Los Innombrables (6)

Bueno, pues vengo con la sexta entrega de los Innombrables, sección que vuelve a su rutina, tras aquel paréntesis de las Jornadas Sangrientas (y las Jornadas Arcoíris), en el que se me presentaron en la puerta varios libros demasiado jugosos como para dedicarles apenas unos pocos párrafos.

En esta entrega, os vengo con un par de especímenes curiosos. Y, por casualidades de la vida, esta vez se trata de dos libros escritos por autoras latinoamericanas, y además los dos van de vampiros.

En fin, cuidado con los spoilers.



Anatema, de Lissa D’Angelo

No sé cómo fue a parar este título a mi lista de lectura, francamente, no lo recuerdo. Pero ahí estaba. Y su descarga era gratuita, para más inri, así que no vi motivos para dejar pasar la ocasión.

Debería habérmelo pensado mejor.

Intro sinopsis:

«Hay tres cosas de la que estoy completamente segura:
Primero; solía amar a los vampiros: Damon, Edward, Eric y todo lo que tuviera colmillos y ojos claros.
Segundo, una noche algo sorprendente sucedió, para ser honesta fue algo horrible.
Y tercero; los mordiscos son dulces... Claro, tanto como puede serlo una motosierra en tu cuello.
Mi nombre es Mica y esta la historia de cómo un vampiro se comió mi corazón.»

Creo que ya recuerdo por qué este libro estaba en mi lista: esto pintaba mal desde un principio.

Pero, sorprendentemente, el libro no ha resultado ser exactamente lo que prometía la sinopsis. Para ser honesta, ni siquiera tengo claro que este espécimen deba estar incluido en esta sección. No es que estén bien escrito, pero tampoco está mal (de hecho, la protagonista está sorprendentemente bien construida): el problema es que se trata de un libro raro de cojones.

En serio. Esta es la cosa más desconcertando que me he encontrado hasta ahora en literatura. Tengo la tentación de pensar, en cierto sentido, que se trata de una burla a los libros tipo Crepúsculo: una comedia destinada a intentar abrirles los ojos a las adolescentes desquiciadas enamoradas de Edward Cullen; o al menos eso es lo que una parte de mí desea creer. Pero… es que tal y como el libro está hecho (e investigando por internet no he encontrado nada que desmienta esta teoría), da la sensación de que no es una parodia: va en serio. Y eso asusta un poco, francamente.

Como ya he dicho, estoy incluyendo este libro en la sección de Innombrables, pero no termino de tener claro si cabría en esta clasificación. Se da la simple circunstancia de que no tengo ni idea de dónde meterlo, porque me siento incapaz de realizar una crítica exhaustiva del libro (de hecho, ni siquiera he encontrado nada durante mi lectura lo bastante resaltable como para que mereciera la pena anotarlo para comentarlo aquí, ni para bien ni para mal).

Raro, sí.
Como asín  de raro.

Es sencillamente un libro muy extraño. Extraño y anodino, pero un poco acojonante, porque te deja la duda de si la autora está loca de atar o es una chica con cerebro.

En todo caso, y pese a que el texto es plano como un plato llano, y que no tengo nada claro que haya intención comunicativa, el personaje de la protagonista en realidad es un buen personaje, y está bastante bien tratado.

Esto es básicamente todo lo que puedo decir del libro.




Sangre enamorada, de Natalia Hatt

Esta es la primera entrega de un romance paranormal traído de la bella Argentina, recomendación que viene de la mano de Spooky Boogie [iba a poner un link, pero no sé si tienes un blog, porque tu usuario me remite a Google+ o.o].

Este elemento (que sí es un Innombrable con todas las letras [en mayúscula, subrayado, y con negrita]) fue publicado en Wattpad entre 2011 y 2012 (lo que quiera que sea eso, que esta era la primera vez que oía hablar de esta plataforma).

Bueno, pues la historia ha sido completamente desternillante. En serio. Durante las primeras cien páginas de lectura (de un total de casi trescientas) llegué a llorar de la risa. Después la cosa termina siendo como un poco molesta, todo hay que decirlo, porque sigue repitiéndose una y otra vez el mismo patrón de estupidez supina y, qué queréis que os diga, hay un número limitado de veces en que una puede reírse del mismo chiste.

Pero echadle un ojo a la sinopsis, antes de que os siga contando:

¿Soy yo, o la niña está hermosa?

«El mundo de Alejandra cambia completamente cuando en su vida aparece un apuesto vampiro europeo llamado Nikolav, quien la reclamará como suya. Ella pronto se verá involucrada en aventuras que jamás hubiera imaginado vivir, y descubrirá que nunca fue lo que siempre creyó ser… y que el amor de su vida puede, a su vez, ser su peor enemigo. Una nueva y oscura guerra está por comenzar, y Alejandra deberá decidir de qué lado estar.»

Quiero resaltar que, cuando dice «pronto se verá involucrada en aventuras», la autora de la sinopsis se refiere a, literalmente, PRONTO. Como que la chica conoce al vampiro en la segunda o tercera página, a la segunda noche ya se lo ha tirado, a la tercera está en su castillo en algún lugar de Bulgaria, cinco días más tarde están casados y al día siguiente los vampiros declaran la guerra a todo el mundo y ella se suicida. Ya quisieran vuestras madres esta diligencia a la hora de que ordenéis vuestro cuarto.

Estoy intentando decidir qué partes comentar aquí, porque todo era tan hilarante que no sé por cuál decidirme, y tampoco quiero que esta entrada me quede endiabladamente larga (que luego adecentarla en blogger y ponerle foticos es un poco royo). Creo que voy a optar por ir ordenando y redactando los apuntes que tengo y a ver cómo de largo me queda el resultado, y trabajar con ello a partir de ahí.

Round 1. Bien, pues resulta que el vampiro, a la segunda noche, se tira a Alejandra (hasta ese momento los dos personajes sólo han mantenido un breve intercambio verbal la noche anterior; o al menos eso es lo que la chica piensa [o… pensaría, si pudiera pensar]). Total, el vampiro se la cepilla y le borra la memoria para que no recuerde el episodio. Ella a la mañana siguiente se despierta y descubre con sorpresa que está en casa de otra persona, en la cama, desnuda y con sangre en el cuello, y que no recuerda cómo ha llegado hasta allí. Pero no cunde el pánico.

Aparece Nikolav en el cuarto, ella se tapa con una sábana (ligeramente cohibida, pero tomándoselo con filosofía y naturalidad) y le pregunta al chico que dónde ha dejado su ropa. El vampiro, ni corto ni perezoso, le contesta que probablemente la ropa esté hecha jirones en el piso de abajo y que no se la va a poder poner, pero que no se preocupe, porque él tiene un vestido que ha comprado especialmente para ella (wait, what? When?). Total, le da el vestido; pensamiento de ella al respecto:
«Estaba exactamente hecho a su medida. Era cierto, él lo había comprado para ella; eso la hacía sentirse especial.» Eh… ¿soy la única que ve que algo falla con esta reacción?
Pues, por si esto no fuera suficiente, cien o doscientas páginas más tarde, el lector descubre que antes de este episodio nuestra protagonista era virgen. Sin duda, esto lo hace todo mucho más creíble.

Round 2. Se supone que el vampiro borra la memoria de Alejandra a cada vuelta de hoja porque todavía no le conviene que la chica sepa que él es un vampiro y se acojone [y la pobre es demasiado corta como para sumar uno y uno, ya no hablemos de dos y dos]. Así que… mucho mejor idea: a renglón seguido de nuestra primera noche loca de pasión, que he borrado convenientemente de su memoria (por supuesto), voy a secuestrarla y a llevármela en mi jet privado a… Bulgaria; seguro que cuando se recupere de mi influencia vampírica y no recuerde nada del viaje, y de hecho se encuentre con que ha aterrizado en otro país y que está prisionera en mi castillo, seguro que no se asustará :D
Uhm, y... ¿qué tal un plan B? Así, como idea descabellada, solo por si las moscas.

Round 3. El plan A del vampiro, de hecho, funciona. Cuando Alejandra se ve en semejante atolladero lo asume con toda tranquilidad y una de las primeras cosas que hace es darse un voltio por el fantabuloso vestidor que han puesto a su disposición y se viste mu provo y mu sessi, para sentirse mejor. A continuación, en su primera noche de cautiverio en el castillo, se va a ver a Nikolav para hacerle unas cuantas preguntas sobre cómo ha llegado hasta allí.
A-Oye, Nikolav, tenemos que hablar.
N-Claro, querida, pero primero mira qué palacio tan bonito tengo. ¿Te gusta? Quiero que seas mi reina.
A-Ala, pues sí que es bonito, sí. Espera. ¿Tu reina? What? No recuerdo cómo llegué aquí.
N-Ah, no te preocupes por eso. Viniste motu proprio aunque no te acuerdes, ¿eh? Verás como te acostumbras rápido. Por cierto esta noche viene gente importante a un baile que he organizado en tu honor, para presentarte en sociedad como mi princesa, y eso.
A-¡Ostras, tú! Bueno, vale, tendré que ser valiente y cumplir con lo que se espera de mí como princesa.
Ah… ya. Yo tengo la teoría de que Alejandra tiene un Déficit de Atención chungo, chungo (de Chungolandia), porque se dispersa la niña que da gusto.
Se echa como una coleguilla hada que Nikolav tiene también presa en el castillo y, como empiezan a congeniar, los guardias se la llevan para encerrarla (al hada). Por supuesto, Alejandra piensa que tiene que ayudarla y rescatarla como sea. Por camino, no obstante, se le van olvidando los buenos propósitos, ya sabéis, pasa un pájaro que le habla, luego llega a su cuarto y hay mucha ropa chachi-guay que probarse en el vestidor, sale al jardín y ve una fuente… True story.

Round 4. Esa misma noche, Nikolav hinca la rodilla en mitad de la fiesta esta de la alta nobleza y le saca una alianza de compromiso a Alejandra, delante de todos los invitados. Reacción de ella: «El mundo alrededor de Alejandra comenzó a dar vueltas. No se había esperado tamaña propuesta por parte de Nikolav; no tan pronto.» En la sinopsis decía pronto. Estabas avisada, maja.

Round 5. «Ella asintió, pensando en cuánto había cambiado el mundo en tan solo unos pocos días. Ahora era mitad hada, hija de una fallecida reina, y estaba comprometida con un noble vampiro, al cual resultaba ser que le había sido prometida desde antes de su nacimiento. Era todo tan extraño, tan romántico pero tan injusto al mismo tiempo.» Oh, dios, creo que voy a llorar de la risa otra vez. Y eso que aquí no os mencionan al también noble padre de Alejandra, el humano con el que se lio su madre hada, mientras ambos estaban casados. De hecho, él estaba casado con una bruja (casualidades de la vida), y cuando esta se entera de la infidelidad, monta en cólera y se carga a todo quisqui, y entonces las hadas tienen que esconder al bebé en el mundo humano para protegerla. Con un par.

Y sólo me queda por decir… Oh, Dios mío: la autora es “docente”. Y además se llama “Natalia Alejandra” (nada cantoso). Y tiene 27 tacos, tío, no me jodas.

De su página web: «Ya en la universidad, escribí un relato titulado Octavo Aniversario, que quedó olvidado en mi computadora durante cuatro largos años, hasta que decidí que mis libros eran lo suficientemente buenos como para darlos a conocer. ¿Cómo fue que decidí eso? […]» Sí, ¿¿cómo?? TT-TT