Donde la literatura y la maldad se toman un té

sábado, 16 de enero de 2016

La reina roja, de Victoria Aveyard

Título: La reina roja
Autora: Victoria Aveyard
«En una sociedad dividida por el color de la sangre, los Rojos luchan por sobrevivir [Zarza: a la posguerra española] bajo la sombra de los Plateados, "superhumanos" con poderes terribles que les permiten manejar el mundo a su antojo. Pero cuando se revela que Mare Barrow —una joven ladronzuela Roja— tiene también esas habilidades, es llevada al mundo de los Plateados. Allí descubrirá que el poder es un juego peligroso y que la única certeza es la traición.»


Ah, que... ¿aún esperábais que fuera Zero?
¡Pooooooobres almas en desgracia!

Queridos hierbajos, estoy tan pero TAN decepcionada con este libro.

El mundo me odia.

Tenía muchas ganas de leerme este libro, la verdad: el principio prometía. Como no estaba dispuesta a gastarme más de once euros en un ebook, lo busqué por internet y encontré una traducción fan que ha resultado ser bastante pasable [como traducción pagada habría que despedir al traductor, pero siendo una traducción de andar por casa y a cientos de manos… la verdad es que el resultado se deja leer (los he visto infinitamente peores)].

La cuestión es que, arrastrando todavía como arrastraba la emoción de haberme leído La maldición del ganador, y juzgando solo por las primeras páginas, me sentía optimista. Sin embargo, al final ya veis que este libro no ha estado a la altura del anterior.

Está bien, iré por partes, como siempre.

¿Os he dicho ya lo mucho que me he aficionado
a las imágenes tematizadas?
No tengo nada que decir de la sinopsis, la verdad. Si me la hubiese leído antes de leerme el libro lo cierto es que no me hubiese llamado particularmente la atención. Pero puedo concederle que no apesta a márquetin barato y que no es mentira. Digo yo que eso cuenta como punto a su favor, ¿no?

Esta historia va de lo que nos dicen que va: tenemos un mundo en el que viven humanos chachis con poderes (los plateados, por el color de su sangre), que son la élite de burgueses, nobles y otros mandamases monárquicos; y luego tenemos humanos normales (los rojos), que corresponderían a los estratos sociales bajos y están oprimidos y explotados. Y se lía parda cuando se descubre que la prota, que es roja, tiene poderes a pesar de ser roja de pura cepa y no ser la hija perdida de nadie. Así que los reyes plateados, que son mu' malos, deciden usar a la niña para sus propios propósitos: le dicen a todo el mundo que en realidad sí que se trata de la hija perdida de alguien, que es plateada a pesar de haber sido criada por rojos, y se la prometen al segundo príncipe del reino para tenerla ahí controlada y cerquita de casa y que así su presencia les ayude a sofocar la revolución roja que se está gestando (quieren tener una princesa con la que el pueblo rojo se pueda sentir identificado para que los ánimos se aplaquen un poco, clásica estrategia). Y… bueno, ya sabéis que cuando la gente empieza mintiendo la cosa no puede llegar muy lejos. Por el camino la prota se nos enamora de un príncipe, luego de otro, luego de ambos y luego de ninguno; y todos los personajes masculinos heterosexuales en edad casadera se enamoran de la prota, para equilibrar la balanza. Y tal.



Más cosas…

El núcleo: no lo veo. La historia se sostiene sobre la premisa que ya nos adelanta la sinopsis: cualquiera puede traicionarte. No obstante, no parece haber ningún tipo de posicionamiento moral o reflexión al respecto de esta realidad, sencillamente «es». Supongo que, si queremos ser felices y optimistas, siempre podemos adjudicarle algún núcleo que tenga más o menos que ver con el tema y «pensar bien»: ¿el fin justifica los medios?, por ejemplo (¿traicionar o utilizar a alguien para tus propios fines es aceptable siempre y cuando los fines que persigues sean justos y deseables (para ti o para el bien común)?). No obstante, como digo, no tengo nada claro que hubiese ningún tipo de intención comunicativa concreta por parte de la autora cuando escribió esta historia; y, si la había, sin duda no me parece que haya quedado lo bastante clara.

La autoridad narrativa no me ha parecido mala la mayor parte del tiempo. De vez en cuando la autora se mete en camisa de once varas y empieza a hablar de cosas que no me da la sensación que controle (golpes de estado, por ejemplo), pero si nos fijamos solamente en lo referente a la construcción del mundo fantástico en sí, creo que la autoridad racional es aceptable (no impresionante, pero aceptable). La autoridad emocional también está bien: la protagonista aparenta la edad que tiene (unos 17-18 años) y tiene sentido que se sienta como se siente a lo largo de la novela (la niña parece que se enamora de todo bicho viviente que se le menee por delante, pero dentro de la ficción puedo llegar a aceptar que, como mínimo, les tome cariño, dadas las circunstancias [me parece excesivo, muy a lo La selección, pero podría llegar a pasarlo por alto]).

Los personajes son sin duda lo mejor de esta novela, por lo menos al principio. Al final del libro, por desgracia, Victoria Aveyard decide tirar por tierra todo su trabajo y empieza a hacer tonterías. Estoy tan profundamente decepcionada.

Así que os voy a hablar de personajes. Los de esta novela empezaban siendo geniales: tenían conflictos internos y zonas oscuras. La protagonista, por ejemplo, que es además la narradora, siente envidia de su hermana y al mismo tiempo la ama profundamente (muy fraternalmente [Zarza: quitaos las shipping googles, chicos]), desea la aprobación de su familia mientras que no deja de hacer cosas que sabe que ellos desaprueban porque en el fondo cree que eso es todo lo que es y no vale para nada más, y todo ello sin dejar de mentirse a sí misma al respecto. El príncipe segundón y prometido de la prota se parece bastante a esta: siente envidia de su hermano a pesar de que es su hermano y le quiere, y desearía ser reconocido por el padre; y al final termina haciendo un montón de cosas que van en contra de los deseos del padre (y a espaldas de este) porque cree que el cambio merece la pena el riesgo y está dispuesto a intentarlo.

Por otra parte, el príncipe heredero al trono ejercita mucho el doblepensamiento para poder engañarse a sí mismo: por un lado quiere ser un buen gobernante que conoce a su pueblo para ser capaz de gobernar justamente, y hace eso de escaparse del palacio para mezclarse con la chusma y tal; por otro lado, ama profundamente a su padre (muy paternofilialmente) y cree con firmeza en el estilo de vida que tienen ahora (utilizar a los débiles como peones de los poderosos, pues tal es su objetivo en la vida para poder mantener el sistema en funcionamiento), o al menos eso es lo que él solo se repite, porque en el fondo una parte del problema es que tiene miedo del cambio y sus consecuencias si no tiene éxito (más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer); así que hace pequeños buenos actos, como darle un trabajo a la pobre niña roja (la prota) que conoce una noche en un bar (tener trabajo la salva de ser reclutada para la guerra), y eso le ayuda a aplacar la conciencia sobre el hecho de que no se atreve a emprender acciones mayores.

En fin, por lo menos los personajes "principales" estaban bastante bien, y algunos de los rojos secundarios también (como la hermana y la madre de la prota), pero entre los plateados yo lo que veo es el resultado de demasiada endogamia. Quiero decir: no endogamia en el sentido literal de Canción de Hielo y Fuego, simplemente hay una sorprendente cantidad de sociópatas y colgados y malos por amor a la maldad, lo cual no tiene interés a nivel narrativo.

Los dos problemas principales de los personajes son los siguientes: el texto es insoportablemente explicativo, así que, tanto si la escena estaba bien construida y transmitía la información por sí sola como si no, a continuación aparece raudo el narrador a dejárnoslo todo muy clarito y matar así la poca calidad narrativa de la obra; y además los personajes se van degradando hacia el final. La prota consigue más o menos mantener el tipo (aunque va perdiendo gracia), pero los dos príncipes son una catástrofe. Os lo explico a continuación:

[ATENCIÓN SPOILER]

Por requisitos de la trama y para aumentar el (dun dun duuun) MISTERIO y efecto dramático, el príncipe heredero comienza a ser percibido como otro psicópata más por parte de la protagonista-narradora: de pronto todo lo que hace nos lo cuentan con mucho halo oscuro revoloteando para que empecemos a desconfiar. Luego, claro, es parcialmente mentira. Resulta todo bastante cantoso. Y después tenemos al príncipe segundón, que es el desperdicio más absoluto que recuerdo haber visto nunca en una novela: en un sorprendente PLOT TWIST al final del libro se nos desvela que, tatatachán-tachán, el niño es un psicópata y TODO lo que ha hecho hasta ahora en la historia era mentira y solo estaba fingiendo para conseguir el trono.

Vamos a ver si puedo dejar algo meridianamente claro: en general, y salvo contadísimas excepciones, los psicópatas NO son buenos personajes. Los motivos son muy simples: los psicópatas no tienen conflictos internos (porque carecen de empatía), no tienen zonas oscuras (porque las zonas oscuras sólo existen como tal en contraposición con algo) y sólo tienen una única motivación que lo justifica todo y no entra en conflicto con nada (su propio beneficio y gratificación personal).

Así que me estás diciendo que Victoria Aveyard tenía construido un personaje que, sin llegar a ser una maravilla, era sólido y se sostenía a nivel narrativo y, de pronto, sin venir a cuento, le dio un ictus y decidió sacarse de la manga la carta del «¡Ajajajajá! ¡Comodín del psicópata! ¡Todo lo que os he contado hasta ahora era falso! Suck it, losers!». Esto lo puede hacer cualquiera, ¿no te jode? Plot twist!: la historia de 500 páginas que os he contado era falsa y en realidad la protagonista es una garza mutante que lanza rayos láser por el ombligo. Tú te estás quedando conmigo.

Permitidme que deje otra cosa meridianamente clara: los plot twists no le añaden calidad narrativa a tu novela. De hecho, yo os aconsejo que tengáis mucho cuidado a la hora de utilizarlos porque, a menos que queden justificados por la narración (cosa imposible en este caso, dado que el libro carece de núcleo), os estáis arriesgando a que el lector se sienta muy ofendido porque hayáis intentado tomarlo por tonto. A mí no me impresiona en lo más mínimo que de pronto al autor le haya dado un ictus, más bien me da pena.

Si queréis crear un psicópata, adelante, pero tened muy claro que para sacar un buen personaje de ahí os las vais a ver y a desear. No vale con llegar al final de libro y gritar: ¡sorpresa!, ¡es malo! Y volvemos a lo mismo que digo siempre: no es que sea imposible (ahí está Hannibal Lecter), pero ese nivel está reservado a unos pocos iluminados. Un malo que es malo porque es malo no sirve absolutamente para nada [Zarza: y luego están los buenos que son buenos porque están buenos, como Sirius Black, por ejemplo].

[FIN DEL SPOILER]

Paso a hablaros de la prosa. Como ya dije al principio, he leído una traducción hecha por fans, así que hay cosas que no voy a poder comentar en este caso. Lo que sí puedo decir es: insoportablemente explicativo (lo he dicho y me repito, porque lo es), lo cual no deja de ser una pena, porque la selección de elementos en general no es mala y hay algunas escenas bien escogidas (cuando el padre se pone a darle golpes a la caja de fusibles para intentar arreglarla [se siente frustrado porque ha pasado algo grave a la familia ese día], cuando la hermana de la prota no quiere acercarse a ella a saludarla [porque a pesar de que es su hermana y la sigue queriendo no puede dejar de culparla por lo que le ha sucedido]). También hay un momento en el que la autora pretende crear un coro entre dos escenas de fracaso (una al principio y otra al final) y, aunque la intención está ahí y la idea me gusta, creo que los paralelismos no están lo suficientemente trabajados a nivel del texto: solo sabemos que se busca un paralelismo porque la autora nos lo explica.

En fin, termino ya. En esta ocasión no tengo apuntado nada específicamente gracioso, pero tengo algunas notas que me gustaría compartir con vosotros (atención spoilers):

Hay varias cosas concretas que me gustan de esta novela en tanto en cuanto rompen un poco con las líneas habituales: a la chica no la emparejan para casarse con el príncipe heredero sino con el hermano menor (¿no estáis hasta las narices de que la gente ponga a sus protagonistas en el trono por todo el morro?), tampoco es la hija ilegítima/perdida de un noble/príncipe por ahí que aparece de la nada, y además el personaje en general no es precisamente la chica maravillosa y perfecta que sabe hacer todo (ni tampoco es el contrario reaccionario que ha proliferado últimamente [que es solo un contrario de pega, porque pretende que no es perfecta, pero en realidad sí que lo es]). Por ejemplo, esto es lo que dice el rey plateado de la prota tras leer la ficha de identificación que tiene la niña:
«—Mare Molly Barrow [Zarza: ¿Mare? ¿Como en... yegua? ¿Hay una protagonista que se llama Yegua? Porque hace poco tuvimos a una que se llamaba Bambi. Yo empiezo a ver un patrón aquí], nacida el 17 de noviembre de 302 de la Nueva Era, de Daniel y Ruth Barrow —recita Tiberias de memoria, dejando mi vida desnuda [Ortiga: pues... qué poca vida tienes, ¿no?]—. No tienes ocupación y estás programada para el servicio militar obligatorio en tu próximo cumpleaños. Asistes a la escuela de moderación, los resultados de tus pruebas académicas son bajos, y tienes una lista de delitos que te aterrizaría en la cárcel de la mayoría de las ciudades. Robo, contrabando, resistencia a la autoridad, por nombrar solo unas pocas. Todas juntas eres pobre, grosera, inmoral, poco inteligente, empobrecida, amarga, terca, y una plaga sobre tu pueblo y mi reino [Zarza: vergüenza sobre tu vaca] Y me gusta porque es cierto y/o ella considera realmente que es cierto. Es una chica bastante normal, ni lista ni tonta, que hace lo que puede con las cartas que le tocan.

También hay varias cosas que me hacen levantar una ceja con incredulidad. Por ejemplo, el hecho de que la niña se caiga contra un escudo eléctrico que ya ha demostrado ser capaz de hacer explotar palomas y prender fuego a ramas de árbol al tocarlos y la ropa sólo se le chamusque un poco (ella tiene un poder de tipo eléctrico [¡como los Pokémon!], así que a ella no le pasa nada). O cuando le hacen una herida en la cara en un entrenamiento (como el rey está obligándola a fingir que es plateada tiene que ocultar la sangre y salir por piernas para que no la pillen), así que los príncipes la ayudan a escapar y la llevan a que la curen (hay gente con poderes de curación), pero la sangre no mancha absolutamente nada, ni las manos de nadie cuando la tocan, ni la ropa del príncipe que la abraza, ni la ropa de ella misma. O cuando a uno de los príncipes (tienen el poder de controlar el fuego y cuando se alteran les aumenta la temperatura corporal) se le está fundiendo el metal de la armadura que lleva puesta y al mismo tiempo tiene a la prota cogida de la mano, pero a ella no la achicharra.

También es francamente irritante cuando vemos el plan que se les ocurre a los personajes para que la prota y el príncipe segundón ayuden a los rebeldes a tomar la ciudad de los plateados y dar un golpe de estado. El príncipe segundón propone que la prota recurra al amorr que el príncipe heredero siente por ella: si ella se lo pide, él renunciará a todo y la elegirá a ella. Este es el final de la conversación:
«Farley (líder de los rebeldes) se burla.
—¿Quieres que base toda la operación, toda la revolución, en una historia de amor adolescente? No puedo creerlo.» Gracias. Alguien tenía que decirlo.
Lo malo es que esto es lo que sigue:
«Al otro lado de la mesa, una mirada extraña cruza el rostro de Kilorn (otro revolucionario y amigo-pretendiente de la prota). Cuando Farley se vuelve hacia él, buscando algún tipo de apoyo, no encuentra nada.
—Yo puedo —susurra él, sus ojos nunca dejan mi rostro (el de la prota).» ¿Puede saberse por qué coño todo el mundo está enamorado de la prota?

En todo caso, hay que decir que esta escena era el principio del fin más absoluto para esta novela. A partir de ese punto, es de culo y cuesta abajo. Lo único bueno, en realidad, es que el príncipe heredero no hace caso cuando la prota le pide que renuncie a sus principios por amorr a ella (todo un alivio, de verdad: yo estaba asustada) y, con mucho dolor de su corazón, la arresta a ella y al hermano y los lleva ante el rey. También hay una actitud salvable en cuanto a todo el tema romántico y es que finalmente la prota dice abiertamente que no quiere saber nada ni de un príncipe ni del otro, porque ambos la han traicionado de una manera o de otra y ella también ha sido una perra (se han hecho daño mutuamente más allá de lo que sería solucionable). Estoy harta de leer tonterías sobre que «el amor lo puede todo»: ya iba siendo hora de que alguien fuese emocionalmente realista, coño.

Al margen de esto, toda la última parte es un WTF mayúsculo e insalvable. De pronto el príncipe segundón es un psicópata (como ya dije). De pronto todo es un complot malvado de la reina y el príncipe segundón para matar al rey y quedarse con el trono (la reina puede controlar mentes, así que obliga al príncipe heredero a decapitar a su propio padre [y lo enseñan por las cámaras para disfrute de todos]). Así que condenan al príncipe heredero por regicida y a la prota por traidora (por formar parte de la revolución) y los van a ejecutar públicamente, solo que… en fin, si se los cargan de verdad se acabó la trilogía, así que se monta la típica escena absurda de libro malo en la que los ponen a pelear contra un montón de tipos chungos (de Chungolandia) en la arena de los leones y aún así los «buenos» ganan (porque son unos sobrados), y entonces aparece Deus ex Machina la revolución y los saca de allí antes de que se les tire encime el resto de la guardia y los rematen de verdad.

Fin.


Chichómetro: chicha, poca; chicópatas, todos los que quieras.

Potabilidad: se puede beber, uhm... casi todo.

Carcajadas: 2/10

Otras páginas que tienen publicadas críticas o reseñas de este libro, por si os interesa contrastar: Alas de papel, Perdida en un mundo de libros, El Geek Furioso de la Literatura [no sabía yo que esta mujer había escrito su libro con la intención consciente de ganar dinero fácil xDD Qué crack. Ortiga aprueba].


¡¡Buuh!! ¡Ortiga ha escrito otra crítica positiva! ¡Chaquetera! ¡Vendida! ¡Lamec...!
Espera. Espera, espera, espera. Wtf? ¿Desde cuando decir que algo «en fin, no está tan mal» se considera positivo? Qué bajitos tenemos los estándares, ¿no?
Esta crítica se la dedico a todos esos encantadores haters que no tienen nada mejor que hacer con su tiempo más que decir lo mal que hacen las cosas los demás sin molestarse en aportar argumentos que respalden tal opinión :D

Con amorr,

O.

13 comentarios :

  1. Unas semanas antes no conocía este libro de nada, pero desde que lo mencionaron en los comentarios de mi blog no dejo de encontrármelo por todas partes. Curioso lo que hace el cerebro con la percepción de la realidad.

    Aportado el anterior detalle sin ninguna importancia, yo entiendo un poco a los haters: este es el blog donde moran las infames arpías cancerígenas, el reino de las emperatrices de la maldad, la pesadilla que despierta a los escritores cutres. Incluso la leyenda lo deja bien claro. Decir que algo “no está mal” no es un halago, pero tampoco es lo que nos habíais prometido. Venir aquí y encontrarse eso es como ver a Hannibal Lecter demostrar su psicopatía defraudando impuestos y saltándose semáforos; que sí, que eso no está nada bien, pero de él se espera más.

    Vamos, que yo el problema lo veo no en que los haters tengan los estándares muy bajos, al revés. Los tienen tan altos con respecto a lo abyectas que sois que en cuanto no hacéis sangre se sienten decepcionados porque eso es lo que vienen a buscar aquí.

    Con amor también, que yo os quiero independientemente de que destripéis en vivo el libro o no.

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  2. En ese caso me alegro por los haters, que no han encontrado la sección de Los olvidados. Sección donde no es que digamos que un libro "no está mal", sino que directamente nos abandonamos al fangirleo.

    ¡DFW, te queremos!

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  3. Podría decirles en modo ofendido que como no están de acuerdo conmigo, entonces dejare de seguirlas para siempre. Pero la verdad es que el desacuerdo es pequeño y tengo un poco de clase.
    Estoy totalmente de acuerdo con los psicopatas, por cierto. Durante de este libro me dediqué a jugar a «imagina el olor twist más absurdo» durante toda la novela pero tengo que quitarme el sombrero ante Aveyard: me supera.

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  4. Pero, ¡pero...! D: No es mi culpa si un libro tiene algunas cosas medio bien hechas. Es que, claro, me tenéis aquí leyendo mierdas del calibre de Si el amor es una isla y Heima es hogar en Islandés, y ¡no todos pueden ser así!

    Con lo ilusionada que estaba yo de que las novedades no estuviesen resultando ser una nueva remesa de Ex Libris T-T Monstruos.


    Con muy poco amorr,

    O.

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  5. Su lectura ha merecido la pena solo por la cantidad de memes de 'La Sirenita' que nos has enseñado, que lo sepas.

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  6. A mí en realidad me haría ilusión que reseñarais algo más para Los Olvidados. Repetís mucho lo de las malas selecciones de elementos, la inexistencia de núcleo y los textos explicativos; me gustaría ver ejemplos de grandes selecciones de elementos, textos con un núcleo que se va apoyado por la narración y transmisión de información sin ser explicativa. Eso sería muy ilustrativo, así podría ver mejor el contraste entre algo bien y mal escrito. Que aunque en la teoría lo entiendo luego me cuesta detectarlo en la práctica.

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  7. Psicopatas, meh, ¿quien quiere psicopatas puediendo tener sociopatas?
    me parecen muchisimo mejores villanos.
    er... solo si estan bien construidos la verdad.

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  8. Yo estoy de acuerdo con el segundo comentario de Selenita, la teoría la entiendo, pero luego la práctica... Pero sí que hay veces que mi alarma de sentido común me avisa de que estoy ante un fallo de los gordos... Por no hablar de los fallos de ortografía.

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  9. No hay nada peor en el mundo cuando empiezas a leer una novela, piensas que tiene potencial y al final ves que rien de rien. Aunque los que seguimos este blog nos alegramos que haya todavía psicópatas fastidiando novelas ;)
    Por cierto, muy buenos los memes de Ariel con la cara de "¡Joder, qué guay, es un tenedor!"

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  10. Acabo de bajarme la novela para echale un vistazo, y resulta que tiene más de 400 páginas!!

    Por cierto, con todo el trabajo que te tomaste para esconder los spoilers, y al final, como quien no quiere la cosa, tirás uno por ahí jajajaja

    El Geek Furioso está demasiado furioso para mi gusto :P

    Pensar que nunca le presté demasiada atención a La Sirenita, pero creo que Úrsula es la mejor villana que podían elegir \m/ Propongo que se quede!!

    Victoria Aveyard dice: si estás leyendo reseñas negativas, ME ESTÁS ROBANDO :P

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  11. Lo tengo por leer, a ver qué me parece porque al principio vi muchas reseñas geniales pero últimamente cada vez veo más negativas o algo flojas xD

    ¡Un abrazo! ^^

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  12. Yo leí reseñas muy negativas de este libro y como todavía tengo pendiente Los juegos del hambre, lo he dejado pasar. No sé, pero las distopías juveniles todavía me dan un poco de pereza, y no es por dármelas de hipster sino porque soy perezosa en general. Me alegra ver que algo de bueno tiene la historia, me interesa mucho esa parte del plot twist con el triángulo amoroso deshecho y el príncipe heredero ignorando el pedido de amorrr. Como siempre, me llevo algún aprendizaje, lo de los psicópatas no lo había pensado pero es cierto, no hay esfuerzo real del autor al usar esa carta así nomás. En fin, hace rato que no paso por acá, sigo mirando.

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  13. ¡Hola! Una lectora dejó el link a tu entrada en mi reseña así que aquí estoy. Concuerdo en un par de puntos. A mí el libro también me ha decepcionado mucho, pero creo que por aspectos diferentes.
    Muy buena reseña =) me gustó. Seguro pase seguido por acá. Saludos =)
    -Nathalia-

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