Donde la literatura y la maldad se toman un té

sábado, 18 de abril de 2015

Las honrosas excepciones (4)

Queridos hierbajos y hierbajas, hoy es un día para celebrar: Las honrosas excepciones tiene una cuarta entrega. ¡Viva! ¡Hurra! ¡Que corra el ron!

Además, estoy especialmente emocionada en esta ocasión porque, por una vez (y sin que sirva de precedente), la novela afortunada es una víctima voluntaria. Llevo mucho tiempo deseando que llegase este momento.

Podría ir directamente al grano y deciros de qué libro se trata, pero hoy me he levantado con ganas de enrollarme. Y el caso es que he estado pensando…

El libro del que vengo a hablaros es un autopublicado y, como buen autopublicado, no lo conoce ni su madre. Esto me lleva a enrabietarme, la verdad. Me refiero al hecho de que, hoy día, tenemos que lidiar con no poder entrar en una librería sin vernos asediados por libros como Ex Libris, Grimpow, El libro de los portales o [que Dios me perdone por cometer la herejía de llamar a esto «libro»] After. Sin embargo, novelas modestamente decentes como esta quedan por siempre condenadas a la oscuridad. Agh.

Por supuesto, esto es culpa de absolutamente todos nosotros. Hasta que no empiecen a cambiar los hábitos de lectura, y a la gente no le interese leer algo mínimamente bien escrito en lugar de ponerse a babear con la telenovela de turno, la cosa seguirá como está.

En todo caso, yo, desde mi rinconcito oscuro y desquerido de la red, quiero alzar la voz para seguir diciéndole al mundo que no saben leer, y muchísimo menos escribir. Aunque a nadie le importe. Porque, afrontémoslo, a mí tampoco me importa lo que opine el mundo: esta es mi casa, y aquí la única que opina soy yo. Punto en boca.

Está bien, no me enrollo más. Aquí os lo dejo:


Las vidas que no vivimos, de Jorge F. Cienfuegos

«Una noche cualquiera en una pequeña ciudad de Pensilvania. La primavera está ya mediada y no tardará en darle paso al verano, con todo lo que esto conlleva: final de curso, graduación, vacaciones, planes para el año que viene… Los protagonistas de esta historia continúan con sus vidas sin ser conscientes de que la cercanía de este punto de inflexión es una sombra que los persigue y dirige cada uno de sus movimientos.
Sean sueña despierto con su futuro junto a Rachel. Abigail acaba de arruinar el suyo. Rachel tiene un nuevo novio impresentable y las prioridades muy claras, pero siempre obtiene malos resultados. Y en cuanto a Louis, él es el hombro en el que llora Sean, el compañero de risas de Abbie y el archienemigo (tácito) de Rachel; además, tiene un amor secreto que cree que jamás le corresponderá.
Últimas semanas de instituto, luego la universidad. La entrada en la edad adulta parece una tontería, y tal vez lo sea, pero ellos no pueden saberlo.
Todo esto sucede en una misma noche, en mitad de una gran fiesta, y sus vidas cambiarán a partir de aquí. O quizá sigan exactamente igual, quién sabe. En cualquier caso, permanecer inmutable no es más que otra forma de cambio.
Esta es una historia acerca de sus vidas. Las que viven y las que no.»

Opino que esta es una sinopsis excesivamente larga para lo que tiene que contar, pero no tengo muchas más quejas al respecto. Le falta mencionar al quinto personaje de la narración, por ejemplo, pero por lo menos no nos está engañando vilmente. Se lo compro.

Gente que va contracorriente, y eso.
Pues, en fin, como ya he dicho por ahí arriba, esta novela es una víctima voluntaria. El amigo Cienfuegos se puso en contacto con estas humildes malas hierbas hará como un mes (¿y medio?) [siento mucho el retraso: mi vida es bastante caótica ahora mismo] interesándose por un sangriento destripe [tal vez la falta de sangre le decepcione, ahora que lo pienso]. Así que, ya sabéis, todo el mundo a tirarle tomates y otras frutas y hortalizas demasiado maduras.

Y… aprovecho también para darle las gracias al agredido en cuestión. Gracias por animarte a compartir con nosotras tu trabajo y por tu buena disposición (y por no intentar quemaros el jardín).

Dicho esto, comienzo.

No hay mucho más que decir de la trama, aparte de lo que ya nos cuenta la sinopsis. La historia transcurre a lo largo de una sola noche y nos narra las venturas y desventuras de los cuatro personajes ya mencionados (y un quinto que, aparentemente, es negro y no tiene derecho a aparecer en la sinopsis). Hay una fiesta de estas americanas en una casona inmensa con jardín, alcohol, gente borracha, magreos… En fin, una de esas fiestas de película. Y conste que eso no lo digo como una crítica, es que simplemente en España estas cosas no están muy arraigadas (la narración se sitúa en Estados Unidos por algo): el referente más cercano son las películas de Hollywood.

Lo importante no es lo que se dice, sino lo que se cuenta.
Esa es la trama. Esta es una de esas novelas en las que «no sucede nada». Porque lo importante no es lo que pasa, sino lo que hay detrás de lo que pasa, lo cual me lleva al siguiente punto.

El núcleo. Una de las principales razones de que esta novela haya aterrizado en la sección de Honrosas excepciones es precisamente que tiene núcleo. Se nota perfectamente el intento del autor de querer decir algo con todo esto, de llevar a cabo una reflexión a partir de la cita de Oscar Wilde «Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos» (de ahí el título, evidentemente).

Como punto negativo, diré que el núcleo no está todo lo trabajado que debería a nivel del texto. Es decir, la intención está ahí, y eso se nota. Principalmente, la idea está bien sustentada por los dos-tres primeros capítulos; sin embargo, los dos capítulos restantes se desinflan bastante en ese sentido, porque los personajes desde cuyo punto de vista se narra no son tan representativos para el argumento (o, al menos, no lo dejan tan claro). En los primeros capítulos también podría haberse trabajado algo más, pero yo creo que como aproximación sencilla al tema no está nada mal.

Definición gráfica de la voz narrativa en esta historia.
La voz narrativa de esta historia me gusta mucho y al mismo tiempo la odio. Tenemos un narrador omnisciente en tercera que va pegándose a la conciencia de cada uno de los cinco personajes principales, cada cual en su respectivo capítulo. Digo que me gusta porque los diferentes capítulos son bastante diferenciables unos de otros atendiendo sólo a la voz (al menos si te paras a prestar atención). Por otro lado, la odio, y os diré por qué: el problema con esta voz es que se mete hasta tal punto en la conciencia de cada uno de los personajes (expresando sus pensamientos, sentimientos, motivaciones…) que ella misma termina por quedarse casi completamente vacía y, si bien esto en sí mismo no me parece malo, lo cierto es que resulta difícil separar la voz en sí de la conciencia del personaje. Al final es como si se tratase de una novela narrada a varias voces, solo que sin serlo, y no me parece que esté funcionado en este caso.

Give it a shot! :D
Ya sabéis que normalmente le aconsejo a todo el mundo que deje de escribir en primera persona, porque no saben hacerlo y no funciona [lo sabéis, ¿no?]. Pues bien, teniendo en cuenta los personajes que Jorge F. Cienfuegos ha conseguido crear, creo que en su caso la primera persona no hubiera sido para nada una mala idea. Creo que este muchacho podría haberse sacado algo bastante decente atreviéndose con una primera persona (bueno, con cinco). Y además a esta historia le pega mucho, dado que está narrando específicamente la perspectiva de esas cinco personas en esa noche de primavera: no es que se limite a describir lo que sucede en torno a cada una de ellas en un momento u otro: te narra cómo ellas lo viven (y lo hace bastante bien). Eso es precisamente para lo que la primera persona sirve.

Paso a hablaros de los personajes. En general me parece que todos ellos son bastante geniales y están muy bien puestos en su sitio, esto es, salvo el último, que no me convence demasiado (no me parece que pinte mucho ahí colocado, para empezar). De los cuatro primeros, mi preferida en cuanto a construcción de personaje es Rachel, pero me parece que es la que peor presentada ha quedado [lo que quiero decir es que puedo ver por dónde van los tiros con ella, y me parece un personaje cojonudo, pero no se le ha dedicado el suficiente tiempo y mimo como para que su ejecución esté a la altura de la idea]. Además, en el libro se trata el tema de la homosexualidad con la normalidad que la situación requiere, en lugar de andar lanzando campanadas al aire para gritarle a todo el mundo lo normal, normalísimo que es el asunto y que deben aceptarlo.

Como digo, los personajes son bastante geniales: son tridimensionales, tienen zonas oscuras, objetivos, virtudes y defectos, deseos complejos… Y además son gente inteligente, si se me permite la apreciación: leyendo entre líneas se puede apreciar perfectamente que detrás de esta historia hay una mente pensante con la cabeza bien amueblada y una visión del mundo sobre la que merece la pena leer [me caen bien los escritores inteligentes, es una debilidad que tengo]. Aparte de lo dicho, no pienso hablaros con detenimiento de los personajes concretos, porque me parece mucho más interesante que lo veáis por vosotros mismos, si os interesa.

Todas esas desfamiliarizaciones destripadas...
Termino con la prosa. Correcta. El autor debería revisar las reglas de puntuación en los diálogos, porque se le cuelan muchos puntos parásito [por si os interesa, AQUÍ hay una entrada al respecto], pero aparte de eso la puntuación es correcta (aunque también hay unos cuantos puntos suspensivos, y sabéis que los odio [AQUÍ, aquí los odio]). Buen manejo de la lengua, también: hay algunos referentes ambiguos o desplazados, pero el vocabulario es adecuado y no hay terneros agazapados por ahí. La extensión del texto me parece adecuada, las escenas son representativas y están justificadas, en general. El autor tiene una fijación malsana con las explicaciones, lo cual no deja de ser terrible, porque el texto está llenito de desfamiliarizaciones. Siempre me da mucha pena cuando leo una desfamiliarización cojonuda… que viene seguida de su correspondiente explicación. Es muy frustrante. [Tengo una pregunta para el autor de esta obra: ¿alguien te había hablado ya de desfamiliarizaciones o te ha salido así, al natural?]

Bueno y, ya por terminar, dejo aquí algunas citas y quejas. Yo no considero que haya realmente spoilers (salvo la última queja, si acaso), pero proceded con precaución:

Ejemplos de desfamiliarizaciones:

«Si aquello hubiera sido un western, probablemente hasta habría escupido al suelo para acompañar el gesto de desagrado.»

«Podría esperar a que fuera a recogerlo con el viejo Pontiac Firebird de su padre, montarse en el asiento del copiloto y dejarlo conducir sin rumbo hasta que la gasolina empezara a escasear y decidiera detenerse en mitad de ninguna parte. Estaría sonando algún grupo de música desconocido al que Sean llamaría The Smiths aun sabiendo que se equivocaba. Puede que Law intentara explicarle quiénes eran en realidad, y hasta convencerle de que los había escuchado un centenar de veces en ese mismo coche. Luego, abriría la guantera y sacaría algo de la hierba barata que a veces le robaba a su hermano cuando venía a lavar la ropa los fines de semana. Porque el hermano de Law era de esos que cambian maría por una colada bien hecha, por ridículo que parezca si lo miras desde fuera.
Personalmente, opino que el sobrepeso no
es bueno (para la salud) en ningún caso,
pero... ah, los dobles raseros.
Al final, después de unos minutos de conversaciones vacuas, Sean le hablaría de Rachel y su enfermiza atracción por los capullos. Por todos los capullos que no eran Sean. Puede que incluso se le escapara alguna lágrima; a veces le pasaba. Pero cuando estaba con Law eso no era importante, porque él siempre lloraba con las películas antiguas de Julia Roberts y defendía la necesidad de que los hombres lloraran. “Esa es nuestra lucha”, decía, “las tías están todo el día con sus batallas por la igualdad de oportunidades y todo eso. Nosotros tendríamos que pelear por nuestro derecho a llorar sin que nos vean como nenazas”.
En cualquier caso, con lágrimas o sin ellas, el dolor terminaría por esfumarse. Casi podía escuchar la voz de Law en su cabeza: “Rachel necesita ayuda psicológica. Algún día la encontrarán tirada en una cuneta, y entonces ya será tarde”.
Se encenderían un segundo cigarro y hablarían del futuro, la universidad, la familia y otras muchas cosas sin importancia hasta que se sintieran más animados. Entonces, regresarían a la civilización.
No sería nada que no hubieran hecho decenas de veces antes de aquella noche.» Esta es una de las que termina con la correspondiente explicación. Me diréis que no es un absoluto desperdicio.

Os presento a Pepona, la única muñeca
a la que alguna vez he querido.
[La mía no tenía un ojo pipa.]
«Tenía un pelo muy bonito, muy vivo, por lo menos eso tenía que concedérselo.
¡Qué diablos! Era preciosa. En el apartado físico Rachel era un diez sobre diez. No de esas chicas que son simplemente una cara bonita o un cuerpo curvilíneo: ella tenía el pack completo. Era ligeramente más alta que la media sin llegar a destacar, delgada en su justa medida, con buen pecho y caderas, pero sin llegar a parecer vulgar… Una cara agradable, con personalidad, como de muñeca de las de antes, de esas que algunas madres todavía conservan en el desván. Tenía el encanto de la naturalidad. Cada rasgo de su físico era tan comedido como las palabras que salían de su boca: nunca demasiado ni demasiado poco. En conjunto, el resultado era armónico. Cada parte de su cuerpo encajaba a las mil maravillas con las otras, y lo mismo sucedía con su personalidad, su forma de expresarse y hasta su estilo de vestir. Su atractivo residía precisamente en ese equilibrio que la hacía parecer tan… Normal. Rachel era excepcional por su normalidad. Al menos en apariencia.» Me gusta esta descripción (aunque yo la hubiese hecho un poco más corta): hay partes de me encantan, como la desfamiliarización de la muñeca.

Con esta intervención de diálogo es con la que me enamoré irrevocablemente de Rachel:
Marry me?
«—Sean no se merece que jueguen con él.
—¡Oh, por Dios! —exclamó, exhausta—. ¿Es porque es alto? ¿Son sus brazos fuertes? ¿Los ojitos brillantes? ¿Su tendencia a la cursilería? ¿Qué demonios es lo que hace que todo el mundo lo vea como un animal desvalido? ¡Es tan mayor como todos nosotros! Hecho de la misma carne y el mismo hueso. ¿Por qué actuáis como si fuera distinto, como si mereciera un trato especial? Que llore, que se desahogue con vosotros, no lo convierte en un ser más sensible, más débil o más digno de compasión que yo, que cualquiera de nosotros. El sufrimiento, el dolor, no se miden en palabras.» Aplaudo esta reflexión.

Tengo también dos quejas:

¡Atención, atención!
Se hace saber...
El autor intenta jugar con los silencios, pero a veces creo que es un poco demasiado obvio. El narrador se empeña en apuntar con el dedo y gritar «¡¡eeeh!! ¡¡AQUÍ hay un SILENCIO!!»

En la transición entre los dos últimos capítulos se crea un pico de tensión narrativa que queda disuelta en nada, porque finalmente resulta no solo no ser lo que nos habían vendido en un primer momento, sino que además no tiene nada que ver con los personajes principales ni sus problemas. Crearle expectativas al lector para luego pinchárselas no suele ser una buena idea: haces que se siente estafado. En este caso, además, me parece por completo injustificado.


Chichómetro: comida en condiciones.

Potabilidad: agua embotellada.

Carcajadas: 6/10 [Ortiga: por una vez, carcajadas intencionales por parte del libro: los personajes tienen un sentido del humor que me encanta, está todo lleno de pullas.]

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: estoy muy ofuscada, no he podido encontrar ninguna reseña/crítica de este libro.

9 comentarios :

  1. Tiene muy buena pinta :D Y me ha llamado la atención el personaje de Rachel, con el fragmento de diálogo que has puesto ya me ha caído bien.
    Y la verdad es que también me anima a leerlo el que tenga tantas desfamiliarizaciones, así las busco y práctico. Aunque las hayáis nombrado ya tantas veces en El Jardín todavía me cuesta localizarlas u.u' El otro día le pregunté sobre ellas a mi profesora de Literatura y no tenía ni idea de qué eran ;_;

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  2. Cabe la posibilidad de que tu profesora las conozca bajo otro nombre, o incluso que conozca el concepto, pero nunca le haya puesto un nombre o lo haya "estudiado" como tal. Con estas cosas nunca se sabe.

    En todo caso, desfamiliarizar consiste sencillamente es decir las cosas como las sientes, no como siempre te las han explicado. Es la antítesis del received text.

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  3. Aquí el autor ^^.

    Primero, deciros a ti y a Zarza que a este paso me va a ser muy difícil odiaros como las zorras malignas que sois y escupiros en mi imaginación (?), pero lo voy a intentar.

    Dicho esto, no podría estar más agradecido. Me cuesta creer que no se os pete esto de víctimas voluntarias, y si sirve de algo, yo animo a todo el mundo a que se apunte, porque en ninguna parte uno encuentra una crítica tan profesional + publicidad gratis. De verdad, no puedo estar más encantado con la masterclass de escritura, porque aprendo un montón tanto con vuestras reseñas más salidas de madre como con los posts serios sobre escritura.

    Hay varias cosas que comentáis con las que no podría estar más de acuerdo. Lo de Law y su falta de sentido en comparación con los demás pjs es cierto, y probablemente esa sea la razón por la que no sale en la sinopsis (esa, y que es negro pero no lo sabe); es un personaje meramente instrumental, porque necesitaba un quinto narrador con un enfoque más vacío, más de testigo que ni siente ni padece casi, y tiré de Law. Siempre he tenido dudas en ese sentido, pero fue lo mejor que se me ocurrió :P

    Tomo nota de la recomendación de escribir en primera. Lo he intentado alguna vez y siempre termino dejándolo porque me siento sucio (?); yo también le tengo bastante manía a la primera persona. Aun así, me fío de ti, Ortiga, así que igual la próxima vez que escriba algo de este estilo te hago caso.

    Oh y me he reído mucho con lo de los silencios y ver al monigote con el megáfono. ¡Porque es verdad! Es de esas cosas que tienes en tu subconsicente y no te das cuenta hasta que te lo dicen. Tengo el recuerdo de haber escrito más de una y más de dos líneas diciendo “y aquí pongo un silencio, hale, míralo que bonito queda” XD

    Por otro lado, me gusta que te guste Rachel, porque si quieres oír un secreto, también es mi personaje favorito y del que más orgulloso estoy. Y de nuevo creo que tu apreciación sobre que el capítulo se queda corto para desarrollar al personaje es acertada (tanto, que es el único de estos personajes que he retomado para escribir algún corto, e incluso me he planteado un spin-off o whatever dedicado enteramente a ella); pero es de esas cosas que pasan, que te pones a escribir el capítulo del cuarto personaje y cobra vida en tus manos y ya no hay manera de encajarlo todo. En mi defensa (o todo lo contrario) diré que también soy un poco cabrón y me gusta dejar las cosas abiertas, a veces mucho, y que el que lea se imagine o deje de imaginar.

    También de esto de ser cabrón viene la escena tramposa esa a la que te refieres. Fue como “voy a hacer un falso drama gratuito para cabrear al lector”.

    Por último tomo muchísima nota de las cosas técnicas que me marcas. Voy a echarle un vistazo a la entrada de los puntos que enlazas, y a ver si me entero de qué es exactamente un punto parásito.

    Y pensaba acosaros vía email con dudas sobre las desfamiliarizaciones, pero como sé que muchos de los habituales del blog tienen problemas con ellas también, lo hago aquí, por si ayuda a alguien más: en la segunda, la de Sean y Law, ¿dónde está la desfamiliarización decente y dónde empieza la cagada? Porque desde que os oí por primera vez hablar de ellas, me pasa que creo que sé verlas (las más evidentes, como la de la muñeca), pero luego hay veces que me bloqueo y no veo nada. La segunda es una de esos casos.

    Y respondiendo a la curiosidad, mi primer contacto con la desfamiliarización fue hace unos meses en vuestro blog (y os lo agradezco mucho), por lo que supongo que me salen solas (aunque luego la cague; que sé que soy rematadamente explicativo escribiendo y es algo que intento arreglar poco a poco, pero no hay manera :P)

    En fin, siento el tocho. Reitero lo anterior, MUCHISIMAS GRACIAS, por tu labor, Ortiga (por vuestra labor), y que, igual que en la mayoría de vuestras entradas, he sacado muchas cosas útiles de esta, y encima en esta ocasión la clase es personalizada, así que no se puede pedir más.

    Un abrazo.
    PD: Después de comer os mando un email de acosador psicópata (?)
    PD2: Siento el tocho.

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  4. Me ha resultado interesante la crítica porque había leído la historia de Jorge en su primera versión y sabía relacionar más o menos las cosas que decíais con la historia y, como dice Jorge, se aprende mucho leyéndoos.

    A ver si me compro ya el libro porque tenéis razón al decir que da rabia que estas historias no merezcan la atención que se merecen.

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  5. Has dicho que era la tercera entrega, y lo es, así que creo que se te ha colado el 4 en el título de la entrada. Se ve que te ha gustado escribir esta entrada, especialmente porque haya sido un sacrificio voluntario. No lo he leído, pero por lo que dices, este libro tiene buena pinta, especialmente por la parte de que lo que no somos, lo que no hemos vivido, etc. Creo que eso también es importante en las personas.

    Atte, E.

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  6. Jorge, todo un placer =) Pero más te vale sacar de algún lado las ganas de odiarnos, porque ¡no pensamos conformarnos con menos!

    Ten cuidado con lo de "ser un cabrón", como tú lo llamas. Una cosa es ser una cabrón (cosa que aplaudo) y otra cosa es estafar al lector (cosa que no te recomiendo, en general). Si lo del drama ese injustificado, por ejemplo, tenía como intención específica estafar al lector para cabrearlo, yo creo que te ha salido; pero yo en esta historia lo cierto es que no le veo demasiado sentido, porque el núcleo habla de una cosa completamente diferente, y meter algo de ese calibre es un movimiento muy arriesgado en el mejor de los casos. Si toda la novela hablase del drama, las apariencias, los engaños... perfecto, pero no sé, a mí no me termina de pegar. Es una opinión.

    Punto parásito es como llamo yo a cualquier punto que se te cuela y que no debería estar ahí.

    El problema con la segunda desfamiliarización: la cagada es el último parrafito, que es una explicación de todo lo que ya habías dejado claro con lo anterior que he copiado. Me gusta mucho esa escena porque es representativa y explica cómo siente el lector esos encuentros sin necesidad de deletreártelo. Puede que sea un pelín larga y un pelín demasiado explícita en algunos puntos, pero en conjunto me gusta mucho, si le quitas las frase explicativa del final, como digo.

    Si nadie te había hablado antes de desfamiliarizaciones, eres un natural. De esos no hay tantos. Tienes suerte. Estoy impaciente por ver qué más sacas por ahí.

    Esperaré tu email de acosador psicópata con ganas =P

    Con amorr,

    O.

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  7. E., se me olvidó cambiar lo de tercera, gracias por señalarlo. Lo cierto es que se supone que esta es la cuarta entrega, porque Zarza metió una novela en Excepciones, aunque no le pusiera el título con la sección, así que lo convalidamos xD

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  8. Ah, cierto, la de Verano de miedo, no me acordada, la de los vampiros nazis (?). Perdona, pero es que no me acordaba de ella, aunque vamos, cuenta como la honrosa excepción nº 3, ¿no?

    Atte, E.

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  9. Estas cosas a una le alegran el día. Es genial encontrarse con personas que saben escribir, en serio, que parece una tontería, pero no lo es. Hay demasiados libros publicados por personas que nos saben escribir, hay demasiadas editoriales que se llenan los bolsillos con libros escritos por personas que no saben escribir y hay demasiadas personas que creen que todo el mundo puede escribir. Sí, en efecto todo el mundo puede escribir, pero hace falta práctica, esfuerzo, capacidad para aceptar los errores propios, más esfuerzo, ganas de mejorar y mucho esfuerzo más. Y leer. Eso siempre.

    En fin, he soltado ahí una pedorata por las buenas y no era mi intención. Solo quería decir que me alegro de que en las honrosas excepciones haya un libro más, pero me apena que este libro no esté reconocido como lo están muchos otros que no valen ni el papel con el que están hechos. Que a veces parece que por ser escritora no puedo opinar sobre cómo escriben otros, pero también soy lectora, hombre ya.

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