Donde la literatura y la maldad se toman un té

jueves, 17 de septiembre de 2015

Hablemos de sexo, o... mejor ahorrémonoslo (2)



Así que estaba yo tranquilamente paseando por los foros de AVEN y empecé a leer una de las nuevas discusiones que se habían abierto. Sé que debería aprender a tomarme las cosas con otra filosofía, pero la verdad es que he terminado un poco deprimida. Sí, a veces yo también me preocupo. Sigo siendo humana, después de todo, y es cierto que no pertenecer a «la mayoría», esa ilusión de normalidad que construimos como sociedad, puede a veces complicarte la vida.

Bueno, ahora llegaré a esto. Lo primero es lo primero: yo tenía decidido que iba a comenzar cada una de estas entradas comentándoos algún dato o curiosidad de índole sexual.

Y, si no os gusta, os jodéis :D

¿Preparados?

El afortunado tema de conversación para abrir fuego hoy va a ser… *redoble de tambores*

El himen.

[WARNING: si eres averso al sexo, puedes saltarte este cacho y seguir leyendo a partir de donde aparece la imagen de Minority Monsters. El que avisa no es traidor.]





¿Cuántos de vosotros sabéis dónde está situado el himen? Porque yo, a veces, me llevo auténticos sustos mientras leo sobre peña perdiendo la virginidad. Una preocupante cantidad de autoras de Romántica/Erótica (generalizaré en femenino aquí, por motivos evidentes) parecen tener el himen dentro del conducto vaginal, por alguna anomalía genética que se escapa a mis conocimientos [Cardo, ¿nos ilustras?]. No me parece ni siquiera medio normal que una mujer adulta y con experiencia sexual se empeñe en describirte, con todo lujo de detalles, cómo sus personajes masculinos, al penetrar a la bella doncella de turno, avanzan hasta toparse con una «barrera» que proceden a atravesar (con el consiguiente gemido de dolor-placer de sus compañeras).

¿Realmente esto se corresponde con la experiencia empírica de esta gente? Me resulta difícil de creer. Mucho más probable me parece que el hecho de que Su Hombre pueda haber percibido de facto esa disrupción las llena de un reconfortante sentimiento de conexión con el otro: han idealizado (y desrealizado) un evento que ellas consideran de suma importancia en su iniciación como mujeres [esto es: mujeres sexualmente activas; por pegarle una patada en la entrepierna a esa lucha tan tonta contra la sexualización de la mujer y eso], para que el evento sea percibido por ambos sexos en lugar de solo por uno.

Os daré una noticia que tal vez sorprenda a alguna/o: el himen es una membrana que se encuentra a la entrada de la vagina, no en el interior. Se ve desde el exterior (si puedes doblarte lo suficiente sobre ti misma como para mirarlo, claro está). Diré más: el himen ni siquiera está inervado. Lo que duele en las primeras penetraciones es la intrusión en el conducto vaginal, que es estrecho y todavía no está acostumbrado a ese tipo de actividades. La ruptura del himen en sí no resulta dolorosa. De hecho, muchas mujeres ni siquiera llegan con el himen intacto a la hora de perder la virginidad: si usas tampones, por ejemplo, tienes muchas papeletas de haberte roto el himen tú solita antes de tener relaciones sexuales por primera vez.

Así que ya sabéis. A partir de ahora, cada vez que vea a alguno de vosotros escribiendo alguna barbaridad de estas, lo cortaré en cachitos muy pequeños. Y eso sí que os va a doler, porque puede que el himen no esté inervado, pero la mayor parte del resto del cuerpo sí que lo está.


Perfecto. Hasta ahí los datos aleatorios. Retomo a continuación mi columna.


Está bien, queridos hierbajos. Hablemos de sexo.


Hola, mi nombre es Ortiga y soy asexual.

Y hoy me he deprimido leyendo las vivencias que otra persona asexual ha decidido colgar en internet.

No voy a entrar en detalles, pero esta persona (y otras que han ido contestando a continuación y compartiendo sus propias historias) básicamente relataba una situación que podría considerarse de cierto abuso físico con su pareja. Entendedme bien, no se trata de que la pareja fuese algún tipo de monstruo desalmado o un psicópata: los encuentros eran “consensuales”, no parece que hubiera dolo de por medio más allá de la dosis humana de egocentrismo y ceguera, sencillamente la parte asexual de la pareja todavía no se entendía lo suficiente (ni a sí misma ni a su situación) como para comprender qué era exactamente lo que estaba sucediendo, por qué lo estaba pasando tan mal con cosas que supuestamente deberían ser «normales» y qué hacer para retomar el control y salir de esa situación dolorosa para su persona.

Se trata de una situación que resulta tristemente habitual. Es algo de lo que yo misma tuve miedo durante mucho tiempo, aun sin saber qué nombre ponerle, mucho antes de saber que existía algo llamado «asexualidad». ¿Cómo combatir algo que todo el mundo te asegura que «es lo que tienes que querer y aceptar»? De alguna retorcida manera, llegas a la conclusión o te enseñan que en algún momento vas a tener que consentir y pasar por el aro. Te dicen que tienes derecho a decir «no», por supuesto, pero no «no, nunca, con nadie», que por lo visto eso ya es demasiado. Y ¿dónde pones la línea del «con esta sí, con este no» cuando ya de entrada ninguna de las opciones disponibles te parece apetecible? Eso nadie te lo enseña, porque a nadie se le había ocurrido la posibilidad, parece ser. Y así es cómo muchos de nosotros terminamos abocados a una suerte de «consentimiento forzado», que no es un consentimiento real, porque no es en realidad nuestro deseo, y que tampoco es culpa de nuestra pareja (ni de nadie en concreto), pero sigue siendo una situación que a veces la parte afectada llega a percibir como auténtico abuso en un nivel profundo. Y permitidme que os diga, a los que habéis teniendo la suerte de nunca experimentarlo, que es una mierda.

Así que, sí, estoy un poco triste esta mañana. Pero bueno, voy a sacudirme yo sola un par de sopapos mentales y ver si puedo seguir con la entrada de hoy.

Quiero compartir con vosotros algunas de las cosas que tenemos que escucharle a la gente cuando la asexualidad sale a colación en alguna conversación:


«¿Por qué odias el sexo?»

Que no me guste/interese algo y que lo odie son dos cosas diferentes.

No me gusta el helado de chocolate, eso no significa que lo odie y crea que nadie debería comerlo porque OH, DIOS MÍO, QUÉ.PUTO.ASCO. Podría darme asco el helado de chocolate, pero ni siquiera es el caso, sencillamente no es un sabor que me guste.

El sexo, si lo concibo en abstracto, no me produce asco (la cosa cambia si me pongo a pensar en ello con demasiado detalle, pero eso es otro tema, aparte de una apreciación puramente personal). Hay incluso asexuales que disfrutan del sexo.


«Tienes un trauma con el sexo», «alguien abusó de ti de niña».

¡Meec! No es correcto. Pero gracias por jugar con nosotros.


«Estás enferma», «tienes un desequilibrio hormonal».

Tú sí que estás enfermo, criatura. Lo malo es que lo tuyo no tiene cura: la estupidez patológica es congénita.

Esto realmente no debería ser necesario, pero si os quedáis más tranquilos por mi estado de salud puedo aseguraros que todas mis analíticas están dentro de los parámetros normales [puede que sea lo único «normal» que haya en mí, así que saboreadlo xD].


«Eso es que no has encontrado a la persona adecuada».

Es una posibilidad: me quedarán algo más de cincuenta años de esperanza de vida. Si tal persona existe, por supuesto cabe la posibilidad de que aún la encuentre. Pero, incluso en tal circunstancia, mi caso seguiría cayendo dentro del espectro de la asexualidad (podría ser demisexual o grissexual [para el que no sepa lo que es esto y le interese (y sea demasiado vago para googlearlo), estoy pensando en hablar con calma de ello en otra entrada]).

Asumidlo: hace más de un cuarto de siglo que vivo dentro de mi cabeza, no puedo citar una sola vez que me haya sentido sexualmente atraída por otra persona ni deseado mantener relaciones sexuales con nadie. Para ser completamente honesta, ni siquiera tengo claro lo que significa «atracción sexual» o cómo se siente eso.


«Eres lesbiana y no quieres aceptarlo/estás confusa».

Confusa estoy, eso no te lo voy a negar: no entiendo por qué aceptar mi supuesta homosexualidad iba a suponerme un problema. Créeme, mi vida sería más fácil a nivel social si fuese lesbiana en lugar de asexual. Yo con esto no gano nada.


«Eso es una excusa que te has buscado porque como eres tan [inserte aquí cualidad negativa: fea, gorda, borde…] nadie quiere acostarse contigo».

Juro por todo lo que me es sagrado que estoy intentando no reírme con esta. Palabrita del niño Jesús.

Vamos a ver, alma de cántaro, si tú tienes un problema de autoestima, lo siento mucho por ti, pero es TU problema. No me lo cargues. Eso en primer lugar.

En segundo lugar, incluso asumiendo que eso fuese cierto (lo de que soy fea/gorda/etc., digo), en este mundo hay gente para todo. Estoy segura de que podría encontrarme a alguien con quien darme un revolcón.

En todo caso, no es que me hayan llovido ofertas del cielo, pero oportunidades he tenido: no soy ni un pibón ni un cayo malayo, creo que soy modestamente agradable a la vista en ese sentido.


«Si no lo has probado, no puedes saber si te gusta».

Tampoco he probado a comer mierda y tengo la ligera sospecha de que no me iba a hacer mucha gracia. Que a ti te parezca la leche de bueno no quiere decir necesariamente que a mí también me lo vaya a parecer: estoy segura de que hay muchas otras cuestiones sobre las cuales nuestros gustos no coinciden.

Las personas sexuales que me estáis leyendo: ¿tuvisteis que probar el sexo para saber que era algo que os apetecía hacer? Más aún: muchos homosexuales (seguramente cada vez menos) han probado el sexo heterosexual antes de darse cuenta de que eran de hecho homosexuales, pero lo contrario no es válido para la mayoría de heterosexuales, que no han tenido que probar el sexo homosexual para descartar que eran homosexuales. Lo mismo es básicamente válido para nosotros, asexuales: puedes probarlo si quieres, puede que haya quien además lo sienta como necesario para estar seguro, pero en realidad no tiene por qué serlo.

Y en todo caso, con eso del «si no lo has probado», me parece que hay gente que da muchas cosas por sentado.


«Es una fase, se te pasará».

Puede que sí o puede que no. La sexualidad puede variar a lo largo de la vida, la tuya igual que la mía. Aquí y ahora soy lo que soy y me siento como me siento, y esta es la única realidad sobre la que puedo actuar. Del cómo me sienta mañana ya me preocuparé mañana, llegado el caso.



Hay otras. Seguro que los asexuales que me están leyendo pueden aportar alguna otra afirmación graciosa en la sección de comentarios, pero creo que con esta muesta tenemos suficiente en esta entrada.



Aprovecho ahora para contestar a algunas de las preguntas que se me han ido haciendo en el blog/email/twiter sobre este tema. [Las que no conteste ahora, se quedarán para la siguiente entrada.]


Un arrojado preguntó:
«[M]e gustaría saber si a un asexual le puede excitar el sexo en sentido abstracto. Quiero decir, un asexual que tengo libido, como mencionas arriba, si se pone una peli y ve a dos personas teniendo sexo (una porno o una peli normal con una escena bonita con su música cursi, o, no sé, lo que sea, algo que conecte con la personalidad de esa persona y el tono que le guste), ¿se excitaría? Así, en abstracto, no porque le atrajeran las personas de la peli, sino la idea de la relación sexual...»

Sí, es algo que puede pasar. Depende de la persona: hay gente a la que el sexo le da asco hasta el punto de no poder verlo ni en la tele o hablar de ello, hay gente a la que la idea abstracta del sexo o pensar en escenas de índole sexual sin que él o ella esté involucrado le produce excitación… Hay gente para todo, al final, igual que pasa con las personas sexuales.

Los asexuales que se masturban pueden pensar en escenas sexuales durante la masturbación (también pueden pensar en cualquier otra cosa totalmente peregrina, depende de la persona, una vez más).



El ama de llaves de la mazmorra también se lanzó a la piscina:
«[M]e gustaría pedirte la opinión respecto de la figura del sadismo. Obviamente, entendido en una forma seria y no como se ha retratado tan miserablemente en la literatura de moda. ¿Es sádica solo la persona que se excita causando dolor ajeno? ¿Cómo se etiquetaría alguien que se excita con escenas en donde se cause daño a una persona, pero no tenga el deseo de causarlo él mismo? ¿Qué opinas tú de la práctica? Lo pregunto solicitando tu opinión personal y no buscando información objetiva o clínica.»

El DRAE dice que sádico tiene que ser el ejecutor, sin embargo yo entiendo que una persona que se excita viendo escenas de ese tipo es sádico aunque no sea él mismo quien causa ese dolor [le he preguntado a un colega que tengo experimentado en BDSM y está de acuerdo conmigo]. Francamente, como poder, se le podría encontrar otro nombre más específico, pero a mí me parece que es buscarle cinco pies al gato: son ganas de confundir.

Personalmente, tanto el sadismo como el masoquismo me resultan bastante irracionales. Me temo que soy una persona hiperlógica, así que no le encuentro mucho sentido al hecho de buscar el dolor (propio ni ajeno): el dolor es la manera que tiene nuestro cuerpo de decirnos que «algo va mal». Por otra parte, dolor y placer comparten el mismo tipo de receptores (igual que frío y calor), así que en cierto sentido no me parece sorprendente que este tipo de "confusiones nerviosas" tengan lugar en algunas personas.


Curioso19 está también interesado en la asexualidad:
«Estoy muy de acuerdo con que cuando te sales de la norma piensas antes que te pasa algo malo que que hay una explicación, así que te lo pregunto (si no es demasiado personal) como se puede saber? Hablando con un profesional? Leyendo? Hay cosas comunes en todos los casos?»

Cada caso es un mundo, pero sí hay cosas en las que muchas gente coincide y, leyendo testimonios, muchas veces te sientes identificado o reflejado con ciertas historias. Mucha gente se ha descubierto a sí misma a través de las palabras de otros. Por eso creo que es también importante hablar de ello sin miedo.

Hablar con un profesional puede ayudar, pero también puede hacer mucho daño: sigue sin haber muchos psicólogos/psiquiatras que sepan siquiera que existe algo llamado «asexualidad», y de esos habrá que ver los que la consideran una orientación sexual válida o un problema (hasta donde yo sé, la asexualidad sigue estando considerada, como lo estuvo hasta hace poco la homosexualidad, como trastorno según la OMS). Yo solo hablé de esto con mi última psicóloga y no es que se mostrase abiertamente en contra de la idea, pero tampoco se lo tomó muy en serio, en mi opinión.

Leer puede ayudar también. Hoy en día lo tenemos mucho más fácil; el que tiene acceso a internet, tiene acceso a información casi ilimitada. Pero también es verdad que tienes que saber dónde y cómo buscar.

Personalmente, yo lo descubrí porque me lo sugirió una amiga. No soy el tipo de persona que, cuando le pasa algo, lo mete en Google a ver cómo autodiagnosticarse, así que hubiera sido difícil para mí haberme dado cuenta por mí misma, me temo.

Así pues… llegamos al motivo mismo tras esta columna: visibilidad y concienciación. Es tremendamente importante para nuestro colectivo en estos momentos que podamos darnos a conocer. Hoy por hoy, el colectivo homosexual, por ejemplo, ya no tiene que luchar por *ser reconocido*, todo el mundo sabe que existen (tienen otras luchas pendientes, eso es otro tema). El colectivo asexual tiene que ganarse todavía el derecho a existir siquiera, a que se *reconozca* nuestra existencia y se nos tome en serio. Creo que es muy importante que este mensaje cale, porque de ello perfectamente puede depender que un buen puñado de críos crezcan sintiéndose rotos y enfermos o no el día de mañana.


Una amiga imaginaria preguntó:
«[S]igo sin entender como funciona la imaginación de alguien asexual. Cuando se despierta la libido qué pasa por su mente? Qué cosas se imagina? Ay que misterioso!»

Uf, averigua un misterio, qué duda cabe. Hay gente para todo, como ya he dicho. Puede que estén pensando en gente manteniendo relaciones sexuales, en mantícoras o en arte dadaísta. Vaya usté a saber.

Tampoco conviene olvidar que a veces no hay un motivo externo identificable tras la excitación. A veces, por ejemplo, es una cuestión puramente hormonal/biológica: a las mujeres puede pasarnos simplemente «porque sí» en cierto momento del ciclo menstrual, los hombres (sobre todo durante la adolescencia) pueden despertarse con una erección sin necesidad de haber tenido ningún sueño de contenido sexual.


Y hasta aquí el artículo de este mes, queridos hierbajos, que ya bastante largo me ha quedado.

¿Tenéis dudas? ¿Sugerencias para la próxima entrada? Preguntad por esa boquita. Los que os atreváis. Porque, sí, queridos hierbajos: Ortiga va a hablar de sexo, porque puede que tenga pelos en las hojas, pero os aseguro que ninguno en la lengua. Ya va siendo hora de que se pongan los puntos sobre las íes y las tildes donde les corresponda.


Con amorr,

O.




Si queréis ver el resto de entradas agrupadas bajo este título, pulsad en la etiqueta «Ortiga habla de sexo».

Para el que le interese buscar información por su cuenta, os recomiendo AVEN y la AVENwiki [por desgracia, la cantidad y calidad de información ofrecida en inglés es muy superior a la ofrecida en español ahora mismo].

Os dejo también el enlace a este documental que ya puse por Twitter: (A)sexual.

13 comentarios :

  1. No sabía nada de la asexualidad hasta ahora. Y sí, te comprende, el sexo está sobrevalorado, al menos se te cae un mito cuando lo descubres.

    En serio te dicen esas cosas la gente?

    Es muy interesante lo del himen, pero yo que estudio auxiliar de enfermería, también apostillo que la gente en general (y las chicas en aprticular) no saben dónde está su meato urinario. Te lo juro. Haz la prueba y pregúntaselo a las personas.

    Muy cierto todo, no sé que más decir.

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  2. Ay ay se puede hacer un bingo. A mi me han dicho lo de que tengo un desequilibrio hormonal, que no he encontrado a la persona adecuada, que soy lesbiana, que si no lo he probado no puedo saber si me gusta o no... y adivina, todas me las ha dicho la misma persona, mi psicóloga (menos lo de que soy lesbiana, eso me lo ha dicho otra gente por no tener interés en el sexo y estar muy apegada a mi mejor amiga, figurate XDDDDDD) si, luego se formó al respecto, pero creo que sigue sin tomarme en serio. Y no me lo ha dicho mas peña porque estoy en el armario y solo lo saben amigos cercanos con los que tengo mucha confianza y gente de internet que esta muy en estos rollos. Ya se sabe, terapia grupal XDDDDD
    Un saludo <3

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  3. Pues podíamos organizar un bingo para la semana esta de Asexual Awareness Week xDD Me enteré hace poco de que eso existe (y que es el mes que viene). Así nos echamos unas risas... =P

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  4. *le hace la ola*

    De verdad, te mereces un aplauso como mínimo. Yo no soy asexual ni conozco a nadie que se identifique como tal, pero he tardado casi diecisiete años en descubrir que ni soy rara ni tengo un problema por no babearle al tío bueno que pasa por la acera de enfrente (aunque sigo sin saber si a la gente esas cosas realmente le atraen sexualmente pero en fin) pero que soy demisexual. Y todavía, cada vez que lo digo en alto me toca explicar en qué consiste. Conmigo la frase habitual es "no me creo que ese tío te repugne, mira qué abdominales" y "no me creo que al único tío que te haya atraído sexualmente sea tu novio" (porque sí, sólo he tenido un novio y es la única persona que me ha atraído sexualmente en toda mi vida). Me parece tristísimo que de mi entorno fuera la única que supiera lo que es el espectro asexual y lo que es ser grissexual (que por cierto no sabía que en español se decía igual). Y como yo, apuesto a que hay mucha gente que lo ha descubierto por casualidad curioseando por internet porque, ¿cómo puedes identificarte como nada si no sabes siquiera que existe?

    Si haces otra entrada sobre el resto del espectro te amaré toda la vida <3333

    Meri

    P.D.: La gente que te dice esas cosas se identifica como retrasado mental severo, creo. Igual si les das con un ladrillo en la cabeza se les "pasa esa fase", aunque no aseguro nada.

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  5. Yo no soy asexual, pero estoy de acuerdo con que el sexo está sobrevalorado (y no me voy a meter en la sexualización de la mujer porque me muero escribiendo). Recuerdo que cuando perdí la virginidad pensé "joder, pues yo prefiero los gofres de chocolate" XD Tardé bastante tiempo en cambiar de opinión, pero a veces vuelvo a pensar "joder, podría estar comiéndome un gofre de chocolate en vez de follando", jajajajajjaja.

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  6. Ortiga, poco puedo aportar a la discusión porque todo el tema me es desconocido. Eso sí, quiero animarte a seguir escribiendo más acerca de todo esto porque me parece realmente fascinante; tengo las entradas guardadas en Pocket para poder releerlas. :) Keep going, please!

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  7. Muy ingenuo el que piensa que con probar perder la virginidad se va a convencer a alguien de que le gusta el sexo xD Creo que si se hiciera una lista anónima con las experiencias desagradables y ridículas en la cama, de gente que ni es asexual, se podría escribir una enciclopedia. Ahora, una pregunta: ¿Es cierto que la energía sexual puede transformarse en otras cosas, ser utilizada en otros aspectos de nuestra vida que nos interesan más, o es otro prejuicio y en realidad si las ganas no están es porque no surgen y ya? A mí me gusta echarle la culpa al estrés, o a las épocas más ajetreadas del año, pero sería genial que fuera cierto :P
    Confesión vergonzosa: en la época del colegio tuve que inventarme un novio porque mis padres estaban más ansiosos que yo de que apareciera uno y me asaltaron con varias de esas preguntas estúpidas u.ú
    Y me pido un artículo sobre la atracción intelectual, la estética o visual o como sea que se llame.
    Tenía hambre y me comí todas las comas, por no tener idea ya dónde ponerlas.
    ¡Saludos!

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  8. Respondo a tu pregunta. Si, yo sabia que me atraía sexualmente un tío (en mi caso) mucho antes de perder la virginidad. De hecho media adolescencia se me fue en eso. Si, pero no. No estoy segura etc etc.
    Personalmente, creo que los que te dicen esas mierdas se sienten amenazados porque tu planteamiento es diferente. Es decir, ahora todos somos maquinones sexuales que llevamos media vida follando nivel profesional y una persona que entiende el sexo o no sexo de otra manera, les rompe los esquemas y tienen que buscar una salida fácil para que vuelvas a encajar en su estrecha mente.
    En cualquier caso, nada que no se arregle con un buen hacha. ^^
    Por cierto, me encanta esta "sección" aunque no te sientas identificada siempre puedes aprender y desarrollar la empatía.

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  9. Estas entradas me resultan muy interesantes. No tenía mucha idea de lo que significaba ser asexual, y gracias a ti estoy aprendiendo más del asunto, y la verdad es que es muy interesante =)

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  10. Una vez más, gracias por una entrada tan informativa. Yo, que vivo perdida en el mundo del líbido y las relaciones (básicamente no me interesa tener ninguna relación ni sexual ni amorosa), cada vez me veo tirando más a considerarme asexual, por perdida que esté. Pero escuchar cosas, o leerlas, del tipo "es una fase, es que no lo has probado, no has encontrado a la persona adecuada" son tan vacías para mí como decirle a una persona con depresión "venga, sonríe, que podrías estar peor y lo tuyo es tontería".

    En fin, un saludo, hierbajas cultas.

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  11. Tengo la teoría de que, la mayoría de las veces, el problema es que la gente no entiende que a un@ no le gusta lo que se supone que le tiene que gustar a todo el mundo. Si a la gente le queman la cabeza con que no puede no gustarte algo, pues si alguien viene y dice que no le gusta o no le interesa, es un poco difícil que lo acepte.

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  12. ¿Opinas que orientaciones sexuales como la zoofilia, la pedofilia o la necrofilia son enfermedades mentales?

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  13. ¿Sabes una cosa? Que durante TODA la entrada iba pensando que este problema, de falta de visibilidad de la asexualidad, y las barbaridades que dice la gente, me recuerda muchísimo a cuando dices abiertamente que no quieres tener hijos.

    Tienes que escuchar que si tener hijos te completa, que si ya cambiarás de opinión (con tono de amenaza), que si no, quién te va a cuidar cuando seas viejo... Y te terminas sintiendo como si fueras un monstruo sólo por no querer procrear. Como si hiciera falta más gente en el planeta.

    Y así. Y no, mira. Tú no quieres sexo, yo no quiero hijos (pero sí sexo xD). ¡Y no pasa nada! Digo yo, ¿qué más le dará a la gente lo que hace o no hace el prójimo con su sexo si no hace daño a nadie?

    Así que te entiendo un poco, porque, de verdad, según llegas a cierta edad (Dios mío, ¡¡estoy en "esa edad"!!!) te machacan mucho con el tema críos y mucha gente lo suelta sin venir a cuento, sin saber absolutamente nada de ti ni nada.

    Si tú no quieres acostarte con nadie me parece estupendo, de verdad. Si no lo haces nunca en tu vida porque no quieres y vives una existencia feliz y pacífica te aplaudiré. Pienso que cada cual debe vivir su vida como mejor le resulte, y si a la sociedad no le gusta, pues mala suerte.

    Mucho ánimo, un abrazote grande y que sepas que me pareces una valiente por haberte arrancado con esta iniciativa.

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