Donde la literatura y la maldad se toman un té

domingo, 13 de julio de 2014

Corrección de las primeras páginas de Recuerda que me quieres

Como aún llego a tiempo (las Jornadas Sangrientas están a punto de terminar, pero todavía no lo han hecho) quiero obsequiaros con una corrección más o menos pormenorizada de las primeras páginas de la novela Recuerda que me quieres, publicada por Ediciones Kiwi.

Algunos pensaréis, quizá, que estoy siendo gratuitamente sangrienta, y ensañándome sin motivo y por una suerte de placer sádico con esta pobre historia. Es totalmente cierto. Pero no es solo eso: para aquellos que queráis escribir, confío que los fallos que aquí voy a señalar os sirvan para mejorar vuestros propios escritos.

¿Preparados?

Bien. Comencemos.


Lo primero que quiero que entendáis es que mis críticas son duras per se. No se trata de ser insensible, ni de ser cabrona (que también, no voy a negarlo, ¡qué aburrida sería la vida sin un poquito de sangre de cuando en cuando!): se trata de que la verdad escuece, pero es útil, y nos ayuda a mejorar. Este es el tipo de críticas que Zarza y yo nos hacemos la una a la otra. Bueno, excepto por el hecho de que si Zarza me hubiese pasado esta historia pidiéndome que se la corrigiese, se la habría devuelto directamente con una notita: «¿Qué cojones estabas fumando?».

Lo que quiero decir con esto es que criticar así no es algo que haga solo con personas que me resultan anónimas, al otro lado de la pantalla de un ordenador: no, esto me lo hago a mí misma, y a las personas más cercanas a mí.

Y lo segundo que quiero que entendáis es que publicar no es garantía de nada. Ni grandes ni pequeños (y ahí tenemos al señor Marías para proporcionarnos el mejor de los ejemplos).

Hemos pasado de vivir en un mundo en el que los escritores eran un puñadito de pobres medio-locos muertos de hambre, que nunca llegaban a ver sus obras apreciadas por el público en vida, a un mundo en el que todo el mundo cree que tiene lo que hay que tener para ser escritor, y vivir de las rentas.

Pues no todo el mundo tiene lo que hay que tener para ser escritor. Lo siento. [Ni tampoco parece que estén dispuestos a intentar aprender lo necesario, en todo caso.]

Recuerda que me quieres es una obra publicada. Una editorial ha decidido pedirnos dinero a cambio de adquirir un ejemplar. Y yo quiero que os fijéis en el tipo de cosas que se están propagando con nuestro dinero.

Sin más dilación, aquí os lo dejo.

Juzgad por vosotros mismos.



[Aviso: soy consciente de que la lectura está muy dificultada debido a la ingente cantidad de acotaciones que he tenido que hacer. Pero esto es lo que pasa cuando se corrige un texto tan plagado de atentados contra el oficio de escritor. Os aconsejo que os lo toméis con calma. En todo caso, esta entrada no está pensada para ser especialmente graciosa, sino para aportar algunos datos útiles, como ya he dicho más arriba. Espero que os sirva.]


Página 55
[Ortiga: esto es el título del primer capitulo. Así, tal cual]

La música suena hermosa, vehemente, escoltada 
[Ortiga: ¿?] por la voz de su joven amante [Ortiga: sexualización innecesaria], que se atreve a entonar sus versos en una caricia suave y atrevida [Ortiga: de nuevo, sexualización innecesaria]. Su entusiasmo [Ortiga: referente: la música. Una frase en punto y seguido retoma el primer sujeto de la frase anterior, a menos que se especifique lo contrario. Ergo: «su entusiasmo», el de la música] tiñe cada uno de sus movimientos [Ortiga: los movimientos de quién: el referente más próximo sigue siendo la música], decorados por la luz verde y cristalina de su mirada [Ortiga: la mirada de quién, y ¿por qué su mirada emite luz, tiene bombillas por ojos o qué?]; y su silueta [Ortiga: referente], impregnada de una candidez casi genuina [Ortiga: casi, pero no del todo, ¿estaban fingiendo? ¡Qué puta!], es el aliciente definitivo que seduce al público, enroscándolo [Ortiga: ¿cómo se hace eso exactamente, como un pirulo?] en un halo de embeleso, una fina red traslúcida [Ortiga: en la sala había una araña con diarrea, que diría Eva H, no te jode] de estupor desmedido [Ortiga: cultismo muy llamativo, ¿a qué propósito sirve?].


La joven mira a su público, absorta y entregada 
[Ortiga: entregada a… ¿mirar a su público? Menuda Diva]. Hay en esa mirada tanta pasión y agradecimiento que los asistentes contienen el aliento, a la espera del último cántico [Ortiga: a mí esto me suena a iglesia], del morir de una melodía que se consume como risa líquida [Ortiga: este ternero es tan grotesco que, de tanto separársele los ojos, se le han juntado en el cogote] para sus oídos [Ortiga: lo oídos de quién, ¿los de la risa? ¿Los de ella? ¿O los de los espectadores? ¿O los del ternero?]. Entonces el silencio se apodera de la sala. Ella [Ortiga: este es claramente un punto y aparte, porque simplifica el batiburrillo de referentes en femenino singular enunciados en las frases anteriores] levanta la mirada, agradecida [Ortiga: ya nos has dicho que está agradecida] y radiante. El público estalla en aplausos y vítores. Se levantan [Ortiga: mmm… plural… ¿los aplausos y vítores se levantan? Sé lo que estáis pensando: estoy siendo muy quisquillosa con los referentes, por supuesto que todo el mundo va a dar por sentado que “las personas” son las que se levantan, porque los aplausos no pueden levantarse, no tienen piernas. Y tenéis toda la razón, pero permitidme que os rebata tal afirmación con dos argumentos: en primer lugar, metáforas más raras se han visto, aplausos que se levantan no os parecerían tan poco plausibles si hubierais visto la mitad de terneros de los que he visto yo pastando; y en segundo lugar, cuidad vuestro texto, prestad atención a los referentes y preocupaos de que sean gramaticalmente correctos, y os estaréis ahorrando una marabunta de problemas, de verdad, porque si tenéis un solo referente que cojea, pase, pero cuando es una concatenación de cientos de ellos, uno tras otro, al final al lector lo volvéis loco. Eso sin tener en cuenta que, digo yo, vuestro objetivo debería ser escribir con la mayor corrección posible, ¿no? Pues un uso pulido de referentes forma parte de esa corrección], los aplausos suben de intensidad; algunos lloran [Ortiga: es que los aplausos son muy sensibles], emocionados, otros ríen, felices [Ortiga: gracias por la aclaración, en serio, de otra manera podría haber pensado que reían de pena (o que reían por no llorar)]. Ella saluda con una reverencia y se queda ahí plantada durante lo que parece una eternidad [Ortiga: si parece una eternidad, entonces es porque ya va sobrando]. Está volando, siente el batir de sus alas [Ortiga: esto es otro ternero], pletórica, y todos a su alrededor admiran su pequeño don [Ortiga: y ¿qué don es ese? Y ¿por qué es pequeño?]. Si tuviera que elegir, ese sería un buen momento para morir [Ortiga: totalmente de acuerdo. Por favor, procede], pues es consciente de que nunca logrará estar más cerca del cielo [Ortiga: entiendo que las autoras pretenden crear una asociación entre el personaje femenino con un ángel y el personaje masculino (que saldrá en seguida) con un demonio. Bien, pues se trata un cliché gordísimo y además es una paletada. Ya podrían haber sido un poco más originales].



Una hora más tarde, el aire gélido de la noche la recibe con una bienvenida 
[Ortiga: ¿qué tipo de bienvenida? ¿Le hace tira confeti cuando sale?]. No le importa [Ortiga: pues ¡qué desagradecida! Pobre aire], es más, abre los brazos para arroparlo [Ortiga: arropar… al aire. Sí, yo lo veo muy factible], respira su aroma [Ortiga: resulta que el aire tiene aroma] absorbiendo parte de su energía [Ortiga: y energía. ¿Potencial? ¿Cinética? Oh, debe de ser energía eléctrica, eso explicaría la parte de la absorción, supongo: la chica se enchufa]. Nada puede empañar esa felicidad que recubre su espíritu [Ortiga: hace nada el aire tenía aroma y energía, así que supongo que puedo entender que el espíritu también pertenezca al referente «aire», siempre desde un punto de vista puramente gramatical. Lo que ya no alcanzo a comprender es cómo el espíritu puede acabar recubierto de nada, pero eso es otro tema, supongo].








Entonces lo ve 
[Ortiga: al… ¿aire?], apoyado en una farola. Las sombras inquietas [Ortiga: las sombras no se mueven, así que esta personificación no tiene sentido] de la noche enturbian parte de su silueta [Ortiga: ¿sólo un cacho? Lo pregunto para asegurarme de que eso es lo que las autoras querían decir: sólo parte de su cuerpo está en sombra. En todo caso, «enturbiar» no es el verbo adecuado ahí: enturbiar no es lo mismo que desdibujar o hacer borroso algo, enturbiar implica que la propia sustancia de la que está hecho algo se vuelve de color/textura turbia, el material en sí mismo, vaya, no sé si me estoy explicando. Decir que el cuerpo de una persona se enturbia no tiene sentido: se puede enturbiar el alma, el ánimo, la visión… pero ¿el cuerpo? ¿Cómo es eso exactamente, su piel se empieza a volver de color oscuro/sucio?], exhibiendo [Ortiga: ¿quién exhibe, la noche o la propia silueta?] una visión mucho más imponente si cabe. Tratan de advertirla [Ortiga: hay un afán personificador en la mala literatura que a mí os juro que me supera: las sombras no tienen voluntad, así que no van a avisar a nadie de nada. Si piensas usar este recurso, al menos asegúrate de que tenga algún tipo de justificación de sentido dentro de la narración, porque estas gratuidades son sencillamente absurdas], con su danza volátil [Ortiga: insisto, a menos que estemos en el siglo XVIII y las farolas sean en realidad candiles, las sombras no danzan], de los riesgos que corre, pero ella ha decidido que esa noche solo hará caso a sus instintos más primitivos [Ortiga: Da. Fuq]. Entonces él repara en ella y su apariencia [Ortiga: ¿la de él o la de ella?], antes severa y circunspecta, se deshace de su máscara de hierro [Ortiga: su apariencia se deshace de la máscara, pero él no]. Camina hacia ella [Ortiga: ella… ¿la chica, la apariencia… la máscara? Muchos posibles referentes veo yo en esta frase], una sonrisa traviesa dulcifica sus duras facciones [Ortiga: de nuevo, ¿las de quién?]. Pero ella [Ortiga: repito, seguimos sin saber quién es ella] sabe lo que hay detrás: el demonio [Ortiga: como ya os decía], hermoso como el más bello de los ángeles [Ortiga: tópico], dispuesto a seducirla y a corromperla [Ortiga: tópico, paleto y, además, innecesariamente sexualizado], a llevarla hacia las puertas del infierno. Lo sabe. Y aun así no es capaz de resistirse [Ortiga: tópico]. Él le ofrece su brazo y ella lo acepta, cayendo en su embrujo [Ortiga: received text]. Ni siquiera se molesta en preguntar su destino [Ortiga: el sujeto gramatical de este verbo es él, pero creo que las autoras pretendían hablar de la chica], pues ya ha decidido que va a seguirlo. Esa noche es suya [Ortiga: ¿quién es de quién, dices? No tengo ni idea de cuál es la versión que las autoras pretendían transmitir: 1) la noche pertenece a la chica, 2) la noche pertenece al chico, 3) la chica pertenece al chico] y se arriesga a bailar con él. A caminar por el peligro [Ortiga: este punto y seguido no tiene razón de ser, más que por «estética», pero teniendo en cuenta que las autoras no han sabido dividir el párrafo adecuadamente desde el primer momento, se queda en «confuso» a secas], dejándose abrazar por las llamas del averno [Ortiga: toma, Geroma, pastillas de goma].

[Ortiga: quiero que quede claro. Estuve a punto de parar aquí. Sé que toda la paliza de corrección que me estoy dando va a servir para bien poco y además tendré suerte si no tengo que aguantar insultos y tonterías de algún iluminado. Pero una es optimista, y le cuesta perder la esperanza, y yo mantengo la esperanza de que mi trabajo no será una completa pérdida de tiempo para algunos de vosotros. Ojalá]

I

Dos desconocidos que pronto dejarían de serlo caminaban despreocupadamente por las calles [Ortiga: el narrador se sabotea a sí mismo, nº1]. Él con su sonrisa de niño al borde de la comisura de los labios [Ortiga: al borde de la comisura, o sea, al borde del borde. Reiterativo], mirando hacia adelante con esa pose engreída y cautivadora que acostumbraba a arrastrar [Ortiga: ¿le pesa la pose? La solución es cortar. La solución siempre es cortar] a todas partes. Solo le importaba la pequeña porción de mundo que se desplegaba ante sus ojos. Su cabello rubio daba la sensación de que bailaba con el viento [Ortiga: pelo que baila con el viento, innovador]. Esa tarde llevaba [Ortiga: referente: su cabello] una cazadora negra y unos vaqueros que parecían una extensión más de su cuerpo [Ortiga: el referente sigue siendo el cabello, pero claro, si ya lleva vaqueros digo yo que el cuerpo es la menor de mis preocupaciones]. Ella avanzaba risueña [Ortiga: después de varias frases en punto y seguido dedicadas a él, lo suyo sería un punto y aparte si vas a cambiar de tema: para eso sirven los puntos y aparte], concentrada en sus pasos, en el canto ahogado [Ortiga: disculpa, ¿qué?] de un día que ha llegado a su fin y que entona sus últimas estrofas [Ortiga: no. Los días no cantan]. De la mano le colgaba la cadena de su adorable perra Nala [Ortiga: adorable. Muy descriptivo. No sabemos si el perro es grande o pequeño, marrón os verde, o si tenía rabo o Ramón Ramírez se lo había contado, pero una cosa la tenemos clara: el perro era «adorable»] que, aunque la pobre no sabía hablar [Ortiga: pobrecita]—al menos no en el idioma de su dueña [Ortiga: todos eran muy guapos, y el perro era muy listo]—, ladraba al infinito [Ortiga: yo creo que a Zarza le parecería una reacción muy adecuada. Ella también le ladraría al infinito, si fuese un perro]. O más bien a él, pues sabía que se acercaba hacia ellas, fiel esclavo del destino [Ortiga: da. Fuq. Esto sigue siendo parte de «el narrador se sabotea a sí mismo, nº1»].
No, you Kant write.


Caminaban relajados, deshaciéndose de las prisas [Ortiga: ¿deshaciéndose?], de la incomodidad propia de aquel que habitúa a sortear personas por todos los flancos posibles [Ortiga: todos y cada uno. Pero sólo los posibles. Los imposibles, no], de la tensión de perder el próximo tren y no llegar a su destino… [Ortiga: hay pocas veces en las que los puntos suspensivos están realmente justificados dentro de una narración. Esta no es una de ellas. Tened cuidado con estos puntos, de verdad, son unos cabrones. Bueno, en realidad los cabrones son los malos escritores, que los han usado tanto que ya los han desgastado, y es que ha llegado un punto en el que es bien difícil usar este signo ortográfico dentro de un texto y que quede serio] Contemplaban a los rezagados correr hacia los supermercados [Ortiga: otro consejo de amiga. Tened cuidado con las rimas no intencionadas. Mucho más si se trata de rimas entre palabras chorra como «supermercado», porque llama mucho la atención sobre términos que carecen por completo de importancia], ya desérticos [Ortiga: ya sabéis, los sitios a veces parecen desérticos, a veces parecen tropicales, otras, bosque taiga…], a por las últimas provisiones [Ortiga: evitad también los cultismos innecesarios. Todo lo que uséis tiene que estar justificado, tened eso en mente. Todo lo que escribís le dice algo al lector] del día; estudiantes que llegaban a casa agotados tras un día intenso de estudio, trabajadores que se encaminaban a su merecido descanso. A ella le gustaba mirarlos, inventar historias sobre ellos [Ortiga: ¿quién es el referente de «los» y «ellos» aquí? ¿Toda la gente de la que han hablado o solo uno de los conjuntos?]. Él prefería ir a su aire y observarlos solo cuando algo llamaba realmente su atención.

Seguimos tranquilamente su recorrido [Ortiga: narrador stalker], nadie los observaba ni reparaba en ellos [Ortiga: esto me recuerda a María(s) en Los enamoramientos]. Dos invisibles listos [Ortiga: aquí el referente puede ser tanto el narrador de plural mayestático este que nos acecha o los dos protagonista de la historia] para brillar como la más reluciente y amable de las estrellas [Ortiga: ¿alguien me explica cómo es una estrella «amable»?].

De pronto, Nala comenzó a ladrar [Ortiga: pero ¿no estaba ladrando ya, al infinito? Aclárate], obligando a su dueña a detenerse.

—Shh, Nala… —la tranquilizó la chica en tono cariñoso y maternal, acariciando el pelaje del animal [Ortiga: eso no tiene nada que ver con la literatura, pero… así no es como se educa a un perro].
Me gustaría deciros que así acabó el libro.
Pero no es así.


Un golpe de aire las sacudió [Ortiga: sí, de un guantazo, no te fastidia], aunque en realidad era el destino [Ortiga: joder con el destino. En todo caso, yo le pediría al narrador que no nos mintiera: no nos vengas diciendo una cosa para justo a continuación decir «eh, no, pero en realidad era esto otro». Si no está justificado, lo único que hace es ocupar espacio. Vamos, que aquí sobra], impaciente por descubrir el resultado de sus maquinaciones [Ortiga: «el narrador se sabotea a sí mismo, nº1», tercera entrega. ¿Cuántas veces más nos lo piensan repetir?].

Ella estaba agachada, intentando tranquilizar a una Nala que no dejaba de retorcerse [Ortiga: pero ¿no estaba ladrando? ¿Ahora se retuerce? ¿Qué le pasa al pobre perro, Dios mío?]. Él caminaba confiado, sintiéndose, como siempre, invencible. Su cabeza se hallaba a miles de kilómetros de su cuerpo [Ortiga: a lo Sleepy Hollow] y, por esa misma razón, no reparó en la chica [Ortiga: claro, a esa distancia, qué va a ver, el pobre] que, agachada frente a su perra, se sentía al fin complacida por haber conseguido calmarla. Lo que la joven no sabía, ni sabrá nunca [Ortiga: el narrador se sabotea a sí mismo, nº2. Aunque en realidad este spoiler es un poco mentira: nos quieren tongar haciéndonos creer que el chico va a ser malo y misterioso, pero se queda en infantil y pedazo de pan], es que no consiguió apaciguarla, sino que esta dejó de ladrar de puro pánico [Ortiga: en serio, ¿estás chicas tienen o han tenido perro alguna vez? Si tu perro deja de ladrar de puro pánico, te aseguro que te das cuenta. Pobre animal. Puta Wendy insensible y retrasada]: el peligro se acercaba sin parangón hacia ellas [Ortiga: no «un peligro sin parangón se acercaba hacia ellas». No. Se les «acercaba sin parangón». Y, digo yo, ¿cómo diablos es eso?]… y llevaba una cazadora negra [Ortiga: puntos suspensivos muy misteriosos, ¡DUN DUN DUNNNN!].

El chico tropezó con la chica y cayó al suelo, ¡cómo iba siquiera a reparar en ella si estaba otra vez imaginando mundos! [Ortiga: no, de verdad, si alguna vez se os ocurre la genial idea de usar signos de exclamación dentro de una narración (no en un diálogo), pensadlo otra vez y… sacaos esa idea de la cabeza. Voy a ser optimista y a pensar que ahora mismo pueda haber cinco escritores españoles vivos que tengan la habilidad suficiente como para utilizar ese recurso en una narración y que no les quede como si fuese un fanfiction. Por pura probabilística, y por humildad, tendréis que suponer que vosotros no sois uno de esos cinco genios afortunados. Estas chicas, sin duda, no lo son]


Lo siento, pero es la pura verdad.
Alguien tenía que decirlo.

—¡Ay! —exclamó él.

—¡Ay! —exclamó ella. [Ortiga: un diálogo cargado de significado, como podéis observar, muy necesario para la narración]

Y Nala no pudo hacer otra cosa que gemir a la noche. [Ortiga: y aun así la niña estúpida sigue sin ver que su pobre perro tiene el rabo entre las piernas, las orejas bajadas y el cuerpo gacho y en tensión, rasgos nada llamativos de un perro aterrorizado]

El mundo se paró, se detuvo apenas un segundo [Ortiga: repetición. Innecesaria], hasta que el joven le dio su beneplácito [Ortiga: tócate un cojón] estallando en carcajadas. Una risa fuerte, embriagadora, comparable a la melodía del flautista de Hamelín [Ortiga: si así fuera, Wendy se pondría en pie y buscaría un río al que tirarse. Pero no habrá tanta suerte. Prosigamos]. Ella aún no lo sabía pero [Ortiga: antes de pero SIEMPRE coma] esa risa se convertiría en su fin [Ortiga: el narrador se sabotea a sí mismo, nº3]. De repente, él se levantó y se quedó mirándola fijamente, como si fuera la primera vez que veía a una chica, con curiosidad y detenimiento. Ella le miraba desde el suelo, avergonzada y confundida, con los ojos muy abiertos [Ortiga: estas dos frases son un buen ejemplo de cómo NO se debe describir una situación. No le deletreéis al lector cómo se sienten los personajes, eso no es literatura. Si lo habéis hecho bien, el lector será capaz de entender que él siente curiosidad y ella se siente confusa sin necesidad de que se lo hayáis chivado de palabra]. Entonces, la expresión del joven cambió radicalmente, tiñéndose de displicencia [Ortiga: cuando la gente se dedica a disparar cultismos a discreción, me da por preguntarme si realmente conocen el significado de las palabras que están usando o sencillamente les parece que suenan bien en la frase. Y, de ser por esta última razón, me pregunto por qué alguien pensaría que «displicencia» quedaba bien ahí puesta. Dudas existenciales que me planteo a veces] y confusión. La chica le miró sin comprender e intentó formular una pregunta que murió antes de nacer [Ortiga: received text, y del malo, además], pues este se alejó en la inmensidad de la noche [Ortiga: de nuevo, received text] y desapareció de su vista girando en una calle a la derecha.
A mí no me sorprendería,
al abrir este libro, encontrarme
con Recuerda que me quieres.


Se quedó aturdida. No sabía muy bien lo que acababa de ocurrir [Ortiga: nadie lo sabe. No te sientas mal, niña]. Le parecía un sueño, lejano e irreal [Ortiga: irreal, pase, pero ¿lejano? ¡Acaba de suceder!], no obstante, si agudizaba el oído todavía era capaz de escuchar su risa melodiosa [Ortiga: ¿la risa de quién? El referente gramatical es ella misma, o… el oído. Y a todo esto, ¿él se larga riéndose? Pero ¿no nos habíamos quedado en que él adoptaba una actitud «displicente»? A no ser que se trata de “escuchar” la risa de antes, en cuyo caso no es una cuestión de agudizar el oído, a menos que seas esquizoide]. Agitó la cabeza para apartar las ideas de su mente y en ese preciso instante reparó en Nala, que la miraba lastimera, compadeciéndose de ella [Ortiga: todos son muy guapos y el perro es muy listo]. Se levantó y se dirigió hacia su casa [Ortiga: aquí el referente es peligroso, porque la frase anterior cuenta con dos referentes femeninos y, pese a que el sujeto principal es la chica, está omitido, sin embargo el nombre propio de la perra sí que aparece, por lo que gana bastante peso], envuelta en un halo de surrealismo [Ortiga: ¿?].

Por el momento, ambos jóvenes se habían separado, pero no tardarían en volver a cruzar sus caminos [Ortiga: el narrador se sabotea a sí mismo, nº4. Quiero hacer notar que en... menos de cuatro páginas creo que ocupa en la versión oficial, el narrador ya se ha saboteado a sí mismo cuatro veces. Ahora imaginad la de veces que le da tiempo a hacer esto en las doscientas o trescientas páginas que ocupa el total de la... "novela"]; el destino así lo quiere y nadie —ni siquiera nosotros—, puede contradecirle [Ortiga: el destino no sé, pero las narradoras de esta historia son un coñazo. Personalmente, me resulta sumamente cansino que me anden repitiendo la misma cantinela cada dos párrafos]. No obstante, todavía faltan unas cuantas páginas para eso, y nuestro deber es contarlo todo tal y como ocurrió [Ortiga: vuestro deber. ¿Por qué es vuestro deber? Cuál es la justificación para que tengáis que contar esta historia, me gustaría saber. Porque precisamente la diferencia entre la literatura y una abuelo Simpson es que este último cuenta cosas sin justificación, y sin que nadie se las haya pedido ni a nadie le importen. No sé si os suena familiar].




Conclusión: ¿quieres ser escritor? Pues antes de escribir, piensa lo que vas a decir. Y después de haberlo escrito: piénsalo otra vez.

De verdad, intentad visualizar lo que escribís, leedlo en voz alta, representadlo. Lo que sea. Cualquier cosa que os ayude a verlo claro. Porque hay muchísimas cosas que la gente escribe que no tienen por dónde cogerlas, y algunas ni siquiera son físicamente viables. Así que, por favor, un poco de seriedad.

Si realmente quieres dedicarte a la escritura, hazte a la idea de que vas a tener que dedicarle esfuerzo, mucho esfuerzo. Escribir un buen libro no es algo que se pueda hacer en cuatro o cinco meses. Quizá uno de esos cinco genios de los que hablaba antes pueda escribir un buen libro en cinco meses (sólo quizá, y dependería del libro), pero volvemos a lo mismo: ninguno de nosotros es uno de esos cinco agraciados, por pura probabilística, asumidlo.
[Y, no: Jordi Sierra i Fabra tampoco es uno de ellos. Y aun sin ser un genio, escribe libros enteros en pocas semanas, así que imaginad la calidad literaria de sus obras… No sigáis sus pasos]

29 comentarios :

  1. ¡Hola!
    ¡No tienes ni idea de lo muy de acuerdo que estoy contigo!
    Hay muchos "escritores" (y lo pongo entre comillas porque no sé si podrían considerarse como tal) que escriben cosas que ni ellos mismos entienden.¿No se dan cuenta que por mucho que adornen una frase con adjetivos que no vienen a cuento no va a mejorar la historia? Es que yo a veces pienso que ellos creen que cuanto más adorno metafórico tenga la frase mejor escrita está. Y sí, puede que a veces sí que queden bien (porque están bien escritos), pero es que la gente que no sabe y escribe estupideces que no vienen a cuento me ponen de los nervios. Porque hay escritores que sí que tienen ese don de jugar con las palabras y darle otros significados, pero es que hay otros que simplemente se dedican a copiar a los primeros pero modificándolo un poco para que no se note tanto que es una copia (y por supuesto, la cagan).
    En fin,
    muchos besos desde http://dontworryjustread.blogspot.com/

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  2. Es por estas cosas que, por más que yo escriba, estoy muy lejos de considerarme "escritora", prefiero decir que cuento historias. Aunque me cuido de las descripciones al pedo (en vano), este post me sirvió de mucho, y se los agradezco
    .
    Llegué aca de casualidad, por la crítica a Esplendor, cuya autora es una niña muy agradable, a quien tengo el gusto de tener en Facebook. Sin embargo me partí de la risa con sus opiniones, y estuve de acuerdo en casi todo. Y, si bien no viene al caso, ella misma considera que aún está aprendiendo y que tiene que mejorar. Al igual que todos, y por eso yo me encuentro leyendo esto y tomando nota :D

    Hablando de "Recuerda que me quieres", era un libro al que le tenía muchísimas ganas, principalmente porque soy seguidora del blog de Arsénico (una de las autoras del libro) y me encanta lo objetiva que es a la hora de hablar de sus lecturas y como resalta los errores y los tópicos en los que caen otros autores. Supongo que de ahí viene el dicho "no escupas hacia arriba porque te puede caer encima"

    Me encantaría que, cuando termine de escribir mi historia, ustedes le echaran un vistazo, sería todo un honor :)

    Me voy a pasar seguido por acá, me gustó mucho el blog, las felicito.

    ¡Saludos!

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  3. Me alegraré mucho si todo esto os sirve de algo, chicas =)

    También me alegra mucho escuchar que personas que tienen sus libros publicados dicen tener deseos de seguir aprendiendo. Ojalá sea cierto. Y ojalá que lo consigan =)

    En otro orden de cosas, sigo maravillándome de que alguien exprese su deseo de recibir una corrección nuestra. Me siento muy halagada, lo admito (también me sorprende vuestro valor xD). Si esto sigue así voy a tener que hablar con Zarza y plantearlo como posibilidad seria a considerar por el grupo.

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  4. ¡¡Ufff!! Sí que eres dura, sí. Pero tienes toda la razón la verdad... Hay gente que publica libros que quizás ni se han revisado, tan solo por el hecho de publicar. Me he leído algunos que me han dado pequeñas editoriales donde no se entiende nada, o estan mal escritos, o no estan correctamente estructurados. Y eso es culpa del escritor, que debe aprender primero COMO escribir (vale que la originalidad es buena, pero hay ciertas cosas que deben ser siempre igual). Así que estoy contigo: no todo el mundo puede publicar, y menos en cuatro cinco meses. Mi madre, por ejemplo, lleva escribiendo un libro 3 años, PERO lleva estudiando para escribirlo ¡10 MÁS! 13 años en total (es un libro histórico, cabe recalcar). Ella cree que está tardando mucho y se le acaba el tiempo, pero yo sé que ese libro será mejor que otro cualquiera escrito en meses. Ayyy que me enrollo. En definitiva, todo lo que escribias comentando lo pensaba yo, así que opinamos lo mismo. ¡Un besito!

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  5. Mar, deséale mucha suerte a tu madre de mi parte =) Al final, más vale despacito y buena letra.

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  6. A mí también me admira lo osados que son nuestros seguidores. Me llena el pecho de un sentimiento desconcertantemente cálido.

    Pero definitivamente prefiero el odio. Malas hierbas mías, ¿dónde está la sangre? No nos olvidemos de la sangre.

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  7. Me ha parecido muy interesante esta entrada y creo que los consejos que das son muy útiles para cualquier persona a la que le guste escribir.
    El tema de los referentes yo lo considero bastante importante porque cuando estás leyendo y tienes que volver a leer 4 veces la misma frase para entender a quién se refiere la acción creo que el autor va por mal camino.
    Otra cosa que no soporto, y que en estos fragmentos que has puesto se percibe claramente, es el exceso de decoración a la hora de escribir y los cultismos. La mayoría de las veces no son necesarios y me agobia leer tanta palabra para decir una cosa que es bastante simple.

    ¡Muy buena entrada!

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  8. Ortiga, tu esfuerzo no ha sido para nada en vano n.n Por lo menos a mí me ha sido muy útil y creo que no habré sido la única que ha tomado nota de ciertos errores que señalas en la corrección.
    La verdad, últimamente veo en los comentarios que bastantes de vuestros seguidores escribimos (o lo intentamos xD) y creo que sería interesante que creaseis una sección en la que cada x semanas comentaseis y corrigieseis un texto de alguno de los seguidores del blog. Pienso que sería muy divertido y enriquecedor, y no sólo para el autor del texto.
    Pensad que estarías además haciendo un favor a la sociedad. Estarías ayudando a mejorar a la cantera de, quizás, futuros escritores. Dentro de unos años se reduciría el número de suicidios provoca la actual "maravillosa literatura juvenil" x_DDD

    Un abrazo a todas n.n

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  9. Vaya, que el trabajo de alguien consista en corregir/editar ese tipo de textos, indica que esa persona es muy muy muy paciente, optimista y tolarante... Ni por todo el oro del mundo yo podría desempeñar tal labor...

    Sonaré aberrantemente prejuiciosa pero que "estilo" de escritura tan noño, tan de pinky girl, de adolescente sin sinapsis que valgan las pena. Tan empalagoso que siento subir mi glucosa... Admitir que lees ese tipo de historias es peor que admitir que lees porno "romántica" (al menos con el porno uno admite el porqué lo lee), y digo "leer", ya ni me imagino lo que sería decir que te gusta eso.

    Intuyo que quien lee/disfruta de ese estilo enreversardo y lleno de clichés pondrá una mirada como la del pollo del blog, cada vez que chico ve a chica, o chica ve a chico, o están a punto de enrollarse o así.

    Jejeje, también ha de decir algo el que tu novela sea comprada/publicada por "Equis" editorial y no por Alba, Anagrama, Lumen, etc...


    Atentamente, Lu que durante esta semana leyó: The DUFF, Reasons I fell for the funny fat friend y El novio de mi mejor amiga.... *3*

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  10. Dios santo, que tostonazo de texto, no? Bueno, ya tengo así yo una meta sobre mis propios escritos: dar menos por saco con tales parrafadas. Y mira que me gusta leer, pero no he podido apenas pasar. Me muero. Y mucho. Siento mucho que esto esté manchado de sangre. Cuando me recupere si eso ya...lo limpio y eso....

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  11. Madre mía, qué desastre. He tenido que releer los primeros párrafos porque no me enteraba de nada. Entiendo que sean escritoras novatas y todo eso, pero si tuviera que escribir un relato o lo que sea, hay algunas cosas (como lo del narrador que se sabotea a sí mismo) no se me ocurriría hacerlas en la vida, aunque sea por mantener un mínimo de intriga. Eso me lleva a pensar que o bien no leen mucho, o creyeron que sería "original" y no se pararon a pensarlo más.

    Cambiando un poco de tema, ¿qué es el "received text"? ¿Es algo así como frases hechas o metáforas que son clichés? Al menos eso fue lo que me pareció leyendo las explicaciones, porque no veía nada incorrecto en las expresiones que utilizaban, aunque es cierto que si se tenía en cuenta el contexto se hacía raro leerlas.

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  12. Nymphalidae: tomo nota de tu propuesta =P Me parece muy interesante. ¡Gracias!

    amsc: acabo de ver que "received text" no está en el glosario, así que voy a añadirlo =P Por lo pronto...

    Received text son expresiones (en su mayoría de origen metafórico) que, de tanto usarse, han perdido toda profundidad y capacidad de evocación. Esto las hace poco útiles a nivel literario, porque se supone que la función principal del lenguaje es precisamente evocar: una metáfora bien usada tiene como objetivo provocar en el lector una cierta reacción o crear un doble fondo para el sentido, hay una intención comunicativa por debajo.

    El received text, como digo, ha perdido esa profundidad, quedando reducida a una expresión plana y sin intención.

    Tomemos un ejemplo: una luna redonda como un queso. Tú lees esa frase y ya no te dice nada: te daría exactamente lo mismo decir "una luna grande" (a secas), porque la metáfora empleada ya está muy gastada y el lector la pasa por encima sin que ello le genere ninguna reacción en concreto. Estas utilizando una expresión que aspira a ser poética y evocadora, pero que se queda en gastada y mundana. Para eso, mejor no uses nada. Ahora bien, si es importante llamar la atención del lector (por el motivo que sea) sobre el hecho de que la luna está llena, entonces buscad una manera más original de decirlo, en eso consiste el oficio de escritor: evocar con las palabras. Por ejemplo, David Foster Wallace (que es un Escritor, de los de con mayúscula) dijo: una luna obscenamente grande. Eso ya es otra cosa.

    Prueba irrefutable: meted "una luna grande como un queso" en google y comparad los resultados que salen con los que salen si ponéis "una luna obscenamente grande". [Y con "la miró de hito en hito", ya ni os cuento la de resultados que os devuelve...]

    Conclusión: DEJAD DE USAR DE HITO EN HITO.

    u.u he dicho.

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  13. Uno de los peligros del received text es que automáticamente empiezas a hacer lectura diagonal, porque no hay nada en el texto que te sacuda. Hemos leído esas expresiones tantas veces que ya no nos dicen nada (y en la literatura juvenil encima aparecen por todas partes). Vamos, que son lo contrario a lo que, según Kafka, debería ser la literatura: un puño que te golpea el cráneo. De hecho, después de haber visto a Ortiga desesperarse con la ingente cantidad de "de hito en hito" que había en "Los días que nos separan", yo compararía más bien el received text con la tortura de la gota china.

    Por cierto, la expresión que usa David Foster Wallace es, de hecho, aún mejor: dice que la luna que parece un limón obscenamente grande. Me encanta.

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  14. Buenas ^^
    Que lío de entrada, pero si que parece muy lioso el libro, es decir, después intenté leerlo sin las aclaraciones, y también me costaba encontrar el sentido de las frases.
    Lo que ha dicho Nymphalidae me parece una grandisima idea, no solo para la gente que quiera escribir, a la cual siempre tendría que pretender mejorar leyendo sobretodo críticas, sino a gente como a mi (Que supongo que habrá más) que me gustaría darme cuenta de como está escrito algo, independientemente de que me guste o no, el saber no ocupa lugar.

    Y aprovecho y dejo el enlace del Libster awars, que me nominasteis hace bastante http://larealidadesunamentira.blogspot.com.es/2014/07/liebster-awards.html

    Un abrazo ^^

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  15. Hola ^^
    Ya me lo imaginaba desde que leí vuestra crítica, pero ahora tengo bien claro que este libro es incomprensible. En serio, he intentado leerlo sin las aclaraciones y es que no hay forma de pillar el sentido de las frases; no se entiende lo que quieren decir. Pienso que esto se debe principalmente al uso de cultismos, al querer "escribir bonito", es decir: adornando mucho el texto con palabras rebuscadas para que suene mejor. Sólo que no suena mejor, sino que, directamente, no suena.

    Es por esto por lo que se agradecen enormemente las intervenciones de Ortiga. Vienen muy bien para señalar todos esos errores y para que las personas que escribimos no los cometamos también. A mí, desde luego, me han venido genial, porque confieso que al escribir, me dejo llevar y me olvido muchas veces de poner referente. No suelo usar cultismos (más que nada porque me suenan muy rimbombantes y creo que harían la lectura pesada) y tampoco hago eso de mentar al destino constantemente (qué cansinas), pero en lo de los referentes y en el uso de metáforas sí que sé que tengo que pulir mis escritos. Así que se agradecen estas entradas, porque ahora voy a corregir con lupa todo lo que he escrito y a vigilar lo que escriba a partir de ahora xD De hecho, ayer subí una reseña a mi blog y, mientras la escribía, estuve todo el rato procurando aclarar el referente de cada frase. Cosa que os debo a vosotras :P

    La verdad, yo me uno a las personas que querrían que leyeseis y comentaseis sus escritos. Se me pasan muchísimas cosas por alto y, ya puestos a criticar mis historias, preferiría que lo hicieseis vosotras por dos motivos: porque me reiría a carcajadas y porque me sería muy útil todo lo que me señalaseis.
    Así que yo apoyo la moción de que, de vez en cuando, comentéis los textos de los que aquí comentamos ^_^ ¡Ojalá hicieseis una sección así!

    Un saludo :)

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  16. Siempre he pensado que todos esos adornos y florituras que le ponen a las novelas eran algo así como "licencias poéticas". Los autores creen que cuanto más poético quede todo, más le va a gustar a la gente. Diría que no es cierto, pero ahí esta Zafón y sus amigos pedantes vendiendo libros como churros.

    Lo malo es que cuando leo estas reseñas me río, pero después pienso en como escribo yo y estoy seguro de que también la cago a dolor xD

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  17. A mí me encantan las palabras bonitas y rimbombantes, pero reconozco que hay que tener cuidado con ellas y saber usarlas en su contexto :)

    Muy útil la entrada y también me gustaría que me corrigierais ^^

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  18. Vale, aparte de que esta novela está escrita de una forma que no entiendo y que no pretendo entender, quiero deciros que este tipo de entradas son útiles, MUY ÚTILES, al menos para mí, y que os doy mil gracias porque cuanto más os leo más os tengo en la cabeza y más pendiente estoy de cada detalle de cuanto escribo.

    No obstante, tengo algunas dudas que espero que me aclaréis.

    1) En esta parte:
    Su cabello rubio daba la sensación de que bailaba con el viento [Ortiga: pelo que baila con el viento, innovador]. Esa tarde llevaba [Ortiga: referente: su cabello]

    Si "Esa tarde..." estuviera en un punto y aparte, y antes de "Su cabello" se hubiera hecho referencia a "él" ¿"llevaba" seguiría teniendo un referente incorrecto?

    2) En relación a los puntos suspensivos. Actualmente estoy escribiendo una novela en la que uno de los protagonistas tiene media cara destrozada y le perjudica a la hora de hablar, haciendo que haga pausas entre las palabras (no entre todas y no siempre) que no están justificadas de forma gramatical pero sí por el personaje en sí mismo. Para dar mayor realismo al personaje uso los puntos suspensivos en sus diálogos para marcar estas pausas y dar mayor sensación de lentitud cuando habla. Mi pregunta: ¿Esto es correcto?

    Solo son dos, creía que iban a ser muchas más xD
    En fin, gracias por vuestras perlas de sabiduría. Creo que la perfección nunca se alcanza, pero no está mal perseguirla, sobre todo si piensas dedicarte a esto de escribir.

    :-)

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  19. Creo que comentaros y apoyaros está trayendo consecuencias. "Perdidas entre páginas" me ha dejado de seguir en twitter de buenas a primeras xD
    Si reseñan mi libro con mucha saña al menos sabré por qué :/

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  20. Uff... he tenido que buscar el fragmento en el texto para recordar exactamente la frase y poder contestarte. Veamos...

    Lo primero (lo he dicho ya en la entrada, pero lo repito porque es cierto, y por si las moscas): en esta corrección he sido indeciblemente quisquillosa con los referentes. ¿Por qué he hecho esto? Porque creo que uno debe ser (consigo mismo) especialmente quisquilloso, porque siempre se nos va a colar algo, por mucho que nos esforcemos, así que cuanto más puntillosos seamos, menos se nos colarán, y nos ahorramos problemas.

    En la frase que tú mencionas del cabello, Laura, la cosa es que, si ese fuese el único fallo de referente que hubiese (o uno de los muy pocos), no pasaría nada, porque esa frase en concreto tiene el referente real lo bastante próximo como para no crear problemas de comprensión. No obstante, estrictamente hablando, hay un fallo de referente (y siempre es mejor evitarlo, si es posible, aunque sea reestructurando un poco la frase).

    Pero sé (o imagino) que tu pregunta no va exactamente por ahí. A ello voy (no desesperes xD). Estoy planeando algunos artículos para el blog relacionados con este tipo de cosas para el futuro (cercano, espero), pero te adelanto esto.

    Ya he dicho por ahí arriba en la corrección: toda frase en punto y seguido recupera gramaticalmente el sujeto de la frase inmediatamente anterior, a menos que se especifique lo contrario. Bien, pues de la misma manera, toda frase en punto y aparte, a priori, recupera el sujeto de la primera frase del párrafo anterior, de nuevo a menos que se especifique lo contrario. Vamos, esas dos son las reglas básicas de referente, y las que marcan un correcto uso de los puntos y puntos y aparte. Ahora bien, también es necesario usar el sentido común (y práctica, por supuesto) para ser capaz de ver cuándo el referente no está quedando todo lo claro que debería (porque hay algunas circunstancias que te van a tocar las narices, pese a esos dos principios básicos). La sobrecorrección es mala, como todo, pero una laxitud extrema en el correcto empleo de referentes es peor, porque deja al lector in albis.

    Como digo, quiero hablar de esto con calma. Pero bueno, aquí queda.

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  21. Oh, vaya. ¿Lo... siento, Laura? ^^' (por lo de Perdidas entre páginas, digo)

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  22. Oh, estaba tan centrada en contestar a la primera pregunta que me dejé la segunda.

    Los puntos suspensivos. Vamos a ver ^^' No es que sea malo usarlos (ni que sea correcto ni incorrecto), son una herramienta, como todo. Y su abuso es definitivamente pernicioso. Hay que saber usarlos.

    También escribiré sobre esto en algún momento, pero por ahora contestaré a tu pregunta, Laura.

    Para el uso que comentas, personalmente me parece un recurso válido: si está justificado que los diálogos de ese personaje estén plagados de puntos suspensivos (y por lo visto lo está), no debería suponer mayor problema. Ahora, si a ti personalmente ya de entrada te parece que visualmente es cargante/extraño/inadecuado, también hay otros recursos que puedes usar (por ejemplo, el guion). Tendrás que valorarlo tú como escritora.

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  23. Aishhh muchas gracias hiebecilla infecta. Eres un pozo de sabiduría *____________*

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  24. Hum. Siento lo de twitter.

    Cuando nos hagamos una cuenta, te seguiremos para equilibrar la balanza.

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  25. Después de algún tiempo de lectora fantasma me atrevo a comentar yuju XD

    Solo quería deciros que encuentro muy útiles estas entradas, como escritora ayuda a evitar lo que no se debe hacer. Y bueno, personalmente también opino que si nos perdemos en las descripciones es mejor limitarlas y tirar de otros recursos que se nos den mejor, esto desde mi experiencia.

    Por otro lado, no sé si me atrevería a caer en vuestras manos XD tal vez en algún beteo ¡uf!

    Saludos

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  26. Saludos, lectora fantasma =P Me alegro de que todo esto te resulte útil.

    Pues... para todos los que les interese el beteo, estaos atentos e.e En este humilde jardín del mal estamos empezando a prepararnos ya para la vuelta al cole (somos hierbas muy previsoras), y tenemos en mente un evento que quizá os resulte muy tentador e.e

    No diré más. Por el momento.

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  27. Uy, qué intriga XD os seguiré leyendo :)

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  28. Yo también os quiero agradecer este estudio pormenorizado de lo que no se debe hacer al escribir. Me resulta asombroso que se publiquen estos textos. A lo que hay que añadir esa horrible portada, como ya se comentó en la anterior entrada referida a esta novela.

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  29. Estaba tomando agua mientras leía uno de los párrafos y terminé atragantada por la risa. En serio. Son geniales, recién llego a este blog y estoy encantada. Soy parte de esa gran población de la web que quiere sentirse escritora. La verdad es que largo mis barrabasadas y soy feliz, pero he visto mucho casos de gente que escribe cosas llenas de estos errores y se comportan como si estuvieran en la cima. La culpa es de las editoriales y del público que elige estas lecturas, supongo. Voy a tomar nota de todo lo que vea por esta sección para no repetirlo. Y tiene que haber más, esto es muy divertido.
    Saludos.

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