninas de las palabras ajenas). Tienen personalidades discernibles y con sus recovecos oscuros y sus conflictos. Ambos tienen objetivos, en plural (conscientes e inconscientes) que van evolucionando a lo largo de la historia. Además, su proceso de enamoramiento es bastante creíble, en el sentido de que les toma un tiempo de adaptación, no es un «aquí te pillo, aquí te mato», y eso juega mucho en su favor. No hay mucho cambio en ellos en tanto que personas, he de decir, la evolución en su mayor parte se la queda la parte amorosa, lo cual hace que el libro sea un poco demasiado largo para lo que realmente quiere contar: hay unas cuantas escenas por el medio que repiten justificación, pero bueno, podría ser peor.

Los padres, tanto de ella como de él, también están bastante bien. Son creíbles, tienen sus conflictos por ahí soterrados y en general son consecuentes con la personalidad que se les atribuye. No tengo quejas. Como digo, sigo muy sorprendida. Gratamente sorprendida. El que no me convence tanto es el padrastro, que me parece que peca un poco de ser malo porque en la historia hace falta un malo. En este caso en concreto, sin embargo, tampoco diré que es un mal personaje, porque sí que es bastante creíble, y tiene conatos de profundidad, pero echo de menos que esté un poco más trabajado en ese sentido, para darle algo de vidilla. Ahora que, si nos vamos a poner a criticar al padrastro, casi me dan ganas de decir que la madre de Eleanor es peor, porque es sencillamente retrasada y su actuación en conjunto carece de justificación lógica, pero una vez más me voy a abstener de tacharla de mal personaje, porque es cierto que ese es aparentemente el patrón de conducta en muchas mujeres en su situación; pero vamos, digo lo mismo de antes, se echa de menos un poco más de trabajo por parte de la autora, que estaba demasiado centrada en el tema Eleanor-Park.

El resto de personajes (hermanos, amigos y compañeros de clase) son muy terciarios y apenas están esbozados, así que no merece la pena pararse a pensar en ellos. Están puestos un poco por hacer bulto. Tampoco es que esto sea garrafal: son personajes que realmente carecen bastante de importancia para la historia.

Y por último, con respecto a la prosa. Aquí tengo que tomarme un instante para cantar un muy agradecido Aleluya. Me costó mucho decidirme a leer este libro porque, por lo que había leído, tenía toda la pinta de ir a ser un bodrio insufrible, mal escrito, cliché y del que ni siquiera me iba a poder reír. Grata sorpresa. Como ya he dicho, está bastante bien escrito. No puedo opinar sobre el uso de la lengua y la puntuación, porque lo he leído en inglés, pero sí puedo opinar sobre lo demás. Cuenta cosas, en lugar de decírtelas. ¡Aleluya! Hay algunas escenas muy bien escritas, usa coros, las conversaciones no son planas. En fin, que ha sido todo un alivio y un soplo de esperanza. He de decir también, no obstante, que peca a veces de cargarse su propio trabajo y decirte algo que ya te había contado, también hay varias escenas que le sobran y algunos what the fuck por ahí desperdigados, pero… Puede que no todo esté perdido aún en el género juvenil romántica, ¡hurra!

En fin, para terminar, y como no podía ser de otra manera, no quiero desaprovechar la oportunidad de reírme, aunque esta vez sólo va a ser un poco. Os dejo un what the fuck muy gordo y un Oh My God, entre otros (atención spoilers):

-What the fuck: a Eleanor se la sudan largamente sus hermanos. Hay una escena en la que Eleanor despierta en mitad de la noche porque le parece oír voces masculinas discutiendo. Cree que ha entrado en casa gentuza de la que debe de conocer su padrastro, camellos, mafiosos violadores o algo de la talla. Entonces oye disparos. Evidentemente, la pobre niña entra en pánico. ¿Intenta salvar a sus hermanos y hermana, que duermen todos con ella en la misma habitación? No, padre. Coge la tía capulla y, ni corta ni perezosa, se sale ella sola por la ventana del cuarto y deja a los hermanos durmiendo (¿durmiendo?, ¿después de que se oigan disparos? Seh, makes sense…). ¡Qué os jodan, hermanitos! Literalmente. Pero calla, calla, que ahí no queda la cosa. No, señor. La tía coge y llama a casa del vecino para pedirle usar el teléfono (ellos no tienen teléfono en casa). Vale, eso podría tener algún tipo de sentido lógico… de no ser porque te dice que el colgado del vecino es un tipo que vive solo y se dedica a lanzar miradas inapropiadas a las jovencitas. ¿Y esta chica va a clases para superdotados? Me estás tomando el pelo, ¿no? Bien, bueno, permitidme que prosiga, porque, no, la cosa aún no acaba aquí. El vecino le da permiso a regañadientes para usar su teléfono, Eleanor llama a la policía y, mientras espera a que vengan, se quedan en la cocina del pervertido (¿os creíais que iba a volver corriendo a casa, a comprobar que sus hermanos estuvieran bien? Ilusos). Y mientras la tía espera en la cocina, ve que el vecino tiene una montaña de brownies en una fuente, y lo único que puede pensar, la muy gorda, es que el maleducado del vecino no le ofrece ni uno. Di que sí, Eleanor, ¡las prioridades claras!

-Oh My God: Eleanor tiene una fijación con comerse, literalmente, la cara de Park. En serio, obsesivo, te lo repite mil veces: le daría un mordisco y se lo comería. Qué asco, en serio, niña, contrólate. Sí que se debió de quedar con hambre, la pobre, después de mirar los brownies del vecino. Ahora que, no sabría decir qué escena me ha dado más asco: esta o la de cuando aparece Eleanor, literalmente embutida como un salchicha en el chándal de Educación Física, se encuentra con Park y este se pone. Y te lo cuenta. Igual soy yo, que tengo un estómago sensible, qué le vamos a hacer.

-Queja: el final. Vaya.mierda.de.final. Se carga prácticamente por completo el relativamente buen trabajo que la autora lleva a cabo en el resto de la novela. No es ya que resuelva el conflicto, que lo hace, sino que además el hecho de que Eleanor se pase un año entero ignorando a Park y pasando de su culo antes ponerse en contacto con él no está ni remotamente justificado, solo es una muestra de lo estúpido que es el personaje y lo mucho que le gusta a su autora el drama.

-Coro: me encanta la escena (me gusta de verdad, por una vez) en la que la madre echa a todos los críos al patio porque necesita un momento de paz. Eleanor está sentada en unas escalerillas hablando con su hermano, y mientras solo puede pensar en que ya empieza a refrescar el tiempo, y que ojalá tuviera una chaqueta. Cuando vuelve a entrar en la casa, el padrastro está sentado en el sillón viendo la tele, y ella tiene que pasar justo delante de él para ir a refugiarse en su cuarto. Mientras pasa de largo, tiesa como un palo, vista al frente, solo puede pensar que ojalá tuviera una chaqueta. Genial, en serio. Esta es mi escena favorita.

-Aviso: esta historia… no es tan graciosa como para que yo la vaya a recomendar, pero como está bastante bien escrita, en realidad tampoco la voy a desaconsejar. Eso sí, si alguno de vosotros quiere leerla espero que, una de dos, tenga un aguante titánico al dulce o se haya aprovisionado convenientemente de insulina. En caso contrario, consultad a vuestro médico, recordad que una subida de azúcar puede dejaros ciegos. ¡Bajo vuestra responsabilidad, niños!

Chichómetro: por fin una comida en condiciones.

Potabilidad: se puede beber, pero ten a mano la insulina.

Carcajadas: 2/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Durmiendo entre Libros, El rincón de la lectura, Lo que quiera leer hoy.

5 comentarios :

  1. Me gusta mucho la forma en que escribes y la comicidad que transmites. Me encanta tu blog. Te sigo y te espero por mi blog. Saludos.

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  2. A mí esta novela me gustó muchísimo :) Tienes razón en los detalles que señalas en los spoilers (ni me había fijado en lo de los brownies), especialmente en lo del final estoy completamente de acuerdo contigo; creo que estaba de más esa actitud por parte de Eleanor hacia Park. Aun así, me pareció una historia bastante buena dentro de su género y bien trabajada. De hecho me dejó con ganas de leer más cosas de la autora :P Y por cierto, creo que sí, que Rainbow Rowell es un pseudónimo. Menos mal xDD
    ¡Un saludo!

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  3. Suena a algo muy típico. La verdad es que no lo he leído, y ni ganas, porque la verdad es que tiene peor pinta que Memorias de Idhún. Si no hubiera leído esa saga y me dieran a elegir entre La Resistencia (el primero de Memorias de Idhún) y este, sin dudarlo me quedaba con La Resistencia. Qué quieres que te diga, me gusta eso de descubrir mundos distintos al nuestro, así variamos un poco y nos evadimos de la realidad. Total, para qué leer libros realistas que tengan que ver con la realidad, si para eso ya tenemos nuestra propia vida...

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