Autora: Alexandra Bracken
«Cuando Ruby despierta en su décimo cumpleaños, algo en ella ha cambiado. Algo lo suficientemente alarmante como para que sus padres la encierren en el garaje y llamen inmediatamente a la policía buscando ayuda. Ha sucedido. Un fenómeno inexplicable le ha arrancado de la vida que siempre ha conocido, y la ha repudiado a Thurmond, el escalofriante campo de rehabilitación del gobierno donde se destinan a los supervivientes. Ruby no ha sucumbido a la misteriosa enfermedad que ha aniquilado a la mayoría de niños de Estados Unidos, pero ella y los demás prisioneros se han convertido en algo mucho peor: porque han desarrollado poderosas habilidades mentales que no pueden controlar.»
Por fin. Bienvenidos a la última entrada de las Jornadas Arcoíris.¿Lo estabais esperando? Pues aquí os traigo, finalmente, el libro en cuestión que motivó las Jornadas Sangrientas, que a su vez motivaron (más o menos) las Jornadas Arcoíris.
Muy bien, permitidme iniciar esta crítica diciendo que… este libro ha sido una auténtica delicia.
No. Esta vez hablo en serio. Y tendréis que perdonarme, porque me temo que por esta vez mi juicio a la hora de redactar se va a ver influido por el hecho de que aún sigo llorando por dentro, y profundamente afectada por la historia (una mezcla de «Dios, gracias, porque aún hay esperanzas», un muy sentido «Aleluya», y una nada desdeñable dosis de empatía personal hacia la protagonista).
Eh, seré una mala hierba, seré urticante, pero sigo teniendo sentimientos, ¿qué pasa? Y soy el tipo de persona que, cuando lee un buen libro, se mete hasta tal punto en la piel del protagonista que luego me cuesta un par de días recuperar la normalidad y volver a ser yo misma.
La verdad es que no sé muy bien por dónde empezar a enumerar todos los puntos positivos que tiene esta novela, así que intentaré ser práctica, respirar hondo, y empezar por donde lo hago siempre: comentando la sinopsis.
Bueno, me temo que no tengo mucho que decir, en esta ocasión. Tiene un leísmo por ahí, y un empleo inadecuado del gerundio. Pero n mi opinión se trata de una buena sinopsis: no te miente (que ya es decir algo, vistos los tiempos que corren). Me quejaría de la «misteriosa enfermedad». Y, si acaso, lo que echo en falta (pero entiendo que es difícil introducirlo en tan poco espacio) es que esta sinopsis, pese a ser verídica y presentar fielmente el libro, se carga un poco la ligera ruptura de la linealidad que hace la novela. Conseguir recoger eso hubiera sido, sin duda, la guinda que coronase el pastel.
Con respecto a la trama… la novela nos narra la historia de Ruby dentro del campo de rehabilitación y más tarde, una vez fuera (que es en realidad la práctica totalidad del libro). En el universo de Alexanda Bracken, los niños han desarrollado una serie de habilidades psíquicas que tienen aterrorizados a los adultos, por lo que podréis imaginaros, supongo, que cuando Ruby logra escapar del campo de concentración no las tiene todas consigo fuera, tampoco. En fin, se encuentra con aliados y enemigos y tiene sus muchas peripecias. Toda la historia es, en varios sentidos, una huida continua.
El núcleo. Estoy tan inconmensurablemente feliz de poder hablar de núcleo en esta historia. Casi no quepo en mí de gozo. Sí, hay núcleo. Un núcleo un poco oscurillo (que suelen ser los más interesantes), en este caso, un sentimiento con el que no me cuesta empatizar, pero para el que me cuesta encontrar las palabras adecuadas a la hora de describirlo. Creo que leer el libro es la forma más fácil e inmediata de entenderlo, por supuesto, pero haré un intento. Está relacionado con los sentimientos más negativos de la condición humana: el autodesprecio, el derrotismo, la impotencia. Es esa sensación de saber que no serás capaz, por mucho que lo desees, por mucho que esté en juego, que no podrás evitar que otras personas y fuerzas externas controlen tu vida, así que te aferras desesperadamente a la posibilidad de que haya algo o alguien ahí fuera que vaya a salvarte, como una última vía de escape (de ser «débil» en el fondo): sabes que debes ser fuerte y renunciar a ello, crecer, pero no eres capaz. Aún no.
Este libro habla también de la huida, y del miedo, y de la culpa. Y de tantas otras cosas profundamente relacionadas e indisociables del tema principal. Cuando lo leí por primera vez, me quedé embelesada; y, ahora que lo he leído una segunda vez, he tenido la oportunidad de saborearlo con más calma y poder apreciar tantos otros matices y sutilezas que no recordaba (o no había percibido) de mi primera lectura. Dios, ojalá toda la literatura juvenil fuera así. Yo sería una persona feliz.
Una noche oscura, en la que un hombre oscuro aguarda con un propósito oscuro... |
De acuerdo: la autoridad de la voz narrativa. No puedo decir «impecable», pero sí «bastante buena». El narrador es Ruby, la niña protagonista, y creo que su autoridad emocional (que es la imperante en este libro) está realmente muy bien establecida: sus sentimientos son creíbles y razonables, y están bien (re)presentados. Respecto a la autoridad racional, aunque en general está bien, en mi opinión, creo que de vez de cuando se sale un poco de padre: hay algunas cosas que la niña conoce que, teniendo en cuenta que ha pasado encerrada en un campo de concentración desde los diez años, yo creo que no tiene mucho sentido que sepa. Pero bueno, lo cierto es que la autoridad en su conjunto está lo bastante bien trabajada como para que estos pequeños detalles se le puedan perdonar.
Los personajes. Fantásticos. Sencillamente fantásticos. Lo digo de corazón. Ruby, Liam, Chubs… Zu está un poco menos trabajada, si acaso. Tienen objetivos y zonas oscuras, todos ellos, en plural. Lo digo, y lo repito, es que es una absoluta delicia. Un libro juvenil bien trabajado, con el que por fin puedo dejar de preocuparme por luchar contra la tentación de sacarme los ojos, o romper mi concentración cada dos párrafos de pura risa. Por fin, un libro juvenil con el que me he podido sencillamente entregar a la lectura. Si es que es un amor de novela, hasta la amiga que tiene Ruby en el campo de concentración, que solo aparece durante las primeras 30 páginas o así, tiene una personalidad bien trabajada, con zonas oscuras y sus propios objetivos. Insisto. Una. Delicia.
No quiero hablaros de cada personaje de manera individual, como acostumbro, porque considero que sería un desperdicio no dar la oportunidad de que los fuerais conociendo vosotros mismos, si decidís darle una oportunidad al libro. Esta vez me callaré. Como una puta.
Bien. La prosa. La verdad es que hay algunas cosas que chirrían un poco en la traducción: hay algunas erratas, algunas elecciones de vocabulario que no son muy habituales en castellano, y además el traductor no tiene en absoluto clara la diferencia de uso entre «deber» y «deber de». Pero, al margen de eso, la prosa en sí también me ha maravillado: tiene desfamiliarizaciones bastante buenas, a mi entender, y muchas metáforas que me han encantado, y hasta hace uso de coros. La selección de elementos en las descripciones es, en general, fantástica: los escenarios y los personajes son perfectamente visibles con las pocas pinceladas escogidas por la autora. Y lo mismo puedo decir de la selección de escenas: salvo alguna excepción desperdigada, muy bien escogidas, justificadas por la narración y de utilidad para apoyar el núcleo. Aunque también hay que reconocer que a la autora se le va un poco la mano con el drama de tipo amoroso de cuando en cuando; en fin, sé que son adolescentes, así que en el fondo es inevitable, no me parece que rompa en absoluto con la historia, pero... Vamos, que no lo veo como un rasgo particularmente negativo a resaltar de libro, sencillamente a mí no me gusta: considero que es un herramienta muy tópica ya a estas alturas, y siempre lo prefiero cuando los autores usan algo más creativo.
No obstante, la principal pega que sí puedo sacarle a la prosa es que, pese a que el texto está en general muy bien cuidado, las escenas de acción rápida parecen crearle algún que otro problema a Alexandra Bracken. Muchas veces, la situación se vuelve algo confusa y caótica en los momentos de mayor estrés narrativo, y de pronto te encuentras preguntándote quién es el que hace qué, dónde está cada cuál, y ¡¿de dónde ha salido ese árbol?! En una de esas ocasiones, la chica le da un rodillazo en el pecho a una mujer adulta que se encuentra de pie, no me explico cómo (la mujer era una liliputiense, sin duda).
Otras cosas que quiero destacar, antes de que se me olviden: dos puntos negativos (y quiero que entendáis que con esta crítica me estoy pudiendo permitir el ser quisquillosa, porque el conjunto está en realidad tan bien, que puedo ir a por la puntilla). La autora peca a veces de ser un poco explícita y explicativa: de vez en cuando se le va la mano y te suelta una frase en la que te dice muy claramente algo que ya había conseguido contarte sin necesidad de andar deletreando. Y por otra parte, el personaje de Ruby tiene en mi opinión alguna salida de tono de vez en cuando: pese a ser una chica tímida y en general presentar muy bien el mensaje de la obra, en un momento o en otro, se le cruza un cable y se vuelve una chica valiente e impulsiva sin motivo realmente justificable (gracias a Dios, no pasa tanto, sólo un par de veces).
Y ya por acabar. Por primera vez voy a poder cerrar una crítica no con una sección de carcajadas, o de quejas, sino con cosas que de hecho me han gustado de la novela. No hay spoilers aquí, porque solo quiero copiaros algunos fragmentos y frases que me han gustado especialmente (aunque hay muchos otros muy buenos):
-En el campo de concentración, te describe la cercanía de la alambrada electrificada así: «percibía en los dientes las vibraciones del voltaje».
-Describiendo a los soldados que les van a llevar al campo de concentración: «Por alguna siniestra razón, habían dejado de ser entidades completas, hombres y mujeres normales. En la neblina gris de mi sopor, los procesaba en pequeños y aterradores fragmentos: el hedor a gasolina del betún, el crujido del cuero, la mueca de asco de las bocas. La punta de una bota que se me clavaba en el costado y me obligaba a permanecer despierta.»
-Cuando conoce a su amiga, la del campo de concentración, te dice que lleva la etiqueta por fuera del cuello de la cazadora: «El nombre le sobresalía de la nuca como una ocurrencia tardía.»
-«Eran tiempos en los que corrían tantos rumores como dientes de león arrastra el viento cuando sopla con fuerza».
-«La pregunta surgió como una mala hierba: fea y profundamente enraizada.» ¡Malas hierbas! =D
-«No podía oler el humo, pero lo vi en seguida, deslizándose por debajo de la puerta de lo que había sido un aula, como la leche cuando se derrama en el suelo.»
-«Cuando una chica llora, pocas cosas hay más inútiles que un chico. Y tener dos se tradujo en que se quedaron mirando el uno al otro, impotentes, en lugar de mirarme a mí. Chubs y Liam se levantaron por fin, incomodísimos, sin saber qué hacer, hasta que Chubs finalmente me acarició la cabeza igual que le habría acariciado la cabeza a un perro.» Esto es que era cachondísimo, y muy cierto.
Chichómetro: comida en condiciones.
Potabilidad: agua embotellada y en fecha.
Carcajadas: 0/10
Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: My Books, Lectura Directa, Perdida en un mundo de libros.
[¿Puedo ser completamente honesta y admitir que me repatea, como una patada en el estómago, que la gente hable de esta novela en un tono tan chupi-guay, exactamente igual que cualquier otro de los libros-mierda que también alaban? Y me crispa los nervios también que babeen sobre Liam. Por Dios.
Lo sé, me estoy saliendo de tono, pero es que este es precisamente uno de los motivos principales que me impulsaron a plantear a mis compañeras malas hierbas las Jornadas Sangrientas en primer lugar. Realmente quería matar a alguien.]
Me alegro de que te haya gustado el libro :3 Estoy de acuerdo con los puntos negativos que dices, menos el de la traducción, porque yo lo leí en su idioma original y supongo que conseguí leerlo como planeaba la autora, claro está jajajaja Muy buena reseña por cierto. Un besito!
ResponderEliminar¡Gracias por la mención!
ResponderEliminar¡Ahora a por el siguiente! ;)
Estoy asustada. Os ha gustado un libro (o te ha gustado sólo a ti, no sé si las demás se lo han leído). ¿Qué va a ser lo próximo? D:
ResponderEliminar¿Lo próximo? Qué bien que lo preguntas, Bea. ¡¡¡MUAJAJAJAJ!!! Permaneced atentos a lo próximo e.e
ResponderEliminarPor cierto, yo no he leído Mentes Poderosas, pero planeo hacerlo.
Beatriz, es la primera señal del apocalipsis zombie u.u Pensé que ya lo sabrías.
ResponderEliminarEn todo caso... claro que me ha gustado =P a mí me gustan un montón casi todos los libros que me leo. Este además tiene la ventaja añadida de que es una buena historia y está bastante bien escrita ^^
Tinuwel, el segundo ya me lo he leído. No es tan bueno como el primero, pero es decente.
Vaya, un comentario positivo, je. También da gusto leerlos y se aprende :)
ResponderEliminarMadre mía, qué pedazo de reseña, de ésas que te dan ganas de correr como loca a por el libro. No conocía esta saga, pero de vez en cuando, me zampo una trilogía de estas juveniles para purgarme cuerpo y mente. xD
ResponderEliminarAsí que anotada queda.
Besos.
Leer una crítica así de buena en este blog ha sido muy extraño, en serio, como ver a un perro usar el váter. No obstante, me ha encantado. Ya sabéis que yo toma nota de vuestras críticas y me ha gustado muchísimo ver esos puntos buenos de los que, por su puesto, se puede aprender mucho.
ResponderEliminarUn libro que es tratado así en este blog debe caer en mis manos, así que lo leeré en algún momento.
:-)
Yo la verdad es que le había ya puesto el ojo pero es que siendo trilogía/saga pufff me da una pereza... ahora mismo prefiero los libros autoconclusivos que así acabamos antes.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que lo disfrutaras bastante.
Besos :)
Por fin me decido a comentar!! Te quería preguntar una cosa Ortiga, y no olvides que soy rubia. La cosa es que cuando hablas de autoridad, que lo he visto en muchas de tus reseñas, no acabo de entender a que te refieres exactamente (Ya sabes, autoridad en la voz narrativa, autoridad emocional o racional). Luego decirte que me estoy leyendo este libro, en realidad llevaba cinco capítulos cuando vi esta reseña y ahora voy a intentar ver todo lo positivo que señalas porque la verdad es que a mí no me estaba enganchando mucho. Es decir, lo que llevo está bien pero tampoco para tirar cohetes. Sin embargo, ahora que he visto que le gusta a una mala hierba, creo que tiene que estar más que bien y no le he debido prestar la suficiente atención. Ya te diré cuando lo acabe que me parece, a ver si estoy equivocada. ¡Un beso!
ResponderEliminarBuenas, Scarlett =) bienvenida seas.
ResponderEliminarTenemos puesta una definición de autoridad de la voz narrativa en el glosario, entre otras cosas, si alguna vez te surgen dudas (http://lasmalashierbasnuncamueren.blogspot.com.es/search/label/Glosario). Si hay algo que no hayamos puesto, puedes avisarnos y lo incluiremos: lo vamos completando sobre al marcha =)
En todo caso, te copio aquí la definición de autoridad:
Autoridad de la voz narrativa: Es la capacidad que tiene (o no) el narrador de convencer al lector de que está capacitado para contar la historia. Hay dos tipos: la racional (relacionada con los conocimientos que se supone que el narrador debe ser capaz de manejar) y la emocional (relacionada con la madurez emocional que teóricamente debe corresponder al narrador). Hay diversos recursos que pueden utilizarse para establecer la autoridad, el más sencillo es el empleo de vocabulario específico. Por ejemplo, si el personaje protagonista y narrador de nuestra historia es un prodigio de la música de 15 años: el personaje tendrá que comportarse y discurrir con la mentalidad de un adolescente (no de un octogenario, por ejemplo), autoridad emocional; y además tendrá que ser capaz de demostrar que sabe de lo que habla cuando habla de música, autoridad racional.
Respecto a Mentes poderosas... te aviso en todo caso de que el hecho de que el libro esté bien o mal escrito no tiene por qué condicionar el que te guste más o menos xD A mí me ha gustado mucho la historia, porque el tema me llama y porque el núcleo que trata me parece interesante; pero he leído otros libros que estaban maravillosamente escritos y casi muero de indigestión (Zarza, ¿cómo se llamaba ese monstruo de escritura en espiral, El Desgraciado, El Desquerido...? xD Fui incapaz de acabarlo, pero es narrativamente brutal). Lo que quiero decir es que no te sientas mal/sorprendida/confusa si Mentes poderosas no te gusta, pero sí puedes intentar ir buscando los recursos que la autora emplea para apreciar el trabajo bien hecho, si te apetece un reto =P La verdad es que el texto esta bastante bien trabajado, sobre todo cuando lo comparas con la media en literatura juvenil.
¡Un saludo!
Era El malogrado.
ResponderEliminarSupongo que eso tienen en común el subjetivismo y las muñecas de época: miras los tirabuzones y te admira que semejante estructura se sostenga, pero no la usarías jamás, ni en tu pelo ni en tus libros.
Viva el minimalismo.
Una distopía que adoro... y una excelente crítica la tuya, me ha gustado mucho la valoración que haces desgranando el libro no sólo desde el argumento y los personajes sino también en la riqueza de l escritura en sí misma.
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