Segundo artículo. Segundo tema. [AQUÍ el primero, por si alguien no lo leyó (y le importa).]
Espero que estéis preparados, porque hoy quiero empezar con un pequeño juego. No os preocupéis, es muy sencillo.
El juego consiste en lo siguiente: yo voy a describir una letra del abecedario (del español, nada raro de consonantes acentuadas ni Ç, ni cosas así), y vosotros tenéis que intentar adivinar de qué letra os estoy hablando.
¿Listos?
Bien. Estoy pensando en una letra bonita y misteriosa.
¿Qué? ¿Cómo que no lo veis?
Venga, seré magnánima. Os daré más pistas. Qué tal si os digo, que además de misteriosa, es una letra sutil, y que posee una belleza vagamente amenazante, como una sensación de miedo en la nuca, justo en el nacimiento del pelo.
¿Todavía no? Pues no puedo daros más pistas, francamente. Para mí está clarísimo.
Pero venga, va, jugad conmigo: antes de seguir leyendo, ¿qué tal si ponéis un comentario con la letra a la que pensáis que me podría estar refiriendo, la que vosotros creáis que se ajusta a mi descripción? Esto no es ningún tipo de concurso, no hay ganadores, así que no os dé vergüenza decir simplemente lo que os viene a la cabeza. De hecho, considero personalmente muy interesante ver las diferentes reacciones que la gente podría tener frente a esta descripción. [Si todo el mundo acierta, voy a tener que replantearme muchas cosas. Y este artículo habrá perdido gran parte de su validez.]
Así que… ¿tú también quieres ser escritor?
Pues sigue leyendo.
Lenguaje de los objetos vs lenguaje de la conciencia
Por si todavía alguien tiene dudas, hoy vengo a hablaros de descripciones.
A grandes rasgos, y atendiendo al grado de subjetividad (lenguaje de la conciencia) u objetividad (lenguaje de los objetos) que implique el vocabulario elegido, se puede decir que existen dos formas básicas de hacer una descripción. Y luego una tercera, que sería algo así como el hijo bastardo de ambas.
Elaboro:
-El lenguaje de la conciencia es el que emplea vocabulario primariamente referido a opiniones y sentimientos. Son conceptos subjetivos, cuya interpretación dependerá en primer lugar del punto de vista de la persona que los esté empleando (si lo conocemos) y, en caso contrario, de lo que el propio lector buenamente quiera imaginarse.
-El lenguaje de los objetos es el que hace referencia a cualidades concretas y observables (o mesurables de alguna manera). Su comprensión también tendrá un cierto grado de interpretación por parte del lector, por supuesto, porque no existen dos personas que piensen igual, pero el margen de divergencia entre unos y otros será mucho más restringido.
-El hijo bastardo es el que emplea el lenguaje de los objetos como si se tratase de lenguaje de la conciencia. Toman cualidades concretas y las aplican de manera subjetiva. Una manera facilísima de hacer esto es por medio de la sinestesia (atribuir a un sentido cualidades que corresponden a otro).
Permitidme que recupere el ejemplo chorra del juego para explicar esto un poco más. Voy a retomar la misma letra en la que estaba pensando al principio, y os voy a proporcionar los tres tipos de descripciones:
¿Qué? ¿No puedo poner una imagen simplemente mona si me apetece? u.u |
-Lenguaje de la conciencia: es sutil, misteriosa y bonita.
-Lenguaje de los objetos: tiene forma de valle glacial (esto es, redondeado y con una curva amplia en la base).
-Sinestesia: es suave, oscura y líquida.
Para mí, como individuo, las tres descripciones son ciertas y perfectamente comprensibles, incluso inequívocas (¡no por nada soy yo su autora!). Sin embargo, dudo mucho que ninguno de vosotros llegase a acertar que la letra en la que estaba pensando era la U si no os hubiese proporcionado la segunda versión, más que nada porque no estáis en mi cabeza. De pura chiripa sólo con la primera, quizá (y sólo quizá) alguno hubiese acertado intencionadamente con la tercera, pero la que tiene muy poco margen de error es la segunda (a menos que no sepas lo que es un valle glacial). ¿Me equivoco?
Bien, ahora… [No empiecen aún a correr esas cabecitas vuestras, que os veo venir]
Tenemos la base “teórica”: sabemos que hay tres tipos de descripciones dependiendo del tipo de adjetivación e imágenes que les asociemos. Entonces, ¿cuál de ellas es la manera correcta de describir en literatura?
Ninguna.
Todas.
Como ya he repetido hasta la saciedad, las palabras no son más que herramientas. El empleo de una u otra no es correcto o incorrecto. Todo depende de cuál sea vuestra intención comunicativa.
Si estáis intentando describir una estancia de manera que el lector pueda verla (más o menos) como vosotros la veis, NO abuséis del lenguaje de la conciencia, porque entonces dejaréis a todo el mundo in albis. Ahora bien, si la intención es precisamente confundir al lector, o incluso hacer que se confíe y dejarle pensar lo que quiera para luego cogerle desprevenido y jugársela, ¡adelante!
También tenéis que tener en cuenta que lo más habitual es hacer una mezcla de los tres tipos a la hora de describir. Es raro encontrarse descripciones que usen exclusivamente lenguaje de uno u otro tipo. El lenguaje de los objetos es útil para hacer la descripción visible y que el lector entienda a lo que te estás refiriendo, mientras que el lenguaje de la conciencia tiene la función de llamar la atención del lector sobre ciertos aspectos y/o provocar en él una determinada reacción o sentimiento.
Os pondré el ejemplo de David Foster Wallace del que me valgo siempre, porque es una maravilla. Si este hombre hubiese dicho simplemente «una luna tropical que parecía más una especie de limón grande», eso sería lenguaje de los objetos puro, descripción plana y funcional; sabemos que la luna está llena y es de color amarillo, punto. Si en lugar de eso hubiese dicho «una luna tropical que parecía más una especie de limón obsceno», hubiera sido lenguaje de la conciencia, y un FTW en toda regla [en serio, Handler, deja de hacer guiños. No te sale. ¿Cómo cojones es una patata grosera? Aunque me estoy oliendo que quizá el que más se merece un tirón de orejas aquí es el traductor]. Pero lo que hizo fue decir «una luna tropical que parecía más una especie de limón obscenamente grande», y eso, queridos hierbajos y hierbajas, es arte. Eso es literatura.
Así que la próxima vez que estéis escribiendo (o leyendo) y el narrador diga sobre uno de los personajes que era «misterioso y sexy», acordaos de mí diciendo «es una letra misteriosa y bonita». Porque esa descripción no está diciendo nada sobre el personaje al que supuestamente describe, a lo sumo nos da información sobre la conciencia del personaje/narrador que hace la descripción (en este caso, que era una adolescente hormonada y probablemente corta).
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya sido de utilidad.
Con amorr,
O.
Ninguna.
Todas.
Como ya he repetido hasta la saciedad, las palabras no son más que herramientas. El empleo de una u otra no es correcto o incorrecto. Todo depende de cuál sea vuestra intención comunicativa.
Si estáis intentando describir una estancia de manera que el lector pueda verla (más o menos) como vosotros la veis, NO abuséis del lenguaje de la conciencia, porque entonces dejaréis a todo el mundo in albis. Ahora bien, si la intención es precisamente confundir al lector, o incluso hacer que se confíe y dejarle pensar lo que quiera para luego cogerle desprevenido y jugársela, ¡adelante!
También tenéis que tener en cuenta que lo más habitual es hacer una mezcla de los tres tipos a la hora de describir. Es raro encontrarse descripciones que usen exclusivamente lenguaje de uno u otro tipo. El lenguaje de los objetos es útil para hacer la descripción visible y que el lector entienda a lo que te estás refiriendo, mientras que el lenguaje de la conciencia tiene la función de llamar la atención del lector sobre ciertos aspectos y/o provocar en él una determinada reacción o sentimiento.
Os pondré el ejemplo de David Foster Wallace del que me valgo siempre, porque es una maravilla. Si este hombre hubiese dicho simplemente «una luna tropical que parecía más una especie de limón grande», eso sería lenguaje de los objetos puro, descripción plana y funcional; sabemos que la luna está llena y es de color amarillo, punto. Si en lugar de eso hubiese dicho «una luna tropical que parecía más una especie de limón obsceno», hubiera sido lenguaje de la conciencia, y un FTW en toda regla [en serio, Handler, deja de hacer guiños. No te sale. ¿Cómo cojones es una patata grosera? Aunque me estoy oliendo que quizá el que más se merece un tirón de orejas aquí es el traductor]. Pero lo que hizo fue decir «una luna tropical que parecía más una especie de limón obscenamente grande», y eso, queridos hierbajos y hierbajas, es arte. Eso es literatura.
Así que la próxima vez que estéis escribiendo (o leyendo) y el narrador diga sobre uno de los personajes que era «misterioso y sexy», acordaos de mí diciendo «es una letra misteriosa y bonita». Porque esa descripción no está diciendo nada sobre el personaje al que supuestamente describe, a lo sumo nos da información sobre la conciencia del personaje/narrador que hace la descripción (en este caso, que era una adolescente hormonada y probablemente corta).
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya sido de utilidad.
Con amorr,
O.
Somos dos chicas aficionadas a la lectura y en nuestro blog podéis encontrar reseñas de todo tipo y otras secciones interesantes como debates o nuestra Cadena de libros. Estamos encantadas de ser patrocinadoras de estas Malas Hierbas para que desarrollen el macabro plan que se traen entre manos y nos hagan la vida un poquito más feliz a todos.
La verdad es que con la descripción del principio había pensado en la S, hasta que no he llegado al lenguaje de os objetos no he pensado en la U así que tú ejemplo conmigo ha servido totalmente xD
ResponderEliminarMe ha resultado muy útil la entrada porque creo que las descripciones son algo bastante difícil de hacer bien. Sobre todo a la hora de describir un ambiente, o algunos personajes porque al escribir tienes una idea muy clara en la cabeza, pero conseguir que todo el mundo lo imagine exactamente de la forma en la que tú quieres que lo hagan es muy chungo.
¡Saludos!
¡Ñ!
ResponderEliminarCuando terminé de leer, tal vez, vuelvo a comentar.
Confieso que yo también había pensado en la S xD Sobre las técnicas descriptivas, nunca las había visto de esa forma, sino clasificadas según se describa a un personaje, un objeto, un paisaje... Lo típico, vamos. Resulta interesante encontrarse una nueva manera de clasificarlas, además de que queda más claro a la hora de ponerse a describir.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por estas entradas, aprendo muchísimo ^_^
Me ha salido la Z y después la S.
ResponderEliminarVoy a seguir leyendo
Entrada muy interesante. Jamás se me habría pasado la U por la cabeza! Y lo del limón me ha encantado, me ha recordado a mi querida Gillian Flynn y sus retorcidas escenas :-)
ResponderEliminarLa Z o la S!
ResponderEliminar(voy a seguir leyendo)
Jajajaja al final era la U, no sé porque no estaba pensando en vocales xD
La entrada muy interesante, igual que la primer :)
Un beso*
;) Está claro que hay que saber qué lenguaje usar en cada momento, pero también cada persona tiene una base muy diferente de cada uno... y puede dar lugar a confusiones. Me explico: yo tengo sinestesia. Variada, pero de grado medio. Inevitablemente ha acabado plasmándose en lo que escribo, porque lo que yo veo es lo que "hay" (y hasta que me di cuenta de que no lo veía igual todo el mundo... xD). En una historia surrealista o sobre sueños quizá pueda dar rienda suelta a lo que proyectan los ruidos y otras sensaciones, pero entiendo que en ficción realista quedaría cuanto menos extraño. Pero hey, es una impronta estilística que nadie debería dejar pasar (sinestésico o no, se entiende). Las palabras están para doblarse y desdoblarse.
ResponderEliminarPienso en las metáforas, por ejemplo. Cuando alguien no entiende una, no sé hasta qué punto podría asegurar que es culpa del escritor. Como comunicador, puede, pero existen muchas variables más a considerar.
... No sé si me he explicado o he quedado como una imbécil.
ResponderEliminarA ver, la sinestesia es un recurso muy válido en literatura (y muy interesante, también. Tienes suerte =). Pero es como todo, hay que saber usarlo, en función de qué sea lo que pretendas conseguir. Luego te puede salir mejor o peor, o te puede tocar un lector que te entienda o uno que no te entienda, pero... ¡qué menos que saber tú (más o menos) lo que estas intentando hacer! xD
ResponderEliminarEn todo caso, sinestésicos o no, nadie ve el mundo igual que otra persona. Yo no soy sinestésica y también me llevó bastante tiempo darme cuenta de que el resto del mundo no percibía la realidad de la manera en que lo hacía yo (y si no, preguntadle a Zarza xD ella estaba presente cuando hice tal descubrimiento, fue hace pocos años). Esto es algo con lo que tenemos que contar a la hora de escribir, por supuesto, y que convierte el esfuerzo por transmitir tu particular "imagen mental" de una escena de manera 100% fideligna a un posible lector en una tarea categóricamente imposible. Pero yo no estoy diciendo ni mucho menos que ese deba ser nuestro objetivo como escritores.
Lo que yo estoy diciendo es que el arte no consiste en pintar una naranja sobre un lienzo blanco, titular nuestra obra "naranja sobre un lienzo blanco" (o, peor aún, alguna fumada mental al estilo "unicornio poligonal en el vacío de la existencia") y esperar que el lector haga todo el trabajo y se invente un significado y una intención NUESTRA para semejante obra de arte. Eso no es arte. Eso es tener más cara que espalda (y una vaguería de tres pares de narices).
[Yo tampoco sé si me estoy explicando xD]
Me encanta esta entrada, Ortiga. Te ha quedado muy dinámica, y me gusta el experimento (y la idea de demostrar tu argumento empíricamente). No me ha convencido tanto la versión mezcla de los dos lenguajes para la U, pero nuestra sinestesia no siempre coincide.
ResponderEliminarOh, por cierto, se me ha olvidado comentarlo. Sparda, Ortiga, entiendo lo que queréis decir ambas, pero creo que para poder sacar algo en claro deberíais plantearos el lector objetivo.
ResponderEliminarEvidentemente, no vale ponerse estupendo y hacer la jugada de la naranja y los unicornios (ese título es genius, amiga mía), pero tampoco puedes darlo todo masticado. O sí. Depende de si estás escribiendo para niños de seis años o no, por ejemplo. Hay que adaptar el lenguaje al receptor al que queremos que llegue el mensaje.
Por mi parte creo que en el caso de las metáforas muchas veces es culpa del escritor. Hay demasiada gente suelta por el mundo que piensa que la palabra metáfora viene del lenguaje de la piruleta y significa "todo vale". Y no.
Yo tengo clarísimo que es la M.
ResponderEliminarMe encantan estas entradas, son sencillitas pero muy bien explicadas.Y me entero de un montón de cosas que no sabia y me encanta saber, aunque no quiero ser escritora, pero es bonito saber estas cositas.
ResponderEliminarY lo de :
una luna tropical que parecía más una especie de limón obscenamente grande.Pues me parece una frase muy bonita sobre todo lo de obscenamente tiene un algo especial que no sabría decir que es.
A ver si algún día leo La broma infinita del hombre este, que me llama mucho la atención.
Yo había pensado en la H o Q
Saludos
Creía que era la V, ni se me ocurrió que pudiera ser una vocal. Gracias por la entrada, aunque vaya más enfocada a los que quieren ser escritores creo que también es muy interesante para los que somos sólo lectores. Al menos, es la primera vez que veo esta clasificación de las descripciones; en las clases de lengua siempre las clasificaban según lo que describiesen.
ResponderEliminarPor cierto, un detalle pequeñito: en la parte de la patata grosera, ¿no sería WTF? Me extrañaría que fuese el otro acrónimo, pero todo es posible.
amsc, FTW es el siguiente nivel a WTF xD
ResponderEliminarMe alegro de que os haya parecido interesante/útil a tanta gente. Y me está pareciendo muy interesante ver las letras que me decís. ¡Gracias por compartir! =P
Se me ha venido a la cabeza la S
ResponderEliminar¡La Ñ! Es bonita, es misteriosa, y es la única letra que tiene pelo :-D
ResponderEliminarMuchas gracias por estas entradas tan didácticas, creo que a mucha gente nos vienen genial, sois como unas profes molonas.
Os llevo espiando unos meses (bueno, vale, reconozco que parezco una stalker que cada tres días se asoma para ver si habéis actualizado y poder reírme como la mala pécora que soy), pero bueno, ahora que ya tengo cuenta en blogger, puedo echar raíces en este jardín del mal. ¡Wii! :D
Otra que pensó en la S XD
ResponderEliminarLas descripciones son mi cruz, esta entrada me viene genial :3
No terminé de leer, por ahora h
ResponderEliminarY yo pensando en la B....
ResponderEliminarCreo que no deberías hacer 5 entradas sobre esto sino unas cuantas más. :)
La ultima parte, lo de "misterioso y sexy", me ha recordado al libro obsidian, porque la escritora solo decía eso del personaje Daemon no se que, y me costaba imaginarlo con esa descripción. Y también me lo recordó por lo de "adolescente hormonada y probablemente corta"
ResponderEliminarDe entrda pense en la H no se porque... una letra sutil y que te respira en el cuello, pense en una letra muda y luego en un hacha (en ese oreden) nunca hubiera pensado en la U
ResponderEliminarME ENCANTA ESTA SECCIÓN (voy dos años atrasada ya se pero mejor tarde que nunca) XD
Yo como que cuando lea el libro de Wallace ya voy sentir lo del limón un poco gastado de tanto que se habla de el en este blog... que lastima.