Lo que queda de mí, de Kat Zhang

Título: Lo que queda de mí
Autora: Kat Zhang
«Addie y Eva son dos hermanas que están tardando en asentarse, para gran preocupación de sus padres. Así que cuando Addie da muestras de convertirse en el alma dominante, todos sienten un gran alivio. Sin embargo, Eva nunca llega a desaparecer. Su cuerpo no le obedece, pero ella sigue allí, y solo Addie lo sabe. Y, cuando descubre que existe la posibilidad de volver a caminar, a reír, a cantar… Se aferra a ella con todas sus fuerzas.»

Bueno, otra sinopsis que más bien poco tiene que ver con el libro que supuestamente presenta. La historia que narra Lo que queda de mí se sitúa temporalmente varios años después de que Addie dé «muestras de convertirse en el alma dominante» y de que Eva deje de tener ningún control sobre nada. De hecho, la historia empieza en el momento en el que ese precario status quo que las dos chicas habían alcanzado se rompe.

No termino de decidirme a incluir esta obra dentro del género distópico, si he de ser completamente sincera. Para empezar, ni siquiera tengo del todo claro en qué momento temporal exacto se sitúa la historia. Da la sensación de que los acontecimientos transcurran en un suerte de época actual, solo que en un mundo algo distinto al que conocemos, en el que las personas nacen con dos conciencias diferentes en sus cuerpos y en un contexto sociopolítico condicionado por un diferente desarrollo de acontecimientos históricos previos (guerras mundiales con un final distinto y demases). O sea, es como más tipo X-men que distopía en sentido estricto (solo que con menos elaboración en cuando a crítica social se refiere).

En fin, en cualquiera de los casos, pasemos a la crítica.

Blending in.

La trama. En este mundo, los híbridos (las personas que continúan manteniendo sus dos almas) son llevados a hospitales especiales en los que nadie sabe qué sucede con ellos, así que Addie y Eva fingen ser normales para poder continuar con sus vidas. Al menos, hasta que aparece Hally y pone sus vidas patas arriba, devolviéndole a Eva la esperanza de poder recuperar el control de su propia vida. Y a partir de ahí, las cosas se descontrolan.

El libro, dado el final, es claramente otra trilogía. No obstante, el propio libro en sí mismo podría contar casi como dos, porque hay un cambio de trama muy claramente apreciable entre la primera mitad y la segunda. Ahora, que se agradece que la autora lo escribiera como un libro y no como dos, porque ya le sobran bastante páginas tal y como está.


Respecto al núcleo, yo no lo veo. Teniendo en cuenta la relación entre las dos hermanas (y entre las dos almas de cada cuerpo, en general), la historia hubiera dado para mucha más reflexión de la que realmente hay. Temas como la culpa, el miedo, la muerte y el amor fraternal están presentes a lo largo de toda la historia; pero la mayor parte del tiempo más parecen «daños colaterales» que fruto de un intento consciente de la autora por reflexionar sobre ello. Una pena.

En cuanto a la voz narrativa, lo cierto es que no está mal, aunque me parece un poco infantil para una chica de dieciséis años, que es la edad que se supone que tiene. A todo esto, no lo he dicho, pero la historia está narrada desde el punto de vista de Eva, la personalidad encerrada dentro del cuerpo de Addie. Me parece que la autoridad de la voz es bastante pasable: la autora no se mete en berenjenales de los que luego no va a saber salir y se limita a lo sencillo, así que funciona. Además, un detalle que me parece muy acertado de la forma de expresarse de la narradora es el baile que hay en el empleo de la primera persona singular y plural, dándole más fuerza a la idea de cuerpo compartido y almas-hermanas gemelas.

Los personajes. Un poco flojos, la verdad. Addie y Eva no están mal, de hecho tienen un par de conflictos muy buenos a nivel personal, cuestiones de envidias y sentimientos encontrados. Muy nice, de verdad. Ahora bien, el resto, no tanto. Hally y Davon son personajes bastante planos (me han caído bien, eran simpáticos, pero no están demasiado construidos y apestan a refrito crepusculero [Alice y Edward, Dee y Damon...]). Todos los demás, ni eso: familias respectivas, hermanos, gente que aparece en la segunda mitad del libro… de relleno todos ellos, sombras que tienen que rondar para que las cosas funcionen. El único que hace amago de ser un personaje profundo con un conflicto interno es el padre de Addie y Eva, pero se queda en eso: un amago.

Así, y siguiendo en la línea de lo bien (o mal) construidos que están construidos los diversos personajes, se puede apreciar un cambio en consonancia. Es decir, las dos hermanas son las únicas que evolucionan un poco: empiezan a aprender a lidiar con esos sentimientos encontrados que las diversas situaciones les van provocando. Personalmente, su relación (y su evolución) me parece muy tierna, la verdad.

Y por último… la prosa: el texto en general es increíblemente explicativo, la división de párrafos sería mejorable y sobran muchísimas escenas. Pero, si haces un poco de lectura diagonal para no dormirte con tanta explicación innecesaria, resulta una lectura bastante ligera y, en mi opinión, entretenida. No he encontrado nada especialmente ofensivo, en todo caso.

En fin, eso es todo, más o menos. Esta vez, no tengo nada de lo que reírme, pero os dejaré un par de cosas que me han llamado la atención (sin spoilers):

-Vale, no culpo a las niñas por intentar escapar subiéndose al tejado. Lo que pongo en duda es que lo consigan, máxime teniendo en cuenta que ellas mismas admiten no ser «demasiado atléticas». Francamente, subir a pulso el cuerpo a una cornisa y luego subir a tu compañera, también a pulso… lo veo improbable.

-Sigo quedándome alucinada viendo que la gente se empeña en revelar planes ultra secretos y peligrosos en los lugares más inopinados. Y, lo que es más, se dedican a mostrar sus cartas a gente en la que ni siquiera deberían confiar, para empezar. Cielo santo, es un milagro que las cosas les salgan así de bien. Se nota que es una historia (una historia para niños, en las que las cosas tienen que ser fáciles, para que los niños puedan hacerlo por sí mismos: como escapar de un hospital de pseudo-máxima seguridad).

Chichómetro: muy tiernita, pero no hay mucha chicha que digamos.

Potabilidad: se puede beber.

Carcajadas: 1/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Nadando entre palabras, Dos divergentes mentalmente desorientadas, Libros de sonrisas.