Autora: Lissa D’Angelo
«Anaya Sonnenschein, tiene 24 horas para encontrar a su mejor amiga. Mil cuatrocientos cuarenta minutos para presentarse ante ella y ochenta y seis mil cuatrocientos segundos para destruir el régimen de La Grata, una sociedad perfecta construida sobre la falta de recuerdos, de pasado y de hombres.
En este viaje, Anaya descubrirá que las mentiras y engaños sí traen consecuencias, y aún cuando el reloj marque las doce y todas las mentes se formateen… ella seguirá recordando.»
«Tengo veinticuatro horas para encontrarlo. Mil cuatrocientos cuarenta minutos para presentarme. Ochenta y seis mil cuatrocientos segundos para enamorarlo y sólo un beso para que me vuelva a olvidar.
En una sociedad perfecta, donde no hay espacio para el rencor ni el odio; un mundo donde no tienes tiempo para recordar, los engaños y las mentiras no tienen efectos secundarios, ya que sólo basta un día para que los dejes atrás.
Porque cuando el reloj da las doce todas las mentes se formatean, bueno… Todas a excepción de la mía.»
He encontrado estas dos sinopsis por internet, más habitual la segunda que la primera, y eso a pesar de que la segunda tiene incluso menos que ver con el libro en cuestión. En fin, nada de esto importa, porque ambas sinopsis son absolutamente falsas. No sé quién las habrá escrito ni con qué fin, pero sin duda no fue con el fin de informar a los lectores de la trama de este libro.
No sé, tampoco, quién es ese misterioso «lo» del que habla la segunda sinopsis, porque la persona a la que busca la protagonista es la amiga que menciona la primera sinopsis [bueno, sí lo sé, todos lo sabemos: es el querido, por supuesto, aunque sea mentira que la prota lo está buscando. Lo que quiero decir es que NO ME IMPORTA]. La historia tampoco transcurre a lo largo de veinticuatro horas: ya quisiera yo, que seguro que el libro hubiera sido muchísimo más corto [en longitud, claro, que en lo demás no necesita acortar nada]. Y ¿por qué parece que las sinopsis estén encadenando periodos de tiempo sumativos (veinticuatro horas, mil cuatrocientos cuarenta minutos, ochenta y seis mil cuatrocientos segundos) en lugar de repetir el mismo periodo de tiempo expresado en diferentes unidades? Parece que la niña tenga tres días en lugar de uno, al final de las cuentas (cosa que tampoco se corresponde con el libro, en todo caso, así que aquí seguimos). Y ¿lo de «destruir el régimen de La Grata»?, otra mentira. Para empezar, la «sociedad perfecta» ni siquiera es La Grata; La Grata es una especie de colegio-internado que forma parte de esta sociedad, pero luego por ahí hay una ciudad fuera. Además, estrictamente hablando, la susodicha sociedad tampoco está «construida sobre la falta de recuerdos», sino más bien sobre locura y gilipollez patológicas. ¿Queréis que siga? Yo no, que me canso.
Lo importante es: escritores de sinopsis, ¡dejad de mentirnos!
¡Por cierto! Se me olvidaba decir que esta lectura es una recomendación de Valee Canales. Piedras y misivas explosivas a ella, por favor y gracias.
Bien. ¿De qué va este libro? Pues es la historia de una niña que vive en una especie de colegio interno raro en un futuro "distópico" en el que no existen los hombres (y en el que no se molestan en enseñarles nada a las niñas, que no han visto una mísera foto de un gato en toda su puñetera vida para saber cómo es). Además, todo el mundo en este sitio menos la prota sufre un formateo de cerebro chungo a media noche, de manera que olvidan las vivencias del día. Y resulta sorprendente que esta gente sea capaz, ya no de aprender algo, que ya hemos visto que ni se molestan en intentar enseñarles, sino de no levantarse cada mañana con la mente de un recién nacido babeante, sólo para morir todos de hambre cuando nadie aparezca para darles de comer o cambiarles las sábanas manchadas de excreciones corporales. La autora quiere vendernos que es una movida como que olvidan la parte ligada a las emociones, pero mantienen el resto, cosa que no tiene ningún sentido en todo caso y las explicaciones al respecto resultan de todo menos razonables o remotamente convincentes.
En este mundo, al cumplir los diecisiete, las niñas entran básicamente en celo y empiezan a tener ganas de morrear cualquier cosa viva que se les plante por delante. Así que se las llevan aparte para que tengan hijos por ciencia infusa y generación espontánea (según la versión que tienen las niñas). Con dos cojones.
Cuando la amiga de la prota entra en celo y se la llevan, la prota se escapa del internado para ir a buscarla (y sólo Dios sabrá cómo diantres sabe la niña dónde ir a buscar, cuando al lector la única información que se le ofrece es que a las chicas enceladas las tienen en un edificio del propio complejo del internado [y es de hecho ahí el primer sitio al que la prota va a buscar, sin éxito]). El caso es que la prota termina danzando por el bosque y se encuentra con un tipo (por algún oligofrénico motivo ella cree que se trata de un gato) y este la introduce en un ciudad llena de hombres, donde hay una torre en la que tienen encerrada a la amiga (cómo saben esto para mí sigue siendo un misterio, como digo).
El núcleo de esta novela es otro misterio. La protagonista va dando tumbos argumentales por ahí sin que el lector pueda terminar de decidir si esto es o no una broma. Lo único que tengo claro es que, sea cual sea el núcleo que la autora pretendía transmitir, si es que había uno, el conflicto se resuelve al final de la historia, lo cual convierte automáticamente esta obra en mala Literatura.
La voz narrativa… Virgen. La historia se la reparten entre dos narradores en primera persona: la prota, que se queda con la inmensa mayoría del texto; y el «gato», que toma la palabra en los capítulos finales. Al margen de que este cambio no termina de convencerme (tendría que estar justificado por el núcleo, pero no sabemos cuál es), la autoridad no es del todo increíble: resulta principalmente confusa y plana; aunque no ha habido nada en concreto que me haya parecido especialmente inverosímil, lo cierto es que tampoco ha habido nada que me haya resultado particularmente convincente. Luego también hay por ahí dentro fragmentos transcritos de un supuesto «diario» que esos sí que no tienen por donde cogerlos en cuanto a autoridad narrativa [trataré esto en la parte de las citas y carcajadas].
Los personajes son… Son. Dejémoslo ahí. Los dos únicos personajes reales que aparecen son la prota y el chico, porque todos los demás son sombras ocasionales que hacen de cuando en cuando acto de presencia en la narración. La verdad, considero que tanto el personaje de él como el de ella tienen puntos que hubieran resultado interesantes de haber sido bien llevados, pero al final la autora no va mucho más allá de la superficie: tienen personalidades reconocibles, pero nada que resulte demasiado interesante; al igual que sucede con la voz narrativa, no es que resulten ofensivamente inverosímiles, pero tampoco son demasiado convincentes. Y, luego, para colmo, aparece al final una loca que no tiene ni pies ni cabeza en términos narrativos: un «what the fuck» con todas las letras [también llegaré a esto, calma].
¿Qué puedo deciros de la prosa? Necesita una corrección de estilo con urgencia: la cantidad de faltas ortográficas y typos sólo se ve superada por el despropósito de puntuación del que hace gala el texto [no solo hay erratas como ausencia de puntuación terminal, también se observa un mal uso de las mayúsculas iniciales y bastante aleatoriedad en el empleo de las comas], también faltan muchas tildes en preguntas indirectas. Al margen de eso, la narración resulta muchas veces confusa, la información está mal estructurada y presentada, narrador y personajes llegan a conclusiones completamente oligofrénicas a partir de la poca información disponible, las explicaciones y el resumen narrativo sepultan muchas de las escenas en curso, no suele haber descripciones útiles/visibles del entorno ni del contexto (social, político, histórico…), la acción en general no suele estar convenientemente situada (ni en el espacio ni en el tiempo), el narrador-protagonista olvida cosas que ya había tratado con anterioridad [como cuando se le ocurre por primera vez que el chico-gato no pierde los recuerdos y, luego, páginas después, vuelve a sorprenderse cuando tienen una conversación al respecto y se da cuenta de que ¡él no pierde los recuerdos!]. Podría seguir enumerando, pero creo que todos nos hacemos una idea.
Y ahora voy a ver de lo que puedo reírme sin que esto me quede indecentemente largo, ¿os parece? Atención spoilers:
Entrantes: algunas citas.
Pensamientos inacabados:
«Estoy lista para responderle algo rudo, porque puedo estar aceptando su ayuda, pero justo cuando me apresto a abrir la boca ella saca un fierrito de algún lugar imposible entremedio de su escote y lo mete en la cerradura de la puerta.» Puede que esté aceptando su ayuda, pero… ¿? ¿Terminas?
Faltas de ortografía:
«—Eso —responde sobándose la pansa—, fue sicología pura o inversa, para ser exacta.» Se sobó la pansita. La coma entre sujeto y predicado nos la dan de regalo [aunque, para que la cogiera, a mí tendrían que pagarme por ella. Mucho].
«Llevo mi mano derecha hasta mi cien, intentando cubrir mis ojos del Sol.» Pues yo, que molo más, me llevo la de mi vecino, pero hasta el mil, por tocar los huevos y tal.
«[M]is tripas se escogen y hacen un ruido bastante vergonzoso». ¡Charmander, te escojo a ti!
«De todos modos, me pongo de pie y corro con toda mi fuerza hasta interponerme entre el chichillo y la mujer.» Lo que quiera que sea un chichillo.
«Necesito de esto, de este fuego purificador que elimina todas las evidencias de un asesinato que nadie recordará, que quedará inmune, que aliviará en algo mi conciencia.» La inmunidad del asesinato. Yo quiero la vacuna para eso, sería un éxito.
Contorsionismo en acción:
«Giro sobre mi hombro y a lo lejos se ve la ciudad de donde provengo»
Puntuación (entre otros…):
«—¿Sabes que no encontrarás agua a estas horas verdad?—. Murmura después de un rato—. Y sobre lo de hace un rato, fueron hormigas, no “monstruos come-carne”, como les llamaste, ni siquiera te mordieron. Mírate.
Me detengo a observarme, qué vergüenza y alivio, a la vez… él tiene razón, mi piel luce intacta. Yo misma debería haberlo notado al no sentir dolor, sin embargo eso no cambia nada. Me encojo de hombros.» Vergüenza la mía cuando tengo que leer estas cosas, criatura.
Que alguien la mate:
«Anaya era toda contradicción: el cuerpo de una mujer, la personalidad de una adolescente y el alma de un ángel, todo en uno.» Todo, todo. Te has lucido.
Recomendaciones del chef:
Como no se nos proporciona una descripción útil del entorno, no tengo nada claro la situación, distribución interna y apariencia del internado. Lo que sí sé es que es jodidamente sencillo escapar de él: a pesar de haber guardias (nocturnas y diurnas) y un muro, la niña se larga caminando tan tranquila (a plena luz del día, si no recuerdo yo mal). El muro ese parece ser que rodea todo el recinto salvo la parte de los terrenos que lindan con el bosque, que por algún motivo es sagrado (así que no hace falta muro ahí porque nadie tendría la indecencia o valor de meterse). El tramo de muro que corresponde al bosque, no obstante, es facultativo: primero existe durante la escena en la que la niña va buscar a su amiga la primera noche y no llega a escapar, luego desaparece cuando la prota escapa de facto caminando alegremente. La santidad del bosque también es facultativa: primero la niña se santigua porque ha pisado unas flores, luego ya os he dicho que no hace falta muro porque su condición de sagrado hace que amurallarlo sea innecesario, al final de la historia, no obstante, a las niñas se las llevan a un picnic al bosque y a bañarse en el lago. Con dos cojones.
Durante su ameno paseo por el bosque (intermitentemente) sagrado, la niña se encuentra con un hombre. Este hombre, pese a que no se haga mención al respecto, es sordo como una tapia: pocas líneas antes, la prota había estado chillando y berreando como una desquiciada y aún así se las ingenia para tomar al pobre muchacho por sorpresa en plena meada. Para terminar de rematar la improbable credibilidad de esta historia, la protagonista llega a la oligofrénica conclusión (como ya os comenté) de que este individuo es un gato y empieza a hablar con él [por qué no se sorprende de que los gatos hablen es algo que se escapa a mi comprensión]. Alguien que se leyó hace bastante tiempo este libro y me lo empezó a contar intentó justificarme esto alegando que es que la pobre niña nunca ha visto un hombre ni un gato, así que no sabe cómo son; me temo que la conclusión sigue siendo de lo más peregrina (por decirlo finamente), y en el mejorcísimo de los casos aún quedaría la cuestión de por qué le parece normal que los animales hablen [¿alguno de los insectos, gorriones…, que había en el internado le habló alguna vez? Yo ya me espero cualquier cosa]. Además, esta ignorancia es tan facultativa como la santidad del bosque, porque bien que más adelante en la historia la niña se permite hacer una comparación con perros, dando claramente a entender que sí sabe cómo es un perro («Uno de ellos incluso la llevaba atada (a una mujer) de un collar, como si se tratara de un perro.»).
Toma cita, os la regalo:
«—No estoy actuando. Además, para ser un gato, no es nada divertido.
—¡¿Gato?! —Exclama atónito. "¡Ajá! ¿Quién es el actor ahora?"
—Para empezar, es demasiado frío —le increpo, esperando que deje la función y comience a actuar como un gato normal—, se suponía que tendría un andar suave, me dejaría mimarlo, cazaríamos juntos y luego de comer, también juntos, me ayudaría a encontrar a Emil y yo no estaría más sola y…» Y, a pesar de esto, mucho más adelante ambos personajes mantienen una conversación absurda en la que él asegura que ella es «demasiado perspicaz» como para no haberse dado cuenta de que él en realidad es un hombre. Yo creo que iba con recochineo. Es que, además, se lo dice ella sola: «"Esto no es normal", me grita mi conciencia, todos mis instintos intentan advertirme algo, pero soy estúpida.»
La protagonista tiene un jaleo mental padre con esto de hablar con otras personas: no hace más que saltar aleatoriamente el tuteo al trato de usted y de vuelta al tuteo, a veces dentro de la misma conversación con el mismo interlocutor.
Las "desfamiliarizaciones" que hay son ridículas e incomprensibles: como cuando una serpiente muerde a la protagonista y ella cree que es un hombre, Dios sabrá por qué. No podemos saber que es una serpiente hasta que el personaje masculino tiene a bien aclarárnoslo, porque atentos a las descripciones que nos dan: «Es la cosa más horrenda que mis ojos han presenciado nunca.», «Tiene un andar lento, seductor, extremadamente confiado.», «Porque he sentido el frío de sus ojos al vislumbrar mi cuerpo, mi piel. Y por sus dos metros de largo, sé que no tengo oportunidad contra él.», «Adopta una postura erguida, quiero correr y gritar, pero en cambio me quedo quieta, congelada por el horror, el pavor, y es ahí cuando veo sus monstruosos colmillos.» Y luego esto otro, que no sé ni qué coño es: «Algo oscuro y húmedo impacta mis ojos, éstos comienzan a arder [Ortiga: ¿escupitajo venenoso?], pero no puedo hacer mucho, justo cuando oigo gritar mi nombre de los labios del gato, siento los colmillos en mi piel», y que además le falta puntuación final.
También suceden cosas como: el chico mete de estrangis a la niña en la ciudad y deciden ir los dos a hacer una incursión en la torre en la que, supuestamente, está la amiga perdida; bien, pues van los dos pimpollos, atraviesan una larguísima y nauseabunda cloaca (todavía no lo saben, pero caminan sobre restos humanos, por lo visto), llegan al interior de la torre, ven como alguien mata a un bebé y se marchan por donde han venido. ¿Objetivo de la misión? Darse un paseo.
Hay, además, un reciclado del dedal de Peter Pan: el chico le roba un beso a la prota, así, tongándola de mala manera, y se la cuela diciendo que es que «los gatos se disculpan así». WTF?
Pero sin duda una de mis favoritas es la siguiente cita:
«Desearía haber traído a Cecania (niña del internado) para que le diera una paliza como lo hizo con Jarvia (otra niña del internado), en cuanto lo pienso, me siento culpable. ¿Pensar en ella sólo cuándo necesito ayuda?». Quiero aclarar por qué esta cita me gusta tanto, necesitáis contexto: resulta que pensar en Cecania solo por su utilidad como gorila hace que la pobre prota se sienta culpable; por otra parte, pensar en Jarvia, personaje al que abandonó ahogándose en su propio vómito al principio del libro, solo para que le den una paliza no la apena lo más mínimo. Esto dice mucho del personaje [aunque no tengo nada claro que fuera intencionado por parte de la autora].
Para el postre:
«Luego me encuentro con una serie de hojas revueltas, al principio da la impresión de que son cartas, pero a medida que las voy viendo reparo en que todas tienen fecha, así que debe tratarse de un diario o los restos de uno.» Porque, ya sabéis, no es como si las cartas fuesen fechadas. Y, en todo caso, de lo que se da cuenta el lector a continuación es que se trata de una mierda de diario como la copa de un pico: todas las entradas consisten en no más de dos a cuatro líneas absolutamente crípticas e inconexas, información repartida en dieciocho entradas del supuesto «diario», repartidas estas a su vez en el transcurso de lo que parecen ser siete años [vamos, que tocan a dos entradas y media al año; no es vaga ni nada la cronista, macho]. Con la cantidad de silencios que contienen las entradas en sí, podría haber sido una cosa interesante de haber sido bien llevada, pero se queda en un cacao de órdago, especialmente con los intentos de explicación finales, en los que la autora intenta poner algo de orden y concierto y contarle al lector cómo se ha llegado a la situación social en la que se encuentra la gente de esta historia, pero yo no me he enterado de la mitad. Para mí la conclusión es: una tipa estaba mu' loca y aparentemente a todo el mundo le pareció dabuti, y así hasta el día de hoy. También es en esta parte donde se hace el intento de explicarnos por qué la prota no pierde la memoria como el resto del mundo: la gobernante loca lo apañó adrede para que a la niña no le implantasen el chip formateador en el cerebro al nacer; ¿por qué?, averigua un misterio.
Totally random. ¿Algún problema? |
«“Está nevando, no me gusta, hace que me duelan los huesos. También me recuerdan que quedan pocos días como estos, días en los que aún soy capaz de escribir más de un párrafo sin que me lleve seis horas.
Estoy preocupada por Jenny, la forma en que habla no es normal”.
Belinda, Gs.» Qué optimista. Nunca has escrito más de un párrafo.
Una de las entradas finales no lleva fecha, en otra pone: «Día maravilloso del mes milagroso.» Maraviestupendo.
Y, ya por terminar, quiero decir que la prota tiene los ojos violetas. Ahí queda eso.
Chichómetro: menú completo, pero chicha, lo que se dice chicha…
Potabilidad: se puede potar.
Carcajadas: 5/10
Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: La biblioteca de Liwy, Libros de día y noche, Libros con huella.
He muerto con de la serpiente. Qué poco sentido tiene todo. ¿Cómo será eso de echarse una mejor amiga que se olvida de ti todos los días? Es muy en plan 500 primeras citas.
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ResponderEliminar*Recibe piedras y misivas explosivas*. Jajaja, me alegro mucho al saber que no soy la única que detestó este libro. Cuando lo leí, lo hice guiándome por la primera sinopsis pensando que era una historia de amor y quedé WTF mientras leía la historia. Era graciosísimo cuanto recalcaban lo delicada que era la piel de la prota y lo mucho que debía cuidársela, y al final su piel dejó de importarle xDD
ResponderEliminarMe pone contenta que hayan tomado en cuenta mi sugerencia, ya que soy una gran seguidora del blog y me siento honrada de haber sido nombrada por ustedes e_e
Saludos para ti, Ortiga
No se si quiero saber como las dueñas del internado saben cuando están en celo las chiquillas.
ResponderEliminarMe recuerda mucho esta historia a El Cuento de la Criada de Margaret Atwood, pero en version fanfic adolescente. Varias dudas, ¿en algún momento del libro se cuenta en que consiste esta distopia? ¿Por qué se separan por géneros?, y lo mas importante, ¿Por qué los únicos animales que han sufrido un exterminio masivo son los gatos?
"el cuerpo de una mujer, la personalidad de una adolescente y el alma de un ángel"
ResponderEliminar¿Ha intentado la autora presentar eso de mujer y ángel como un oxímoron incompatible? Cuanto más lo pienso menos sentido le veo, la verdad.
Por otro lado, tengo curiosidad, has comentado que " el conflicto se resuelve al final de la historia, lo cual convierte automáticamente esta obra en mala Literatura.", Sinceramente me ha llamado mucho la atención y me gustaría saber exactamente a qué te refieres, si a este caso de pobre núcleo (o ausencia de) que desemboca en un final feliz inverosímil (como encontrar una solución a un problema que no existe) o si es alguna otra cosa en cuanto a literatura en general.
Un saludete hierbas!
Resolver el conflicto implica exactamente eso: si, por ejemplo, estabas escribiendo un libro sobre posponer la felicidad y, al final de tu historia, el protagonista aprende a ser feliz en tiempo presente, has resuelto el conflicto.
ResponderEliminarEn el caso concreto de Sin historial,
SPOILER
al final del libro los dos protagonistas se reencuentran, ahora con los papeles invertidos (ella pierde la memoria, él no); él le roba otro beso y como que se insinúa que el formateo chungo de cerebro no ha podido borrar del todo los sentimientos que había entre los dos pipiolos y se van a fugar juntos y ser felices. O algo por el estilo. Una chuminada, vaya.
FIN DEL SPOILER.
Entonces, ¿toda literatura en la que se resuelve el conflicto es mala o eso pasa sólo cuando, bien no hay núcleo, bien el final es inverosímil y/o va contra el núcleo de la obra si lo hubiese? Es que no me ha quedado claro por qué al resolver el conflicto es mala literatura automáticamente. ¿Entonces, todos los libros con finales resueltos son malos aunque la resolución apoye el núcleo?
ResponderEliminarSaludos.
Yo tampoco lo entiendo. ¿Por qué resolver el conflicto lo convierte en mala literatura? Es decir, en este libro está claro, ¿pero en general tambièn?
ResponderEliminarA ver, se supone que la buena literatura es aquella que reflexiona sobre un tema, pero no te soluciona el problema; la que te lo soluciona, para que el pobre lector se quede con la conciencia tranquila, es la literatura comercial (un ejemplo perfecto de esto son las historias de superhéroes: peña luchando contra un villano que es la encarnación del mal en el mundo, al final lo vencen y así todos nos quedamos más tranquilos porque "el bien al final triunfa frente al mal"). Resolver el conflicto no se refiere a resolver el problema de la trama como tal, sino resolver el conflicto que planteaba el núcleo. Lo que la gente llama "finales cerrados" se refiere a la TRAMA (no al núcleo), no tiene nada de malo en sí mismo.
ResponderEliminarRespecto al núcleo os pongo otro ejemplo. Si tienes un libro en el que quieres hablar de cómo las circunstancias adversas pueden influir en una persona hasta el punto de convertirla en un monstruo sin corazón, tienes dos grandes opciones para el desenlace: el personaje consigue superar sus circunstancias y ser capaz de "rehacerse a sí mismo" de la manera que guste o finalmente el personaje es incapaz de vencer a sus circunstancias y estas siguen influyendo su vida (y esto es independiente de que al final se pueda decir que el personaje es "bueno" o "malo" en tanto que ser humano). La primera opción es la "opción bonita", la que nos gusta creer para poder dormir tranquilos por las noches y no sucumbir al suicidio anómico; la segunda opción es la que busca ahondar en el conflicto y es consciente de que la vida no es un paseo por el campo.
Como siempre decimos en este Jardín, parafraseando a Kafka: la Literatura no es tal si no te despierta como un puñetazo en la cabeza. Los finales "bonitos" son los que te van a animar en un día de bajón, que está muy bien, pero los que te van a revolver por dentro y te van a obligar realmente a pensar son los otros, los que normalmente preferimos no pensar, los que a menudo tienen un tinte de pesimismo negro y casi vicioso.
Con mucho amorrr :D
O.
Ya lo he entendido. Muchas gracias.
ResponderEliminarOstras, ¿ésta no es la misma escritora de Anatema? Lo digo porque el nombre me suena y tal...
ResponderEliminarAunque tengo que romper una lanza por la chiquilla y decir que, neurológicamente hablando, a mí sí me parece lógico que sólo se pierdan los recuerdos biográficos tras el formateo nocturno. Es el mismo proceso de las amnesias anterógradas, la memoria a corto plazo no se trasforma en memoria a largo plazo durante el sueño y se pierde. El resto de memorias (habilidades, lenguaje, conocimientos) se almacenan en otras zonas cerebrales, así que no sufrirían el olvido (a no ser que el libro lo explique de otra manera y yo esté metiendo el patazo ahora mismo).
CherryandBerry, el problema principalmente es que la autora lo intenta explicar... pero no lo explica. La autoridad de la voz narrativa es prácticamente nula, por lo que a mí como lectora no me da mucha confianza fiarme de su palabra. Sobre lo que explicas de los procesos de almacenamiento en la memoria algo sé (más bien poco, claro está, pero en algún momento me dio por leer sobre el tema), pero en el mejor de los casos, y suponiendo que yo me creyese que la autora estaba intentando jugar con eso, ¿qué hay de la maduración emocional? Aquí nos venden que se les formatea la parte ligada a las emociones; de ahí se derivan un montón de implicaciones, para empezar, cómo pueden madurar psicológicamente si no guardan memoria emocional: seguirían teniendo la madurez emocional de un recién nacido (lo cual tiene una implicaciones de maduración cognitiva también bastante heavies, que ya es otro tema). ¿O me equivoco?
ResponderEliminarCon relación a lo de los conflictos resueltos, entiendo que pueda no ser el final más adecuado en términos narrativos, pero ¿implica que el libro sea necesariamente malo? Admito que no tengo mucha idea de literatura, pero hay algunas obras que siempre he oído que se consideraban buenas y en las que, sin embargo, se resuelve el conflicto. Un ejemplo, con destripe de regalo (más o menos), sería "La naranja mecánica".
ResponderEliminarCambiando de tema, si las chicas del libro tuviesen la madurez emocional de un recién nacido no se diferenciarían demasiado de muchos de los personajes de la literatura juvenil XD.
Ah, vale, ahora todo tiene sentido. Gracias por contestar.
ResponderEliminarAunque discrepo en una cosa: no creo que los finales malos sean necesariamente los mejores. Lo digo porque ha leído libros que no tendrían que haber acabado tan mal y se ha buscado eso a posta justamente para hacerlos comerciales, no para ahondar en los conflictos. El tremendismo a lo Pascual Duarte también vende.
Personalmente finales que más me gustan son los agridulces porque tampoco es la vida un pozo de dolor y sufrimiento del que no se puede escapar. Aunque en general creo que todo depende de la maestría del escritor y de que el cierre sea coherente con la obra. Puede haber historias y finales felices que sacudan, remuevan y hagan pensar. Lo que pasa es que en esos casos serán historias complejas y seguramente y no todo será flores y corazones al final, por supuesto. Con los casos que has puesto, puede que el superhéroe sea bueno, pero no la encarnación de la bondad y viceversa con el villano; y que para ganar tenga que hacer cosas malas que vayan contra sus principios (como torturar y matar). O, el personaje podría rehacerse y superar sus circunstancias renunciando a su humanidad y disfrutando plenamente de su condición de monstruo sin sentimientos incluso una vez libre de lo que le empujaba, en principio, a actuar así.
El primero es un final feliz desde el punto de vista de que se derrota al malo y el segundo desde el punto de vista del personaje, pero ambos podrían inquietar y hacer reflexionar. En el primer caso sobre como el bien y el mal no son absolutos, el precio de la victoria y en lo que pueden convertirte tus deseos de luchar contra el mal; y en el segundo caso sobre la naturaleza humana.
Todo eso es sólo mi opinión personal, claro. Y perdón por dar la brasa, que acabo de caer en que mis comentarios son siempre kilométricos.
Anónimo, he de confesar que no he leído La naranja mecánica. Sí he visto la película, no obstante; y, si la película es fiel al libro, precisamente uno de sus grandísimos aciertos es que ¡no resuelve el conflicto!, por Dios santo O.o
ResponderEliminarSelenita, creo que no me he expresado bien. No quería decir que para que un libro sea bueno tenga que tener un final deprimente (opino que los finales como mínimo un poco oscurillos son más habituales en la buena Literatura que los finales más felices, pero eso no quiere decir que no pueda hacerse). Depende del libro. Lo importante, como digo, es que el conflicto no se resuelva. Los ejemplos que planteas me parecen adecuados para ilustrar posibles buenas historias/buenos finales. Como tú bien dices, la vida es al fin y al cabo agridulce.
Es que la película no es fiel al libro. O no lo es a la versión original, sino que se basa en la versión estadounidense, en la que se salta el ultimo capítulo. De hecho, el autor se ofendió bastante con la ejecución de la película por eso mismo, y por lo visto llegó a renegar de su obra por las malinterpretaciones que podían surgir a esa falta de fidelidad. O eso creo, porque yo no vi la película.
ResponderEliminarEn cualquier caso, ¿basta con un final desacertado para que una obra pierda su calidad literaria? Porque si las escenas tienen justificación, los personajes están bien tratados y el núcleo es sólido no veo por qué no va a poder ser una buena obra aunque se resuelva el conflicto. De hecho, hay veces que hacerlo puede ser útil para la intencionalidad de la obra, como en el caso que mencionabas de "Los hijos del trueno".
Si eso que dice de La naranja mecánica es cierto voy a tener que quitar ese libro de mi lista de pendientes... u.u No quiero amargarme.
ResponderEliminarUna historia bien llevada que la caga con el final es como una comida fantástica que termina con un postre decepcionante. Ni más ni menos. Dependiendo de cómo de grande sea la cagada, un mal final puede llegar a desacreditar el libro entero.
Respecto a Los hijos del trueno, es uno de mis libros favoritos, no me cansaré de decirlo. Me gusta por muchos motivos que poco tienen que ver con su calidad literaria, porque sí hace uso de algunos recursos interesantes, pero no es un buen libro en conjunto. Cumple su función: busca entretener, hacer un poco de reflexión y sobre todo dar un mensaje positivo. Se puede decir que es un "buen libro" en el sentido de que cumple el objetivo que pretendían los autores, de la misma manera que podría decirse que La sombra del viento es un buen libro en tanto que cumple su función como libro comercial (entretener) o incluso 50 sombras de Grey (que ya sabemos todos lo que busca). Es importante que un libro cumpla sus objetivos, y eso está muy bien para complacer al público meta, pero poco tiene que ver con que el libro en cuestión sea buena Literatura.
Siempre puedes saltarte el último capítulo XD.
ResponderEliminarA lo que me refería con lo de la finalidad es que, según mi opinión, resolver el conflicto puede servir para transmitir el mensaje del autor, lo que apoyaría (en teoría) el núcleo. Claro que puedo equivocarme, y a lo mejor el núcleo de la novela es distinto al que yo entendí y en realidad no se resuelve, qui lo sa, y el autor se ofendió porque le cambiaron el núcleo. O igual la cagó de bien con el final.
En fin, yo te recomiendo que lo leas, y tú verás que te parece. Y si resulta que no te parece un buen libro, siempre puedes destriparlo en el blog.
Au revoir
Todos hablando de cuestiones filosóficas en los finales y yo obsesionada con la pansa de la protagonista. Vaya a saber qué parte de su cuerpo será esa, a lo mejor es algún nuevo término anatómico. Pero lo de la mano en la cien y las tripas que escogen me dejó boquiabierta. Que publiquen algo así y pretendan cobrar por ello es vergonzoso.
ResponderEliminarLa parte en que gira sobre su cuello para ver la ciudad me la imaginé al estilo breakdancing xD Y con el bosque sagrado pienso que no es necesariamente intermitente, las chicas podían haber festejado su triunfo al final del libro bañándose en agua bendita del lago. Festejos más raros debe haber xD Aunque si el "gato" estaba manchando suelo sagrado con orina la protagonista debería haber dicho algo. Y la autora confunde amnesia con estupidez, porque yo hubiera asociado al chico más a un mono o a una mantis religiosa, ya que vamos a inventar cosas raras. "Besada a la fuerza por una mantis" sería buen título.
Y el argumento me recordó asquerosamente a la peli "El día de la marmota" de Bill Murray (la cual me encantó, a diferencia de lo que debe ser este libro). Igualito, solo que en versión instituto.
Como siempre, el apartado de comentarios vale la pena también. Termino riendo y aprendiendo por acá.
¡Saludos!
Pero no lo entiendo... no hubiera sido más normal pensar que el chico era una chica (como ella)? Al final las diferéncias son mínimas con respecto al resto de animales, no? Y lo de la pansita y la cien (que a mí tampoco se me va de la cabeza) es porqie has pillado una traducción chapucera o está editado así?
ResponderEliminarAnónimo, el libro está editado así, me temo.
ResponderEliminarY coincido contigo sobre lo de pensar que el hombre ese era otra mujer. Mucho más lógico que un maldito gato. La oligofrenia, hierbajos, que es mu' mala.
Un día moriréis leyendo uno de los libros recomendados. De verdad que no sé cómo podéis, ya no leerlos, sino hacer una crítica sobre ellos, dedicarles vuestro tiempo. Yo sería incapaz. Aunque he de decir que el mundo que presenta la historia tiene su punto, aunque solo con leer los fragmentos... Ay.
ResponderEliminarJijiji
ResponderEliminarESte libro es la repera. Te partes de risa. ¿Cómo pueden publicar un libro así, sin más? Parece que ni siquiera lo hayan traducido. Parece que lo hayan metido en el traductor de google.
No, en serio. -vale que esté desestructurada la explicación de la amnesia (que no es amnesia, pero bueno), pero es que incluso fallan con la ortografía. No me lo puedo creer, de verdad. Sigo alucinada con esto.
Desde que leo vuestras reseñas nunca había visto un libro tan malo. Además de que las explicaciones no coinciden, los signos de puntuación y las faltas de ortografía tampoco. Ni siquiera me lo he leído.
No me malinterpretéis, por favor. Yo no quiero decir que la trama sea mala ni nada. Yo sólo digo que con los spoilers que habéis puesto en la entrada me han servido para darme cuenta que la estructura del libro no es buena, que hay montón de fallos (nunca me cansaré de decirlo) y un montón de cosas más. Además de la chica ignorante de los gatos.
PD: ¡¡¡¡¡¡Manifestación, fuera las faltas de ortografía!!!!