Donde la literatura y la maldad se toman un té

miércoles, 18 de enero de 2017

Por qué Moana es mejor que Frozen

Y… se nos ha muerto el blog. Y encima durante el mes de cumpleaños del Jardín.

En fin.

Nosotras queríamos leer, de verdad. Queríamos subir pseudo-críticas jugosas y reírnos de todo el mundo, pero entonces Ortiga tuvo que hacer una locura durante la semana del buzón.

Y así fue cómo acabamos en un macrocasting de Masterchef. No preguntéis.

En cuanto a mí, he pasado los últimos días encerrada y cal y canto en mi estudio, escribiendo una novela a toda pastilla.

Así que en principio cancelamos el evento de elegir la entrada más graciosa de entre las recomendaciones del evento, porque en general las que subimos no tenían ni puñetera gracia. Venga. Circulen, aquí no hay nada que ver.

No me miréis así, que inauguramos unos Sanfermines y entonces ya veréis cómo circuláis, ya. En fin, supongo que haremos algún evento particularmente sangriento en un futuro relativamente cercano para compensaros el que tengamos una vida aparte de este pozo de ponzoña. Estamos barajando planes malvados.

Una vez dicho esto, pasemos a lo que había venido a hacer yo aquí: una crítica de Moana/Vaiana/la última película de princesas de Disney.


O un león... Wait, what?
Dicen por ahí que es mejor que Frozen… Y lo es. Por Dios que lo es. También me parece mejor que Enredados (narrativamente hablando, tiene el núcleo más definido y lo apoyan por todos lados), pero personalmente disfruté más con la historia de Rapunzel: es muy adorable y no hay personajes infumables que no callan, de esos que tanto se estilan en las películas infantiles (ejemGenioejemTimónyPumbaejem). Este tipo de personajes no son necesariamente algo malo a nivel narrativo, solo algo malo para mi salud mental y la integridad del resto de espectadores del cine. Por ejemplo, Timón y Pumba cumplían con un papel narrativo importante para el núcleo de El rey león con aquello de “Hakuna Matata”. Pero rediós. Qué ganas de tener un fusil.

En fin. A lo que íbamos. Moana. Vaiana. Lo que sea.

Aviso para navegantes: spoilers hasta donde alcanza la vista.

See what I did there?

Lo primero que deberíais saber es que si vais a ver esta película deberíais hacerlo en versión original. ¿No me queréis hacer caso? Espero que os sangren los oídos con las traducciones. Pero, eh, disfrutadlo.

Una vez dicho esto, comencemos por el principio.

¿Presentación de personajes? Nice. En solo una escena (incluida la leyenda de la abuela) queda claro que Maui es un cretino arrogante; la abuela, una loca de las mantarrayas a falta de gatos obsesionada con los mitos de antaño; Moana tiene alma de aventurera y su padre es sin duda un jefe sobreprotector. Y además nos dicen algo del antagonista: es más poderoso que Maui, y lo que quiere conseguir a toda costa es el corazón robado de Kandrakar Te Fiti.
No, ese no.
Para quien no lo sepa, la película trata de una niña de la Polinesia que quiere desesperadamente salir a navegar, porque ama el mar por encima de todas las cosas, pero su padre, el jefe de la isla, se niega en redondo. Al final esta muchacha acaba embarcada en un viaje con un semidiós para devolver a la diosa Te Fiti el corazón que el propio semidiós robó hace mil años. Y les suceden aventuras y todo acaba bien.

Ya sabéis. Disney.

Y más concretamente, Disney de los últimos años, porque parece que la fórmula mágica de “chica chantajea/amenaza a chico para que la acompañe en un viaje lleno de peligros” ha funcionado con Enredados, Frozen y Zootrópolis, así que, ¿por qué no una vez más?

Puesto que he empezado con la presentación de los personajes voy a seguir con el desarrollo de estos.

Moana tiene conflictos, y estos son encantadores y apoyan el núcleo. Y lo mismo puedo decir de Maui, el otro personaje principal.

En el caso de ella, voy a hablar de alguna escena que lo ilustra todo muy bien. Como decía antes, Moana está muy dividida entre cumplir su rol dentro del pueblo (próxima jefa de la tribu) y lo que realmente desea. De hecho, ese parece ser el motivo por el que el mar la elige para devolver el corazón de Te Fiti: su deseo de ayudar a los demás.

También se les llama fragatas.
Ahora intentad jugar a hundir la flota sin reíros.
La escena en concreto en la que el mar elige a la niña para darle el corazón de Te Fiti es cuando esta es prácticamente un bebé y se acerca al agua porque ha visto una concha en la orilla. Sin embargo, cuando va a cogerla, ve que hay una cría de tortuga que no puede salir al mar porque hay unos rabihorcados acechando para comérsela, así que Moana abandona la concha para ayudar a la tortuga a llegar al agua. Curiosamente, esa dedicación también hace que le cueste mucho decidirse a abandonar la isla, porque le pesan demasiado las expectativas de sus padres y su gente sobre ella.

Otro objetivo que parece tener Moana, y que explicita Maui durante una discusión, es el deseo de sentir que puede hacer algo importante (o simplemente de ser un special snowflake). Me gusta, porque no está planteado de manera consciente en el personaje de Moana, y sin embargo sí vemos que la rutina de la gente en la isla le hastía, por más que intente encajar. Así que sería comprensible que quisiera sentir que su deseo de vivir aventuras está justificado por un ente superior (en este caso el mar). A la vez, Maui se está proyectando, porque él sí desea específicamente ser reverenciado como un special snowflake.

Cuando Moana decide marcharse de la isla es por la conversación que tiene con la abuela, en la que descubre el pasado de su pueblo como navegantes y la misión que le ha sido encomendada: no está escuchando sus propios deseos, sino que su interés por el mar se ve corrompido por las expectativas de su abuela. Ya no lo hace porque lo desea, sino porque se espera algo de ella. Su padre, durante toda la historia, representa el otro extremo de la cuerda, el miedo, y sus responsabilidades a un nivel más cotidiano. El deseo de estar a salvo, la posibilidad de fracaso. Moana está en medio de todo este tira y afloja intentando escuchar su propia voz, lo cual consigue durante su segunda conversación con la abuela (cuando esta parece en forma de fantasma, WTF). Es particularmente acertado y cruel que la señora le diga a nuestra protagonista “Quizás no debería haber puesto una carga sobre tus hombros” (o algo por el estilo). Se está apropiando del deseo de navegar de Moana, como si fuera una responsabilidad más, no hago algo que su nieta llevara queriendo hacer toda la vida.

En cuanto a Maui, su principal objetivo es ser querido por alguien (para superar un trauma de abandono), concretamente por los humanos. Motivo por el que intenta de todas las formas posibles darles dones y regalos con tal de que le adoren. Cuando apareció en pantalla me temía que este personaje en concreto iba a ser soporífero. Está pensado para que desde el principio nos parezca un cretino, y en ese sentido está bien construido. Además, sus tatuajes se mueven y muestran no solamente su pasado, sino el conflicto y la dualidad en este personaje (uno de esos tatuajes es una especie de "mini-yo" que discrepa muy a menudo con el propio Maui).

Sin embargo, lo que más me gusta de este personaje es que encierra un profundo pavor a ser abandonado, a no ser querido por nadie (mil años en una isla tuvieron que dolerle, imagino). Depende de la opinión favorable de los demás sobre él como del aire para respirar. El miedo es también, por tanto, un importante motivador para este personaje. El miedo a ser derrotado de nuevo por el antagonista entra el conflicto con el deseo de salvar a los humanos devolviendo el corazón de Te Fiti. El miedo es constante en el caso de Maui: a no ser amado, a ser derrotado, a decepcionar a los humanos y a perder lo que le hace él mismo (según cree), el anzuelo que utiliza para transformarse en animales y realizar proezas.
Este trozo de la canción lo han traducido por
"Admírame bien, ¡qué bueno estoy!"
No tengo nada más que añadir.
Lo cual hace todavía más… vamos a decir fastidiado que le robe el corazón a Te Fiti. En este apartado me gustaría mencionar de nuevo a Maléfica, porque Disney nos vuelve a presentar una historia en la que un hombre, por egoísmo, le arrebata algo a una mujer que no puede defenderse, algo que además la define (en el caso de Maléfica son sus alas; en el caso de Te Fiti, su corazón, la capacidad de dar vida, algo que por asociación cultural se considera intrínsecamente femenino). Me pareció muy interesante ver otra vez el efecto devastador que tiene ese hurto sobre la víctima, a la que convierte en una criatura destruida y destructora, y me parece también interesante lo mucho que se insiste en esta película en lo importante que es ofrecer reparaciones en la medida de lo posible.

También me resulta absolutamente increíble que Te Fiti le reconstruya el anzuelo a Maui inmediatamente después de la pelea, a pesar de que las acciones de este la hayan convertido en un ser roto durante cientos de años. Supongo que Maui como personaje, en cierto sentido, también cargaría con la culpa de lo que ha hecho, aunque intente justificarlo argumentando que lo hizo por los humanos.

No obstante, es Moana la que acaba devolviendo el corazón. Dejando de lado el claro mensaje feminista (donde la mujer iba a ser a efectos prácticos el chófer del héroe y acaba convirtiéndose ella misma en la heroína), me parece también interesante que Maui finalmente está dispuesto a no ser él el que salve el día y a perder lo que él siente que le convierte en un héroe, su anzuelo, con tal de reparar el daño causado (muy a lo Brave, en ese sentido). También, que al final de la historia no quiera enseñar a la gente de la isla a navegar, porque Moana ya lo domina (momento maestro de los dos mundos), y ha conseguido por fin crear un lugar en el que se va a sentir a gusto dentro de la tribu.

Como personajes también me gustaría mencionar al cangrejo, que, por lo que sabemos, perdió una pata en un combate anterior con Maui y eso le lleva a recubrirse de tesoros para cambiar su apariencia. Su canción es muy reveladora en ese sentido, en especial en la parte que menciona cómo la abuela de Moana le habló a su nieta de ser fiel a su interior y de cómo él considera que es mejor ser brillante y bello (bello en cursiva porque sobre gustos no hay nada escrito, y porque mucho brillo, sí, pero, Dios, qué fea es la cara de subnormal del cangrejo).

Como me comentó en su momento Ortiga, incluso el pollo que les acompaña durante el viaje y hace de comic relief acaba desafiando las expectativas de Moana sobre él. En una de las últimas escenas no comete la estupidez de siempre de comerse el corazón de Te Fiti, sino que lo pone a salvo.

Haceos una idea.

Los únicos personajes que no me cuadran mucho son los piratas-coco, que me parece que no tienen mucho sentido con el núcleo más allá de que, a pesar de su apariencia adorable, son unos bichos muy chungos (así que desde luego desafían nuestras expectativas y las de la protagonista, supongo).

Maui y Moana evolucionan. Él escoge enfrentarse a su miedo y reparar su metedura de pata incluso a costa de perder lo que según él hace que los humanos le valoren, y ella escoge su propio camino (literalmente le pide al mar que se abra en dos, vaya).

El miedo y las expectativas, como habréis podido ver, juegan un papel fundamental en los personajes. Por eso el núcleo de la película apuntaría en la dirección de “no tengas miedo. Sé quien realmente eres, no lo que los demás esperan de ti”. De nuevo un mensaje contra el miedo, como en Zootrópolis. Y como en El viaje de Arlo, que acabo de recordar que es de Pixar, y por tanto de Disney también.

Tengo que admitir que la canción del cangrejo al principio me dejó loquísima, pero me gusta mucho la escena en la que todo se queda a oscuras y la luz del bicho desvela los secretos ocultos de Maui. Me parece que funciona muy bien como metáfora, como desarrollo del personaje y de su relación con Moana y que justifica su comportamiento insoportable. El tipo deja de caerme mal y todo.

Otra escena que me gusta es el remake del momento Mar Rojo que hace Moana, donde en vez de huir del antagonista, le planta cara (ha sabido ver más allá) e intenta arreglar las cosas. Y se abren las aguas. Moana toma el control y salva el mundo en lugar de Maui. Me gusta la idea de que ser especial consiste a veces en saber escuchar y enfrentarse al conflicto, no en que alguien te diga que has sido elegido.

Hablando del conflicto, al final de la historia este se resuelve, ya que Moana logra ser ella misma de una manera que además cumple con la tradición de su pueblo y que le permite ser una buena jefa, pero en fin, es Disney. Me habría gustado que al menos las islas continuaran muriendo, y/o que Ti Fiti se recuperara más lentamente (un daño como el que le inflige Maui no puede borrarse como si nada), para que la sensación de final feliz no fuera completa y justificara plenamente el tema de los viajes (que después de una vida de miedo al mar abierto la tribu abraza el cambio sin problemas), pero bueno. Maui además recupera su anzuelo y Moana le ofrece un lugar en la tribu.

En ese sentido me gustó más Zootrópolis, donde el conflicto no se resuelve del todo (“todos tenemos limitaciones”), pero los personajes comienzan a caminar hacia un futuro mejor.

Las canciones en general me han gustado, todas son buenas a nivel narrativo (todas las que están en inglés, las otras no las entiendo, así que ni idea), las principales tienen coherencia a nivel musical, y me parecen muy pegadizas. Funcionan bien como diálogo/monólogo de los personajes. La del cangrejo es un tanto estúpida (las rimas del principio… ugh), pero, como decía, a nivel narrativo funciona muy bien.

La verdad es que no recuerdo mucho de los diálogos, porque vi la película hace ya tiempo en el cine. Creo que me parecieron un poco explícitos en alguna ocasión, pero supongo que funcionan. No recuerdo nada demasiado aberrante.

Ahora bien, hay cosas que no me han convencido demasiado.

Por ejemplo, me gustaba la idea de Te fiti como una mujer que duerme tendida en el agua, pero la imagen de ella del final es tan HORTERA que no tengo palabras para describirla. Me imaginaba algo un poco más dark, honestamente.

Y luego está la escena en la que Moana presiona a Maui para que le cuente la historia de, probablemente, la peor depresión post-parto de la historia, en la que la madre de Maui lanza al bebé de cabeza al agua. Y el pobre hombre insiste en que no quiere a hablar de ello y la niña se pone pesadísima hasta que discuten. Habría estado bien que pidiera perdón, honestamente, pero me parece bien que no solo sean los hombres los que no respeten los límites en una historia y que eso se refleje como algo negativo.

Tengo la sensación de que me dejo cosas en el tintero, pero no me apetece escribir más. Así pues, hasta otra.

No os quiere,


Z.

1 comentario :

  1. Holas. Definitivamente es mejor que Frozen (película que me decepcionó totalmente en su momento). Está muy interesante elanálisis. Comparto el sentir de que Moana presionando a Maui para que le cuente de sus traumas no fue un momento muy bien logrado. Los piratas coco también me sobraron, pero supongo que valían para mostrar lo action girl de Moana, que supongo que era importante (?). Por cierto, ¿allá en España pasan películas de animación con subtítulos o en todas partes sucede que solo las puedes ver dobladas? Yo quería verla en el idioma, original, pero bueno. Me he tenido que conformar con escuchar el soundtrack mil veces.
    Saludos y tómense su tiempo en retomar los caminos del mal

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