Autor: Javier Ruescas
«Nadie diría que Leo y Aarón son hermanos. El primero es presumido y ambicioso; el segundo, tímido y reservado. Pero ambos desean algo. Mientras Leo sueña con hacerse famoso a toda costa, Aarón no deja de pensar en cómo puede recuperar a su novia, quien, tras ganar un concurso y convertirse en una estrella mundial, se ha vuelto inaccesible. Un día, husmeando en el ordenador de su hermano, Leo descubre que Aarón tiene un talento desbordante para la música, y que ha compuesto y grabado varios temas que no tienen nada que envidiarles a los hits más populares del momento. Sin meditar las consecuencias, Leo decide darlos a conocer por internet y muy pronto el fenómeno Play Serafin -el nombre que le ha puesto al canal de YouTube- estalla por toda la red...»
Bueno, por una vez, al menos puedo decir que la sinopsis se ajusta al libro. Por fin.
Y... no mucho más que añadir con respecto a la trama. Evidentemente, por el medio de la novela hay uno o dos escarceos amorosos y algunas peripecias más, pero esa es más o menos la historia; los dos hermanos terminan formando una especie de grupo simbiótico en el que, mientras el pequeño compone, el mayor da la cara, y por supuesto todos sabemos ya cómo va a terminar el asunto. Sí.
**te gusta el rock & roll** |
En otro orden de cosas, la autoridad narrativa no está muy trabajada, no es convincente. Es decir, tratándose de un tema tan visible como es la música, en este caso, establecer una autoridad narrativa decente debería ser relativamente sencillo, suponiendo que el personaje entendiese de música (lo cual debería ser el caso, dado que por lo visto es un genio, y además ha estado años recibiendo clases). Sin embargo, tengo la sensación de que Ruescas se ha limitado a plasmar sus propios conocimientos musicales (que son más que los míos, lo reconozco, pero aún así), y esto para el personaje de Aarón, que te quieren hacer creer que vive la música, parece quedarse bastante corto, la verdad. Imagino que una persona que, cuando se pone nerviosa, empieza a escuchar melodías inventadas en su cabeza tiene que ser alguien con una visión del mundo sin duda particular, y eso no queda reflejado en esta novela.
La voz narrativa no está construida, las voces, de hecho, porque la historia está narrada en capítulos alternos por los dos hermanos. Me temo que sus respectivas voces son tan anodinas y no discriminables que cualquiera de los capítulos, en realidad, podría estar narrado por cualquier de los dos, sin que ello alterase en nada la historia. Este problema se hubiera solucionado, al menos en parte, con una autoridad narrativa bien establecida, porque se supone que el músico es Aarón, no Leo, por lo que no deberían pensar de la misma manera, ni hablar de la misma manera. Pero no se da el caso, los dos hermanos son dos gotas de agua, en lo que a expresión se refiere. Sí, lo siento, y no me vengáis con el cuento de que se les distingue perfectamente porque «uno es tímido y el otro es atrevido», ¿se puede saber qué porra de caracterización en esa? Para empezar, estereotipada; para continuar, insuficiente; y, para terminar, ni siquiera está bien establecida dentro de la prosa.
Los personajes: Leo y Aarón (hablaré de ellos como un pack, porque realmente son casi el mismo, en términos narrativos) son prototípicos, dentro de sus respectivos roles de «lanzado» y «tímido», son simples, sin giros interesantes ni zonas oscuras; puedes saber perfectamente en cada momento lo que van a pensar y lo que van a hacer. Además son un tanto paletillos e infantiloides, los pobres, en cuanto se meten en terreno amoroso. El único que realmente sufre un cambio y una maduración visible durante la novela es si acaso Aarón, y es más bien superficial y anecdótica.
Dalila ni aparece ni está construida como personaje, la única visión que tenemos de ella es cuando se presenta al final como zorra de manual. La novia de Leo, tres tantos de lo mismo: simplemente no está construida, es un personaje maleable que en cada momento del libro puede encajar perfectamente dentro del rol que al lector más le parezca adjudicarle en ese momento (buena o mala). Ídem para los amigos de Aarón y la chica esta que trabaja en Delvestar (ni me acuerdo de su nombre, es un rollo de mujer). Bueno, y del resto del reparto mejor ni hablamos, familia, personal de la compañía… tenemos una vajilla completa de decorativos platos llanos.
En cuanto a la narración, una buena parte de las escenas no están justificadas, como no lo están parte de las actuaciones de los personajes. El texto es plano y explicativo, no hay selección de elementos adecuada. Llama la atención el recurso recurrente (valga la redundancia) a referentes televisivos, musicales y literarios de actualidad; por un lado, le da un poco de verosimilitud al narrador (al único que existe, compartido por Aarón y Leo), y eso está bien; pero por otra parte me parece que es una técnica que hay que saber manejar con mucho cuidado, porque corre el riesgo de escapársete de las manos y terminar pareciendo un fanfic de aficionado (como desgraciadamente es el caso). Hay que tener cuidado con las herramientas que utilizamos al escribir, porque a veces son armas de doble filo.
Esta vez he sido buena. |
En todo caso, creo que Javier Ruescas es un referente necesario en el panorama literario actual: representa a una nueva generación de escritores, hijos del modelo literario imperante en nuestro tiempo. No obstante, opino sinceramente que debería hacer un esfuerzo por buscar las herramientas necesarias para mejorarse a sí mismo, porque le queda un largo camino por delante, y escribir no es algo que todo el mundo sea capaz de aprender a hacer bien por sí mismo y sin ayuda (yo no hubiera podido, por ejemplo). ¡Y cuidado con las faltas de ortografía, por Dios Santo! Si está interesado, yo me ofrezco a echar una zarpa (todo sea por aplacar a Zarza… realmente valoro que mi cabeza esté unida a mi cuello).
Hoy no me voy a reír. Bueno, no mucho, en todo caso; sólo quiero hacer notar algunas meteduras de pata medio leves en cuestión de empleo de la lengua (no os preocupéis, no hay spoilers aquí):
-«[…] cuyo recuerdo me agriaba el ánimo en todas sus acepciones». Las acepciones de qué, ¿dices?
-«Él hizo un mohín con la mano». Tenía una mano muy expresiva, no cabe duda.
-«Me dolía cada centímetro de mi espalda». Menos mal que era de la tuya. Me preocuparía si te doliera la espalda de otro.
-«De hecho, mientras subía las escaleras sentí una especie de déjà vu y la añoranza se apoderó de mí». Probablemente, el hecho de que hubiera pasado por ese mismo lugar ya medio millón de veces no tenía nada que ver. Los déjà vus son caprichosos.
-«Sus fosas nasales se abrían y se cerraban descontroladas». Mi imagen mental de esto es indescriptible. Sin comentarios.
[Z= ¡Soy un auroch! ¡¡Un auroch bravo!! :D
O= Jajajajjajajjajjaaja :D
Z= No, tía, no te rías. Estoy enfadada. Te has metido con Ruescas O.Ó Eres lo peor, tía. No tienes alma. Ni ánimo.
Te odio O.Ó]
Chichómetro: ¡Camarero, mi carne ya ha sido masticada!
Potabilidad: tiene regustillo a óxido, pero se puede beber.
Carcajadas: 5/10
Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Libros con magia, Olor a libro nuevo y café y el anuncio de la publicación de la novela en el blog del autor.
Algunas matizaciones adicionales a esta crítica AQUÍ.
Me ha encantado la reseña.
ResponderEliminarCoincido contigo en la mayoría de las cosas.
Yo ya he podido terminar la trilogía y me gustó bastante.
Besos! (y me quedo por vuestro blog)
Deja de difamarme, Ortiga: yo nunca defendería a Ruescas. Para mí Ruescas no es nada. No la creáis, es todo una vil calumnia con el único fin de desprestigiarme.
ResponderEliminarTe odio.
¡Aggggghh!
**Sale corriendo.**
Buena reseña. Es verdad que a mi me gustó mucho el libro (ya acabé la trilogía) y me dejó un buen saber de boca, pero tienes razón en algunas cosas.
ResponderEliminarUn beso!
Interesante crítica, mesurada eso sí, pero con su toque de acidez aka verdad.
ResponderEliminarNo es para nada el tipo de libro que leería... Ni me llamaba ni me llama ahora.
Por cierto hierbas, solo haran críticas de libros juveniles?
Eso, Zarza, Cicuta, ¿sólo vamos (voy) a hacer críticas de libro juveniles? ¿Eh? ¿EH?
ResponderEliminarMe alegro de que me haya quedado mesurada la cosa ^^' de verdad de la buena: me gusta mucho cómo me sienta la cabeza sobre los hombros...
Me siento ofendida: "Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer" no era literatura juvenil, y tampoco metería dentro del género a "Nunca me abandones". Empiezo a pensar que ha sido acertado escoger "Los olvidados" como título de la sección (¿a quién le debemos el mérito: Cicuta, Ortiga?).
ResponderEliminarEn todo caso, supongo que podría hacer esa crítica de Guerra Mundial Z que dije que escribiría y que se quedó para siempre en el tintero. Hum.
Ortiga: a mí también me gusta tu cabeza. En mi estantería.
GMZ... me gustó pero no puedo decir objetivamente qué es lo que me gustó, salvo que tuviera pequeñas historias, que algunas continuaran varias páginas después, y que otras te quedaras con los crespos hechos... y que me hiciera sentir: guay, controlamos la plaga, sobrevivimos como especie! [ahora resulta y me equivoco de zombie]
ResponderEliminarEl de Nunca me abanones me parece que es el editado por Alba editorial no? Ya luego lo googleo...
Os preguntaba porque la mayoría de veces la literatura cuyo mercado son los adolescentes/jóvenes adultos, los libros comparten ese tipo de "peculariedades" y me gustaría ver vuestro sello de casa en otro tipo de historia... salvo las de romance, que también tiene lo suyo... y en donde si no eres un conde, un lord, o un joven multimillonario + una especie de protagonista chick lit pero que "necesita" de "su" hombre, no eres nada.
Igual y disfruto mucho de vuestra mala "hierbez" que gracias a este tipo de libros compartís acá...
XDD
ResponderEliminarA mí GMZ me decepcionó un poco, sobre todo la parte de Japón, porque es una chetada XD Había cosas que estaban muy bien a nivel narrativo (la construcción de las voces, por ejemplo, o la justificación del formato tan original que tiene la novela) y en general me parecía un análisis no tan descabellado a nivel político y humano (insisto, salvo ciertas excepciones), pero no sé. Creo recordar que la novela a veces era un poco explicativa. Y soy incapaz de recordar el núcleo, pero amo a Redeker XD
El problema con las novelas de romance es que hay demasiado de lo que reírse. Y al cabo de cierto número de páginas, tanta risa empacha y de repente siento que lo único que quiero es morirme. A Ortiga no le pasa (preguntadle sobre la saga de la Daga Negra, preguntadle), y por ese motivo le estoy consiguiendo alguna que otra novela de este estilo. Pero, vamos, las novelas de romance de este tipo me parecen en general tan chorras que no creo que merezca la pena hacer un crítica de ellas.
Por curiosidad, ¿en qué tipo de libros te gustaría ver nuestra mala "hierbez"? :P Estoy pensando en habilitar un buzón de sugerencias en el blog :P
La Hermandad de la Daga Negra. Bueno, bueno, no me tiréis de la lengua, que me empiezo a reír y ya no puedo parar...
ResponderEliminar¿Un buzón de sugerencias? *-* Me parece una idea maraviestupenda.
No mano!!! como que os reís de la BDB!!! Malas hierbas leñe!!! Vale, lo admito, luego de Revenghe las cosas se ponen rara, pero cuidado, que le soy muy fiel a Rhage, Vishous, Butch y a Qhuuin y me pongo mis calzones de cellie, Os imaginais, yo bebiendo los vientos por el Cullen (era joven, uno comete errores) y zas me presentan a estos machos, un antes y un después. Actualmente es la única saga/serie (no logro diferenciarlos) que sigo con fidelidad, decepción tras decepción, pero ahí estoy.
ResponderEliminarBDB. Sólo tengo dos palabras: Señor X u.u
ResponderEliminarPara los que no sepáis de qué hablo, ese es el nombre del malo malísimo. Síp (xDDDDDDDD)
Pues en cuestión de nombres yo creo que gana claramente el Darkling, qué quieres que te diga. Es un nombre muy cariñoso para un chungolandés :D (señor X se me hace demasiado formal, no sé).
ResponderEliminarUn poco tarde he descubierto esta reseña, y, pese a ello tenia que comentar. Apenas termine PLAY, primer libro de esta trilogía. He de sincerarme, en mucho coincido contigo. Sin embargo ¿no te ha parecido muy directo? Ruescas es un autor joven, que recién comienza. No es J.K Rowling en la cumbre...
ResponderEliminarA mi criterio la historia esta bien, quizá le falta mas ímpetu, pero no le quita el merito. Es decir, es literatura juvenil, se entiende que debe ser fácil de entender.Y, ciertamente lo es. Ademas, recordemos que, de recargar la narrativa podría resultar soporífera para el publico al que esta dirigido la historia. Ademas, la obra es, fresca, divertida y original basándose en nuestro vivir actual (con la tecnología y las redes a la orden del día) y, pese a "ser dos gotas de agua" siento que Leo y Aaron son personajes de los que te llegas a encariñar (al menos, así me ha pasado a mi) no lo digo con mala intención pero, hierbas malas no son muy agradables a ojos de jardineros principiantes, menos en sus jardines que apenas comienzan a florecer.