Donde la literatura y la maldad se toman un té

viernes, 3 de octubre de 2014

Yo también quiero ser escritor (1)

Buenos días, tardes, noches, queridos hierbajos y hierbajas. ¿Recordáis que durante el verano dije que estaba preparando una serie de artículos relacionados con la escritura? Pues hoy vengo a hacer honor a esa promesa, por mi honor de mala hierba. [Bah, ¿a quién quiero engañar? Yo no tengo honor. Me aburría, ¿qué pasa?]

En fin, el caso: tengo proyectados en principio cinco artículos sobre cinco temas básicos, que suelen acarrear problemas recurrentes a casi todos los proyectos de escritor que he visto hasta la fecha. Y conste que eso del «casi todos» es porque hoy estoy de buen humor, y os tiro una flor: en toda mi vida no he encontrado aún un solo proyecto de escritor que no meta la pata en uno, varios o todos los puntos de los que os voy a estar hablando (y eso nos incluye a nosotras, malas hierbas, ni Cicuta, ni Zarza ni yo nacimos sabiendo estas cosas; las hemos aprendido).

Así que… ¿tú también quieres ser escritor?

Pues comencemos.

Y comenzaremos por lo básico.




Los tipos de escritor

Se podrían realizar miles de clasificaciones distintas de los diferentes tipos de escritores que existen, dependiendo de a qué criterios quisiéramos atenernos. Pero aquí voy a presentaros sólo la clasificación de la que yo me valgo a la hora de analizar un libro (a su autor) y facilitarme así la selección de futuras lecturas.

[Nótese que esta es una clasificación puramente personal, por lo que su validez académica es limitada (no nula, pero no es una clasificación que vayáis a encontrar en un libro de texto). No obstante, considero que su simplicidad y pragmatismo la dotan de una innegable utilidad.]

En concreto, esta clasificación atiende a criterios de motivación del escritor antes de iniciar el proceso de escritura. Así, puede distinguirse entre:

- Escritores lucrativos.

- Escritores comunicativos.

Los escritores lucrativos son con frecuencia los menos apreciados por el propio gremio de escritores, porque se suele considerar (y no siempre sin razón) que no tienen verdadero respeto por el oficio. Como su propio nombre indica, su objetivo principal es el lucro, ya sea económico, de estatus o de cualquier otro tipo; por lo que su interés en la historia en sí, los personajes, el proceso de escritura mismo, etc. es limitado.

Los escritores comunicativos, por otra parte, son los que encajan en la idea de escritor que todos los idealistas tienen en la cabeza. Son los escritores que piensan en la escritura como un arte y que quieren transmitir algún tipo de información con sus escritos, que escriben porque se sienten impelidos por una suerte de compulsión interna.

Hasta aquí todo muy bien y muy bonito. Seguro que todos (o casi todos) los proyectos de escritor que estéis leyendo estas líneas os habréis metido automáticamente en el saco de los escritores comunicativos.

Bueno... a esta sanguijuela en concreto
sí que le tengo bastante repeluco.
Hablemos claro: todo el mundo piensa que los lucrativos son un poquillo sanguijuelas, ¿no?

Pues no. Yo no. La verdad, me parece que su oficio es mucho más respetable que el de ciertos tipos de escritor comunicativo (ahora entraré en los subtipos de esa categoría, paciencia). Tal y como yo lo veo, la manipulación es un arte que no todo el mundo (ni muchísimo menos) es capaz de dominar. Y si hay gente que es capaz de entretener a los demás mientras se sacan un pellizco, pues eso que se llevan, si son lo bastante listos como para saber aprovecharse de los quiebros del mercado. Siempre y cuando no haya nada ilegal de por medio, yo hasta lo aplaudo. Además, cabe incluso la posibilidad (aunque según los casos pueda ser un poco remota) de que los textos de estos escritores estén de hecho bien redactados y tengan una historia con consistencia y demases.

Bien, pues continúo. Entro ahora a diseccionar a los escritores comunicativos, esos que se sienten internamente impelidos a entablar diálogo con un lector anónimo y hacerle partícipe de sus pensamientos y sentimientos.

Es precisamente aquí donde entran en juego los dos tipos de escritor de los que ya hablé durante el verano (aunque no mencioné nombres). Creo recordar que fue en la entrada de Los Innombrables 4:

- El abuelo Simpson.

- El codificador.

Se podrían sacar también sub-subtipos adicionales dentro de ambas categorías: el Narciso, el infantil, el suicida anómico… Pero no me voy a meter en esos berenjenales hoy. Por esta vez prefiero que prime la sencillez.

Básicamente, distinguir a un abuelo Simpson de un codificador es muy sencillo. Basta con hacerle una única pregunta al escritor: «¿Qué es lo que quiere usted contar con su libro?»

El abuelo Simpson, al que estoy segura que ya estáis hartos y hartas de oírme mencionar en mis críticas, es básicamente el escritor que responderá: «Pues es la historia de un/a (inserte aquí persona) que…». Este escritor adora escribir, y suele referirse a ello como una suerte de experiencia mística sin la cual no sería capaz de sobrevivir. No tiene una intención comunicativa real, pese a formar parte del tipo de los escritores comunicativos: su aspiración es narrar (comunicar) una historia por la historia en sí, por las peripecias mismas de los personajes, sin que ello tenga ninguna intención ni interés subyacente más allá del mero hecho de entretener a su lector potencial. Así, como el no muy adorado personaje de la serie The Simpsons, se embarcará en narraciones largas y absurdas a mitad de las cuales él mismo se quedará dormido o alguien tendrá que cortarle, porque a nadie le importa. Este es el tipo de escritor que, para mí, tiene menos motivos para ser llamado escritor: encuentro más respetables a los escritores lucrativos confesos que a estos, si nos ponemos a debatir sobre escritura y escritores. Estos (particularmente los Narcisos) me ponen enferma.

El codificador, por otra parte, es el escritor cuya respuesta a la pregunta pasa por mencionar un tema de reflexión: la violencia, el amor, el miedo al fracaso, la insignificancia de la vida… [Evidentemente, cuanto menos genérico y, por tanto, más elaborado sea el tema, tanto más interesante puede resultar la narración.] Este escritor es en el fondo un humanista frustrado; suele tener algo de filósofo, o de sociólogo, o de psicólogo, o de antropólogo... O de todo ello al mismo tiempo. Pero quizá (con sorprendente frecuencia) no se dedicó a ninguna de esas cosas. Este es el verdadero comunicador: tiene algo que cree que debe decirle al mundo, porque ha sido/es personalmente importante para él. Paradógicamente (discutible, eso del paradógicamente, pero bueno), el codificador es un escritor que a menudo no disfrutar el proceso de escritura: no le gusta escribir; de hecho, puede llegar al extremo de considerarlo un auténtico sufrimiento, en función de cómo se vea personalmente afectado por el tema sobre el que está escribiendo. Esto no es cierto en el 100% de los casos, huelga decirlo [Añado: incluso diría que hoy en día el porcentaje de sufrientes es relativamente bajo], pero es una circunstancia que se da con alarmante asiduidad (por eso tantos buenos escritores terminan suicidándose *ejemdavidfosterwallaceejem*).



En fin, hasta aquí la clasificación.

Sólo me queda por decir una cosa (no debería tener que aclarar esto, pero todos sabemos que hay gente para todo): pertenecer a uno de estos tipos en concreto no te convierte automáticamente en un buen o un mal escritor. Estadísticamente, los buenos escritores os los encontraréis entre los codificadores, pero eso no quita para que de vez en cuando os llevéis alguna sorpresa. De vez en cuando podéis encontraros un diamante en bruto entre los abuelos Simpson o entre los escritores lucrativos. O puede que os topéis con un escritor codificador que no tenga perdón de Dios. Nunca se sabe.

Tiene que haber de todo en la viña del Señor.


Con amorr,

O.





En mitad del Concurso-Sorteo
Yo también quiero ser una mala hierba,
evento patrocinado por...

Somos dos chicas aficionadas a la lectura y en nuestro blog podéis encontrar reseñas de todo tipo y otras secciones interesantes como debates o nuestra Cadena de libros. Estamos encantadas de ser patrocinadoras de estas Malas Hierbas para que desarrollen el macabro plan que se traen entre manos y nos hagan la vida un poquito más feliz a todos.

23 comentarios :

  1. Yo creo que estoy entre lucrativa o abuelo Simpson. Aunque etiquetarse no es mi estilo. Escribo porque mi vida me aburre y así puedo hacer que pasen cosas más interesantes. Si ya de paso algún día gano pasta, ya la ostia.

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  2. Bueno, por supuesto esto no son compartimentos estanco. Yo es que tengo un ánimo muy clasificatorio y de diseccionar cosas, por la sangre, y eso... e.e

    Normalmente la gente tendrá cosas de todas las categorías, en mayor o menor medida. Y también puedes tener más de uno o de otro dependiendo del proyecto en el que te embarques: puedes escribir habitualmente libros con fines lucrativos y luego coger un día y ponerte con un proyecto personal que te toca de cerca, y entonces estar en plan codificador.

    No es tan habitual encontrarse con escritores que sea un ejemplo puro de uno de los tipos, y prácticamente imposible que ese sea su estado inmutable.

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  3. Pero me surge una duda. Hablas de escritores de ficción, no?

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  4. Si con ficción te refieres a "escritores de novelas/relatos", sí. Por supuesto, esto no es aplicable a historiadores u otros expertos que escriban libros teóricos-divulgativos sobre sus campos de estudio.

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  5. Esta entrada me ha hecho gracia porque hace tiempo alguien me preguntó cómo era Pérez Reverte como escritor y se me ocurrió decir que era igualito que el abuelo Simpson para no irme por las ramas xD

    Me ha parecido interesante la clasificación, aunque echo en falta que hubieras definido un poco más las subcategorías, sobre todo las del escritor comunicador, que ahí hay mucha miga, y mucha mala leche si ponéis nombres propios ^^.

    En fin, espero que hagáis pronto la segunda entrada. A ver si os entretenéis lo suficiente para que pueda darme tiempo a preparar la primera parte de vuestro reto. Jejeje

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  6. *comes out of the lurking neck of the woods*

    Lo cierto es que hacen falta entradas como esta, que pongan algunos puntos sobre las íes, aunque pueda molestar. Ya tengo ganas de leer la siguiente.

    Debido a mi pequeño y umbrío exilio [?] hasta hace poco me habría colocado más con los lucrativos que con los comunicativos (y muy abuelo Simpson). Eso hasta que llegó algún infiltrado informado que otro hasta mi rincón del bosque y hubo que pensar en ordenar un poco los cuatro arbustos de ese jardín del mal. Salir de la costumbre de escribir sólo para uno, y hacer las cosas algo más legibles, vaya.
    Luego ya me dispararon una enredada carrera a la rodilla (paradójicamente, de Biología) y ahora no sabría dónde situarme xD Creo que me sumaré a la moción de Scarlett, con su permiso.

    Por cierto, ¿es de mala hierba muy talluda señalar que no sabía que paradójicamente se podía escribir con g? (¿O sería muy passive-aggresive raven?) Ahora tengo la duda, pero me ha saltado al releer y cuanto más lo releo, más me salta xD

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  7. Bueno, yo diría que soy comunicativa (al menos ahora, hace dos años puede que no), pero a mí me encanta escribir y no quiero pegarme un tiro cuando termino un capítulo, así que lo mismo me equivoco :-/

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  8. Bueno, me alegro de que esto esté teniendo tan buena acogida... =P Pero tendréis que ser un poco pacientes con estas entradas: a lo sumo pondré una por semana, o más probablemente cada semana y pico (ahora mismo estoy un poco saturada con muchos proyectos, me temo).

    Taxus baccata, ¡tienes razón! Paradójicamente se escribe con J. Fallo mío. Esa frase la añadí directamente en blogger, tan confiada yo, y no edité en Word como acostumbro.

    Mis disculpas a todos aquellos a los que se les haya saltado un ojo (y luego el otro e.e), pero creo... que lo voy a dejar como está, por esta vez. Llamadlo "orgullo de disléxica". De cuando en cuando una tiene que plantarse y decir: pues sí, mira, he cometido una falta de ortografía gorda, gorda y no me he dado ni cuenta. El ridículo forma parte de la vida, queridos hierbajos.

    Soy disléxica (no va de coña, lo soy), así que volveréis a verme hacer de las mías tarde o temprano (sobre todo si soy vaga y no escribo en Word [autocorrector de mis amores *-* cuántas veces me has salvado la vida...]). Con catorce años aún se me escapaba escribir "jueves" con una B grande y hermosa en todo el medio. Y si escribo a mano a veces escribo 4 en lugar de A o L donde va R o... en fin, muchas cosas muy curiosas, y otras mucho menos curiosas y mucho más terribles. Pero yo me quiero igual :D

    Tenéis mi permiso para reíros de mí tan sangrientamente como yo me río de vosotros. Si os atrevéis... e.e

    ¡Muajaja!

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  9. ¡Hola!
    La verdad que no estoy muy de acuerdo con esta clasificación. Yo pienso que es prácticamente imposible clasificar a un escritor, ya que, lo que normalmente se da, es que estos posean alguna que otra característica de grupos diferentes.
    En fin,
    ¡saludos! :)

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  10. Bueno, depende. Hay escritores que tienen de todo un poco, o que son una cosa u otra dependiendo de lo que escriban. De hecho no solemos hablar de ningún escritor en estos términos, sino de sus obras (por ejemplo: este relato es un abuelo Simpson clarísimo).

    Pero hay bastantes casos muy marcados (qué pasa, no todo el mundo puede ser divergente XD).

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  11. Yo tengo que contradecirte con lo del abuelo simpson, a mi no me ponen enferma XD es mas necesito de estos escritores, y me diréis porque?
    Os cuento como clasifico yo los libros, si, si como lectora yo tengo que clasificar los libros, pero no por genero.Yo hago dos grupos: "para pasar el rato" y "los que cuentan algo"
    No siempre me apetece leer libros como los llamáis tu: codificador.Esos yo los llamo los que te cuentan algo o para pensar.Esos son los que me gustan, me gustan de verdad me dicen algo.No me gustan todos, esta claro, pero son los necesarios, los que necesito leer de ves en cuando.
    Pero entre estas lecturas necesito los libros para pasar el rato o abuelo simpson.Porque yo necesito también leer historias que no dicen nada, que es una historia sin ninguna pretensión en hacerte pensar.Y me gustan también disfruto con ellas, y me rió mas que con las otras.Y como no duran nada, son entretenidas y no te hacen pensar en nada, ni tienen la intención de contarte algo me lo paso bien, y por es para pasar el rato, porque solo busco en ellos entretenerme y pasar si es preciso un buen rato.Y entre lecturas de "libros para pensar", siempre necesito una lectura como de puente que son los para pasar el rato.
    En cuanto a vuestra clasificación de escritores pues no sabría muy bien que deciros, nunca he pensado en clasificar a los escritores, pero me parece que esta bien y es un poco como mi clasificación de libros.
    Yo no escribo, si contais mi blog pue si, pero en plan hacer historias pues no.Alguna pense en mis tiempos de instituto, pero nada mas.Y ahora estaba empezando una, pero de broma en plan bajo la misma estrella, pero con un gato, que eso da mas pena, y si cuela, pues genial.Pero me cuesta la vida escribir una hoja.Eso de ser escritor es muy dificil, quieres ganar dinero o por amor, es difícil.Pero igual seguiré con la historia de mi gato, lo mismo tarde 10 años XD XD con el ritmo que voy.

    un beso

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  12. Oh, yo no estoy de acuerdo, Ellie. A todo el mundo le gusta leer de vez en cuando libros por entretenimiento, pero no tienen por qué ser necesariamente un abuelo Simpson. Hay libros que tienen núcleos no demasiado complejos (y en los que generalmente el conflicto se resuelve al final) y que ofrecen una lectura entretenida, sin que te haga pensar demasiado. No es arte, pero puede estar bien escrito (y 'puede' ser literatura. Un abuelo Simpson no es nada).

    En otro orden de cosas, te animo con todo mi corazón a escribir esa historia del gato. A mí me gustaría leerla, ahora o en diez años. Aunque me diera muchísima pena (en cualquier caso, mucha más pena que dos adolescentes viajando a Amsterdam y haciendo cosas de viejos. Como morirse).

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  13. >>mucha más pena que dos adolescentes viajando a Amsterdam y haciendo cosas de viejos. Como morirse
    xDDDDDDDDDDDDD Como morirse... Oh, Dios.

    Ellie, a mí también me entretiene leer historias escritas por abuelos Simpson, me divierto. Si no, ¿de dónde saldrían todas mis críticas? Los que me enferman son los autores que hay detrás (y, como dije, ni siquiera todos los abuelos Simpson, sólo los Narcisos: me resultan realmente insufribles [de nuevo, los autores, no los libros; bueno, los libros a veces también]).

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  14. Y no sólo.

    Van con la bombona de oxígeno, se hacen sus necesidades encima, mantienen relaciones sexuales cuidadosas y se van en plan pareja a ver una ciudad europea. Y luego encima se mueren.

    No me llegan a decir que es literatura juvenil y yo habría pensado que se han escapado de la residencia o han perdido a su grupo del Imserso.

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  15. Nunca se me habría ocurrido clasificar a los escritores como lo has hecho tú, Ortiga. Según esta entrada, yo suelo ser principalmente un abuelo Simpson cuando escribo, simplemente porque me encanta narrar una historia sin pararme demasiado a pensar si estoy o no transmitiendo algo a través de ella; mi principal intención es narrar, y narrar bien, claro (que lo consiga ya es otro tema).
    Pero sí que es verdad que últimamente se me ocurren historias en las que subyace un tema que me interesa tratar, aunque por el momento sólo he llegado a desarrollar algunas de ellas y en forma de relatos, principalmente. Así que quién sabe si acabaré digievolucionando a codificador xD
    De todas formas pienso un poco como vosotras, un escritor no necesariamente tiene por qué pertenecer sólo a uno de esos tipos. En la variedad está el gusto (en mi opinión).

    PD: Me habéis matado con lo de Bajo la misma estrella. No había caído en que todo lo que hacen son cosas de abuelos XD

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  16. También tienes que tener en cuenta, Sandra, que cuanto más joven eres, más abuelo Simpson eres (aunque parezca un contrasentido xD). Casi nadie es un codificador con 15 (o incluso 18... o 20 años). Y también por eso casi nadie es un buen escritor con 15 o con 18 años. Pero a todo se va aprendiendo poco a poco =)

    Normalmente la gente se va volviendo más codificadora a medida que aprende más cosas y madura emocionalmente. Aunque tampoco tiene por qué ser así, ojo. Y tampoco es como si hubiese nada intrínsecamente de malo en ser un abuelo Simpson toda tu vida, pero yo a eso no lo llamo ser un Escritor: los libros que salen de ahí pueden ser entretenidos, no hay nada de malo en eso, pero yo no los considero Literatura.

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  17. Yo siempre he querido ser codificador, pero me temo que soy un abuelo Simpson con mucho que aprender :)
    Me ha encantado la entrada, estaré esperando (con paciencia) la próxima entrega ;)
    ¡Un saludo!

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  18. Creo que un escritor no debería despistarse de ninguno de los os tipos. Contar es transmitir y debe se entendible, sí, pero con las suficientes capas de lectura como para transmitir.

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  19. Me estoy leyendo estas entradas y son muy interesantes, yo también pensaba algo parecido, aunque mucho más difuso y aplicado a los libros, clasificando las novelas en las "mata tiempo", para entretenerse y a otra cosa mariposa, y las "pepito grillo", que te remueven la conciencia y te hacen plantearte cosas.

    Aunque ya ha salido a colación un poco en los comentarios y se ha dejado entrever con lo de que no es absoluto yo quiero mencionar, dentro de esta clasificación, a los tipos de escritores que menos me gustan:
    1) Los, llamemoslos, codificadores mesías. Son aquellos que, efectivamente, quieren transmitir una idea. El problema es que están tan, pero taaan decididos a que sus ideas nos queden claras, y tan requete taaaan convencidos de que dichas ideas son una verdad absoluta que se dedican sistemáticamente a sermonearnos con ellas para tratar de convencernos. Hasta el punto de que se comen el argumento y este termina siendo una pobre excusa que aparece de vez en cuando para que ellos puedan seguir hablandote de los que les interesa. Al final, a menos que estés de acuerdo con lo que te dicen y disfrutes regodeándote en ello, acabas aburrida (porque no te están contando nada) y posiblemente enfadada (porque parece que te miran con paternalismo, diciéndote qué tienes que pensar, como si no pudieras decidir eso sola).
    Personalmente estos escritores suelen sacarme de quicio, prefiero al abuelo simpson más tópico y largo que haya. Ejemplos serían Luca de Tena, cuya libro "Los renglones torcidos de Dios" está muy bien escrito y documentado, pero no es más que una excusa para decir que sin Dios no encuentras sentido a la vida, que los homosexuales son pederastas y enfermos, que los socialitas y modernos son imbéciles, etc; Lewis en casi todos sus libros infantiles, en los que se dedica a intentar inculcar valores cristianos a los niños; y Pullman con "La materia oscura", que se emociona tanto tratando de transmitirnos lo malos malosos que son la Iglesia y los dioses que se olvida de que estaba contando una historia y al final esta se queda a medio explicar.
    2) Los, llamemoslos, codificadores inconscientes. Son los que quieren decir algo, o no pretenden decir absolutamente nada, pero terminan transmitiendo ideas completamente diferentes de las que pretendían, o no, transmitir. Y además son los últimos en enterarse.
    Un ejemplo sería Lindsey, que no creo que quiera decir nada con sus novelas "románticas", pero estas transmiten clarísimamente las ideas de que la mujer sin hijos no es feliz y justifican los celos y las violaciones como conductas típicas de enamorados y perdonables; lo mismo para Valenti, con el agravante de que ella piensa que está transmitiendo o quiere transmitir mensajes feministas, y resulta que está transmitiendo un machismo recalcitrante.

    Perdón si ha aburrido con el pedazo de comentario, pero me apetecía dejar mi granito de arena al respecto. Me despido con un abrazo y una flor.

    M.

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  20. XDDDDD

    Mira, de Los renglones torcidos de Dios recuerdo muy poco, así que mi opinión habría que cogerla con pinzas, pero no me suena nada que tuviera un núcleo tan moralista y tan... agh, ni siquiera sé cómo llamarlo, tampoco es moralista la palabra que busco. Creo recordar que la parte de Dios me pareció más bien un "la vida no tiene sentido, y creer en Dios no va a dárselo, pero puedes engañarte a ti mismo y ser feliz". Lo cual me parece muy decente como núcleo. Lo de los homosexuales y los socialistas no me suena nada, y mira que dudo que eso formara parte del núcleo o que el autor pretendiera incluir esas ideas como intención comunicativa. Pero, como digo, no recuerdo casi nada. Así que igual me toca releer.

    Por otro lado, en Lewis y en Pullman sí que recuerdo que se notaba a lo bestia la caña que metían estos dos autores con sus respectivas moralejas. De hecho Lewis me resultaba bastante machista, y de cría solía pensar en él como "el amigo tonto de Tolkien". Lo cual tampoco es justo, porque tengo entendido que era un tipo bastante sesudo, y que tiene unos diarios maravillosos por ahí escritos. No sé por qué al escribir Narnia le salió semejante aberración. Es un misterio.

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  21. Os mataré a todos O.O Os azuzaré a mi pingüino caníbal mientras dormís O.O Con Torcuato Luca de Tena no se mete nadie O.O!!!

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  22. Pues a mí me encantó Narnia, y me encantó La materia oscura, y nueve años que tenía. Ahora que lo pienso, con La materia oscura me perdí un poco porque no me´leí el libro 3, pero me moló porque lo pude seguir. ¡Soy´superdotada! (es broma, soy modesta).

    Tengo que dejar la sugerencia de la crítica de La materia oscura en el buzón de sugerencias. La verdad es que el libro me encantó, pero como han dicho más arriba te aburren demasiado con el polvi¡o, las ventanas y todo eso. Aunque hay que reconocer que el autor tiene que ser un escritor genial para inventar ese tramón tan enorme y tan detallado. Creó un mundo entero (o más, ya ni me acuerdo) pero ahora no voy a ser yo la abuelo Sinpson XDDD.
    XD,
    A.

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  23. Me acabo de ver el resumen en Wikipedia del libro 3. ¡Qué final tan triste! Me ha dado penita hasta a mí. ¿En serio nos hacen tragarnos eso para el final que hace llorar? Xd
    XD,
    A.

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