¿Emocionados?
Yo no.
El no-libro del que vengo a hablaros hoy [sí, sí: vuelvo a dedicar una entrada completa a una única víctima. Lo merece, os lo aseguro. Pero al menos disimulad un poco] es una recomendación que Vale hizo en el buzón de sugerencias.
El (des)afortunado lleva por título El reino de los sueños, y es la primera parte de la trilogía El Ejército Negro. Aunque, en fin, eso de “trilogía” en este caso es un término usado bastante a la ligera, en mi opinión. Este primer volumen es ya un truño de casi 600 páginas y está internamente dividido en cinco libros. Así que, tomando este tomo como precedente, podríamos estarnos enfrentando a un auténtico monstruo: una pentadecalogía. [Huid. Huid, insensatos.]
Bien, pues este… esta cosa me ha tenido leyendo tres días (y lo que me está costando escribir esto). No tres días durante sus 24 respectivas horas, obviamente, más bien como cinco o seis horas totales repartidas entre las 72. Más que nada porque era un engendro tan terriblemente insufrible que, cada pocas páginas, yo miraba con desesperación el reloj del ordenador, solo para constatar que habían pasado apenas 10 minutos desde la última vez que lo había mirado, y entonces decidía que necesitaba tomarme un descanso y pensar en cosas bonitas.
Si alguno de vosotros se está preguntando por qué me lo he leído...
...permitidme decir que es una buena pregunta. Muy válida. Yo también me lo pregunto.
Veréis, os contaré una historia.
Érase una vez, hará unos tres días, una hierbecilla infecta e inocente que decidió comenzar a leer la siguiente víctima de su lista negra, sugerida con mucho amorr (pero amorr del bueno, del que se te tira al cuello e intenta estrangularte) por un alma caritativa y anónima al otro lado de la pantalla de un ordenador. Pues esta hierbecilla infecta e inocente localizó el archivo en su ordenador y se puso manos a la obra. Sin embargo, cuando apenas había avanzado una veintena de páginas con su lectura, se vio obligada a hacer un alto. Algo no iba bien. Algo iba muy mal, de hecho. La hierbecilla tenía un incómodo presentimiento: no podía sacarse de la cabeza la idea de que el autor de aquel texto era un muchachito imberbe de 14 años. Así que nuestra protagonista decidió recurrir al Oh Omnisapiente Google para asegurarse, porque hacerles bullying a muchachitos imberbes es una cosa muy fea que no debe hacerse. Podéis imaginaros cuál fue la sorpresa de la inocente hierbecilla cuando descubrió que el muchachito imberbe tenía, de hecho, barba. Y 70 años. Fue entonces cuando la hierbecilla se echó a llorar desconsoladamente, porque no entendía cómo un editor podía ser lo bastante cruel e insensible como para jugar de tan vil manera con los sentimientos de un pobre abuelito en los primeros estadios de la demencia senil. Y así siguió llorando durante un buen rato. Y fue así que nuestra infecta hierbecilla decidió que terminaría de leer el libro, por el abuelito.
Así fue.
El abuelito en cuestión se llama Santiago García-Clairac. Y el caso es que después de haber acabado el libro, ya no me parecía tan abuelito. Así que decidí investigar un poco más y descubrí que este hombre se encuentra aparentemente [nótese la negrita, es intencionada] en pleno uso de sus facultades mentales. Y aun así ha escrito esta cosa. Así que estoy, quiero decir, la hierbecilla está jodidamente cabreada, y quiere que le devuelvan todas sus lágrimas. En sangre.
Hablemos claro. Este no es el típico Innombrable promedio. No. Esto es un Ex Libris.
¿Os acordáis de que, cuando escribí la entrada para aquel no-libro, hice mucho hincapié en distinguirlo del resto de Innombrables? Lo llame virus. Estaba intentando encontrar una terminología que pudiese utilizar para referirme a semejante grado de innombrabilidad, un nombre que cuajase y pudiese reutilizar más adelante para hablar de ello y compartir el trauma. En el fondo (ingenua de mí) no pensé que fuese a tener que volver a recurrir a ello, pero… ha sucedido. Y la cuestión es que mientras estaba leyendo este engendro, no podía bloquear los pop-ups que plagaban mi mente con las palabras «Ex Libris» (no «virus», ni «su antivirus ha detectado una amenaza») escritas bien grande, en rojo, con doble subrayado y muchas exclamaciones, a modo de alerta. [Esto ha resultado ser como los Kleenex: lexicalización al poder.]
Así que, sí, estamos frente a otro Ex Libris. Y que Dios nos ayude.
Como supongo que podéis imaginaros, no se trata sencillamente de un libro que esté mal escrito o que sea absurdo [creedme, lo es. Mucho]. Es que es perjudicial para el sano desarrollo emocional de cualquier pre-adolescente lo suficientemente influenciable como para incorporarlo a su paleta de valores. Hace gala de (y ensalza) todo tipo de comportamientos moral y socialmente inaceptables y perniciosos, y además tiene todas las papeletas para ser también una historia de redención de su propio autor, justo como el Ex Libris original.
Por si has entrado en contacto con el libro. Protégete. Protégenos. |
En fin, voy a dejarme de milongas y a entrar de una vez por todas en materia. La lectura de los siguientes párrafos queda enteramente bajo vuestra responsabilidad. Servidora no se hace responsable de sangrado ocular, intentos de suicidio, episodios psicóticos de risa maníaca u otros posibles efectos secundarios derivados de la lectura.
Luego no digáis que no os lo advertí.
Spoilers ahead.
El ejército negro – El reino de los sueños, de Santiago García-Clairac
No sé a vosotros, pero a mí me parece un pollo más que un dragón |
«Arturo Adragón, un muchacho de catorce años, presenta una peculiaridad extraña: tiene una "A" marcada en su rostro, así como una serie de letras en el resto del cuerpo. En el instituto es objeto de las burlas de los demás estudiantes, por lo que se refugia en la Fundación, un lugar repleto de tesoros medievales que guardan el secreto del origen de su familia. ¿Qué terribles peligros esperan a nuestro amigo? Una emocionante aventura que nos atrapará desde las primeras páginas [Zarza: nos atrapará como un stalker, con cloroformo].»
Os he puesto dos sinopsis porque las he encontrado en internet (una en la página de SM y la otra en La casa del libro) y no tengo ni idea de cuál es la que vendrá impresa en la contraportada. En todo caso… ambas son mentira, así que ¿qué más da? [Me ha matado particularmente lo de «otros mensajeros del mal que acechan su vivenda». Lo que quiera que sea una “vivenda”, yo exijo saber por qué, si el mal tiene mensajeros, este jardín no tiene ninguno. Malas hierbas, necesitamos conseguirnos un par de esos mensajeros, seguro que podemos encontrarles una utilidad.]
En fin, podría intentar resumiros yo misma de qué va el libro, pero mi lectura no ha sido una muy exhaustiva que digamos, así que… Bueno, qué demonios, esto se hace en un pis-pas.
Dobles vidas... nunca fueron buenas :D |
Ambas historias son engendros inacabables en los que se encadenan una larga lista de sinsentidos que se retroalimentan y tienen hijos tontos: en la Edad Media, el piltrafilla es vapuleado de un lado para otro siguiendo al viejo alquimista que es su maestro (quien lo utiliza como lienzo, por cierto, de ahí los dibujitos), luchando en diversas contiendas y convirtiéndose finalmente en una especie de icono que los liderará a todos a la guerra; y mientras tanto en la época actual el niño dedica su vida a hacerse el mártir mientras toca los huevos a todo quisqui y a buscar métodos quirúrgicos para borrarse el dragoncito de la frente, y luego más adelante a obsesionarse también con que sus sueños son reales y sus tatuajes son mágicos (y a seguir tocando los huevos), y hay una leyenda por ahí de un Ejército Negro muy misterioso que todo el mundo está investigando, y personajes malos camuflados y esas cosas.
Y toda esta mierda ocupa, como ya he dicho, cerca de 600 páginas. 600 páginas de gilipollez e ignorancia supinas, resumen narrativo, conversaciones absurdas entre niños de 4 años, y una falta de documentación, de sentido común y de valores morales remotamente respetables con obesidad mórbida. Y ni siquiera me voy a molestar en meterme a criticar el empleo de la lengua, francamente.
He hecho lo que yo llamo lectura en caída libre (los que llevéis tiempo por aquí ya me habréis oído hablar de ella): hacer un barrido hacia abajo por la página, deteniéndome sólo a leer de manera puntual y pseudo-aleatoria de cuando en cuando. Bien, pues os puedo asegurar que cada vez que mi mirada se detenía en algún fragmento, era risa asegurada.
Tengo como siete u ocho páginas en Word llenas de anotaciones y WTFs variados, pero no voy a poder ponerlas todas [o… quizá sí. Estoy a medias con esta entrada aún, y me está quedando tan monstruosamente larga que estoy planteándome dividirla en dos para no tener que dejar cosas fuera]. En todo caso, he pedido a Vale, como fuente de esta recomendación, que escogiese una página al azar para que yo la compartiese aquí con vosotros, y que así pudieseis comprobar por vosotros mismos que da igual por dónde abráis este espécimen: la risa, como he dicho, está asegurada.
Así que, antes de enseñaros mi propia selección personal, como muestra, un botón. Disfrutad:
Página 16,
« --Y tú, alquimista del diablo, eres demasiado valioso para dejarte libre [Ortiga: sabia estrategia: informar a tu prisionero de su inmenso valor. Seguro que eso le mete el miedo en el cuerpo y le hace temer por su vida, como aliciente para soltarle la lengua]. Te pudrirás en mis mazmorras hasta que te decidas a hablar. Puede que estés viendo la luz del sol por última vez... Morirás junto a tu ayudante [Ortiga: lo siento, lumbrera, pero eso ya no cuela] -amenazó Morfidio mientras abría la puerta-. ¡Guardias! ¡Llevaos a este hombre y encerradle con su criado en la celda más profunda y oscura del castillo! [Ortiga: ya le habéis oído: en esa y solo esa. ¡Llevaos un oscurómetro y medidlo! Zarza: que se lleven a Tabit. Ortiga: vale, pero que luego no lo devuelvan] ¡Que sean vigilados día y noche y que nadie, absolutamente nadie, hable con ellos! ¡Nadie!
Arquimaes sintió una profunda preocupación cuando escuchó las órdenes del conde. En seguida comprendió que ese encierro al que le sometía significaba la muerte segura para Arturo [Ortiga: nótese que ese «en seguida» implica un momento para pensárselo, aunque sea corto. Y este hombre se supone que es entendido en medicina. Para poneros en situación, Arturo es el prota, al que todo el mundo intenta matar en la Edad Media, como ya os había comentado. Aquí en concreto, precisamente el conde este que estaba hablando le ha apuñalado en el abdomen días antes de esta conversación]. Durante unos segundos se preguntó si debía revelar la fórmula secreta a cambio de la vida de su ayudante, pero recordó [Ortiga: ah, ¿se le había olvidado?] que era demasiado preciosa para ser compartida con ese conde ambicioso y sin escrúpulos. En sus manos [Ortiga: fallo de referente], se convertiría en un arma terrible y destructora.
--Si supieras de qué se trata -murmuró Arquimaes cuando se quedó solo [Ortiga: ¿cuándo se queda solo? Venían guardias a buscarle para llevarle a una celda (junto a su aprendiz moribundo) en la que tienen instrucciones de vigilarlo día y noche]-, no dudarías en hacerme pedazos para arrancarme ese poderoso secreto que yace en mi corazón [Ortiga: en el corazón yacen sentimientos, no fórmulas científico-mágicas secretas de destrucción masiva].
* * *
Arturo abrió los ojos y vio a Arquimaes inclinado sobre él, intentando secar el sudor que empañaba su frente [Ortiga: ¿la frente de quién?].
--No te muevas -le dijo el sabio-. Tienes mucha fiebre.
--¿Voy a morir, maestro? [Ortiga: no caerá esa breva.]
--Ojalá no ocurra. Esperemos que la infección desaparezca [Ortiga: espontáneamente] y la hemorragia se corte definitiva[Ortiga: y espontánea]mente. Pero has perdido mucha sangre.[Ortiga: dijo el entendido en medicina.]
--¡Morfidio no debe conseguir la fórmula secreta! [Zarza: es una morcilla mala.]
--No te preocupes, Arturo. Ni siquiera con torturas me arrancará una sola palabra -prometió Arquimaes-. Y ahora, intenta descansar.
--Esa fórmula es demasiado importante para que un individuo [Ortiga: individuo, dijo el muchacho medieval moribundo] como Morfidio tenga el poder de usarla -susurró Arturo antes de cerrar los ojos y sumergirse en el mundo de las tinieblas-. ¡Hay que impedirlo! [Ortiga: esto lo dice Arturo ya desde el «mundo de las tinieblas».]»
Bueno, esa ha sido la muestra seleccionada al azar por Vale. Para que os hagáis una idea, eso es de lo más decente que vais a encontrar en las 600 páginas de bodrio que he escaneado. Y luego tenemos también cosas como las que yo me he apuntado, repartidas por todas partes, pero para esas vais a tener que esperar, porque he decidido finalmente partir esta crítica en dos entradas [me ha quedado demasiado larga, y no quería morir adecentando el formato de un tirón].
Así que...
LINK a la segunda parte |
Somos dos chicas aficionadas a la lectura y en nuestro blog podéis encontrar reseñas de todo tipo y otras secciones interesantes como debates o nuestra Cadena de libros. Estamos encantadas de ser patrocinadoras de estas Malas Hierbas para que desarrollen el macabro plan que se traen entre manos y nos hagan la vida un poquito más feliz a todos.
"hacerles bullying a muchachitos imberbes es una cosa muy fea que no debe hacerse" xDDDDDDDDDD Me desorino!!
ResponderEliminarjajajajjaja yo me leí ese libro cuando era una muchachita joven e inocente y supuso un gran trauma para mí del que aún no me he recuperado del todo XD De hecho escribí una especie de historia respuestas cuyo núcleo era lo horrible que me parecía una de las cosas que hacen recurrentemente "los buenos". Estoy deseando leer la segunda parte de tu reseña que supongo que irá por ahí.
ResponderEliminarXD tiene 70 años :o el hombre este, madre mía.Que se jubile ya joer
ResponderEliminarInnombrable ni más ni menos... ya suponía yo que le iba a encantar C:
ResponderEliminarYo la verdad es que me vi tentada de llenar de anotaciones todas las páginas. De verdad que nunca me he leído un libro en que los personajes actúen tan incoherentemente en relación a su edad y con una narración que agregue tanto detalle innecesario, pensamiento que no aporta y, no sé, se el narrador parecía decir a cada rato "porque ustedes sabrán que esto es así". Un montón de puntos que hicieron que me costara un montón terminarlo.
Hace unos años estuve a punto de comprarlo en la Casa del Libro para mi hermana, porque le encanta Laura Gallego y me habían dicho que este libro era de ese estilo. Menos mal que algo (el sentido común, la providencia, mi pareja mirándome con cara de WTF) me hizo devolverlo a su estantería.
ResponderEliminarEspero con impaciencia la segunda parte de la reseña òuó
Aaay estos yayos! Que cosas hacen eh?
ResponderEliminarTrabajo en una resi de mayores (ahora no porque tengo una mala hierbecilla creciendo dentro de mi, y una necesita reposo) y cualquier día este yayo Santiago está allí y aprovecha para seguir escribiendo esas magnificas obras suyas..os imagináis la segunda parte de este libro?? Nooo quitadle la medicacion!!! xD
No ahora en serio, queridos abuelos, disfrutad de la jubilación y no seáis cargantes. Teneis todos los transportes públicos gratis, salid a pasear y a poneros en forma. no escribáis cosas raras, no martiriceis a Ortiga, Zarza y todos esos jóvenes que pillan libros de Arturo (pito duro) y creen que van a encontrar otra cosa.
En fin, que vivan los yayos que se toman la vida con tranquilidad!
Conocía esta trilogía de oídas, todo el mundo decía que era un bodrio, ahora empiezo a ver porque. Lo que no sabía es que el autor fuese un señor tan mayor OMG .____.
ResponderEliminarPor otro lado tiene toda la pinta de ser fantasía maniqueista (los buenos son muy buenos y los malos lo peor), que no es que sea algo negativo pero cuando ya tienes un vagaje lector te aburre, bueno si ese mundo medieval porque no me ha quedado claro porque un alquimista no es un mago técnicamente :P
Espero ansiosa la segunda parte del comentario de la novela de este señor e.e
Mother of God. Aunque eso es porque no leístis a Javier Ruescas jajajaja.
ResponderEliminarBelladona, he leído a Ruescas. Esto es mucho peor, te lo aseguro.
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado la recomendación de Vale :D Estoy terminando de adecentar la segunda parte, espero tenerla para mañana.
Dioooss segunda parte!! Miedo me daaa!!!
ResponderEliminarNo te da pena cebarte con un yayo?? Pobre, ya no va a querer escribir mas libros, una lastima...
Bueni, yo me lo leí con 13-14 años y no me pareció tan malo, aunque tampoco pensé que fuera un libro genial, precisamente. La verdad es que no me acuerdo mucho del libro porque lo leí hace ya varios años.
ResponderEliminarSi ponéis tan mal a este hombre es porque no habéis leído a Moccia...
Buenas! :D
ResponderEliminarEsto vendría a ser un poco off topic, pero más o menos tiene que ver con esta entrada porque el libro del que se habla es también de este hombre, así que os lo paso como curiosidad porque al verlo no pude evitar acordarme de esta entrada en concreto.
https://www.youtube.com/watch?v=YwwJ8Ft-Qow
Sí, a mí también me parece asombroso que haya más libros de estos, teniendo en cuenta lo que he visto de ellos.
Atte, E.