Antes de empezar, debo admitir que estos son dos libros que en circunstancias normales probablemente no hubieran superado el corte para ser considerados Innombrables. No obstante, no puedo pasar por alto el hecho de que las respectivas primeras partes de estas dos novelas tenían una serie de puntos positivos que sus autores no han sido capaces de mantener. Una auténtica lástima. Más aún. Una auténtica vergüenza.
Si no vas a ser capaz de mejorarte a ti mismo, qué menos que mantener el tipo, digo yo. Si no, mejor ahórrate el ridículo (y a los demás, el sufrimiento) de tener que ver eso en las librerías.
Y es por este motivo (por esta decepción) que he decidido colgarles a estos dos libros la etiqueta de Innombrables.
Y, ya que estamos a ello, aprovecharé además para recordar (no sea que venga alguien y se me ofenda en demasía) que calificar cualquier libro de Innombrable no es un criterio objetivo en lo más mínimo. Esta es una clasificación personal, que empleo sencillamente por disfrute personal para diferenciar aquellos libros que en mi opinión pueden servir de ayuda a un posible lector avezado, de aquellos otros que, por pecar de un exceso de fallos de base, resultan virtualmente inútiles hasta para eso.
Repito: esta es una clasificación personal y subjetiva. No es una crítica (que podría hacerse, pero no tendría gracia y no sería útil, por eso me la ahorro).
Bien, intro, entonces:
¿Recordáis que dije que estaba bastante contenta con las habilidades demostradas por Javier Ruescas con su primera parte de esta trilogía? Bueno, pues todo lo dicho es categóricamente no-aplicable a esta segunda parte. La Virgen, qué desastre.
Intro SINOPSIS:
«Desde que se descubrió la verdad sobre Play Serafin, las vidas de Aarón y Leo no han vuelto a ser las mismas. Leo, de regreso en España, se presenta a todos los castings que surgen, sin demasiado éxito, mientras que su hermano pequeño, ahora solo en Nueva York, intenta hacerse con las riendas de una vida que ni quiere ni considera que le pertenezca. La llegada a Develstar de una nueva artista, Zoe, una virtuosa del violín, le devolverá a Aarón la ilusión que creía perdida. Pero su aparición no es casual: Develstar quiere organizar un reality show como nunca antes se ha visto, en el que el público podrá conocer a fondo a sus estrellas. Y están dispuestos a hacer lo que sea para que Aarón participe en él...
«Javier Ruescas ha logrado crear una novela con garra que no dejará indiferente a nadie.» Alas de Papel
«Una melodía fresca con un ritmo ágil que promete, regala y sella el camino de la mejor obra hasta el momento de su autor.» Fantasymundo
«Una de las mejores novelas juveniles publicadas en 2012.» Babelia (El País)»
No, si indiferente a mí no me ha dejado, eso no puedo negarlo. Un poco más y me atraganto con algunas partes. Sin embargo, yo discutiría eso de que esta es «la mejor obra hasta el momento de su autor». Lo discutiría como Ortiga. Si me pongo en la piel del autor, tendría que sentirme profundamente ofendida: no está bien ser tan cruel (¡ese es el espíritu, malas hierbas!).
Personalmente, definiría mi experiencia de la lectura como: la lectora quedó tan sorprendida que se hirió a sí misma.
Si ya en la primera parte de la trilogía las voces de los dos personajes principales eran (más que) peligrosamente parecidas, aquí ya es que me niego a hablar de «voces».
Aunque, puestos a destacar, lo cierto es que no sabría muy bien qué es lo que más me ha llamado la atención de este libro.
Tal vez haya sido la defensa a ultranza de la libertad sexual: tenemos por todas partes gays y bisexuales (lesbianas no) declarando abiertamente y con fuegos artificiales sus respectivas inclinaciones cada vez que la historia lo permite (y si no, pues también, que aquí no nos vamos a privar de nada). Que me parece muy bien, oye, aunque yo siempre he sido de esos raros especímenes de persona que creen que demostrar una obsesión tan clara con defender la normalidad de algo es un poco como tirar piedras contra el propio tejado, pero bueno.
O… quizá fuera el hecho de que dos de los personajes terminan teniendo sexo en la casa del Gran Hermano. Sobre todo teniendo en cuenta que la chica acaba de decir algo como «no lo vamos a hacer aquí, porque se supone que no hay cámaras, pero no me fío». La desconfianza les dura bien poco, ya os lo digo yo. Quizá no debiera meterme ahí. Ya lo hace el autor más que de sobra por todos, que nos lo cuenta con muchos arcoíris y mariposas. Y con mucho received text. Y con una falta obesa de sensibilidad, porque se supone que la chica era virgen, así que mientras él está pensando lo maraviestupendo que es todo, «mucho más bonito y fantabuloso de lo que me imaginaba, incluso», ella tiene que estar cagándose en sus muertos.
Al final, esta novela demuestra no ser más que una historia completamente carente de intención, infantil y con unas lagunas inmensas y sobrealimentadas en cuanto a sentido y justificación se refiere (aparte de mucho drama **ejemejemniñaenfermaalcantoejemejem**). Me pregunto dónde habrán quedado olvidadas todas las maravillosas técnicas y consejos que Javier Ruescas intenta tan afanosamente inculcar a sus pupilos vía tutoriales de Youtube.
Next.
Caminos cruzados, segunda parte de Juntos (Ally Condie)
La primera parte no era precisamente una maravilla, no vayamos a engañarnos, pero tenía cosas amenas, o incluso pasables. La segunda parte es un desierto yermo donde uno no puede sino comprender el verdadero significado de las palabras de Dante: oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza.
Peor, es un desierto en el que, del suelo seco y cuarteado, crecen regaderas que vomitan purpurina para regar bosques de álamos de algodón de azúcar.
Sí, así de grave.
No me creéis. Lo entiendo.
Pero, intro SINOPSIS:
«Con su amor, Cassia y Ky han quebrantado las inflexibles normas de la Sociedad y ahora deben asumir las consecuencias. El castigo para ella es olvidar todo lo sucedido y empezar de nuevo en otra ciudad, donde ha sido reubicada junto con su familia. Ky, sin embargo, no ha tenido tanta suerte: las autoridades lo han deportado a las Provincias Exteriores para que actúe de escudo humano en una guerra que quizá ni exista. Lo único seguro es que antes o después le alcanzará el fuego cruzado.
Decidida a romper con el destino que les han impuesto, Cassia burla de nuevo las reglas y se desplaza hasta las Provincias Exteriores. Pero cuando llega, Ky ya ha huido. ¿Encontrarán el camino que les permita estar juntos? ¿Hallarán un lugar donde vivir en libertad?
«El mayor éxito juvenil desde Los juegos del hambre.» Entertainent Weekly»
Vamos a fingir que la sinopsis nos está diciendo la verdad (mucho fingir, me diréis, sé que no sois tan buenos actores, pero humour me, intentadlo). Mentiras aparte, este libro ha resultado ser tan absurdo que de hecho ni siquiera he sido capaz de terminarlo (si yo entiendo que no me creáis cuando os hablo de álamos de algodón de azúcar, no os penséis que no). Rebasados los dos tercios de la novela, lo he dejado por imposible.
En los días que corren, uno es que se escapa de un país controlado por un gobierno organizador y sociopático con una facilidad pasmosa, oye. En 1984 es que les gustaba mucho quejarse, pero en realidad todos sabemos que el problema era que nadie lo había intentado con ganas. O, a lo mejor lo que faltaba era que el protagonista estuviera enamorado, porque esa es claramente la clave para poder conseguir todo lo que te propongas. ¿Quieres volar? Enamórate, te crecerán alas del cogote. ¿Quieres escapar de tu país? ¡Enamórate! Los guardias de la frontera te harán la ola, pero de espaldas, eso sí, para fingir que no te ven, y así poder seguir manteniendo la ilusión de que estamos hablando de algo serio y creíble.
Vamos, que la chica escapa del país sumándose tranquilamente a una fila de muchachas a las que van a mandar en avión a otra provincia. Nadie se molesta en comprobar las identidades de las susodichas. Total, llegan al lugar de destino, que no es donde habían destinado a Ky, pero justamente (mira tú qué casualidad) ahí está el único superviviente del campo de concentración en el que había estado Ky. Este chico no solamente se acuerda del tortolito: le vio escaparse y, pese a que ahora están en otro campamento, es capaz de decirle a Cassia por dónde exactamente tiene que ir si quiere seguir a su amado (porque todo el mundo sabe que en el campo todo es tirar en línea recta, no tiene pérdida). Este muchacho, Cassia y otra niña, se escapan (una vez más, los soldados les hacen la ola. De espaldas), y siguen los pasos de Ky. Y terminan encontrándole porque un día, así de repente, a Ky le da la vena y decide de manera totalmente aleatoria e injustificada escribir el nombre de Cassia en el tronco de un árbol. Así. Cassia. Punto. Y, digo yo, ¿qué culpa tenía el árbol?
Pero reconozco que ni siquiera fue ese el motivo por el que dejé de leer. No. Dejé de leer cuando me vi superada por la evidencia de que la autora, sencillamente, ya no sabía qué otra cosa inventar para mantener la intriga del lector. Y ese momento fue cuando el personaje gato del triángulo amoroso encuentra uno de los mensajes secretos que el personaje perro de la ya mencionada figura geométrica ha escondido en el pastillero que le regaló a la chica. En estos mensajitos, el muchacho ha escrito datos sobre sí mismo (supuestamente sacados de su microficha), cosas como su peso, color favorito... y el siguiente mensaje (escrito por él mismo): «tiene un secreto que contarle a su pareja cuando vuelva a verla». Hablando de sí mismo en tercera persona. Así. Con dos cojones. Y sin anestesia.
Venga. No me jodas.
En fin, contadme. ¿Qué opinión os merecen estos curiosos especímenes? ¿Los habéis leído?
Hola :D
ResponderEliminarCaminos cruzados es mi actual lectura. Es cierto que la primera parte no es una obra maestra, pero está bien. Esta de momento es todo el rato lo mismo...
Un beso ^^
La trilogía de Ruescas nunca me ha llamado nada la atención, lo que si que leí fue la segunda parte de Juntos.
ResponderEliminarLa primera parte me pareció bastante entretenida y tenía sus puntos buenos, pero la segunda… Pffff… Sólo la terminé porque ya me había gastado el dinero en comprármela en papel y porque tenía la ingenua esperanza de que ocurriese algo interesante.
Me gustó tan poco que mi cerebro ha decidido que son recuerdos traumáticos y no me acuerdo nada de lo que pasaba x'D
Ah, y aprovecho para decir que aunque es la primera vez que comento llevo siguiendo el blog desde hace meses y me encantáis todas, sois geniales n.n
Entiendo lo que dices del trauma, Nymphalidae u.u me pasa con frecuencia... xD
ResponderEliminarPero lo bueno es que hace unos pocos días me he topado con un libro fantástico que me ha emocionado de verdad *-* Os traeré la crítica en cuanto pueda. Ha sido todo un descubrimiento =) Merecería la pena leer toda la basura que leo aunque fuera sólo por estos pocos regalos inesperados.
No es que me importe, pero te has metido con Ruescas.
ResponderEliminarMonstruo.