Donde la literatura y la maldad se toman un té

domingo, 22 de marzo de 2015

Un verano de miedo, de Carlos Molinero (Honrosas excepciones 3)


Buenas tardes, criaturas. ¿Cómo os trata la vida?

Francamente, espero que mal.

Pero dejémonos de charla de ascensor. Hoy me tenéis aquí debido a un encargo que tengo pendiente desde hace mucho. En realidad, ahora que lo pienso, todos los encargos que tengo pendientes son de hace bastante. Qué puedo decir. No hay forma más terrible de maldad cotidiana que el retraso. Y no, no hablo de la estupidez con la que la que el mundo me tortura habitualmente, sino de la tardanza (ah, reventar expectativas es una dulce adicción). Creo firmemente que Ortiga sería mejor mala hierba (y en consecuencia peor persona, claro) si no fuera tan diligente con vuestros encargos.

Cuidado. Hoy estoy que muerdo y el que avisa no es traidor.

Como iba diciendo, hace bastante que nos recomendaron las primeras páginas de la novela ganadora del Premio Minotauro del año pasado. Las comenté por encima en twitter en su momento, pero finalmente he decidido sentarme a escribir para hacer un análisis en condiciones.


Cuando su madre le dice que tiene que pasar el verano derritiéndose en Vega Alta, el pueblo de su abuela, el primer pensamiento de Juan es que va a morirse de aburrimiento. Pero la construcción de unos chalés a las afueras desentierra a una criatura sedienta de sangre que hace que el aburrimiento a partir de ese momento sea imposible. Lo de morirse ya es otra cosa.

Juan se enfrentará a la amenaza vampírica junto a Eva, una gótica obesa, y Jairo, un ex niño de San Ildefonso beato. Ante su inferioridad de condiciones decidirá utilizar la información como arma, así que empezará a escribir en su blog todos los hechos terribles que están ocurriendo en Vega Alta. Con esto sólo conseguirá llamar la atención de alguien: el vampiro resucitado, que tiene un plan para Vega Alta difícil de imaginar…

“Verano de miedo” no es sólo una novela ágil y refrescante, sino también un homenaje a los clásicos del terror y a aquellos veranos, sangrientos o no, que nos cambian la vida.


Va de vampiros nazis.
Digooo, vampiros.
Vampiros nazis.
Aparentemente, lo nazi triunfa.


Ya está, ya lo he dicho. Tanta sinopsis y tanta criatura sedienta de sangre. Vampiros nazis.

Un verano de miedo es, como se intuye por el título, una novela de terror de las de no dormir en un año. No importa qué hayáis leído por ahí, fiaos de mi experiencia. O de hecho no lo hagáis y sufrid las consecuencias. Sobre todo si pensáis grabaros sufriendo dichas consecuencias. Adelante, adelante. Ignorad mis avisos.

Ahora en serio. Da mucho miedo, pero no por los vampiros nazis, sino por la fauna cani que campa a sus anchas por este libro. Eso no te lo cuentan en la sinopsis, que, por cierto, miente descaradamente. El protagonista de turno no empieza a escribir el blog para luchar (con “la información como arma”, qué estacas ni qué niño muerto. Esto es la tierra del ajo, pero para qué) contra los vampiros, sino que desde el principio de la novela tiene a bien aporrear el teclado de su ordenador para hacerle saber el mundo lo desgraciada que es su vida (de hecho, ¿soy yo o se juega con la similitud fonética de un verano de miedo y un verano de mierda?). Vamos, los vampiros sólo aparecen como de refilón en la última escena de esas primeras páginas.

Por lo que leí en su momento en entrevistas y demás, la intención del autor era recuperar el espíritu de los vampiros originales precisamente a raíz de horrores como Crepúsculo. Ya. Francamente (*Zarza mira en un momento el nombre del autor*), Carlos Molinero, espero que no estés considerando una carrera en política.

Seamos honestos, en términos de ridículo no me parecen tan lejanos conceptos como “vampiro con purpurina al sol” y “vampiro que gusta de gasear judíos”, pero ambos me parecen muy distantes del conde Drácula de Bram Stoker.


De todos modos, tampoco consideraría Drácula como el epítome de los “vampiros originales”, sino una idealización de lo que susurraba la tradición oral desde hacía mucho. Tal y como han sido tratados en literatura, los vampiros no imponen. Es triste, pero cierto.
Me estoy riendo yo sola.

Pero hablemos con propiedad. La novela está ambientada en el año 2000, así que no hablamos de canis, ni de chonis, ni de pokeros, sino de bakalas. Yo creo que entonces no se llevaba tanto el asunto de los blogs, y menos entre este peculiar colectivo, pero no lo tengo claro. La cuestión es que nuestro protagonista escribe en un blog y es muy macarra.

Dejando de lado lo mucho que me pueda reír acerca de aspectos de la trama o de los personajes como los que he mencionado, la cuestión es que esas primeras páginas están sorprendentemente bien escritas (en especial teniendo en cuenta mis expectativas después de leer por ahí “vampiros nazis”). No puedo hablar a nivel de núcleo y de técnica sin leerme la novela completa, pero sí puedo hablar de aspectos más específicos.

-El uso de texturas.

Este es claramente un guiño a la novela de Bram Stoker. Algunas de las texturas son conversaciones de sms, chat o emails y cuentan como diálogos. En general están relativamente bien construidas (se va desarrollando la relación entre Eva y Juan y el lector lo ve de un modo más directo, en vez de contado a través de Juan, el unreliable narrator de esta historia). Se cuentan cosas aparte de las que se dicen.

Dentro de las texturas, tenemos también algunas transcripciones de documentos como faxes, prescripciones médicas, anuncios de radio y demás. La función de estas parece ser ayudar a la trama en cuestión de tensión narrativa, aunque también hacen un buen papel dando autoridad racional a la historia. Por cierto, el formato de esta novela es muy curioso. Intenta dar verosimilitud a la historia, y por ejemplo, el fax tiene apariencia arrugada (página 22). Lo cuento también como autoridad racional. Diría que favorece la implicación del lector con la historia. Teniendo en cuenta que el autor va a acabar hablando de vampiros nazis, yo diría que necesita toda la implicación posible por parte del lector.

De todos modos, este punto positivo no sé si contárselo al autor, porque ejem Bram Stoker.

-La voz narrativa

Quitando las texturas aparte del blog, que en general no suelen tener narrador, tenemos una voz narrativa que destaca sobre las demás. Se trata del protagonista, Juan.

Juan es un macarra. Y se va a encargar de dejarlo muy claro a lo largo de la historia.

Dejando de lado la plausibilidad de que en el año 2000 alguien (concretamente un macarrilla) llevara un blog en España y escribiera cosas de su vida privada allí sabiendo que sus conocidos pueden leerlo, la verdad es que el narrador tiene autoridad racional y emocional, y es algo que está construido a lo largo del texto. Es fácil creerse que Juan es un macarra y un adolescente imbécil. Es lo que es, ni más ni menos, independientemente de lo insoportable que resulte. Y en ese sentido, la verdad, pensé que me iba a parecer bastante más insufrible, pero al final estaba tan entretenida fijándome en la técnica del autor, que no ha sido así salvo en las primeras páginas. Aunque entiendo que para un lector que busca implicación con el protagonista más que técnicas narrativas esto puede resultar un problema.

La voz narrativa es distinguible de las demás voces. Está construida para ser reconocible (aunque en general todas las voces de los personajes lo están, y aquí voy a mencionar específicamente la de Jairo). No obstante, diría que el autor se ha pasado, porque el resultado queda forzado, pero el intento de caracterización está ahí.

Además, creo recordar que en general no peca de explicativa. Ya sólo por eso resulta interesante prestar atención a lo que dice y lo que no.

-Escenas bien construidas

En su momento me gustó bastante la escena de Eva con la madre, y también la que sucede a continuación con Jairo y Robert. Me gusta porque me parece que en ambas está bastante bien construida la vergüenza y la cobardía del protagonista (al menos eso creo recordar) y cómo este intenta justificarse y taparlo. De verdad, no me lo esperaba en absoluto y ha sido una sorpresa muy agradable. Casi preferiría que el autor dejara fuera la trama de vampiros y se centrara más en la cobardía patológica de Juan y en los problemas sin resolver que tiene con el divorcio de sus padres y el hecho de que siente un tanto abandonado en el pueblo.

También me gustan mucho los diálogos y las texturas que funcionan como tales. Suceden cosas subtext y están bien construidos.

La escena que para mí sobra es la última entrada en el blog. Verosimilitud, 0. Por todos los cielos. Creo que cuando a alguien le ataca un vampiro (más aún hace 15 años) lo último que se le ocurre hacer es compartirlo con el mundo en su blog. Eso es mucho más de twitter y de esta generación, la verdad.
En vez de "bailarinas desnudas", visualizad
 "ordenador con wifi".

Además, Juan no solamente escribe una crónica inacabada del ataque del vampiro mientras sucede, sino que aprovecha para justificar posibles faltas de ortografía por la urgencia de la situación, meter un par de comparaciones bakalas, y ya que estamos, metáforas varias y sus sentimientos al ver morir a Robert. Por supuesto.

El autor ha metido la pata al escoger entradas de blog para una novela de este tipo. Sé que es un guiño al diario de Jonathan Harker (con lo cani que es el protagonista de Un verano de miedo, se podría haber conservado el nombre y todo :D), pero aun así: el terror se construye de forma distinta ahora que en el siglo XIX. Es posible que con el uso de las entradas el autor logre una conexión por el uso de las nuevas tecnologías con la gente de hoy en día (no lo sé, a mí estas cosas me dan igual), pero el propio formato de un blog elimina la tensión narrativa de un plumazo, porque no permite la narración detallada a tiempo real si no es de forma tan poco creíble como la que he mencionado en el párrafo anterior. Es un problema con la construcción del pasado. Si el protagonista es el que cuenta la historia y le sucedió hace tiempo, el lector supone que el personaje ha sobrevivido. Y adiós a la tensión narrativa, y a la intriga de si el personaje sobrevive o no.


Sobre los personajes tengo poco que decir en calidad de objetivos y cambio. Supongo que a partir de cierto momento los objetivos de todos estarán centrados en sobrevivir y destruir al vampiro, un poco estilo Fright Night. Hay varios personajes muy planos y en general son todos bastante clichés, y no tengo manera de saber si mejoran a lo largo de la novela.

De lo que he leído, podría comentar los objetivos de Juan (liarse con Marta, y no aburrirse mucho) y de Eva (liarse con Juan). En principio no hay demasiado conflicto, e insisto, dudo que la trama de vampiros nazis vaya a suponer una mejora en ese sentido. Aunque por otro lado... Me leí hace bastante las páginas, pero sí creo recordar que se dejaba intuir un trasfondo algo más interesante: los problemas de Eva con su madre, y los de Juan con su familia. En materia de objetivos se podría sacar algo interesante de ahí, pero tendría que leer más.
Ni en broma :D


Por cierto, no puedo cerrar esta entrada sin hablar del uso recomendado de 500 gramos de Paracetamol cada ocho horas en la transcripción de un informe médico. Ya. Lo lamento, pero el paciente no llega ni en broma a la segunda toma. Si no me equivoco, la dosis letal son ocho comprimidos, es decir, entre 10 y 15 gramos de Paracetamol. Pero tranquilo. Tú embútele MEDIO KILO al paciente entre pecho y espalda. Por favor, procede sin miedo. Verás cómo nos reímos todos cuando vuelvas en ocho horas.

[Por si no estáis para hacer cálculos, con medio kilo de Paracetamol se puede matar a cincuenta personas. Yo lo dejo caer]

En fin, no tengo mucho más que decir. No me leería la novela, porque ejem vampiros nazis. Muy bien tiene que estar jugada esa baza para que sea creíble y para que aporte cierto conflicto e interés a la evolución de los personajes. En cualquier caso, estoy bastante sorprendida por las primeras páginas. No me esperaba esto ni de lejos. Lástima hacia dónde va encaminada la historia.

No os quiere,

Z.

P.S: Sí. He metido esto en la sección de honrosas excepciones. No preguntéis. Ni siquiera yo lo tengo claro.

11 comentarios :

  1. Ya teneis twitter? Cual es?

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  2. Cuando leí las primeras páginas ya me quedé wtf con el prota .___.

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  3. Yo me sentí casi nostálgica :D

    Por cierto, en twitter somos @LasMalasHierbas, Anónimo. A ver si saco un rato y un día de estos lo incluyo en los botones de las redes sociales.

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  4. Mi querida Zarza, aquí nuestros caminos se separan. Mucha autoridad racional, texturas, subtext y lo que quieras, pero a mí la lectura de esas páginas me resultó insoportable. ¿Sería porque el personaje me recuerda a esos canis asquerosos con los que he tenido que lidiar toda mi vida? No te lo discuto. ¿El autor lo hace de maravilla al construir tan bien un personaje? Sin duda. ¿Esta lectura me parece infumable? Sí. Lo siento pero es la verdad, no puedo con esa chulería y esa manera de hablar y de expresarse, no puedo, me repugna, así de simple. Y sí, aquellos que tienen que contar historias pueden ser canis, y también asesinos y pederastas, no lo pongo en duda y de todo tiene que haber en el mundo, pero yo PERSONALMENTE soy incapaz de afrontar una lectura contada desde la visión de un personaje así. Me enervo, me irrito y me da de todo.

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  5. Claramente no está al alcance de todos soportar esta tortura tan refinada :D

    Ahora en serio (y ya que mencionas a los pederastas) XD No quiero comparar al autor de esta cosa con Nabokov porque sencillamente NO, pero, por ejemplo, en ese sentido a mí se me hizo terrible en su momento leer desde el punto de vista de Humbert Humbert. Lo digo de verdad. Fue espantoso. No se trata de que el tipo fuera un pederasta. No era la primera vez que leía sobre el tema y tengo un estómago de hierro. Así que no. Era todo. Humbert Humbert es un personaje repugnante y, a la vez, muy humano, y yo me quería morir.

    Total, que no me parece necesariamente malo que no puedas aguantar al personaje de esta novela. Es un protagonista muy imbécil, y en cierto sentido muy autocomplaciente. Uhm. También es posible que yo aquí me esté proyectando. He conocido gente así a lo largo de mi vida, y por unas causas u otras he acabado descubriendo una sorprendente humanidad en este tipo de personas. Quizás me siento nostálgica, o estoy más predispuesta a ver algo detrás de tanta estupidez macarril. Quién sabe :D

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  6. Creo que para ti, Zarza, es más fácil aguantar a un cani que a un pederasta como narradores de una historia porque tienes fe en el cani y crees que puede volver a ser persona, cosa que un pederasta tiene más difícil, por regla general, porque los canis suelen ser adolescentes sin personalidad (no hay más que ver que son todos iguales, salvo alguna pequeña variación en el corte de pelo), así que aún tienen que madurar, mientras que los pederastas son ya adultos, con una forma de ser más formada, por mucho que nos repugne una mente así de enferma y su forma de ser. No sé, esa es mi teoría, aunque puede que me equivoque.

    Sin embargo, yo coincido con Laura Tejada; leer desde el punto de vista de un cani se me haría insoportable, básicamente porque no los aguanto, no soporto En cuanto al de un pederasta, ya ni hablo. Se me haría aún más insoportable.

    Otra cosa es el tema de los vampiros nazis. M' ha matao. Igual que el póster de la película sobre zombis nazis que has puesto, y el ver que Sharknadoo 2 o no sé qué película iba a ir sobre tiburones nazis. Más surrealista que un cuadro de Dalí.

    Atte, E.

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  7. Yo creo en los canis :D (¡yo creo, sí creo! :D).

    No sé, sospecho que me resulta más difícil soportar a Humbert Humbert (no a los narradores pederastas en general) que a los canis porque este personaje me parece moralmente repugnante (insisto, dejando de lado la pederastia, que en este caso sólo es un suma y sigue).

    Pero vamos, que lo mismo da.

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  8. Por eso lo digo; que crees en ellos porque pueden cambiar y no son tan moralmente repugnantes como Humbert Humbert. No he leído Lolita, y tampoco me llama mucho la atención sabiendo más o menos de qué va la cosa, la verdad, pero me da la impresión de que el narrador es una mente enferma.

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  9. Continúo, que se me había olvidado despedirme: Atte, E.

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  10. Curiosamente, la mayor parte de críticas que he visto a este libro son de gente que dice que la labor de documentación de este señor es pésima, sobre todo a la hora de reproducir documentos oficiales y cosas así. Quería leer para opinar a gusto, pero me da una pereza tremenda y no creo que este libro aparezca por la biblioteca. Lo que quería comprobar, sobre todo, era si los personajes eran unos tópicos con patas porque me eché a temblar al leer la sinopsis.
    En fin, me reservo la opinión hasta leer el libro. Ahora me parece más interesante. No puede ser peor que Gothika xD

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  11. En la vida real no he visto varios (bastantes) de los documentos oficiales que parecen en la novela, así que no te puedo decir XD (meh, uno es una transcripción de un anuncio de radio. No tengo ni la más remota idea). En fin, me refería a que este tipo de texturas sirven para reforzar la autoridad racional si se usan bien, claro. Yo muchos me los iba leyendo en diagonal, así que no puedo asegurarte que sean muy realistas, aunque en general me han parecido verosímiles, dentro de mi ignorancia sobre el tema (excepto por el ejemplo del Paracetamol, que, en fin).

    Los personajes, al menos lo que se aprecia en las primeras páginas, son bastante clichés (el macarra, la gótica gorda que juega videojuegos, la tía buena, el novio imbécil de la tía buena...), pero me parecen bien caracterizados, y un par podrían tener un trasfondo interesante. Habría que ver cómo se desarrolla luego la novela, aunque no tengo demasiadas esperanzas (porque, lo repetiré todas las veces que haga falta, VAMPIROS NAZIS).

    Ya me dirás si finalmente te la lees, Félix :3

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