Donde la literatura y la maldad se toman un té

sábado, 30 de diciembre de 2017

La última lágrima, de Lauren Kate

Título: La última lágrima
Escrito por: Lauren Kate
«Existe una antigua leyenda, hoy casi olvidada, que habla de una joven cuyas lágrimas de desamor hundieron un continente entero.
Ahora Euskera Eureka tiene en sus manos un libro que cuenta esa fascinante historia
[Ortiga: pronto empezamos con la ironía]: lo ha heredado de su madre, que desapareció arrollada por una ola gigantesca. Poco a poco, a través de sus páginas [Ortiga: ¿quién dices que tiene páginas?], descubrirá que las coincidencias entre su vida [Ortiga: mejor dejo de hacer preguntas] y la leyenda son demasiadas para ser fruto del azar... Además, la inesperada llegada de Ander, el extraño chico de ojos turquesa que huele a mar y lo sabe todo sobre ella, le enseñará que las casualidades raramente existen y que su llanto tiene un poder tan inmenso que puede incluso cambiar el curso de la humanidad...».

Los dramáticos puntos suspensivos os han dejado con insoportables ganas de más, a que sí. No me mintáis. Todo el mundo sabe que los puntos suspensivos tienen efectos adictivos, hay estudios que lo respaldan.

La verdad, esta sinopsis es toda ella una gran mentira. Para empezar, lo de las lágrimas de desamor es un timo. No recuerdo toda la leyenda ya a estas alturas (porque no tengo memoria y porque además tampoco me importa tanto), pero sí recuerdo un sentimiento muy claro de estafa cuando la leí: esa parte se la han inventado. Como se han inventado, también, que hay coincidencias entre la vida de la pipiola y la tipa de la leyenda, o que la pipiola llega a tal conclusión. Wtf. La leyenda no se parece a la vida de la pipiola ni en las pausas para respirar.

Me terminan hartando estas historias de apocalipsis mágico propiciado por el copito de nieve superespecial de turno, ¿sabéis? Creo que a partir de ahora llamaré a estos personajes copitos de nieve apocalípticos.

En este caso estamos hablando de un copito de tipo diluvio universal: si la niña llora, nos ahogamos en masa. Por entre medias se mezcla la Atlántida y peña diversa que escapó (o no escapó) de la isla antes de que esta se hundiese. Y copito es huérfana y… lo cierto es que no me acuerdo de mucho más, sólo que el final es absurdo y está plagado de peña tomando decisiones malvadas-estúpidas que no son, ni de lejos, óptimas en lo que a efectividad se refiere (pero son sin duda óptimas para hacernos pasar a todos un rato muy divertido, os recomiendo esa parte). Y además hay un pipiolo MISTERIOSO que hace apariciones MISTERIOSAS y un mejor amigo enamorado de copito que luego se vuelve psicópata y empieza a ser un cabrón de aquí a… un sitio muy lejano.




Lauren Kate es una escritora asidua en mi repertorio lector, ya lo veis, así que no he encontrado nada sorprendente: muy parecido al resto de cosas que ha escrito. No es tan, tan vomitivo como el anterior título del que os hablé, pero en términos de tensión narrativa el barco hace aguas por todas partes (aparte de ser terriblemente explicativo y toda esta lista de cosas que siempre digo [¿no os cansáis de leerme siempre decir lo mismo? Pues imaginad yo de leerlo]).

Aún con todo, he encontrado un par de cosillas positivas que señalarle al elemento, y como soy hierba justa pues os las menciono.

La voz ofrece algo de autoridad. Racional: a la chica le cortan el intento de suicidio con carbón, se utiliza vocabulario específico sobre barcos/navegación cuando hay un personaje que pilota del tema y están en su barca. Y emocional: se compara conducir con las ventanillas del coche subidas como estar dentro de una tumba (porque así es como murió la madre), cómo está tratada la relación de la chica adolescente con su padre, la prota se culpa de tragedias que se escapan a su control por medio de pequeños detalles que dependían de ella y que considera que podrían haber evitado la tragedia.

Se trata la idea del suicidio dentro de una comunidad conservadora con algunos detalles encantadores (aunque de manera explicativa, claro). Ejemplo: «La camarilla de chicas del instituto que nunca le había hecho ni caso pasó por su buzón tras la muerte de Diana para dejar una pulsera de punto de cruz con pequeñas cruces. Al principio, cuando Eureka se topaba con ellas en la ciudad sin nada en la muñeca, evitaba mirarlas a los ojos. Pero después de intentar suicidarse eso ya no resultaba un problema. Las chicas eran las primeras en apartar la vista. La compasión tiene unos límites».

Hay algún intento de desfamiliarización y además la prota tiene una amiga (no es una gran amistad, pero es sin duda mejor que la media a la que me tienen acostumbrado este tipo de libros), aunque este segundo punto queda un tanto empañado por otros detalles, como el hecho de que el pipiolo misterioso y el mejor amigo en discordia se pasen el rato enfrentándose de manera MUY violenta y pipiola todo esto lo viva con la más absoluta normalidad. Muy normal que dos figuras masculinas de tu entorno lleguen a los puños sistemáticamente sobre tu persona, eso sin duda demuestra que son gente equilibrada, que te quiere de manera muy sana, gente de la que fiarte y en quien confiar.

Pero vamos a la parte que realmente nos gusta. Veamos de qué cosillas un poco más quisquillosas podemos reírnos hoy (atención spoilers):

Hablemos de la psicóloga. Dios mío, las psicólogas de los libros juveniles. No me extraña que haya esta leyenda negra pululando en torno al hecho de ir al psicólogo si nos van vendiendo estas mierdas. Es que, flipo: tenemos de nuevo una especie de monstruo pasivo agresivo y muy dañino que se dedica a decirte cosas horribles y horriblemente poco profesionales.
«—¿Te hiere el orgullo oír que no eres la única? —preguntó Landry (sí, la psicóloga)—. Porque eso es un síntoma del narcisismo». PLAS. Con una psicóloga así, quién necesita madrastras malvadas o, ya puestos, enemigos de ninguna clase [o a Batman].
Y la psicóloga continúa con su encomiable labor humana: «—Te despertarás a los cuarenta sin marido, sin hijos y sin carrera si no aprendes a relacionarte con el mundo». ¡¡Nooooooooo!! ¡¡Sin marido noooooo!! Oh, crueldad donde las haya. Y rodeada de gatos, ¿verdad que sí? Te ha faltado decirlo, pero sabemos que lo estás pensando. Mira que desearnos un montón de bolitas peludas que nos quieran y a las que acariciar… Monstruo.

En otro orden de cosas, en un momento dado la prota se encuentra en la escena de un asesinato. Resulta llamativo cómo toma precauciones como taparse la mano con una manga para abrir la puerta sin dejar huellas, pero pasa por algo cosas mucho más preocupantes, como las huellas ensangrentadas que está dejando en el suelo por haber pisado el charco de sangre.

Y toma puñetazo en un ojo: «¿Y la lágrima más reciente que había derramado? Las huellas dactilares de Ander la habían absorbido».

Después está todo el asunto en torno al MITERIOSO diario que la madre le deja en herencia a pipiola. Una gilipollez después de otra, cuando no mentiras flagrantes. Por ejemplo, al margen de la sinopsis, el pipiolo le dice a la pipiola en un momento dado que está seguro de que la madre le dejó esa herencia porque sabía que la hija podría descubrir su significado (el diario está escrito en una lengua indescifrable, entre otras lindezas): me veo en la obligación de señalar que en realidad pipiola no hace nada de nada para resolver el misterio, otros descifran los significados por ella y la van apuntando en la dirección correcta paso a paso (y acaban muertos por el camino).

Cuando pipiola se entera de que pipiolo lleva siendo su stalker personal nivel maestro desde que ambos nacieron (wtf?) y que, en consecuencia, él está perdida, irremediablemente enamorado de ella:«Eureka se sonrojó. ¿Qué podía decir al respecto?
—Yo… bueno… eeeh…
—No tienes que responder —dijo Ander»
. A mí se me ocurren un par de posibles respuestas más elocuentes (varias de ellas implican llamadas telefónicas para solicitar una orden de alejamiento). Y, a todo esto, ¿cuántos años tiene el pipiolo este para que sea posible que la lleve espiando desde que ella nació? Lo cierto es que toda la historia de amor de este libro es una absoluta ladilla. Qué ganas de borrarla entera.

Algo profundamente peligroso, dañito e irritante a partes iguales es esta manía de presentar al hombre como figura protectora y fuente de control y seguridad durante toda la historia. La mujer simplemente da su consentimiento en este proteccionismo paternalista y se deja arrastrar. Más mierda machista, nada nuevo bajo el sol.

Y por último vengo con mi favorita, a partes iguales fruto de la falta de lógica mágica y la manía personal que le tengo a la falta de lógica mágica. Resulta que una parte de la herencia de la madre es una piedra cuya naturaleza impermeable trasciende las barreras de lo científico. La piedra es TAN impermeable, que repele el agua a su alrededor: si le echas agua por encima, esta rebota y sale disparada. Si te cuelgas la piedra al cuello y te tiras al mar, se crea una puñetera burbuja de aire a tu alrededor. En esta burbuja maravillosa, la prota mete a todo quisqui que quiera que no se ahogue cuando por el motivo que sea están sumergidos. Nadie siente la necesidad de preocuparse en ningún caso por la cantidad de aire disponible dentro de esta maraviestupenda (e ignoramos cómo de grande) burbuja.


Así pues, hierbajos…


Chichómetro: PLAS.

Potabilidad: mejor no respires.

Carcajadas: 7/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Libros de sonrisas, Divagaciones literarias, Perdido entre los libros.

2 comentarios :

  1. Entonces más de lo mismo: special snowflake, pipiolo misterioso obsesionado con la protagonista, machismo, texto explicativo, dramáticos puntos suspensivos y demás.
    Ortiga, empiezo a preocuparme por tu salud mental, leer tanto de lo mismo no puede ser bueno.
    Por cierto, tengo una pregunta para Zarza, y es si conoce una miniserie llamada Más allá del jardín, recuerdo que en la reseña de Cuentos de la luna llena Zarza hablaba de cómo hoy en día por cuentos de hadas se entendía más cosas a lo Disney que lo que realmente son los cuentos de hadas originales. Más allá del jardín es una de las pocas obras de ficción que, personalmente, creo que consigue capturar esa magia de los cuentos tradicionales, por lo que me interesaría mucho saber su opinión al respecto de esta miniserie.
    Saludos y feliz año nuevo.

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  2. Hum, pues teniendo en cuenta la dura crítica que hicisteis del otro libro de la autora, este no ha estado tan mal. Una entrada interesante, pero no me animo con el libro.

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