Donde la literatura y la maldad se toman un té

jueves, 1 de enero de 2015

¡Qué inocente fui!

O: Pues sí, ¡qué inocente fui! Esta es una de esas frases con la que difícilmente puedes no sentirte identificado. Todos tenemos un yo nuestro pasado, un momento concreto en nuestra memoria, al que podríamos gritarle eso.

Z: Todos menos yo. Ortiga, acuérdate del miedo que le dan a Cardo las fotos de cuando yo tenía seis años. Dice que parezco la niña de The ring, o una de esas crías serias que salen en las películas de fantasmas y aparecen de improviso en rincones oscuros e insospechados. Oh, y acuérdate del miedo que me tenía mi madre cuando era un bebé. La pobre mujer dice que la miraba como pensando "eres muy tonta" cuando me hacía monerías en la cuna.

Zarza a los 6 años.

O: Pues tú porque eras un monstruo, pero yo, si mañana me viniese el espíritu de la Navidad y me ofreciese un paseo a través de mi vida hasta el momento presente, me haría imprimir post-its con la frase de la cabecera y me los iría pegando en la frente a guantazos a lo largo de toda la visita.

Z: ¿De qué estás hablando? He visto fotos tuyas de cuando llevabas pañales, y estabas fulminando a la cámara con tu cara de hambre. Querida Ortiga, no nos engañemos. Tú y yo no hemos sido nunca inocentes. Como mucho hemos sido adolescentes, ergo tontas de remate. Es triste, pero cierto.

Ortiga cuando aún llevaba pañales.

O: Mmm... bueno, puede que tengas razón. Yo no es que haya sigo inocente toda mi vida, es que he sido tonta de capirote.

Z: I rest my case.
O: El caso, deja de desviarme, niña. Este mini evento es una mezcla entre día de los Santos Inocentes y nostalgia de Año Nuevo. A Zarza y a mí nos ha dado por echar la vista atrás, y atrás, y atrás... hasta remontarnos a nuestros años mozos, en los que empezamos a escribir nuestras primeras (respectivas) novelas y proyectos “serios” (en mi caso, aquellos tiernos 14 años), y hemos decidido (inspiradas por una sugerencia que alguien hizo en el jardín) que, ya que pasamos tanto tiempo riéndonos del trabajo ajeno, bien podríamos devolverme al mundo parte del favor. Así pues, hemos rescatado un par de viejos fragmentos para ponerlos aquí, para jolgorio y regocijo general.

Z: Repámpanos. Qué nostalgia. Yo escribí mi primera novela entre los doce y los catorce años, creo. De hecho, no sé si llamarla mi primera novela porque tenía 300 y pico páginas (ya sabéis, una de esas trilogías de fantasía épica que todos empezamos de adolescentes y que acaba en un epic fail) y entre que la escribía terminé otra. Así que la cronología me tiene algo confusa. Digamos que es la primera que empecé, pero no la primera que acabé.

O: A nadie le importa. Procedo a ignorarte :D

Z: Muérete, furcia harapienta :D Pero antes explica de qué va la entrada. Sé útil.

O: Tenemos dos retos que proponerle a todo aquel valiente que se atreva. Nosotras vamos a colgar en esta misma entrada dos escritos nuestros y vosotros podéis:
A) coger un fragmento (de la longitud que gustéis, sea de Zarza o sea mío) y destriparlo en vuestro blog a la manera de las Malas Hierbas, para que todos los demás podamos reírnos también; o
B) animaros a colgar en vuestro blog/twitter/donde os dé la gana un fragmento vuestro, de vuestros años de infancia, bajo el título ¡Qué inocente fui!, y así compartir el buen humor con el resto del mundo.

Z: Y quien dice buen humor dice horror existencial.

O: En cualquiera de los casos, ¡avisadnos! Sabéis que somos de buen reír. Nos encantará tener noticias vuestras. Y no os olvidéis de incluir las dos modalidades de participación en el reto, por si vuestros seguidores quieren animarse también.
Por cierto, yo es que no soy mucho de estos convencionalismos navideños, pero... Feliz Año Nuevo, y eso, supongo. Las Malas Hierbas os deseamos un nuevo año lleno de maldad y buena literatura (o, en su defecto, de carcajadas).






ZARZA:
Esta es la página 53, elegida al azar por Ortiga. No podía haber escogido fragmento mejor. De verdad. Toda la historia es muy telenovelesca, pero la forma de escribirla es, en general, bastante soseras. Mal escrita, pero no demasiado graciosa, vaya (al menos por lo que he visto por encima). Excepto este fragmento. Es para enmarcarlo. No sabéis la vergüenza que me da haber escrito esto.


Ella había perdido su mirada en el horizonte inexistente de cielo y mar enfurecidos. Oía los truenos romper y las olas golpear cuanto pillaban a su paso. Ella también deseaba gritar. Aunque ya había gritado.

Hacía pocas horas, su padre había entrado en su cuarto a comunicarle que en unos días se casaría con el conde de Rocklay. “Mentiroso”, le había gritado. Antes de morir su madre, le había jurado a esta que nunca la obligaría a casarse con nadie que no quisiera ¡y a ella también se lo había prometido!

Ella no entendía mucho de política (nunca le había interesado), pero sabía que la madre del conde, la antigua condesa, había sido hija de burgueses y que muchas veces, algunas incluso públicamente, se había cuestionado la lealtad de esa familia hacia el rey. ¿¡Qué pretendía hacer su padre, casarla con un traidor!? Además, ¿a qué tierras pensaba mandarla? ¡A las tierras de los acantilados! ¡Las más pobres y las más inaccesibles! ¡Las de peor clima! Lo mirara por donde lo mirara, el joven conde de Rocklay era un mal partido.

Todo desventajas por el lado práctico. ¿Y lo demás? Peor. Es cierto que era muy apuesto, porque ella lo había visto en uno de los bailes que el rey había organizado en la Corte, pero era un pretencioso estúpido que no sabía decir nada inteligente. ¿Qué más daba que fuera conde a los casi dieciocho años si era porque sus padres habían muerto? Lo odiaba. Cuando se lo habían presentado la había mirado como si lo más que le interesase de ella era saber qué tenía debajo del vestido. La verdad es que bailaba muy bien, pero tras cuatro bailes seguidos con su cabeza desviada hacia su escote, había acabado harta.




ORTIGA:
Bueno, no sé si podré superar lo ya compartido por Zarza, pero mi fragmento es la página 300 (como la película, idea de Zarza) de la primera novela que escribí (y terminé). La versión original, que después sufriría rondas sucesivas de correcciones y re-correcciones, tenía cerca de 450 páginas y, a pesar de todo el cariño maternal que le guardo a la historia (por ser la primera, y eso), creo que todo el mundo aquí será capaz de empatizar con mi vergüenza cada vez que abro el doc. y leo algún fragmento.

Todo vuestro para que los destripéis (como en seguida vais a poder comprobar, yo he sido de las que creaban personajes flipados que se creen que pueden vencer a los malos a guantazo limpio con las manos desnudas si les das una oportunidad):


En un arrebato, echo rápidamente la cabeza hacia atrás, golpeando al jinete en plena cara. Éste, sorprendido, cae de la montura y lanza un juramento. Entonces ocurre algo con lo que no había contado, el caballo se asusta y comienza a correr. No veo por dónde voy, y mucho menos puedo coger la riendas, lo único que puedo hacer es echar el cuerpo hacia delante, pegándome al cuello del animal, y tratando de no perder el equilibrio.

Esto no es lo que yo quería: tenía que ayudar a Sarah. Comienzo a escuchar un segundo par de cascos que se aproximan. ¡No! Pienso, furiosa. Alguien agarra las riendas y el semental se detiene. Yo me inclino hacia un lado y caigo al suelo. Ignorando el dolor, me pongo rápidamente en pie y echo a correr.

No me había equivocado, el superficie es de piedra, así que no tengo miedo de chocar contra un árbol. Sin embargo, no llego muy lejos. Apenas he dado media docena de zancadas cuando tropiezo y caigo. En un segundo, alguien me agarra por la espalda y me levanta. Se ríe mientras yo trato de recobrar la respiración.

A empellones, me lleva de vuelta hasta donde están los demás. Puedo oír sus risas. Sólo con que pudiese verlos se iban a enterar... Pero su castigo tendrá que esperar, por desgracia.

Puesto que no te gusta cabalgar, te dejaremos que continúes a pie – dice una voz, que identifico enseguida como la del jefe del grupo.

Me atan un cabo a la cintura. No sé dónde ponen el otro extremo, lo único que sé es que, cuando los caballos vuelven a ponerse en movimiento, la cuerda tira de mí y me veo obligada a seguirles. Como no puedo ver nada, tropiezo cada pocos pasos, y más de una vez acabo tirada en el suelo. Pero me levanto y sigo caminando, con la cabeza alta. No pienso suplicar.

Cada vez que doy con mis huesos en tierra, se escuchan risas. La última caída es la peor: piso mal con el pie izquierdo y me lo retuerzo. Tengo que hacer un esfuerzo por no gritar, medio de sorpresa, medio de dolor. Cuando intento volver a levantarme, me encuentro con que la articulación no me responde, y la pierna no puede sostener mi peso. Caigo de nuevo, jadeando.






En mitad del Concurso-Sorteo
Yo también quiero ser una mala hierba,
evento patrocinado por...

Somos dos chicas aficionadas a la lectura y en nuestro blog podéis encontrar reseñas de todo tipo y otras secciones interesantes como debates o nuestra Cadena de libros. Estamos encantadas de ser patrocinadoras de estas Malas Hierbas para que desarrollen el macabro plan que se traen entre manos y nos hagan la vida un poquito más feliz a todos.

15 comentarios :

  1. Lo que me he podido reír con vuestros fragmentos XD
    Me han entrado ganas de compartir los míos (que tienen que ir más o menos por el mismo camino), pero me da mucha pereza ponerme a buscarlos.

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  2. ¿El de Zarza es de una novela de amor? La verdad es que he visto cosas peores, jaja. Hay por ahí blogs en los que niñas de entre 13-16 años que "escriben" (si es que se le puede llamar así) fanfics de One Direction con millones de faltas de ortografía. Eso sí que es un horror existencial, jaja.

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  3. Jajajajaja. ME ENCANTA. Los míos tenían también ese toque macabro-dramático romántico. Se nota que ninguna habíamos tenido una relación de verdad cuando escribimos nuestros textos jajajaja.

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  4. Nah, no era una novela de amor :P Leyendo por encima me doy cuenta de que la historia se centraba en descubrirse a uno mismo a través de las relaciones que mantenemos con los demás. Cómo núcleo me gusta, a pesar de que la puesta en práctica fuera tan desastrosa.

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  5. Es que me lo ha parecido; como hablabas de matrimonios concertados y hombres apuestos, pensé que lo sería, jeje. :) Como tema central, no está mal lo que dices, es cierto. Aún así, a pesar de que digas que es un desastre, siempre será mejor que After; por lo menos lo tuyo tiene una intención, y buena.

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  6. Bueno, anónimo, no todo el mundo tiene lo que hay que tener para escribir After...

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  7. A mí me gustaría tener lo que hay que tener para escribir After :C

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  8. Madre mía XD todos tenemos un pasado :P en mi caso nunca he terminado una novela, pero sí he escrito varios relatos y los primeros eran cortos y meh e.e

    Igual me animo a pillarlos para betearlos (y ser un poco mala hierba XD) no soy una experta, aunque algo sacaría ^^

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  9. Me quedo con esta frase "Ella había perdido su mirada en el horizonte inexistente de cielo y mar enfurecidos". Y con esta otra "Muérete, furcia harapienta".
    Seriously, Zarza, leyendo esta entrada parece que tienes un trastorno disociativo grave de la personalidad. Vuestros fragmentos no me han parecido tan malos, así de pronto el de Zarza me parece rimbombante y el de Ortiga un poco sosaina, pero comparado con lo que hay publicado por ahí... EN FIN DE LOS SERAFINES.
    Yo pondría algo mío, pero es que los escritos de mis primeros tiempos se perdieron junto a mi viejo ordenador. De todas formas buscaré a ver qué es lo más viejo que tengo y si eso os aviso por aquí de que lo he subido.

    :-)

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  10. La cuestión, querida Amaranto, es: ¿grave para mí... o para los demás? >:3

    ¡MUAJAJAJAJA!

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  11. Os contestaría a los comentarios, pero ya sabéis lo que pasa con responder a un comentario desde el ordenador.

    Viendo que After es un fanfic cutre de One Direction, solo hay que saberse de memoria las canciones de esos cinco (o cuatro, no sé ni cuántos son), tener la habitación plagada de posters suyos, 15 años y las hormonas revolucionadas, y no haber leído casi nada, salvo, como mucho, a Blue Jeans, Moccia y fanfics de Justin Bieber y One Direction. Eso es lo que hay que tener para escribir no ya After, fanfics del grupo. Ah, y se me olvidaba: un ordenador con conexión a internet, que sin eso no hacemos nada.

    ¿Muérete, furcia harapienta? Qué directa. ¿Horizonte inexistente? ¿Qué clase de mundo es ese que no tiene horizonte?

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  12. Sobre la frase del millón, (Ella había perdido su mirada en el horizonte inexistente de cielo y mar enfurecidos), aunque quizá se podría escribir mejor de otra manera, lo cierto es que la entiendo perfectamente y me gusta, será porque me encanta pasarme las horas mirando al mar, jejeje. Me imagino un terrible temporal en el que no se distingue el agua del mar enfurecido respecto al cielo encapotado, y yo mirando con la mirada fija y perdida pensando en la fuerza de la naturaleza, sintiendo la nimiedad de las cosas corrientes ante semejante espectáculo.
    Lo de la "furcia harapienta", m'hancantao, jajaja, voy a apuntarlo.

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  13. XDD Sí que ha traído cola la frase del horizonte. Era por lo que tú dices, Ana María, y además porque realmente el horizonte es un efecto óptico, y no "existe". No sé por qué, pero de cría me gustaban mucho estas cosas.

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  14. Ya que les di la idea, acepté el reto y compartí mi fragmento
    http://mentesenpapel.tumblr.com/

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  15. xD ¡Genial!

    Ahora mismo voy a verlo =P

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