La vida en París (o en Francia, no sé) no es, contrariamente a lo que uno podría pensar, la vie en rose. Sino en gris. Gris en el cielo, en los edificios, en las calles, en el aire. Gris por todas partes. Incluso el Sena está ahora de un color indefinido entre gris, marrón y verde, y se me hace difícil comprender cómo un río tan majo en verano puede acabar siendo tan condenadamente feo en invierno. Es cierto que ha estado lloviendo y nevando de mala manera estos días, pero aun así. Llamadme exigente, pero esperaba más del Sena.
Creo que entiendo por qué estamos ya a febrero y Montmartre y Notre Dame siguen teniendo los adornos navideños. Les sugeriría dejarlos hasta primavera, a ver si la cosa mejora un poco.
Hablando de cosas feas en el Sena. ¿Sabéis que, en un libro de Moccia, los dos tórtolos protagonistas cuelgan un candado de un puente en Roma para simbolizar su amor? En el mundo real, miles de personas empezaron a colgar candados en ese puente. Pues bien, hace algo más de cinco años, se empezó a seguir la misma práctica en París, en lo que Ortiga y yo (y ahora mismo todo el mundo, probablemente) llamamos el puente de los candados. Por cierto, al principio solíamos reírnos y utilizábamos la expresión puente de los candados como algo reiterativo (Javier Marías y el puente de los candados, two of kind), pero según pasaba el tiempo se nos pasó la risa. Había tantos chismes colgados que el peso ponía en peligro la estabilidad del puente y el gobierno francés se veía obligado a la retirada periódica de las rejillas de las que la gente había colgado los candados. O quizás fuera una cuestión de estética. Pero las quitaban.
Ayer estuvimos en el puente de los candados. Dejo que las fotos hablen por sí solas.
Han intentado poner paneles para que la gente no cuelgue más candados. Pero todo es inútil. |
Esto ni siquiera es el puente. Es la barandilla que se alarga hasta la calle. |
Total, que a todo esto llevamos unos días viviendo a base de sopa de cebolla y crêpes, y he descubierto que cuando estoy tomando mucho chocolate me dan ataques de afasia. Es decir, que si me estoy comiendo una crêpe con nutella e intento explicar algo no me va a salir una cosa coherente. Ni de lejos. A Ortiga también le ocurre. Por si os lo estabais preguntando, esto es lo que llamamos chocopensar.
Zarza: La verdad es que... Echando, no, digo, porque quiero... No, eso...
Ortiga: What?
Zarza: Cuando choco... Pienso...
Ortiga: ¿Cuando chocopiensas?
*Un ataque de risa descontrolada y una crêpe más tarde*
Zarza: Cuando como chocolate, pierdo en hilo de mis pensamientos.
True story.
A veces tengo la sensación de que muchos autores escriben chocopensando. Y la gente que les sigue y cuelga millones de candados en un puente chocopiensa compulsivamente también. Por supuesto no todos los escritores hacen estas cosas, y para eso fuimos a visitar la famosa librería Shakespeare & Company. Si queréis saber más de esta librería o por qué es famosa, buscadlo en google. Yo sólo os voy a poner la prueba empírica de lo difícil que es sacar selfies con gorros de animales, guantes, capuchas y paraguas bajo la lluvia e intentar que se vean en la foto las personas implicadas y el sitio que tienes detrás.
Sé que más de uno no veis a dónde voy con todo esto y tenéis la firme convicción de que simplemente estoy chocopensando. Os equivocáis en esta ocasión, por cierto. Estoy aquí porque ha acabado el plazo del sorteo y tengo el placer de anunciar a la ganadora.
Por cierto, soy muy consciente de que no he puesto que esta es la resolución del sorteo en el título de la entrada. Es una cuestión de maldad. Apruebo que mucha gente nos siga sólo por el último sorteo (sobre todo los que han ido a las bravas y lo han establecido así en la pregunta al respecto de Rafflecopter), pero eso no quiere decir que yo tenga que ser una buena persona y ponerlo fácil. Así que, por si acaso, os fastidiáis todos. La ganadora tiene tres días para manifestarse y enviarme un email.
a Rafflecopter giveaway
Pear |
La cuestión es que ayer fue un día maravilloso y horrible al mismo tiempo. Encontramos un restaurante de Pastabox que llevamos buscando desde hace cinco años y pudimos comer en él, pero por la noche, en vez de cenar en nuestro restaurante estrella de Montmartre, el Au Claire de la Lune (lo descubrimos con Cicuta hace ya tiempo), nos fuimos a uno muy pintoresco que había justo al lado, por probar. Craso error. La comida era repugnante y casi no lo contamos.
Sé que más de uno no veis a dónde voy con todo esto y tenéis la firme convicción de que simplemente estoy chocopensando. Os equivocáis en esta ocasión, por cierto. Estoy aquí porque ha acabado el plazo del sorteo y tengo el placer de anunciar a la ganadora.
Por cierto, soy muy consciente de que no he puesto que esta es la resolución del sorteo en el título de la entrada. Es una cuestión de maldad. Apruebo que mucha gente nos siga sólo por el último sorteo (sobre todo los que han ido a las bravas y lo han establecido así en la pregunta al respecto de Rafflecopter), pero eso no quiere decir que yo tenga que ser una buena persona y ponerlo fácil. Así que, por si acaso, os fastidiáis todos. La ganadora tiene tres días para manifestarse y enviarme un email.
Me siento tan pletórica de que la ganadora sea nuestra Amaranto. De verdad que no os podéis hacer idea. Voy a aprovechar la coyuntura para subir al blog la foto de la torre Eiffel que nos encargó por Twitter. Amaranto, si estás leyendo esto, sé que no es por la noche, pero es que hace mucho frío de noche >.<
Por cierto, vuestras respuestas a la pregunta "¿por qué sois seguidores del blog?" en general son bastante awesome. Menos los que habéis mentido descaradamente. Qué manía con quedar bien, pardiez. Ya es una cosa patológica,y os odiamos por ello. No me sobra el tiempo como para andar leyendo tonterías. Ahora que sabéis esto, recordad que tengo vuestra dirección IP.
DUN DUN DUUUUUN
A todo esto, vamos a mantener vuestros nombres anónimos, pero vamos a colocar una sección de destacados. ¡Jolgorio, desenfreno! ¡Wiiii!
«¿Sinceridad, no? Si me he hecho seguidora de tu blog ha sido porque descubrí el sorteo.» Las malas hierbas lo aprueban.
«Por los innombrables. Nunca dejéis de subir esa sección. Os obligo. Me encanta, arg.» Ortiga adora esta respuesta. Dice que ahora podrá librarse de responsabilidad ante lectores insatisfechos y afirmar que la obligaron a escribir innombrables.
Y ya, antes de acabar, os pongo una selección de nuestros fails con la cámara del móvil. Esa sí que es una mala hierba de primera.
Estaba apuntando hacia nosotras. No sé cómo la cámara hizo este giro de 90º. |
Ortiga me dijo que salía muy guapa en esta foto. Luego la miramos y era esto. |
Pues a mi me gusta que le pongan tantos candados ¬¬
ResponderEliminarQue no es que los candados sean bonitos, pero al menos cumplen con su función de tapar el puente, que me parece horrible.
La última vez que estuve había un cepo, ¡¡UN CEPO!! Eso sí que ya es pasarse.
Paris es uno de esos sitios donde quiero ir, porque me llevaron mis padres cuando era enana y como que no me enteré de nada jaja
ResponderEliminarMe encantan los motivos de porque es siguen!! Yo no recuerdo lo que puse xDxD memoria de pez. Aunque estoy de acuerdo con los innombrables >8)
Besos*
Por cierto, me encanta la foto de Zarza, que bellezón!
ResponderEliminarOdio los putos candados. Hasta que no se hunda un puente por culpa de la imbecilidad de la gente (y de Moccia), no lo van a prohibir por ley.
ResponderEliminarTambién odio los gilipollas que hacen takeos con sprays. Y diréis, ¿eso que tiene que ves? Bueno, yo he venido aquí a hablar de mi odio, y hoy en mi barrio nos hemos despertado con un gilipollas más entre nosotros que se dedica a dejar su puta firma de mierda en paradas de autobús, paredes y persianas. Ojalá el soplapollas se intoxique con la pintura.
Dejad que os diga una cosa, mis hierbas. En la Muralla China también hay candados. Son una puñetera plaga, como las novelas de amor adolescente, los piojos y los niños. Y a mí me da igual que haya tortolitos poniendo candados para un amor eterno (que durará dos veranos), pero que no lo hagan en estructuras con más de cinco mil años.... me da como cosica xD
ResponderEliminarA todo esto, ya en París, no encontrasteis la librería de Ex Libris? Por si algún ancianito agradable os invitaba a entrar a su sanctu sanctorum....:P
He ido a la entrada del sorteo a ver si seguía allí el gif de las lechuzas (y siguen), pero me he quedao a rombos viendo eso del chisme rafflecopter que no había visto cuando lei la entrada por primera vez. ¿Qué es eso? ¿Había que apuntarse ahí? En fin, no me extraña que no me haya tocado el pack, jajaja
ResponderEliminarTomo nota sobre lo de no ir a Paris en invierno, me habéis convencido con esas fotos.
La tontera de los candados en los puentes se ha extendido como una plaga. Y encima para amores eternos de dos veranos que dice Alex Xela, jejeje
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarJo, Ana María, yo ahí currándome lo del sorteo y buscando chismes de los que ponen en los blogs fancies... XD Sorry. De todos modos, gracias por aclararme el misterio de las lechuzas.
Dios, Alex, lo de la Muralla China nos ha traumatizado mucho. ¿Dónde diablos enganchan los candados? O.O ¿Y qué ha hecho la pobre muralla para merecer eso? ¡Ni siquiera es un puente! Por cierto, no quisimos buscar la librería de Ex Libris, y por suerte ella tampoco nos encontró a nosotras.
Bea, respira conmigo. Y sal mañana a comprar un cepo de animales. Y colócalo estratégicamente debajo de cualquier superficie vertical con espacio libre para pintarrajear.
Chicas, me muero con vuestros comentarios XD
Apunto para el futuro: no ir a París en febrero, o todo gris.
ResponderEliminarLo de los candados es una plaga. El otro día estuve caminando por una avenida marítima más bien fea y la barandilla tenía unos hilos para que los niños no se metieran por ella... pues ahí también. Están en todas partes.
xD Genial lo de no avisar del sorteo.
¡Un saludo!
No me puedo creer que estéis en París. Es decir, si me lo puedo creer, pero joder, que causalidad. Hace poco fue mi cumple y con mis amigas decidimos hacer un viaje. Yo sugerí París pero me miraron mal y se decidió Madrid. Supongo que tendré que seguir esperando a que llegue el momento para ir. Ahora solo deciros que os tengo mucha envidia y que con lo de chocopensar me pasa algo parecido. A mi me dan subidones de azucar y me pongo cual spiderman, a subirme por las paredes. Más que pensar, me vuelvo hiperactiva y digo muchas tonterías, pero no las pienso antes de decirlas. Y prometo que eso no es lo que me pasa la mayoría del tiempo, aunque alguien os pueda decir lo contrario. En fin, pasarlo muy bien y seguir haciendo estas crónicas que molan. ¡¡¡Un beso!!!
ResponderEliminarPrimero, os odio porque estáis en París y yo no.
ResponderEliminarSegundo, os odio porque tenéis esa torre detrás y yo no.
Tercero, he ganadooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
https://38.media.tumblr.com/75dc5212ca4e32178873c5c09107f7d0/tumblr_n32l0rs7Ai1r5zq6ao1_400.gif
Cuarto, no os odio tanto, de hecho, os quiero con alevosía.
:-)
Bieeen =D Opino que querer con alevosía es casi tan bueno como odiar con alevosía, así que me declaro satisfecha. He dicho.
ResponderEliminarVenir a leer la nueva entrada y ver que soy parte de la burla. Qué bonito.
ResponderEliminarFelicidades a Amaranto, qué suertuda, jejeje :D y eso, que me ha gustao mucho lo de chocopensar, mi afasia es más generalida, me pasa al respirar parece ser ;)
ResponderEliminar¡un superabrazo!